Sunday, March 29, 2015

Ella que lo recuerda

Qué quiere quererlo,
Que desea tocarlo,
Que le extraña recordarlo,
Cuando sabe que ya no lo ama.

Y no lo ama en verdad,
Pero es el recuerdo triste
De momentos y gestos
De algo que se ha muerto.

Que recuerda su performance
En rostro estoico
En estresado cuerpo blanco
En fortaleza aparente
Que aprovechó
En el último encuentro

Que se ha ilusionado
Con alguien que está allá.
Que puede que venga acá,

Pero que no lo ama.



Grabado basado en la composición de John Flaxman,
fotografía tomada por mí en la exposición del ICPNA.

Monday, March 23, 2015

Murales

Sebastián timbra a Henry, no contesta, vuelve a timbrar y no contesta. Seguro que dejó su celular en su cuarto y está (me gusta utilizar la tilde) trabajando, piensa.

Fue una semana muy buena en el colegio, los estudiantes se están acomodando a su sistema y él a sus nuevos estudiantes. Decide revisar las evaluaciones de diagnóstico, pero suena su celular, es Luiz.

¿Qué fue Luiz? Hola Cholo, quería proponerte algo para semana santa. ¿Qué cosa es?, no tengo planes, pero estoy misio. ¿Qué estás haciendo ahora? Nada, recién levantándome. Acompáñame al centro, tengo que comprar un proyector para el Call. Ya, puede ser, ¿a qué hora? Ahora mismo. Llego a Hiraoka en media hora. Perfecto, yo estoy saliendo para allá, te espero.

*****  
¿Y qué fue? Aquí Cholo, se nos malogró el proyector que teníamos en la sala de juntas y me han pedido que compre uno. ¿Cuánto es el presupuesto? Mil trescientos. Muy poco, un proyector está como dos mil. Sí, pero voy a comprar uno barato, hay un ViewSony que es guerrero y no cuesta mucho.

Suben al cuarto piso de Hiraoka, miran los proyectores, todos los ejemplares de vitrina son Epson y Sony.

Buscamos un proyector – Luiz pregunta a un vendedor. Buenas tardes señor, aquí tiene los proyectores, más o menos para qué lo necesita. Es un pequeño auditorio – Sebastián recuerda la sala de juntas -, donde más o menos entran cuarenta personas. Entonces sería bueno esta Epson, de tres mil lumens y cinco mil horas de vida. ¿Y cuánto es el precio? – Luiz pregunta con gesto que  no le importa. Mil novecientos. ¿No tendrá algo más cómodo? Sí, aquí tiene una ViewSony – el vendedor señala los proyectores que están debajo de la vitrina. ¿Qué valen? – Luiz se emociona porque es lo que estaba buscando. Mil cuatrocientos cincuenta.

*****
Salen de Hiraoka, caminan por Emancipación y escuchan las ofertas de algunos jaladores, pero no les inspiran confianza así que deciden ir a Compu Plaza.

Oye – Luiz está preocupado -, tú crees que me alcanzará, espero que en Wilson esté más cómodo. Lo que pasa es que esta subiendo el dólar, y esas ViewSony que estaban en Hiraoka son las que no le han salido, seguro ahora están más caras. Asu, no cuento con mucho, además le dije a la jefa que fácil lo conseguía con mil doscientos y ella me dio cien más por si acaso.

*****
Mil trescientos cincuenta. ¿Nada menos? Te lo puedo dejar… – el dependiente utiliza su sistema -, te lo puedo dejar en mil trescientos veinte.  No me alcanza – Luiz está cansado -, ¿y no tendrá un proyector más cómodo? Es el más cómodo. ¿Y es bueno? Claro, la gente no le hace mucho caso, pero este proyector es tecnología americana, es guerrera. Sí, lo sé, yo tengo una y el año pasado lo compré a mil doscientos, pero me sorprende que haya subido, pensé que debería haber bajado de precio. Es que el dólar ha subido. ¿Sí no?, eso quiere decir que Ollanta está cagando la economía; me lo llevo, pero regálate un mouse. Nada amigo, te estoy dando a un buen precio.

****** 
Cholo, quería invitarte a comer algo, pero me quedé aguja. No te preocupes, ya otro día, más bien dime qué me querías proponer. Ah sí, quería proponerte ir a Tarma para la Semana Santa, ya sabes que soy de la hermandad. Sí, pero estoy en un período de austeridad. Siempre has estado en ese período, mira vamos en las mismas condiciones de la otra vez. No sé cholo, primero tengo que pagar algunas deudas, voy a ver eso esta semana, no he tenido ningún trabajo, solo estoy esperando que me paguen en el colegio. Ya pues, pero piénsalo.

Luiz para un taxi, lo aborda y se despide estrechando la mano con su amigo.

***** 
Sebastián camina por jirón de la Unión, llega al chifa – donde invitó a comer a Elizabeth- que está cerca a la Plaza San Martín, recuerda que ella se sorprendió cuando le hizo la explicación de la llamita que lleva el monumento al libertador. Quisiera comprar un aeropuerto, pero solo cuenta con pocos soles.

Llega a Chabuca Granda y recuerda que el actual alcalde no pintará de amarillo el mural de la cantautora, así que decide buscarla. Camina unas cuadras de regreso y encuentra el mural, decide comprar una cerveza de lata, son tres cincuenta – le sobra un sol para su pasaje -. Se sienta enfrente de la gran cabeza y le reprocha su existencia:

No eres el mural más bello, ¿por qué estás en pie?; si no eres la única cantante de música criolla, ¿por qué aún la pared que ocupas no está de amarillo? Prefiero la música de la Morena de Oro.


Se aleja y luego le vienen algunos versos de “La flor de la canela” y piensa que ha sido injusto con Chabuca. 

Saturday, March 14, 2015

En el centro de Elena

Hola Elena, ¿qué haces después de salir de tu trabajo? Tengo tiempo libre, sí deseas podemos vernos. Voy a pasar por el centro, quizás podrías acompañarme a editar un video. ¿El del viaje? Sí. Está bien, te estuve escribiendo al facebook y no me contestas. Sí, ya te contaré.

*****
Mario se levanta de la cama, se quita la ropa de trabajo, coge su cabeza y se lamenta – cuánto me duele, dios, dios, ayúdame por favor. Se ve en el espejo y observa que está más delgado, pero no se siente cómodo porque parece enfermo. Se mete a la ducha y deja caer el agua en su nuca, quizás eso le relaje del dolor de cabeza.

Antes de ponerse la ropa, busca una música de “Clavito” y sube el volumen. Suena el celular:

Profesor, necesito hablar con usted. Disculpe, ¿madre de quién es usted? Soy mamá de la alumna Marianela, lo que pasa profesor es que la niña Anel ha estado molestando a mi hija porque usted la hizo calificar su trabajo, y como mi hija hizo según lo que usted le indicó y le puso muy pocos puntos, la niña Anel le ha gritado y en la salida su mamá le ha estado diciendo cosas y yo no quiero discutir con esa señora porque soy capaz de irme a las manos y creo que usted debe solucionar este problema. Pero señora, no es que yo haya originado un problema, las evaluaciones son de varios tipos, yo conversaré con las niñas, ellas van a entender que era una dinámica para ayudarnos en el aprendizaje. Pero profesor, es que esa niña Anel siempre está acostumbrada a molestar a las chicas, y yo no quiero que mi hija esté sentada con ella. Pero qué puedo hacer, yo no soy el tutor del aula, eso tendría que conversar con la tutora, pero si las niñas tienen algún inconveniente, en mi hora las cambiaré de sitio. Profesor, por favor no le vaya a decir nada a mi hija porque ella me ha pedido que no me meta. No se preocupe, yo les voy a preguntar primero si han tenido algún inconveniente con la coevaluación y les recomendaré algunas cosas.

Eligiendo la ropa que se pondrá, recuerda que su hermana le pidió que le juntara las ropas que no utilizaba para regalárselo a un niño que está necesitado, entonces decide revisar sus cajones y ver lo que ya no se atreverá a poner, y eso no porque estén viejos o rotos sino porque tiene ropa para gente joven y él ya no se siente tan joven como para usar polos ni shorts con colores encendidos o imágenes llamativas. Seleccionó un tanto de ropas. Aún no se ha vestido, se pone unos jeans pitillo, medias negras y las zapatillas – también negras -; busca una camisa, pero ve entre la ropa que regalará un polo naranja con rayas blancas, y decide ponérselo.

******  
Elena está cansada de esperar, manda un mensaje a Mario.

Primer mensaje[1]: ya estaras cerca. No????

Mario no responde, pero ella sabe que él está viniendo, quizás no tiene saldo.

Segundo mensaje: ya m toy aburriendo ahhhh

Mario responde, recién llegó a Santa Rosa y toma los buses azules del corredor azul, da cuenta que a pesar de tomarlo en hora punta, el corredor azul nunca le ha fallado; pero Luiz critica a este sistema que no usa, piensa.

Mensaje de Mario: Sí, ya estoy a un par de cuadras.

Elena se sienta en el borde de una rampa. Vuelve a escribir.

Tercer mensaje: seguro q. a unas cuadras . d. tu casa…vjajajajaja.

A Mario le agrada ese vjajajajaja. Baja en Uruguay y corre al encuentro de Elena. La encuentra sentada y quiere asustarla al caminar por detrás de ella, pero Elena se da cuenta, él se acomoda en la rampa y le da un beso.

¿Cómo estás? Con dolor de cabeza, tengo gripe – Elena se acomoda el cabello. ¿Usas escarcha? No, estuve haciendo unos platos con decoraciones con escarche – a Elena le gusta que Mario siempre esté pendiente de todo cuanto se pone. Pensé que era parte de tu decoración. Oye qué te pasa, y tú cómo has estado. Mal, casi casi al borde del suicidio. Ya no molestes con lo mismo, ¿qué tienes? El diente, me duele y también la cabeza, pienso que debe ser la bolita que tengo en la cabeza. Hay no seas tonto, seguro es el diente, tú siempre exagerado, pero olvídate, vamos a comprar helados, yo te invito. Pero si estás con gripe. Sí mi mamá me dio en la mañana panadol, pero no importa, igual quiero un helado. Está bien, pero compra para ti nomás, yo estoy mal. No seas tonto, tú estás bien, ese dolor de cabeza se te quitará con la endodoncia, te compraré un helado de maní, a ver si así engordas al menos un gramo.

Están en el Real Plaza, se acercan a un Bembos y ella pide un helado de vainilla con maní y para ella un helado de chocolate.

Te dije que no quiero. Pues vas a tomártelo, es una orden. Creo que me voy a poner mal, antes de ayer tuve una fiebre horrible. Tú siempre estás mal porque siempre piensas que estás mal, estás somatizando. Está bien, pero si me pasa algo, serás la culpable de mi viaje al más allá. Jajajaja, cada día estás más paranoico.

Se sientan en medio del comedor.

Mira, para la próxima te voy a invitar una hamburguesa, esa de 20 soles está bien. Gracias, pero creo que ya no podré comer carne. Ay no seas monse, ni mi Juanito está así– Mario le enseñó a llamar así al niño -; dime, ¿qué vamos hacer? Pues vamos a editar el video del viaje, demorará una hora; luego vamos a caminar por el centro. Ya, vamos al centro cultural Inca Garcilaso. Perfecto, qué se presenta. Una exposición fotográfica.

Caminan por detrás de Compuplaza y se encuentran en un puesto donde un señor canoso hace ediciones a quince la hora.

¿Cómo es eso? O sea el señor me cobra 15 soles por la hora de trabajo de edición, si se pasa de la hora me cobrará otros 15 soles.

El señor termina la edición en una hora, entre tanto Elena le cuenta a la esposa del señor el fabuloso viaje que hicieron a Churin. Le hace una muy buena recomendación, la señora se anima y promete ir para mayo – mes que Elena le dijo que es el ideal porque será verano en ese pueblo.

******* 
Escuché el video y me parece que a medida que pasa el tiempo tu inglés está peor. Jajajaja, así dices que me quieres dar ánimos, pero tienes razón, a mí mismo me sorprende, cuando ingresé a estudiar el inglés hablaba, mal pero lo hablaba, pero ahora que estoy finalizando este módulo hablo menos el inglés.

Elena le agarra el brazo y caminan por una paralela de Jirón de la Unión, es de noche y se siente tan bien, deciden comer churros.

Los mejores churros de Lima los venden aquí al costado de la Iglesia San Francisco. Debe ser, Ángela un día me dijo que me invitaría comer unos buenos churros que estaban por la Plaza Mayor, seguro que se refería a este lugar, está bien rico.

******* 
Se encuentran sentados en las escaleras de la Catedral.

Mario, piensas que has cambiado mucho; ¿cuán diferente eres al chico de 19 años que conocí? Pues creo que no he cambiado mucho, sigo teniendo los mismos miedos y prejuicios y también sigo con los mismos valores. Yo creo que cambié mucho, ahora soy un poco más feliz y hasta diría más segura de mí misma. Es que hiciste estudios, tuviste dos hijos y te separaste; tu vida ha tenido cambios trascendentales y bruscos; en cambio yo, yo hice cosas en ese tiempo pero todo lentamente y no tan significativo como los tuyos.

Bajan para el Pte. Trujillo, Elena se acerca a una tienda y compra una gaseosa Inka Cola – que le pidió Mario – y dos helados Sublime.

Toma. No quiero, te dije que no lo compres. Solo cógelo. Elena, no lo voy a tomar – Mario alza la voz. Te ordeno que lo tomes. No, Elena te he dicho que no, yo no quiero helado, me vas a enfermar – Mario hace un drama y la gente los ve como si fueran dos enamorados peleando. Solo tómalo, si no lo quieres no lo comas, ya te lo compré; rápido, que quiero probar el mío. Está bien, pero se lo voy a regalar a un niño pobre del Perú. Está bien, es tu helado, haz lo que quieras con él.



[1] Escribo el mensaje tal cual, con sus errores ortográficos y facilismos.

Thursday, March 5, 2015

Los gestos de Elizabeth

Sebastián y Elena alquilaron una sola habitación en Churín.


Quiero tomar algo – Sebastián conversa con Elena. ¿Por qué? Porque creo que debemos festejar nuestro 23, estamos juntos nuevamente. Tienes razón, mi hijito está dormido, bajemos y tomemos algo, pero primero me voy a poner como para la ocasión.

Mientras Elena se cambia, Sebastián ve televisión.

Pero qué hermosa te has puesto, ¿cuánta ropa has traído en esas mochilas? Lo necesario, ¿te gusta? Te ves preciosa hermanita. ¿Nos vamos? Vamos.

En un bar-restaurante, piden cubalibre y eligen música de la rocola. Elena prefiere baladas antiguas y Sebastián algunas cumbias.

Qué pasa, por qué estás triste. La noche me pone triste, mañana es nuestro último día y lo he pasado bien contigo y tu hijo, quisiera que no acabara. Yo también quisiera que esto se prolongue, no había pasado desde hace mucho buen tiempo con mi hijito y también me siento contenta porque estamos juntos. Me gustaría bailar contigo. Aquí nadie baila, pero a mí también me gustaría bailar, creo que nunca hemos bailado, seguro que sí has bailado con Elizabeth. Tienes razón, nunca hemos bailado, además que no soy bueno bailando, con Elizabeth tampoco he salido a bailar, pero una vez le propuse para bailar un tango y ella aceptó, estábamos en mi cuarto y la tomé en mis brazos e intentamos algunos pasos. Ella siempre está presente. Sí, no puedo dejar de pensar en ella, no sé que siento por Elizabeth, la amo, pero no con la intensidad de antes, pero en momentos tristes la recuerdo nítidamente, recuerdo su rostro infantil diciéndome: sonríe, ya no estés triste. ¿Siempre tenía esos bonitos gestos contigo? Eso es lo que me enamoró de ella.

Sebastián pide otra bebida, Elena se levanta y baila.

Estás loca, siéntate. No, acompáñame, vamos a bailar.  No, no puedo, qué vergüenza.

Sebastián se levanta, intenta algunos pasos, pero no se puede relajar, piensa que está haciendo el ridículo y que las únicas dos parejas que están en el restaurante le están mirando.


Relájate, disfruta esta nuestra última noche. No puedo, creo que este lugar no es para bailar. Sonríe, ya no estés triste – Elena le sonríe e intenta hacer el gesto dulce que seguramente hizo Elizabeth cuando quiso ser buena con Sebastián. 

Wednesday, March 4, 2015

Telefónica

¿Profesor Arias? Sí soy yo. Mire, su pago le saldrá en abril, lo sentimos pero hubo una equivocación con sus datos y por eso no le saldrá su pago. Pero señor, estoy endeudado y me es urgente hacer algunos pagos. Yo le aseguro que le estarán depositando a más tardar el 23 de abril. Pero si estamos iniciando marzo. Profesor, esto le sucede por no presentar los documentos a tiempo. Pero me acabas de decir que es culpa de ustedes. Sí, pero usted presentó su número de tarjeta recién el 25, si lo hubiese hecho antes podríamos haberlo cambiado a tiempo, pero usted lo presentó en último momento y para cuando nos dimos cuenta del error ya los pagos estaban programados y no el suyo. Señor, ¿usted me asegura que saldrá en marzo? Eso es lo que le estoy diciendo profesor.

El profesor Arias está resignado, sale de la Ugel, siente el aire correr y piensa en todas las cuentas que le se han venido encima. Al llegar a su casa, su sobrina le entera que han cortado la línea del teléfono y el cable, seguro también cortaron el internet. Se va a su cuarto y toma un baño.

Su sobrina le sirve una entrada de papa con crema de rocoto y de segundo tallarines rojos con pollo; es un plato que le gusta, pero le molestará después por la gastritis.

¿Y cómo te ha ido el primer día de clases hijita? Bien tío, conocí a mis amigas. ¿Y no conociste a ningún amigo? Hay varios niños, pero no son mis amigos. Me supongo que ya tendrás amigos. No, a mi no me gusta tener amigos – Marianita es una niña de once años que recién entró a la secundaria-, mis profesores todos nos saludan en inglés. Ah que bueno, ves lo importante que es el inglés, ahora tenemos que repasarlo aunque sea los domingos que tengo más tiempo. Sí tío, si no sabes cómo pedir en inglés permiso para ir al baño no puedes ir. ¿Y tú sabes cómo pedir? No, pero no tengo ganas de ir al baño. Se dice, May I go to the bathroom?

El profesor Arias, se pone a la computadora y se da cuenta que aún no le han cortado el internet, tiene dos recibos que pagar. Revisa algunos documentos y escribe una carta a su amigo que le tiene una deuda pendiente, quizás pueda cancelarle ahora.

Se pone los zapatos – zapatos que quisiera darles de baja -, se va al Mall Aventura de Santa Anita para pedir la baja de su servicio de telefonía. 

Llega a la oficina de atención, está lleno, hace una cola para recoger un ticket. Obtiene el ticket de atención y se sienta. Mientras espera, lee una biografía de Inmanuel Kant, estuvo media hora esperando cuando un señor le pasa la voz.

Joven, ¿quisiera pasar ahora? ¿Por qué lo dice? – se sorprende. Es que me toca, pero no puedo acercarme a la ventanilla, porque estoy esperando a mi esposa. Entonces, quiere que le cambie de ticket – hacen el intercambio -, gracias.

El profesor Arias se pone frente a una señorita que lleva lentes tan grandes como los que él usa.

Señorita, el día de ayer me comuniqué con el área de bajas en tres oportunidades y cuando les pedía que me den de baja del servicio, no lo querían hacer, me ofrecían muchas ofertas y ante mi insistencia me decían que me darían de baja pero luego cortaban la comunicación, quiero hacer un reclamo por eso. Señor, lo que sucede es que ellos no podían darle de baja porque usted tiene dos recibos vencidos. Señorita, pero yo antes de llamar al área de bajas conversé con el área comercial y me dijeron que sí podía darme de baja. Bueno señor, yo le voy hacer la baja. Sí, pero quiero primero hacer el reclamo porque me hicieron perder mucho tiempo. Mire señor, yo le voy hacer su baja, no tiene por qué hacer el reclamo. Pero señorita, yo quiero hacer el reclamo, si se me acumularon dos recibos es porque Telefónica me expidió un recibo con un monto que no me corresponde – el profesor Arias levanta la voz. Mire señor, yo le estoy hablando de buena manera, aquí usted no puede reclamar, yo le voy a solucionar su problema, quiere la baja, le voy hacer su baja, no tiene por qué alzar la voz. Usted me está tratando mal como sus compañeros con quienes me comuniqué ayer, usted me ha mentido al decirme que no podían darme la baja, y si le estoy alzando la voz es porque parece que no me entiende, yo he sacado un ticket para hacer un reclamo y la baja de mi servicio no solo para lo segundo.

El supervisor de la señorita se acerca.

Señor sucede algún inconveniente. Así es señor, mire, la señorita me dice que no puedo hacer un reclamo porque los teleoperadores de telefónica no podían darme de baja ya que tengo dos recibos vencidos, quiero que usted me diga si puedo o no hacerme la baja vía teléfono. Sí lo puede hacer. Entonces, le puede decir a su colaboradora que no me mienta, quiero hacer un reclamo y ella no quiere que lo haga. Señor, los reclamos lo puede hacer en el libro de reclamaciones que está allá, aquí la señorita le atenderá con lo de la baja. Gracias señor – el profesor Arias le mira a la señorita y ella esquiva la mirada.

La señorita le pide el DNI al profesor Arias, él le dicta el número, pero ella con mala gracia le dice que debe darle el documento.  La señorita se retira de su ubicación, saca una copia del DNI y al pasar por su lado se ríe y dice, “pero qué gente para más exagerada”. El profesor Arias se siente incómodo y le responde, “no me gusta que se me mienta”. La señorita se sonroja y comienza a digitar en su sistema, le entrega una hoja para que firme y le devuelve su DNI con una copia del documento de la baja.

Me puede decir cuál es su nombre – el profesor Arias pregunta. Allí en el documento está – la señorita le responde de mala gana. Gracias – el profesor Arias se retira.

El profesor Arias se acerca a la ventanilla de reclamos, le indican que puede hacer su reclamo a través de una ventana virtual. Escribe del mal servicio y trato recibido por Telefónica.


Tuesday, March 3, 2015

Oración

Azar o divina voluntad
Tú que estás allá arriba
O allá abajo.

Tú que decides
Cuando hay que reír
O cuándo hay que llorar.

Tú, señor del tiempo
Con que curas heridas
Pero dejas cicatrices.

Acaba con mi desdicha
Que no hay mayor sufrimiento
Para quien amando
No es correspondido.

Que no se puede sufrir
Cien años,

Porque no hay cuerpo que lo resista.






Monday, March 2, 2015

El profesor Arias

El profesor Arias se ubica en el atril y lee con pausa y melodiosa voz su experiencia.

“Julinio era un estudiante muy complicado, le gustaba hacer bromas en el aula y cuando le pedía que guarde orden lo hacía por poco tiempo, luego volvía a comentar con sus amigos o molestar a sus compañeros.

Al verlo por primera vez me sorprendió su estatura y rostro maduro que contrastaba con su comportamiento infantil. Pero más me sorprendió que al llamarle la atención y preguntarle cuántos años tenía me respondió que 19. Fue algo nuevo para mí, un buen número de estudiantes superaba la mayoría de edad.

Lo tomé como algo nuevo y les comenté a ellos que me admiraba la situación de que su salón tenía jóvenes que ya eran ciudadanos, ellos se rieron, algunos se avergonzaron, pero la mayoría hizo bromas con respecto a esa situación, se jugaban diciendo “tú ya eres papá”.

En otro momento, conversando con algunos colegas supe que habían – en esa aula – estudiantes que ya eran padres y madres. Todo esto me dejó muy impresionado y reflexionaba por qué se estaba en tal situación, al comienzo me respondí que los responsables eran los padres, pero luego tras una conversación con un docente, con quien tuve una discusión porque dejó basura en la calle, saqué otra conclusión.

El docente, me dijo:

Por qué te haces tanto problema, sí a sus padres no les importan, si a ellos no les importa, a ti qué te importa.”

El profesor Rivas comprendió el mensaje, aplaudió admirado al profesor Arias.