Wednesday, July 30, 2014

Elizabeth me dejó

Yo te llevo a tu casa – Mario sabe que es la última vez que verá a Elizabeth. Está bien.


Toman un taxi, le abre la puerta y se sientan atrás.

No me quiero despedir, porque hemos quedado que vendrás a visitarme, ¿verdad? Sí, quizás ya no nos veamos como antes, pero volveré para visitarte.

Mario se pone triste y está tan ido que no escucha lo que dice Eli; quisiera abrazarla, pero no quiere incomodarla, solo pega su pierna a la de ella como única forma de contacto.

Él baja – acordó con el  taxista para que le regrese a su casa -, ella le sigue y se miran, la mirada de Mario es desencajada y triste, como que quisiera llorar; Elizabeth, se apena por su amigo, pero quiere que su despedida termine bien; le mira.

****** 
¿Cómo está tu madre? Está mal, la he llamado, ella me dice que está mejor, pero luego me cuenta que no ha comido en todo el día sino unas cuantas frutas; a su diabetes le suma su depresión.  Pobrecita, yo sé que es tener depresión. No, no lo sabes. Sí, es horrible, ¿sabes cuáles son las horas más difíciles? No, me supongo que la noche. No, es en las horas que te quedas solo, en las mujeres que son amas de casa normalmente es más difícil en las mañanas porque ellas se quedan solas cuando sus hijos se van a estudiar o trabajar. Mi mamá vive sola, entonces todas sus horas han de ser muy difíciles.

Mario mira el rostro aniñado de Elizabeth y se preocupa porque lo que come sea de su gusto. Ella está comiendo con muchas ganas, a pesar que el restaurante no es Norky’s  - como él quería para su despedida, pero no puedo llevarla allí porque se quedó con muy poco dinero por ayudar a su amigo -, parece que la pollería que eligió – Begui – fue acertada.

¿Te gusta? Sí, está rico.

El mozo se acerca.

Señor, ¿es suyo el auto rojo? No – responde Mario. Algún día tendrás un auto y me llevarás en él – Mario no dice nada porque piensa que es casi improbable que pueda comprar un auto -; sí, cuando seas el Dr. Rivas tendrás un bonito auto, te lo mereces.

Mario la contempla, la ve tan linda. Elizabeth no necesita de ponerse nada en el rostro, es angelical, es un rostro clarito y sus ojos son grandes y vivarachos. Ella no necesita de ninguna ropa llamativa, es una gordita bella, proporcionada, no grotesca ni enfermiza, tiene un cuerpo perfecto. No es la mujer súper inteligente que admiraría en la universidad; es la chica que tiene criterio, que puede darte una respuesta inteligente sin ninguna sofisticación pretensiosa.

Yo voy a pagar las gaseosas. No, te estoy invitando yo. Pero es nuestra despedida, y yo tengo que colaborar con algo. Está bien, es nuestra despedida y es justo que ambos colaboremos en esta última cena – Eso siempre le gustó de Eli, ella nunca se aprovechó de él, a pesar que él le demostró que ella lo tenía en sus manos.

***** 
Ella está parada frente a él, entre la puerta y él. Mario la mira, la mira con ganas de rogarle que se quede, que no se vaya. Elizabeth le mira con ganas de abrazarlo y hacerle sentir bien, pero se da cuenta que no puede hacer nada para que su amigo deje de estar triste.

Gracias, muchas gracias – Elizabeth sonríe suavemente y le abraza. Gracias a ti, te voy a estar esperando – Mario no puede responder ese abrazo, pero toca quedito la cintura de Eli.

**** 
Se queda solo, sabe que no sabrá nada más de ella y que todo ha terminado.

Por favor, déjeme aquí nomás. Está bien señor.

Mario le paga lo acordado por la ida y el regreso. Se bajó en la Av. Universal, para caminar por ese lugar y recordar esos días depresivos cuando esperaba a Elena.

Se sienta en la esquina que la esperó cuando era un niño, y le caen lágrimas.

¿Por qué Dios?, ¿por qué han pasado 16 años y sigo aquí en esta esquina llorando por alguien que no me ama?, ¿será una maldición porque nunca fui serio contigo?, ¿será que no merezco ser feliz? – piensa. 

Tuesday, July 29, 2014

La boda de Elena

Sebastián y Elena están en la cama, conversan.

¿Crees que fuiste feliz con Henry? No lo sé, creo que no. Pero te casaste con él, lo hiciste por religioso. Hasta ahora no comprendo cómo es que me casé con él. ¿Por qué lo dices?, ¿no te ilusionaba la boda?

*****
Elena se está maquillando, y de pronto se preocupa porque Henry no sale de su habitación.

Henry, tienes que ir a la Iglesia, ya salgo para la casa de Sara – Henry no contesta -; ¿me estás escuchando?, en media hora va comenzar la ceremonia. Elena no quiero ir. ¡Qué! – Elena se queda tonta. No quiero ir Elena, no estoy seguro de que quiera casarme contigo. Voy a ir a casa de Sara, me pondré el vestido e iré a la iglesia, si me dejas plantada es tu problema – Elena se apresura con el maquillaje y sale de la casa.

No va ir, por qué me hace esto, si no quería casarse por qué esperar a esto. Él irá, él tiene que ir, lo va reflexionar e irá, toda la gente nos está esperando, mi familia, su familia, qué dirá mi madre. Yo voy, no me importa lo que suceda, es su problema.

Elena está mortificada, quiere llorar, pero se contiene.

Elena, ¿por qué esa cara?, no es un funeral, es tu boda. Sí, estoy nerviosa y presiento que algo va pasar. Lo más seguro es que se vaya Henry de la iglesia que ya es muy tarde. Entonces apresurémonos.

Elena se coloca el vestido, y sale caminando hasta la iglesia que está a media cuadra de la casa de Sara, que es la madrina.

Pero qué hermosa es Elena – la hermana Esmilda comenta. Ha llegado con media hora de retraso y encima con esa cara de funeral – critica América. Es que ha de estar muy preocupada. ¿De qué?, porque no han gastado nada para la fiesta, todo ha sido colaboración de la iglesia. Pues de qué más hija, es su boda. Pero si ya está casada por civil. Sí, pero esto es para siempre.

Espérate que estas manchando el vestido – Sara levanta la cola.

Elena se acerca como sonámbula al novio. Henry la coge del brazo y la lleva al altar, ella se siente como drogada, quisiera llorar.

“Me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor, porque es real. Prometo serte una esposa fiel y compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.” – Elena lee los votos sin ganas.

Le toca leer los votos a Henry:

“Me entrego a ti este día…”.

Henry no termina de leer los votos porque se pone a llorar y con él media iglesia derrama lágrimas y suspiros.

Pero qué romántico Elena, Henry se emocionó – Sara se pone a llorar.

Lo que más me sorprende es que la novia esté así con su cara larga; mientras que el novio está llorando de amor – América sigue sorprendida por el semblante de la novia. Está estupefacta de tanta muestra de amor, pero esto es lo más romántico que he visto – Esmilda hace un esfuerzo para derramar unas lágrimas y estar a tono con toda la congregación. Qué lindo – América no se quiere quedar atrás y se ayuda con los dedos.

Monday, July 28, 2014

¿Quién es Mario?

Antonio timbra a Julio, pero no contesta; insiste, no contesta.

¡Seguro no quiere hablar con este huevón! – reniega - ¡Justo cuando lo necesito, nunca esta!

Timbra su celular, es Luiz.

Hola Luiz, ¿qué fue? Huevas, muchas gracias, te pasaste con lo de las estadísticas. Nada de gracias, mínimo un par de chelas. Ya pues, que sea para 28. Tiene que ser pasando esta semana todavía, estoy en extremas condiciones ahora. ¿Qué pasó? Nada que estoy haciendo el piso de mi cuarto y tengo todo aquí arromado, estoy saliendo a comprar mayólicas. Te acompañaría si es que vivieras cerca. No te preocupes, tendré que ir solo. Ya huevas, pero a ver si nos vemos la próxima semana que te debo una. Entre patas no hay deudas Luiz, solo quiero que me hagas un favor. Lo que quieras. Nunca me niegues cuando te timbro. Huevón, seré atorrante; yo a ti nunca te he dejado de contestar las llamadas, si no contesté la otra vez fue porque estaba en la ducha y cuando te volví a llamar tú ya no me contestaste. Lo sé - se despiden.

Antonio se cambia de pantalones, se pone zapatillas. Hoy se va Elena a Arequipa y no la podrá despedir porque pelearon.

*****
No quiero tocar el tema, Elizabeth es asunto mío como Henry es tu asunto; solo tengo una amistad con ella, la respeto y te respeto. No me parece que tengas asuntos que no quieras compartirme y  menos esa clase de asuntos. Mira Elena, mi vida es como una serie de cuadraditos – Antonio explica con sus manos – uno de esos cuadraditos puede ser mi trabajo, la universidad, mis amigos, Elizabeth o tú; no quiero que alguien de un cuadradito interfiera a cualquiera de otro cuadradito. ¿Y Elizabeth tiene un cuadradito muy importante verdad? Sí, para qué negártelo, ¿no es mejor la verdad?; tú siempre me has dicho que es mejor que te diga la verdad, te estoy hablando con la verdad – Elena le queda mirando con odio.

Antonio bebe un vaso de cerveza y se pone su pijama.

¿Vas a dormir o te vas a quedar parada? No, me voy. Es muy tarde – son las once de la noche. Yo vivo sola, no tengo a quién dar razones. ¿De verdad te quieres ir? Sí. Vete.

Antonio se cambia de ropa, y la acompaña hasta la puerta de la calle. Se despiden así nomás, sin beso, sin nada.

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Antonio tiene ganas de hacer el amor, cuando está molesto le da ganas de hacer el amor. Decide timbrar a Elizabeth, pero ella no responde. Se pone un chullo y sube a la azotea para pensar.

Hola Juan. Hola Antonio, Jorge Luis ya se fue, ¿no? Sí, se fue la semana pasada, una pena era un buen amigo. Asu, él siempre me ayudaba y justo ahora lo necesito. Sí pues, conmigo también era bien chévere; ¿qué necesitabas? Quería que me preste unos pantalones y una camisa porque mañana voy a ir al Congreso y no tengo ropa formal. Yo te puedo prestar, tú eres de mi contextura y tamaño, fácil mi ropa te da. ¿De verdad? Claro, no hay problema, ahora te subo la ropa.

Antonio busca entre sus cajones, lleva un par de pantalones y una camisa celeste que le regalaron en su anterior trabajo. Sube a la azotea. Juan vive en el único cuarto de ese nivel de la casa, es la habitación más humilde como el inquilino que vive allí, Antonio lo piensa y decide regalarle las prendas.

Pasa – Antonio ingresa en la pequeña habitación que apenas alcanza una cama y un par de sillas. Aquí tienes – pone las ropas en la cama -, puedes elegir entre estos pantalones. Me puedes prestar el azul. No, te lo voy a regalar. ¿De verdad? Sí, te lo regalo, no hay problema, también te regalo la camisa, la corbata sí te la presto porque no tengo muchas. Muchas gracias, qué bueno eres. No te preocupes, cualquier cosa me pasas la voz, ten feliz 28 – Antonio se despide.

Regalar cosas es como hacer el amor - piensa en voz alta.

*****
¡Jhonnatan! ¿Qué pasa Cholo? Dime, son nueve pegamentos, ¿verdad? Sí, nueve, pero tiene que ser Chemayolic. Ya, ¿algo más que necesites? Sí, también tienes que comprar rodoplax. ¿Cuánto? No lo medí, ya lo compras por la casa. ¿Algo más? Sí, una amoladora. ¿Y cuánto me costará eso? Será unos S/ 350.00 - Jhonnatan se hace el gracioso - Ya… ¿algo más que necesites? Sí, también compra un par de guantes y unas gafas Pegaso. Oka, ¿nada más? No... sí, espera... las zapatillas Catarpillar pe, si no me voy hacer yayita. Uy sí, no te vayas hacer yayita, ¿y no querrás que te recargue el celular porque tu línea la estás consumiendo en esta llamada? Oe Cholo corto, chao – Jhonnatan corta.

Antonio está en Sodimac de las Lomas. Se toma unos minutos en elegir el diseño de los cerámicos, un joven muy simpático le atiende.

¿Cuál es tu nombre? Mario - Antonio se pone nervioso al escuchar ese nombre. 

Sunday, July 27, 2014

Maldito Cupido

¿Quién nos ha hecho esto?
El dios perverso del amor
Perverso en tanto double blessing
Con doradas flechas que me alcanzó
Con grises saetas que te mereció
Perverso dios que se ha quedado enano
Que no creció entre tú y yo.

¿Por qué me rechazas ahora que te necesito?
Porque la pequeña divinidad usaba vendas
Y apuntó a mi corazón
Sin considerar tu valor
Sin ver mi demérito frente a ti

¿Por qué estás lejos de mí?
Porque hirió tu corazón con sagitas plomas
Y es así que no me amas
Y me desprecias
                         Y me ha tocado llorar.

Saturday, July 26, 2014

La boda

Las doce, la boda comienza en una hora y Sebastián recién se levanta. Ayer estuvo pensando en el poema para Mónica y aunque ya lo tiene casi listo, no le sale la última parte, aquella en que la chica recibe un beso, piensa que le sería más fácil escribir esa partecita si es que él fuera quien la hubiese besado.

Alista lo que se pondrá, lustra sus zapatos, escoge las medias azules Hush Puppies, bóxer, bivirí, camisa crema – recuerda que su amigo es hincha de la “U” -, corbata azul con rayas blancas, chompa delgada y terno impecable.

Se desnuda, se ve en el espejo, le agrada verse delgado. Se sirve un vaso con agua, lo toma y se da valor para ir a la ducha, está haciendo mucho frío, no tiene terma, tiene que aguantar.

Se seca y tira a la cama, tiene pereza y no quiere salir de su habitación. Piensa en Elizabeth, que le gustaría que ella le acompañe; piensa, también, en Elena y recuerda el día de su matrimonio, matrimonio que no pudo asistir y que gustoso hubiese ido a pesar que no fue el novio.

Es la una y él sigue desnudo en su cama, da un brinco y se va al baño para lavar los dientes. Pone la radio y suena una balada que le recuerda el tiempo en que estaba enamorado de Elena. Se viste y sale sin apuro.

Toma un taxi, el taxista es un joven.

¿Cuánto se demora al Convento Santo Domingo? No sé, quizás treinta minutos. ¡Oh Dios!, mi amigo se va molestar, su boda ya ha comenzado y yo estoy aquí. Pues si yo fuera su amigo y fuera mi boda, estaría más pendiente en otras cosas. ¡Claro!, como por ejemplo que llegue el testigo. Por supuesto, es más importante el testigo. Yo soy el testigo.

El taxista pone música y acelera.

Sebastián mira por el espejo a la gente y recuerda que Elizabeth quedó en que le llamaría, quizás llame y pueda darle el alcance para el almuerzo. Se le va la esperanza, si ella quisiera, ya hubiese llamado o escrito algún mensaje en facebook, pero no escribió nada, seguro que no quiere verlo.

Ese es el Santo Domingo, me bajo aquí, ¡gracias! ¡Gracias a usted señor! – Se despide amable el taxista.

Sebastián tiene ganas de ir al baño, pero en esta circunstancias cree que puede sufrir el ardor el tanto que ha de sobrar de la ceremonia. Se calma al ver a Richard esperando a fuera.

¡Richard!, ¡Sebastián! – se saludan. ¿La novia todavía no llega? No, se ha retrasado un poquito. ¿Estás seguro que vendrá? Por supuesto, la acabo de llamar. Yo que tú, me hubiese venido con ella, ya son las dos, la ceremonia tuvo que haber comenzado una hora antes. Sí pues, es que Liliana siempre ha sido así de tardona. ¿Nos tomamos una foto? Claro.

Le piden a un invitado que les tome la fotografía.

Acércate un poco más y abrázame para que piensen que me quieres – Sebastián molesta a Richard que siempre ha sido muy serio.

¿Se van a casar? - un turista les pregunta. Nos gustaría, pero en el Perú todavía no se puede – Sebastián le responde graciosamente.

De pronto viene el tío de Richard con su enamorada.

¿Ese es Eddy? Sí, y ella es su novia, se van a casar pronto. Pues dile que se apresure porque si no se va casar calvo – Eddy tiene menos cabello que Richard.

La novia no llega, Richard se pone nervioso, Sebastián aprovecha en ir al baño.

Liliana llegó virginalmente vestida, y de pronto un enjambre de paparazis improvisados disparan sus cámaras, Sebastián es uno de ellos.

Una señorita pide a Sebastián que le tome una fotografía con los novios, él es cortés.

¿Eres familiar de la novia? No, soy su amiga, ¿tú eres familiar del novio? Soy su amigo.

Después de un largo discurso del representante de la municipalidad, se dirigen a la recepción, Sebastián sigue acompañado de la amiga de Liliana.

Estuvo muy bonita la ceremonia, ¿tú tienes novia? No, ¿tú? Tampoco, pero sí me gustaría casarme. A mí no, creo que el matrimonio es algo antinatural. ¿Por qué? Pues el hombre, antes de la existencia de la cultura, ha sido polígamo; la monogamia es una creación reciente y el matrimonio es algo moderno para la existencia del hombre; ¿cuánto puede durar una pasión?, que en algunos casos dure un poco más es como una enfermedad crónica, no es normal.

Les sirven unas copas para brindar. Richard mira a su amigo y le levanta la copa. Sebastián se contenta por el gesto de atención. 

Thursday, July 24, 2014

La Bella y la Bestia

Erase una vez una hermosa pareja de esposos con tres lindos hijos, uno de ellos, la bella Elizabeth. Pero a esta familia le aconteció desgracias, y Elena – la madre, que era una bruja – pretende sacrificar a Elizabeth para recuperar el estatus de la familia. El padre al darse cuenta de las pretensiones de su mujer, decide huir con su hija.

En el palacio, la Reyna ha caído en la cuenta que su hijo morirá si no usa magia, está enfermo y los doctores no han podido darle cura, por eso decide que lo atienda una bruja.

La bruja Elena atiende al príncipe y logra sanarlo. Desde entonces, Sebastián estará al cuidado de la bruja, quien termina por enamorarse de él. Pero el príncipe no haría caso a la maldita mujer. Es así, que la bruja decide hechizar a Sebastián. para que sufra el desprecio que ella sufrió, convirtiéndole en un monstruo, y que solo podrá librarse de tal aspecto una vez haya encontrado el verdadero amor, pero que si éste amor lo rechaza, morirá.

Pasado un tiempo, Elizabeth, buscando ayuda para su anciano padre, llega a la torre donde había sido recluido el monstruo. Al encontrar a la bestia – que estaba cubierto -, Elizabeth le pide medicinas para salvar a su progenitor, y el monstruo le da los medicamentos a cambio de que ella vuelva los fines de semana para ser contemplada por éste. Ella acepta.

Es así que Elizabeth logra mantener con vida a su padre, y la bestia puede contemplar a la bella señorita todos los fines de semana. Hasta que llegó el día en que debía declarar su amor y así romper el hechizo.

Te amo, cásate conmigo y tendrás todo. No puedo mi señor, yo no lo amo, solo lo quiero como es, un amigo, el más simpático de mis amigos.

La bestia entristeció, pero igual cumplió con su promesa de seguir suministrando el medicamento para el padre de Elizabeth.

Permíteme amarte. Mi señor, mi respeto es para usted, no me pida tal acto que no nace en mi corazón.

El príncipe moría de amor.

Ten la bondad de darme un beso, si no lo haces moriré. Mi señor, mi vida es suya, tómela y haga con ella lo que le plazca, pero no tendrá mi amor y despreciará mi respeto.

El príncipe está enamorado y ahora comprende a la bruja Elena. El hechizo hace mella su salud y pronto morirá.

Elizabeth, ¿me quieres? Como el más lindo de mis hermanos – el príncipe decide mostrar su horrendo rostro y ella no se inmuta-, lo sigo queriendo como el más lindo de mis hermanos - ella ya había reparado en que el príncipe ocultaba su fealdad.

Yo te amo y por lo mismo que te amo voy a desaparecer de tu vida. ¿Por qué? Porque no me puedes dar lo que necesito de ti. En verdad lo siento mucho, yo te quiero Sebastián, pero no podría amarte. Ya no hay razón de que te disculpes, solo recuerda que algún día me tuviste y me dejaste.

Al siguiente fin de semana, Elizabeth no encontró al príncipe, lo buscó por todo el castillo. Según cuentan, ha subido al monte para morir.

Elizabeth comenzó a extrañar al príncipe, decidió buscarlo en la montaña y recorrió un largo camino, pero no lo encontró. 

Wednesday, July 23, 2014

Exposición

Ya pe Mario, solo son dos cuadros estadísticos más. ¿Dos más?, no te pases, ¿cuánto les estás cobrando? Nada, tú crees que  Meche y Mónica van a pagar. No te pases Luiz, deja de estar cobrando en especies. Fuera de acá; ya pe huevas, lo necesito para hoy.

Mario está con mucho trabajo en la universidad, tiene que hacer dos ppts, se comprometió con Julio para ayudarle en su exposición y además tiene que terminar las unidades de aprendizaje para su trabajo. Elizabeth le llama:

Cholito me puedes ayudar con una separata, estoy muy ocupada en la casa de mis patrones. Ya Eli, no te preocupes, ¿para cuándo es? Es para mañana en la mañana. ¿Para mañana? Sí, te envié una copia a tu gmail; por favorcito cholito mándamelo a mi correo. Está bien, lo veo a penas llego de la universidad – Elizabeth se despide rápido.

Timbra el celular de Mario, es el número de Carlos.

Hola Mario, soy la profesora Ramirez – su supervisora -, mira me he encontrado con una niña que dice que no le habías dicho nada del foro, si no te interesa el proyecto da un paso al costado porque nos estás estorbando. Pero profesora, no es eso, lo que sucede… Mira Mario, nos estás poniendo piedras al trabajo, si no quieres trabajar mejor da un paso al costado, estoy aquí con Carlos y me dice que no le has enviado el informe, ¿a qué hora le vas a enviar el informe? Profesora disculpe, pero estoy full, yo le enviaré a penas llegue a mi casa, solo me faltaba colocar el logo institucional. Entonces, envíalo que nos estás retrasando el trabajo – la profesora cuelga sin despedirse.

Mario llega a su cuarto, solo tiene un par de horas para trabajar la ppt, tiene que ponerse terno para su última exposición y por eso quiere ir bien presentable. Selecciona la ropa: medias azules con textura, bóxer – porque está haciendo frío-, bivirí grueso, camisa blanca, corbata y el terno impecable. Toma una ducha helada, se seca y sin vestirse se pone frente a la computadora para terminar la ppt.

¡Mierda! – Le ha pasado corriente -, ¡joder!, ¡joder! – recuerda a los españoles que llamaba en el Call Center y se da cuenta que se estaba olvidando las estadísticas para Luiz.

Terminó las estadísticas, está muy cansado y no quiere hacer la ppt, pero continúa. Son las siete, ha terminado a las justas con la presentación, se viste.

Sale apresurado, rogando que en el momento de la exposición pueda recordar todo lo que ya antes ha leído, que no le ha dado tiempo para preparar un speech. Camina hasta Pirámide del Sol y toma un taxi  - 10 soles -. Se arrepiente de estar gastando dinero que le falta. Encima, tráfico.

Timbra nuevamente su celular, es Carlos.

¿Qué fue Carlos? Mario, disculpa, pero la profesora me pidió que te llame. No te preocupes, estoy en falta amigo, ya te envié el informe y lo del proyecto no me consideren en la Resolución, yo solo estoy apoyando. Pero tú te lo mereces, estás trabajando más que muchos profesores. Sí, pero les he fallado en lo que me confiaron. No te preocupes, yo voy a hablar con la profesora para que te considere – Se despiden.

Mario está nostálgico, piensa en Elizabeth, seguro que ya ha salido de la casa de sus patrones. Decide llamarla para escucharla, cuando escucha su voz se anima. Timbra, pero no responde. Timbra nuevamente y no responde. Seguro Eli ha dejado su celular en la casa donde trabaja, o quizás le han robado el celular; no, seguro está pasando por una zona poco confiable y por eso no responde, mejor no le sigue timbrando porque quizás y la incomode – piensa.

Timbra Julio.

Cholo gracias por las presentaciones, están muy buenas; un pata me ha pedido que le hagas una presentación, le he dicho que cobras S/ 35.00, ¿te parece? No Julito, yo no vendo esas presentaciones. Pero te puedes ganar alguito Cholo. Ya – lo piensa -, ¿para cuándo necesita? Para el sábado. Ya, dile que sí, pero se lo doy encriptado. Sí ya le dije, gracias Cholo. – Mario se despide y cuelga.

Intenta nuevamente con el número de Elizabeth. Un poquito de ti nada más Eli, solo un ratito por favor, contesta. Elizabeth no contesta. Debería repasar, es su última exposición y es la más importante; pero solo piensa en Elizabeth.

Flaquito, ¿es en la Cesar Vallejo, no? Per favore – lo dice en italiano, el chofer ni se da cuenta. Baja, se dirige a su salón. Al entrar un compañero lo mira extrañado por lo apuesto que está.

¡¿Te gusto?! – Lo dice con una seriedad elocuente. ¡Bastante! – su pata no se hace paltas y le contesta la gracia. 

De pronto siente tibio en la nariz, es sangre, se va al baño.

Tuesday, July 22, 2014

El Espartano

“Caminante, ve a Esparta y dile a sus ciudadanos que aquí yacemos por obedecer sus leyes”.

Indigno de formar parte del pueblo espartano, el niño es llevado al monte Taigeto, donde será arrojado. Pero el padre lo ama y decide no acabar con su vida, este niño puede hacerse fuerte.

Henry sería sacrificado como su hermano mayor, su padre no lo quiere y golpea a su madre. Pero ella es fuerte y protege su vientre. Niño enfermo vino, niño que pasó en incubadora por un mes.

El lacedemonio se ha hecho fuerte, usa honda y vive en caverna.

Henry anda descalzo, sucio y con mocos.

Básica alimentación para los jóvenes: cereal, aceituna y uva para el personaje histórico; frejoles, arroz y papas para el jovenzuelo de este siglo.

Adolescente que tiene que pasar la instrucción militar, que se hace llevadero por el espíritu de camaradería y cohesión sin fisura con sus iguales, para nunca defraudar a sus amigos en los letales choques entre ejércitos de las batallas campales.

Un mundo de alcohol y drogas, donde la camaradería funciona en tanto se coincida con los placeres. Henry con una bolsita de terokal porque no le alcanza para comprar blanco.

Es la prueba, el joven guerrero tiene que enfrentarse en fiero combate a su igual, corre riesgo de perder la ciudadanía.

Henry en frente de su padre que golpea a su madre.

El espartano vence y es aceptado.

Henry es echado de su casa.

Llega la edad de casarse, es su obligación, tiene que contribuir al Estado con nuevos miembros.

Hacerse cargo de una familia a sus diecinueve años; sin el apoyo de sus padres, sin el respaldo de nadie. Henry trabaja diez horas al día y no tiene día de descanso.

El espartano no llora.

Nunca he visto llorar a mi amigo. 

Monday, July 21, 2014

Lucía

A ver, si fuera una niña como Sofía, creo que debe ser un bolso fino, pero sencillo. Es una niña de diecisiete años. ¿Y cómo es ella? Es delgada, es una niña pretensiosa, es una hermosa pequeña. ¿Qué tal este? Puede ser, aunque me parece que es muy llamativo. ¿Y a ella no le gusta ser llamativa? Sí, lo es, pero es para que vaya a la universidad. Ya entonces el negrito. El negrito, me parece mejor.

Llaman a la dependiente y ella les saca el bolso. ¿Qué te parece? No sé, quizás el rosado se vea mejor, ella tiene piel clara. Pero tiene algo de fucsia; además, no decías que querías algo seriecito. ¿Te gusta? Me lo llevaría si tuviera la edad de tu sobrina. ¿Cuál es su precio señorita? S/ 79.00. No me hace una rebaja – Sebastián siempre pide rebaja. Se lo dejamos a S/.75.00. Lo llevo.

Sebastián busca su billetera, pero se olvidó en el otro pantalón.

¿Pasa algo mi amor? Dejé mi billetera en el otro pantalón. No te preocupes, yo te presto. No, yo tengo efectivo aquí – Sebastián solo cuenta con S/ 60.00. ¿Me prestas S/ 20.00? Toma mi amor.

Sebastián está muy contento porque ha comprado el bolso más lindo de la tienda para su linda “sobrina”. Elena se ha puesto contenta porque ha podido ayudar a Sebastián.

¿Te invito a comer chifa? Ya – Sebastián tiene hambre, estuvo como guía hasta las cuatro y no comió nada -, pide tú que estás que aciertas en todo. Pues, quiero invitarte arroz frito. Suena como me gusta, sencillo y consistente. Te va gustar.

Sebastián come con mucho gusto, mira a Elena y sonríe provocativamente.

¿Qué pasa? Que te vez linda. Gracias – Elena sonríe provocativamente también. Y cómo así conoces a Sofía. Todo una odisea lo que le pasa a Sofía, pero sé que saldrá adelante. Ella no conversa mucho con nosotros. Pero ahora va a cambiar, a ver si la apoyas. Claro.

Elena se queda mirando el bolso que compraron y piensa que le hubiese gustado tener una hija.

¿Hija de quién es Lucía? De mi hermana mayor. Ha claro, ¿ingresó a la universidad tan pronto? Sí, está en la UPC. Qué bueno. ¿Ella era la engreída de Chana? Sí, ambas se parecen físicamente, aunque en carácter son distintas; Chana era de más fuerte carácter.

Elena paga la cuenta, caminan agarrados hasta la Plaza Mayor.

No quiero despedirme de ti – Sebastián se lo dice en serio. Mi trabajo, por los contratos, parece que siempre serán en provincia, además me hace bien estar fuera de aquí. No quiero que te vayas, sabes que me estoy quedando muy solo. Lo sé, me gustaría quedarme por mis hijos y por ti; pero no puedo.

Sebastián piensa que no debe ser tan tonto de ponerse triste, que el tiempo que le da Elena es oro y debe aprovecharlo en todo momento.

¡Espera!, ¿lo sientes? – Sebastián para de pronto. ¿Qué es? – Elena se preocupa. Somos tu y yo caminando por la Plaza Mayor, ¿sientes lo rico que es el aire frío? Sí lo siento rico – Elena agarra la cara de Sebastián y lo acaricia como si fuera un niño; él cierra los ojos e intenta sentir con más intensidad ese momento.

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Elena se siente tonta, ha recordado que Lucía tiene veinte años.

¿Qué pasa? Que me has mentido otra vez. No te entiendo. Me dijiste que nunca me mentirías y lo has hecho otra vez – Sebastián no le mentía desde hace mucho, pero no podía decirle para quién era el bolso. ¿De qué hablas? Lucía tiene 21 años.

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¿Ya no quieres ir a casa? Te amo, pero sabes que el amor no puede vivir sin confianza. Yo también te amo, a Elizabeth la estoy olvidando, tú me ayudas mucho. Me voy el martes. Elizabeth ya se fue de mi vida. La verás nuevamente. Solo quiero despedirme de una manera especial. Sebastián, no es por mí, es por ti. Ella se lo merece. La verdad sí, ella se lo merece, es tan linda y joven; tiene tu amor y eso dice mucho, eso dice que ella se lo merece.

Sebastián se ve como un niño, tiene los labios bien pegados y los ojos lo más abiertos, está parado frente a Elena como un soldadito.

Te juro que ya no la amo, ahora solo la quiero como mi amiga que es – lo dice con una voz de niño asustado. 

Sunday, July 20, 2014

Un beso

Promete que cuando te vayas me darás un beso. No puedo, no podría darte un beso. Solo un pico y ya, por favor, será lo más bueno que me vas a dar.

Elizabeth sabe que ya no regresará. Se ha dado cuenta de todo lo mal que Sebastián la pasa a su lado. Piensa que lo mejor será irse para siempre de su vida, quizás pueda volver con Elena y vivir su vida junto a ella, quizás se pueda enamorar de alguien cuando ella se aleje.

Está bien, te voy a dar un beso; será el último día que nos veamos, me despediré de ti; pero quiero que me prometas que te olvidarás de mí. No me pidas algo que no podré; podría olvidarme de mi nombre, pero nunca de tu rostro; pienso que para esto es la vida, para recordar amores prohibidos: primero Elena, y ahora tú.

Elizabeth le mira a los ojos y tiembla, quisiera decirle que lo ama, pero no lo ama; solo lo ve como un amigo, como un hermano; sí, el mejor hermano: el que siempre estuvo pendiente de ella, que le ayudó con lógica, que le hizo sonreír en su cuarto, que le invitaba a comer las cosas más ricas, que le hizo conocer lugares lindos de Lima, que le tomaba las mejores fotos. Sebastián es el mejor de todos, el hombre más inteligente que ha conocido, pero no se le ocurre decirle todo eso, no se le ocurre decirle nada.

Nos iremos juntos a la sierra, como lo habíamos planeado. Tengo que salir bien temprano para llegar aquí el mismo día. No te preocupes, yo tengo la forma de llegar rápido. Ya, pero llegaremos temprano verdad – Elizabeth piensa que Sebastián puede estar tramando algo, se asusta. Fácil llegaremos a las ocho o nueve de la noche. Ya, ¿y qué haremos allá? Te haré ver ese pueblo, caminaremos por las calles y luego por un cerro y allí nos quedaremos viendo la naturaleza, y nos despediremos para siempre. Está bien.


Elizabeth nunca pensó que se haría amiga de Sebastián para después de tan poco tiempo despedirse para siempre; pero es lo más sensato. Ya le ha hecho mucho daño. Lo mira y lo ve más guapo que de costumbre, lleva el cabello largo y no se ha rasurado, Sebastián, está delgado, aunque descuidado se le ve bien. Desea darle un beso.  

Saturday, July 19, 2014

En el cumpleaños de Elizabeth

No valgo nada, no tengo belleza, ni dinero, ni inteligencia – Elizabeth se puso triste porque Antonio le descubrió una mentira más. Tú eres inteligente y eres linda. Cholito, te prometo que ahora todo va cambiar, ya no te voy a mentir.

Antonio se conmueve con lo tierna que es Elizabeth, aunque su mundo le ha sido adverso, ella mantiene una ingenuidad que la hace ver como una niña.

¿Hiciste la tabla? Sí, ya me aprendí las leyes. A ver, pero está mal. No, está bien. Nada que ver, esto está mal. ¿Cuánto quieres perder? Eli, yo no apuesto. Porque no lo has revisado bien, está bien – Antonio lo revisa. ¡Ya ves!, está mal; te olvidaste del conector negativo – Elizabeth mira tiernamente a Antonio y le pone la mano en el pecho. Tú eres muy detallista, solo es una negación. Jajajaja… si serás, pero una negación cambia el resultado.

Elizabeth se pone frente al espejo, levanta su cabello y piensa que está gorda.

¿Y qué me vas a regalar por mi cumpleaños? – Antonio piensa en algo especial y costoso para demostrarle lo mucho que la ama; pero se da cuenta que para su cumpleaños Elizabeth ya no estará en Lima así que calla -, ¿qué me vas a regalar para mi cumpleaños? – Elizabeth insiste. ¿Qué quieres que te regale? Una cajita, una cajita para guardar recuerdos – esa respuesta le dolió a Antonio. Lo que te regale dependerá de lo que me regales, ya que primero se viene mi cumpleaños. ¿Cuándo es? El 19 de agosto, y nada de postearme en facebook, eso es para la gente que me considera poco, tú mínimo me llamas. Jajajaja… pensaba regalarte dos like: una en el cover y otra en tu perfil – Elizabeth le hace cosquillas.

Antonio pone una canción y le pregunta si le gusta.

Prefiero esta – Elizabeth busca un tango que suena muy triste. Está bonita como tú; ¿bailamos? Pero no sé. Yo tampoco, pero intentemos. Ya.

Se paran, él la toma, intentan; pero ambos se ponen torpes y no logran nada.

Ya me tengo que ir. Quédate, nadie te espera en tu cuarto. No voy a mi cuarto, voy a salir a cenar con William. Ya – Antonio se pone triste -, pero la próxima cenas conmigo. No puedo, William y yo estamos pasando por un mal momento y si sabe que me quedo tan noche contigo se puede molestar. Pero William nunca ha sabido nada de ti – Antonio lo dice por lo que hacía ella -. Tienes razón, pero tú me has enseñado que no debo mentir, así que desde ahora no voy a mentir.

Antonio le acompaña hasta Pirámide del Sol para que tome los amarillos que van a Santa Anita, en el trayecto Carmen le pasa la voz a  Antonio y le hace conversación, pero Elizabeth sigue su camino y no deja que le presente así que Antonio deja rápido a su vecina.

Si me la presentabas te ibas a poner a conversar con ella, así que hice bien en seguir el camino. Tienes razón – Antonio no tenía intención de conversar con Carmen, no pretende usar el poco tiempo que tiene con Eli para ponerle atención a otra que no sea ella.

Esperan los carros, viene un amarillo, pero Elizabeth desiste diciendo que está lleno. Pero no es porque el carro esta lleno, es que a ella – aunque no ama a Antonio – lo quiere y le es difícil despedirse.

Chao cholito - le da un beso y con su mano le toca el pecho. Cualquier cosa me llamas; chao Eli – Antonio se queda mirando cuando sube y luego se va, antes esperaba a que el carro pase, pero ahora no quiere que ella le vea esperando; para que piense que ya no la ama, que ahora queda un cariño de amigo.

Antonio camina pensando en qué regalarle para su cumpleaños. Piensa que aunque ella ya no estará en Lima, podría enviarlo por Courier:

Una cartera, sí una cartera con un Garfield porque a ella le gusta los gatos; No, quizás no le de mucho uso, allá en su pueblo otra será la moda.

Unas zapatillas, eso puede que lo necesite, unas zapatillas de la mejor marca; no importa lo que cueste, eso le va a gustar.

También le voy a comprar su cajita, una cajita para que pueda guardar sus recuerdos.

Friday, July 18, 2014

El poeta esta en otro level

El poeta esta en otro level.
Sí, en otro level.

Porque pendiente de su muro estás,
Porque de él esperas atención.

En cambio a mí,
A mí me tienes en un cuadradito,
El más pequeño,
que desde que te confesé mi amor
no pasa de julio.

El poeta escribe de un beso,
De un beso que él ha dado a su amada,
Y te emocionas.

Y yo,
Que también escribo de un beso,
De un beso que espero de ti,
No consigo que te inmutes. 

Thursday, July 17, 2014

Estoy esperando tu llamada

¿Seguirás pendiente del celular? Sí. No va llamar. Lo sé, pero no puedo dejar de estar pendiente, ¿tú crees que le guste? Pero no es para ella. ¿Y qué?, lo compré para que le guste a ella. Eres muy complicado – Elena cierra los ojos, dando a entender que necesita descanso.

Antonio apaga la lámpara, se levanta de la cama, y se pone en frente de la computadora y comienza a escribir. No puede dormir, le gustaría que Elizabeth le llame y le demuestre un poquito de su aprecio. Son las doce y está cansado, en la tarde fue a comprar con Elena lo que se había comprometido, caminó mucho por el centro, pero fue bueno porque le distrajo y pudo conversar de asuntos que antes no había tratado con ella.

Antonio está muy cansado, pero no puede dormir porque piensa que Elizabeth le llamará. Que aunque es ya muy noche, hay la posibilidad que ella le demuestre un poquito de aprecio y le llame. Esa posibilidad que no llega, que le tortura más y más al paso de los segundos. 

Wednesday, July 16, 2014

Dos canciones


Dos peculiares canciones: La de Elizabeth y la de Elena.

Una muy triste que contrasta con su sonrisa. La otra cargada de esperanza, para quien nada bueno le trajo la vida.

Triste la primera, tan triste como el infortunio de no tener madre ni padre. Alegre la segunda, como cuando ella gira en un pie.

Canción que Elizabeth puso e ingenuamente dejó. Música que yo pedí que Elena me dictara.

Tango que es marcha fúnebre en este día que me despido de ella. Canto cortesano que no me abandona en la hora del desastre.

Triste canción que me dejó cuando se fue para no volver más. Esperanzadora canción que me dice que no quedé solo.

La una de Elizabeth, la otra de Elena: dos peculiares canciones. 

Tuesday, July 15, 2014

Carta para Sofía

Mi muy estimada amiga Sofía,

Con bastante claridad veo que tienes perturbado tu cerebro y te has privado de la razón y de la memoria, como también de la facultad de pensar en otra cosa que no sea amor.

Por las conversaciones que sostenemos  y lo que veo en tu muro, me doy cuenta cuán indiferente se encuentra tu espíritu a todo lo que no sea Ernesto, cuán exclusivamente se halla ocupado en él, cómo a él vuelve siempre y se mantiene voltejeando sobre él como un halcón sobre la presa que ha elegido.

Querida Sofía, recuerdo aquella vez que nos encontramos por primera vez en el bus y me simpatizó tu causa. Pero luego me di cuenta que tu causa es un absurdo, pues no te conviene.

Un hombre que considera que lo poco que has vivido es suficiente para descalificarte, que te trata como una tonta al pretender exclusividad de atención y que la atención que te da es mínima, ¿qué amor puede tener para ti?

Dices que has vivido situaciones muy íntimas con él y que la naturaleza de esas experiencias es lo que los mantiene juntos, pues no es así; lo que los mantiene juntos es tu idea que algún día cambiará. Pero si razonas tantito, te darás cuenta que no cambiará – cosa que será muy bueno porque gente como Ernesto no solo no mejora, sino que no merece mejorar -. En cambio tú, tú que eres una mujer simpática, linda y joven; que te has ilusionado y no quieres faltar ninguno de los valores en este sentimiento que llamas amor, tú mereces cambiar, dar un salto en tu vida y seguir adelante sin un estorbo – entiende como estorbo, Ernesto.

He llegado a Lima hace poco, cuando gustes nos podemos encontrar; me quedaré hasta el martes.

Se te quiere mucho,

Elena.

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Rastreando a Sofía: Uno -  dos - tres

Monday, July 14, 2014

Nataly

Jhonnatan no tiene trabajo, solo se está cachueliando; el invierno le ha perjudicado con las obras y en casa discute con su mujer porque no les alcanza para pagar las deudas que han contraído con el banco.

Además su madre le ha pedido que se vaya de su casa; que es tiempo que viva solo con su familia. Ella piensa que de esta manera él madurará y terminarán los problemas con Camila.

¿Un par de chelas? – Jhonnatan le sonríe a Mario. ¿Tienes para la primera botella? – Mario le sonríe a su amigo. Sí, siete soles aquí. ¡Vamos!

Van al mismo lugar que frecuentaban años atrás, un bar con una rocola.

Esta es buena – Jhonnatan elige “Después de ti” de Alejandro Lerner y la gente que está más sintonizada con la cumbia los miran. ¿Sigues enamoradizo cholo? He cambiado bastante cholo – Mario recuerda a Elizabeth, que ella es la única que ha usado el diminutivo cholito con él. Qué bueno chino, ¿o sea no hay trampa? – Mario sabe que Jhonnatan no puede estar sin una “trampa”. Ya un año que le soy fiel a Camila, y no es porque falte oportunidad; lo que pasa es que creo que ya he madurado. ¿Cómo así? Escucha cholo, en una chamba he conocido una flaquita de 19 años, imagínate es una chiquilla bien rica ya, y me ha dicho así de la nada, que le gusto y que estaría conmigo. ¿Y tú, qué le has dicho? Nada, la he ignorado porque no quiero tener problemas con Camila. Me parece bien. ¿Y tú sigues de pajero? Ya huevas, no te he contado que llegó Elena.

Jhonnatan siempre tuvo sus dudas con respecto a Elena, a pesar que siempre se veía muy santificada; tenía unos gestos y se aislaba mucho del resto de la iglesia por lo que no le podía agarrar confianza.

Creo que estás cagao con Elena. Yo también pienso lo mismo – Mario pide un par más, no ha usado los siete soles de su amigo, piensa en pagar un taxi para que lo lleve a su casa -, pero es lo que me ha tocado. Pero, ¿y Elizabeth? No existe, es una ficción literaria. Ya huevón, me vas a decir qué es tu novia imaginaria, como tus amigos Sebastián y Antonio. Sí chino, Elizabeth no existe – Mario piensa que Elizabeth saldrá de su mente y corazón una vez que se vaya de Lima y que podría pasar como cuando era niño, y creaba personas imaginarias; quizás eso sea Elizabeth, una creación de su imaginación. A ver dame tu celular – Jhonnatan toma un vaso seguido. ¿Para qué?, nadie agarra mi celular; ni que fueras mi flaca – solo se lo ha permitido a Elizabeth. Ya huevón, dámelo. Está bien – Mario entrega el celular y Jhonnatan revisa la lista de contactos -, ya vez no hay nadie con ese nombre. No huevón, puede ser que no se llame Elizabeth, a ver, puta tienes un montón de llamadas de: Eddy, Adelayda, William, Julio, Máximo, Vanesa, Nataly, etc.; una de estas flacas debe ser, ¿quién es Nataly? Es la secretaria del estudio donde trabajé en vacaciones. ¿Y Adelayda? Es una amiga de la universidad. ¿No me digas que Elizabeth es Máximo? Ya ves huevón, ya estás borracho.

Se acercan a la rocola, Mario quiere elegir una de Corazón Serrano, pero recuerda que a Elizabeth no le gusta así que busca una de William Luna. Las canciones que pone Mario le hacen pensar a su amigo que Elizabeth si existe.

Eres un huevón cholo, a veces me da ganas de sacarte la mierda. ¿Por qué Chino? Porque tienes todo para ser feliz y se te ocurre irte de tu casa, enamorarte de la mujer de tu mejor amigo, y ahora paras sufriendo por una ficción literaria. Pégame Chino. ¿Quieres? Sí, sácame la mierda, eso es lo que me merezco. Te vas a poner a llorar huevón. Sí me pegas como le pegaste a ese pata en las rejas, no voy a llorar porque me voy a quedar inconsciente.

Jhonnatan se pone a llorar.

¿Qué fue Chino? – Mario se sorprende -, oe Chino, ¿qué fue?, así no me vas a pegar. Nada huevón, es que Camila no entiende que me mato todos los días para sacar plata y me molesta por cualquier cosa; y mi mamá quiere que me vaya de la casa, como ya tengo mi casa quiere que me vaya allá; pero si me voy ya no tendré su apoyo y me las veré solas y eso me da miedo. Pero así es la vida Chino. Sí, pero Camila me jode mucho y no quiero vivir con ella. Entiéndela, después de todo lo que pasó, claro que no va confiar de la noche a la mañana. Me saca en cara todo, hasta del plato de comida que yo compro, me saca en cara de lo que como.

Mario pide dos más, pero la señorita que los atiende ya no quiere venderles.

Señorita, mi pata y yo no nos vemos desde hace un año, no sé si se recuerda de nosotros, nosotros siempre hemos venido por aquí y no somos faltosos, un par más por favor. No joven, ya estamos cerrando, está cerrado el local y tu amigo está mal. Le prometo que no le vamos a molestar, además hemos puesto para dos canciones más y todavía no llega nuestra canción. Ya está bien, pero solo le vendo una.

A esa flaca le haría el amor, pero tendría que ponerle una bolsa en la cabeza - Jhonnatan se seca las lágrimas. Huevón respeta. Sí huevón, hace rato que te está cobrando ocho lucas por botella. Es que ya son más de las once, ya no atienden. Y por qué el bar está lleno.

La chica trae la botella, la destapa y pone en la mesa, vuelto doce soles de veinte. Mario se molesta y le exige el sol que falta, porque la botella está siete.

Pero te he dado tu vuelto, allí tienes tus trece soles – la chica es muy cínica. Pues aquí cuento muy bien señorita, yo soy profesor y soy muy bueno con los números: uno, dos monedas de un sol y un billete de diez soles; ¿cuánto es eso?, son doce soles; usted debe darnos trece soles. Ay me he equivocado – la chica lo dice con una sonrisita burlona -, aquí tiene profesorcito.

Los dos se van abrazados, Mario para un taxi y regatea; está con la idea que todos quieren aprovecharse de su estado de alcoholismo y no quiere dejarse sorprender. El tercer taxi le acepta ocho soles hasta Chimú, con una parada en la Av. Universal para dejar a Jhonnatan. En el trayecto Mario cranea cómo puede ayudarle a su amigo. 

Sunday, July 13, 2014

Chaufón

 ¿Y quién es Elizabeth? Ella es una amiga muy especial. Cuando vi los post que le dedicabas, me sorprendió; años que estabas enamorado de Elena y de pronto cambiaste así por así. Claro que no fue de la noche a la mañana; Elizabeth es muy especial, la amo, en verdad la amo; pero eso sí, sobre todo la respeto.

Mario quisiera contarle lo que sufre por este nuevo amor, pero prefiere hablar lo bueno de Elizabeth.

¿Y cómo es ella? Es linda, es una persona muy especial, si la vieras, siempre está contenta, siempre sonríe y es muy generosa; no es de aquellas que se quieren aprovechar de uno. Pero nadie se ha querido aprovechar de ti. Lo digo por Karla, recuerdas que te paraba sangrando. Sí cholo, Karla fue un trance en mi vida; pero ya pues ahora estoy más tranquilo. Bien merecido te lo tenías por estar de picaflor.

Hace casi un año que Mario no veía a Jhonnatan; y todo esto le parece muy curioso; justo cuando Elena vuelve, Jhonnatan y Henry regresan a su vida. Está contento de volver a ver a su amigo.

¿Y has vuelto a ver a Elena? Sí, justo ayer estuvo conmigo. ¿Y en qué quedaron? Se separó de Henry, vive sola prácticamente; estoy preocupado porque Henry se agregó a mi facebook; no ha escrito nada, pero me supongo que es por Elena. Mira, si pasa algo, si te quiere molestar, pásame la voz, yo voy y le hago el pare. Gracias – Mario le parece increíble que haya pasado tantos años y Jhonnatan siga con los mismos gestos de cuando eran adolescentes -, pero Henry ha sido mi mejor amigo y aunque pasó lo que pasó él sabe que no fue mi culpa; yo estuve con Elena cuando ya se habían separado. Bueno cholo, yo a Henry no le respeto más que a ti; si él se mete contigo también se mete conmigo.

Mario paga la cuenta, son 28 nuevos soles.

¿Cuánto salió? 28. ¡Tanto!, ¿por qué tanto? – Jhonnatan le pregunta a la cajera y le quita la boleta a Mario -, te han cobrado cinco soles la gordita; estos son unos estafadores, si la gordita en cualquier restaurante está tres soles. Ya, déjalo, estoy pagando yo. No huevón, estos son unos estafadores – Mario no le hace caso y se retira del restaurante.

Van caminando, por la Carretera Central, Jhonnatan sigue con la idea que les han cobrado demasiado.

¡Ya olvídalo!, yo te he invitado. ¡Qué me estás sacando en cara! No es eso, sino que estás allí haciendo escándalo por un sol. No cholo, no es un sol, son dos soles que te están cobrando de más. Lo que sea, el lugar ha estado bueno y lo vale. Mejor nos hubiésemos ido a comer chaufón. Pero eso te estaba diciendo, pero tú insististe con la pizza. Tenía que aprovechar pues, tú no vienes así nomás. Sí huevas, bien que eres tú que no contestas el celular; ya no hay que discutir por dinero, menos ahora que estoy a las justas y no quiero arrepentirme de haber pagado.

Jhonnatan quiere molestar a Mario.

Tienes razón, cuando pague mis deudas, yo te voy a invitar como cuando antes. ¿Tú cuándo me has invitado? Oe me estás sacando en cara, claro que te he invitado, no te recuerdas que las chelas las ponía yo. Claro, tú siempre ponías la primera botella y luego yo tenía que poner el resto. Nada huevón, no te recuerdas cuando te invitaba chaufón. Pues no, no me recuerdo. Ya vas a ver, a penas pague mis deudas te voy a callar la boca.

Si quieres saber un poco más de Jhonnatan, aquí lo tienes.

Saturday, July 12, 2014

Paula

¿Llevas a Jesús en tu corazón? Yo soy agnóstico. Entonces déjala, es basura, es más problema de lo que vale. ¡Cómo puedes hablar así!, te recuerdo que me dejaste hace casi un año. Me fui a trabajar; ¿no vas a dejar de jugar a la carta de la víctima del sadomasoquismo? No te equivoques, es solo el masoquismo. Yo sé lo que es realmente, lo que quieres es vengarte de mí; inventas este sentimiento por la basura esa para vengarte de mí; simplemente deja de ser tan orgulloso, ¡supéralo!

Sebastián mira a Elena sorprendido, pareciera que no es la misma mujer que conoció en la avenida Universal, aquella mujer que oraba los sábados y que lloraba cuando su hijo estaba enfermo; se ha puesto furioso porque ha llamado a Elizabeth, basura.

¿Qué pasa Elena?, ¿no querías volver a verme?, ¿no decías que no voy a encontrar a nadie que me ame como tú?, ¿cómo cambian las cosas verdad?, ahora vienes corriendo llorando a buscarme porque nunca vas a encontrar a nadie tan bueno como yo. Sí - Elena abraza a Sebastián, él la abraza e imagina que está abrazando a Elizabeth.

Te amo – Elena le dice entre sollozos. Está bien, solo tienes que irte de aquí – Sebastián piensa que no podrá hacerle el amor -, ya se terminó Elena; ahora solo somos amigos.

Elena le da un beso, él reacciona, lleva tiempo en abstinencia. Se besan, ella le desabotona la camisa y él le quita la chompa, se van desnudando de a pocos.

¿Apago la luz? – Sebastián quiere apagar la luz porque de esa manera le será más fácil hacerse la idea que le hace el amor a Elizabeth. No, quiero verte desnudo. Se echan en la cama, y ella le pide para dormir por un momento.

En la cama, desnudos, Elena se queda mirando a Sebastián como antes él lo hacía con ella.

¿Qué tanto me miras? Que te vez muy bien desnudo – Sebastián se levanta y quiere mostrarle algunas fotos de facebook. Espera, en mi maleta llevo una laptop. ¿Es tuya? No, es de Verónica, pero la trabajo yo. ¿Les va muy bien no? Sí, Verónica está muy contenta, terminamos este contrato y ya nos viene otro para Arequipa. ¿Cuánto tiempo te quedas? El viernes estoy viajando de frente a Arequipa; si vienes puedo pedir un tiempito para ir a Cusco como lo querías hacer. No, no puedo, gasté todo el dinero en lo de mi papá. Ahora yo te puedo ayudar con algo. Muchas gracias, ya bastante has hecho con devolverme lo que me debías y comprarme las zapatillas. ¿Te gustaron? Claro – en realidad no le gustaron.

Sebastián escribe la contraseña del Wi fi – Elizabeth2014 -, abre su facebook y le muestra las fotografías de Elizabeth. Dime, ¿quién de todas te parece mejor? – Sebastián piensa que Elena no reconoce a Elizabeth. Ella, me parece agradable su rostro, parece una niña – Elena es buena con Sebastián, señala a Elizabeth y la elogia. ¿De verdad? Sí, es bonita, se la ve graciosa. ¿Pero qué me dices de la que lleva traje? Esa chica es guapa, pero prefiero a la gordita, se ve más amigable. Ella es Elizabeth. Sí, lo sé.

Sebastián le enseña una serie de fotografías y Elena se va incomodando.

¿Y no tienes ninguna fotografía mía? Tú no tienes facebook. Pero me tomaste unas fotografías el año pasado. Sí – Sebastián saca un libro de su mesita de noche y allí tenía una foto impresa de Elena -, mira, aquí estás con mi chompa. Jajajaja – Elena recuerda que en una noche de frío Sebastián le ofreció su chompa y no lo devolvió. ¿Y dónde está mi chompa de Freddy krueger? Te voy a mandar una chompa, pero esa ya no te puedo devolver. ¿Por qué? La estamos dando buen uso. ¿Qué estás haciendo con mi chompa? Solo sabrás que le damos buen uso – Elena piensa que ahora mismo uno de sus colaboradores ha de estar trapeando con esa chompa.

Sebastián le pide que se ponga boca abajo y le acaricia con su lengua la espalda; ella esta delgada, muy delgada, como siempre le ha gustado. Piensa en lo gracioso que será tener a Elizabeth, que es rolliza, que ha de tener cintura redonda y que ha de pesar más.

Hacer el amor con Elena le ha dado mucho ánimo, necesitaba hacer el amor.

¿Te recuerdas cuándo hablábamos de filosofía? Claro, cómo no me voy a recordar esa vez que me dejaste estúpida:

¿Dios quiere lo bueno?
Sí, claro que sí.
¿Entonces Dios no es bueno?
¿Por qué dices eso?
Porque si Dios quiere lo bueno, es porque él no es bueno; cómo podría querer algo que él es.

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Se cambian, y antes de apagar la laptop, Sebastián le pide a Elena una canción para postearlo en su facebook.

Pon Jesse y Joy, “La de la mala suerte”. No, nada que ver, cómo voy a poner eso en mi muro; mis amigos me van a molestar. Bueno, a ver busca Paula de Zoe – escuchan la canción. Me gusta – Sebastián postea con un mensaje para Elizabeth. 

Friday, July 11, 2014

Antonio se levanta

Antonio recuerda a su amigo de la universidad y piensa que estará triste porque perdió la selección naranja; pero también se contenta porque Arturo ha perdido sus cien soles. Carmen mira que no ha probado nada, piensa que quizás el lomo le ha salido mal.

¿No te gusta? Perdóname Carmen, pero no tengo hambre; en la mañana estuve en Chosica y comí algo. ¿Qué comiste? – Carmen se preocupa. Comí una empanada y un helado. ¿Para qué fuiste a Chosica? Para distraerme un poco, tengo estrés. ¿Y has ido al doctor? No, ¿para qué? ¿Entonces cómo sabes que tienes estrés? Porque me siento estresado.

Carmen le hace cosquillas e intenta desestresarlo, pero Antonio recuerda más a Elizabeth; ella es la única que le ha hecho ese tipo de cosas.

¿No te gustó? Tengo que irme, voy hacer un trabajo; gracias y nuevamente perdóname, estoy seguro que ese lomo está muy bueno; pero ahora no tengo apetito. Entonces llévatelo, lo voy a colocar en un taper. Está bien.

Elena le estuvo llamando, le timbra para que ella le llame. La habitación está oscura porque apagó las luces y cerró las cortinas. Piensa que es muy egoísta con Elena, así que decide interesarse un poco por ella. Pone el altavoz del celular para poder hablar mejor;

Elena, discúlpame por no contestarte, dejé el celular en la cama y me fui a comer algo – Antonio se quita la ropa y se echa en su cama. Ya loquito, ¿y cómo estás? Bien – lo dice sin ganas -, ¿y tú cómo estás? Estaba molesta contigo, porque te olvidaste de mi cumpleaños, pero ya se me pasó. Es el primer año que se me pasa, los otros años eras tú quien me pedía que lo olvide; ¿qué hiciste? Pues, aquí con los compañeros de trabajo, compraron una torta, me cantaron el happy birthday y muchos abrazos. ¿Te abrazaron tus colaboradores? Claro, uno de ellos me abrazó tan fuerte que parecía que me iba romper los huesos. Qué bueno que no lo vi, me hubiese muerto de celos. ¿Por qué? – lo dice muy interesada. Porque soy un inseguro.

En realidad Antonio no piensa en lo celoso que podría ponerse al ver que abracen a Elena, sino que imagina en cómo la han de abrazar a Elizabeth en el día de su cumpleaños, y cuán celoso se pondría si la viera así.

¿Estás allí? Sí – Antonio recuerda que Elizabeth le dijo que la línea de claro dura más. ¿Y cómo estás ahora mismo? Estoy en la cama, desnudo – a Elena siempre le gustó verlo desnudo. ¿Tan temprano en la cama? No tengo ganas de nada.

Antonio se puso a llorar, piensa en las veces que Elizabeth abraza y besa a William, piensa en todos los hombres a quien se entrega y que ahora mismo hace el amor con un desconocido.

No llores, ella no vale la pena. No Elena, Elizabeth si lo vale; si no lo valiera, no me fijaría en ella – Elena no sabe a lo que se dedica Elizabeth. Pero no te ama; te podrá querer como a un amigo, pero nunca te amará. ¿Cómo tú?, ¿te recuerdas cuántas locuras hice por ti? Pero tú sabías cuál era la situación.

Elena odia tremendamente a Elizabeth y desea que se aleje de la vida de Antonio. Solo la ha visto un par de veces al lado de él, y aunque tiene un rostro agradable, la ha odiado desde que Antonio le dijo que se había enamorado de ella.

¿Y qué comiste? Nada, no tengo hambre. ¿Por qué? Porque no he visto a Elizabeth, porque ya no me escribe, no le interesa mis mensajes. Déjala, no tiene caso que insistas. No puedo, no puedo. ¿Por qué Antonio? No lo sé Elena, no lo sé; cuánto quisiera no sentir esto… no sabes cuánto deseo volver atrás cuando te amaba. Me da mucha pena la situación en que te encuentras, quisiera estar en Lima para abrazarte y consolarte; sal de la cama y camina. Ya lo hice en la mañana, ya no puedo caminar más, ya no puedo más. No te pongas así, levántate, no permitas que esto te perjudique. Ya lo permití, no puedo, no quiero, ya no quiero nada. ¿Ya no me amas verdad? No – Antonio llora al decir esto. ¿Pero me quieres? Sí, te quiero mucho Elena, eres la única que me consuela. Entonces si me quieres, levántate, come y sigue adelante, no te dejes vencer por esto; voy a cortar, viene mi supervisor. Chao Elena.

Antonio se levanta llorando, siente el frío - el invierno se ha intensificado -, abre el taper y come. Carmen siempre ha cocinado muy bien, pero este lomo no tiene sabor.