Wednesday, October 27, 2021

El Principito

Sebastián se levanta tarde, mira la hora en el reloj de pulsera que tiene en la mesita de noche, son las diez. Pisa el suelo para sentir el frío de las mayólicas, se alegra que su habitación esté limpia. Se quita el pijama y la pone en el cesto de la ropa sucia, ya era hora de cambiarla; se va a la ducha y hace caer el agua rápidamente, quiere sentir el frío, quizás eso le quite los dolores de cabeza. Cinco minutos es sufiente, piensa. Toma la toalla blanca, se le cae la toalla de cara, no se da cuenta.

Se vuelve a la cama, coge el principito y lee. Se mira en el espejo, está panzón, como no quiere. Pero se anima, mira que tiene más cabello que antes, quizás la loción esa sirvió, Manuel le aconsejó que compre una loción para el cabello.

Lee la parte en que el Principito se siente miserable por sufrir por una rosa, una rosa que creía que era única en el universo, a la cual había dado su tiempo para regarla todas las mañanas, y resulta que era una rosa común y corriente como las otras que encontró en la Tierra, piensa que es así lo que le pasó con Azul. Seguro ella pensará que es única, que es la más bella entre todas las mujeres, que es especial, pero así como ella, muchas mujeres hay, en verdad lo único de peculiar y extraordinadio que ella tiene es que precisamente él se fijó en ella. Porque el valor lo da uno, o como diría el zorro, el hecho es que alguien te domestica, y ya está, ahora tienes que llorar cuando ese alguien se va.

Se pone la ropa, decide por unos shorts y se abrica, es una locura, va con zapatillas, shorts y chompa, seguro que la gente le mirará como diciendo, y este loco. Pero espera eso, quisiera que la gente se dé cuenta de su existencia. Desayuna en el mercado, conversa con su amiga del desayuno, ella le hace el habla y él le responde amablemente con una ingenuidad. Estaba olvidando el Principito en el mesa, su amiga le recuerda.

En el parque se sienta y decide terminar la obra, es pequeña y es buena, en un momento crucial, como cuando el Principito se despide del narrador, le salen lágrimas, recuerda a su amigo que murió, recuerda a los amigos que perdió, recuerda a Nella en su cama con los dolores de la enfermedad, se recuerda de sus propios dolores caprichosos.

Unos jóvenes sucios, parecen ser venezolanos, le saludan como queriéndole pedir algo, pero no se atreven. Él les hace el habla:

(-) Hola, ¿te podría regalar algo sin que pienses mal ni te enojes?

(-) Lo que sea papi, bienvenido sea.

(-) Esperame aquí.

Sebastián va a la esquina y compra medias, tres pares por cinco. Se acerca al muchacho y se los da. Él está andando con sandalias y unas medias que están muy sucias. Sebastián quería colaborarle con algo a la señora que vende en la esquina, y al ver al joven tuvo la oportunidad de ayudar a dos personas, cree que su compra valió doblemente la pena.

(-) Gracias pana, pero nosotros tenemos hambre.

(-) Ok, ¿les invito tequeños?

(-) Muchas gracias.

(-) Tomen – Sebastián les da tres soles -, con esto podrán comprar, serían muy gentiles de comprarle al señor de la esquina, él es mi amigo.

(-) Gracias pana, que dios te lo bendiga.

(-) De nada.

Sebastián camina regreso a casa leyendo las últimas páginas del libro. Se siente bien, el sol ha salido. Sonríe.

Sunday, September 26, 2021

Me enseñaste

 

Me enseñaste
Que no importan los sueños
Que el futuro es ilusión
Que rápido va pasando, la pretensión.
 
Aprendí de ti
Que los años pesan más
Y te arrastras tanto
Cuanto más daño has hecho.
 
Comprendo ahora
Sentado en esta silla
Sufriendo las escaras
Qué estúpida puede ser, la juventud.
 
Qué mal hice al abandonarte
Niña de pocos años
Cuánto daño te hice
Esa noche que te dije adiós.
 
Tu historia triste
Que a pulso forjé
Con mi ausencia
Con tu espera en balde.
 
Ahora tu historia triste
me alcanza
Y soy uno más del coro
Que llora tu desgracia.





Thursday, September 23, 2021

Estrellita y Daniel

Sabes, los dolores están allí, tenías razón, no soy normal. Estoy comiendo verduras; mi objetivo: dejar de acumular grasas en la panza. Fui en la fuente de soda donde va mi tío Sebastián, seguro que le has visto, es el de los videos. Es un loco, tengo miedo que le pase algo malo, que por decir tantas cosas un día diga algo que no deba, que la gente puede malinterpretar o peor, que diga una verdad inaguantable para una sociedad tan sensible, seguro soy parte de esa sociedad sensible.

Estrellita mira al apuesto joven que está limpiando la pared. Toma cuenta de sus cabellos ondeados y le mira la nuca, su piel blanca, sus pestañas rizadas, Estrellita se siente profundamente interesada por él. El joven voltea como si hubiese sentido que alguien le llamara, ella agacha la mirada y simula leer su libro.

Tengo ya dieciocho, Julio me dejó, me dijo que no se acostumbraría a los Estados Unidos, pero resultó que él era americano de corazón, lo cierto es que es un alienado más. Ahora estoy leyendo unos cuentos, cuentos escritos por mujeres, entre ellos tengo uno de Isabel Allende, fenomenal.

El joven se acerca a la mesa de Estrellita y pone sobre la mesa los cubiertos, ella sonríe, él la mira así nomás. El joven tiene muchos problemas en la cabeza, está pensando en comprarse unas zapatillas, unos jeans, quisiera tener dinero para poder comprar las pastillas que necesita su madre, cuánto le gustaría tener dinero para estudiar, aunque sea en un instituto. Estrellita se da cuenta que ese joven es triste, como el conejo del cuento que lee.

He conocido a un joven, su nombre es Daniel, me parece que es venezolano, se ve lindo. Me ha dicho algo, él solo se encarga de limpiar, pero hoy me atendió a la mesa y me dijo algo, voy a considerar esa palabra una de las más hermosas, no he sentido su entonación, pero me ha dicho algo que me pareció angelical.

El mozo grita el nombre de Daniel, y le pide que acomode unos costales. Estrellita se fija que Daniel no tiene buenas ropas, piensa en que podría comprarle unos jeans, tiene dinero ahorrado, le podría apoyar comprándole jeans y unas zapatillas, ese joven debe estar pasando necesidad. El mozo le alcanza la ensalada, ella despierta de sus elucubraciones.

Ese joven es muy apuesto; seguro que debe tener novia. Pero igual, me gustaría ayudarle, me gustaría ser su amiga. Pero que tonta soy, me perdería al conversarle, qué le podría decir, seguro que tendrá cosas mucho más interesantes que comentar sobre literatura. Leo literatura desde que mi tío Sebastián se le ocurrió que mejores regalos – y más cómodos – son los libros, y ya me ha dado muchas obras, pronto tendré mi propia biblioteca.

Estrellita termina su ensalada, deja el dinero en la mesa y se despide:

(-) Muchas gracias, aquí tiene – se lo dice de lejos al mozo.

(-) Gracias – el mozo responde alto y con una mirada le pide a Daniel que recoja los platos y el dinero.

(-) Gracias – Daniel se dirige a Estrellita, quien sonríe y baja la mirada.

Thursday, August 5, 2021

Y VIAJASTE CONMIGO - 1

Sebastián camina por delante, es más pequeño – físicamente - y mayor – en edad - que sus acompañantes, pero se ha convertido en el líder del viaje. El objetivo ahora es conseguir un hospedaje cómodo, no importa que el lugar diga HOSTAL – esa palabra le suena fea, pero es para lo que le alcanza, quizás en su infantil adolescencia hubiera estado buscando estrellas, pero ahora busca precio -, camina más rápido para no escuchar ningún reclamo o idea contraria en seguir buscando.

En un hotel cerca al centro, la primera propuesta que tuvo fue ciento veinte soles por noche; eso haría muy costoso el viaje; siguió caminando y encontró otro de sesenta, pensó que podría encontrar algo más cómodo, su primo le dijo que podría conseguir uno de treinta, que los hay alejándote del centro, sube las escaleras para llegar a la recepción de los hospedajes. En este último, tuvo que subir hasta el tercer piso, simulando que no le afectó el ascenso alza la voz pidiendo que alguien le atienda, pero no hay nadie, este lugar está vacío, insiste:

(-) ¡Hay alguien aquí! – alza la voz.

(-) Sí señor, estoy a su orden – una joven venezolana baja del cuarto piso.

(-) Buenas tardes señorita, ¿cuánto están las habitaciones?

(-) Ahora solo me quedan dos, una simple y otra doble, pero usan baño compartido.

(-) ¿Y a cuánto cuestan?

(-) El simple, treinta soles; y el doble cuarenta.

(-) Excelente, es lo que estoy buscando. Ahora vuelvo.

(-) A su orden señor.

Sebastián baja, les dice la oferta a sus acompañantes y ellos agradecen a dios – aunque pensándolo bien, Keni seguro no agradeció a Dios. Suben las escaleras, se cansan, los 2750 msnm exigen mucho a sus citadinos pulmones. La señorita es muy amable, les da una almohada más a cada uno y le arregla el televisor a Sebastián.

(-) Sebastián – la señorita le llama por su nombre al huésped -, aquí dejé unos soles en la repisa, no los habrá cogido.

(-) Sí, disculpa, pensé que los habría dejado el anterior huésped y me los guardé.

(-) No se preocupe, es que yo estaba durmiendo aquí – la señorita no se da cuenta que confiesa que utilizó esa cama para dormir.

(-) Aquí lo tienes, qué pena.

(-) No se preocupe – Veruzca le sonríe -, ya se me acaba mi turno, la dueña llega a las 10 pm, pero si usted sale puede pedirle la llave a la señorita de la conopizza, ella le presta las llaves, aquí es bien seguro.

(-) No te preocupes, solo compraremos unas cositas y volveremos temprano.  

Sebastián sale a comprar crema dental y shampoo, al volver no molesta a la chica de la conopizza, llama a Daniel para que le abra la puerta. Los chicos ya estaban listos para ir a cenar. Es un día especial así que él les invita en un restaurante. Daniel se pidió conejo; Keni, lomo fino y; él, tallarines a la parmesana.

Sebastián come recordando a Azul: a ella le gustaría mucho estos tallarines, están buenazos. Coge su celular para agregar como contacto a Veruzca, es una chica sencilla, simpatiza con su trabajo porque le recuerda a Azul. Mira el estado de WhatsApp de Veruzca y ve que ella está sonriendo en un balcón conversando con un joven de buen parecer. Se lo merece, las personas lindas se merecen ser felices.

Daniel ofrece un vino, Sebastián y Keni aceptan y comparten, este vino es trepador. Sebastián rechaza un segundo vino y les pide a los jóvenes ir a descansar para no tener problemas ya que tienen que salir temprano. Son las diez y media, toman una motocar que les lleva al hospedaje que para su disgusto su cartelito dice HOSTAL.

Llegaron al edificio, nadie les abre, pasan los minutos, la hora y nadie abre la puerta. Sebastián se molesta, llama a la policía y exige que alguien le atienda, el policía que contesta le dice que no es su problema, que ellos no tienen que ver con eso, pero él argumenta sobre el servicio policial y su interlocutor policial no resiste más y le dice que enviará una patrulla.


Monday, July 26, 2021

Y viviremos para siempre

 

Y se arrodilló para dejarle la rosa que tenía consigo desde la mañana. Ella fue su madre, quizás no biológica, pero fue su madre de crianza. Por ella comía a regañadientes, ella le motivó los estudios. Por ella sigue intentando en tener ese gusto por los museos y las bibliotecas que aún es incipiente. La señora Rivas fue la mejor madre, no como la loca de cabellos largos que le dejó cuando era un niño; la señora Rivas tenía color, no como la mujer gris que le visitaba en sus pesadillas.

Sebastián le sonríe a la lápida que lleva el nombre de Nella. Un niño chaposo se le acerca:

(-) Señor, señor, ¿se le murió su familia? – el niño pregunta ingenuo -, ¿por eso está triste?

(-) Sí, se murió mi mamá. ¿Y a ti se te murió un pariente?

(-) Sí señor, se me murió mi papá. Mi mamá dice que está en el cielo, que un día vamos a ir nosotros a vivir con él para siempre cuando nos muramos.

(-) Ella debe ser tu mamá, Carlitos. – una mujer chaposa le llama al niño por su nombre.

(-) Sí señor…, no esté triste, ya cuando usted se muera va estar con su mamá para siempre.

A Sebastián se le marca los pliegues de los ojos, la señora agarra de la mano a su hijo y saluda a Sebastián con un buenas tardes para luego despedirse, Carlitos voltea la cabeza para ver a Sebastián que se está yendo.


Wednesday, July 14, 2021

La Vero

Sebastián se levantó temprano, baja para el mercado. Encuentra en el parque unos jóvenes venezolanos con su bebé, tienen sus ropas sucias y la mujer está fumando. Ella tiene los ojos desorbitados y él, el rostro preocupado; el niño camina en círculos. Seguro que ni desayunarán - reflexiona al ver la bolsita de caramelos que lleva el chico - habrán almorzado ayer, qué será lo último que se habrán llevado a la boca.

Entra al mercado, pide una taza de quinua y dos panes con pollo; piensa en llevar panes con pollo y quinua para la joven pareja, pero luego recuerda que a Azul no le gustaba el pan, que cuando le contó que sus estudiantes hicieron una broma sobre las arepas, ella le dijo que raro le parecían los peruanos porque comían siempre pan, que todo era pan, que el pan le era insípido, que no había nada mejor que las arepas. ¿Dónde conseguir arepas para esa joven pareja? – se le ocurre – Si Azul estuviera en casa, le diría que me haga arepas para esta joven familia, y seguro que ella encantada.

Sale del mercado y compra tres tequeños venezolanos, esos que ellos llaman tekepizzas, y le pide a una chica que está vendiendo café con sus termos le acompañe hasta donde están los jóvenes. Les entrega los tequeños y paga por el café para ellos. El joven se lo agradece, y la chica baja la mirada, agradece con una voz que se le apaga, Sebastián se da cuenta que la mujer tiene ojos de color extraño, sus ojos son bonitos como los de Azul.

************* 

Entra a la biblioteca, tiene llamadas perdidas. Prende la computadora mientras revisa un libro de literatura, busca el capítulo donde se trata las obras de las escritoras del siglo XIX. Suena el celular, es Sofía.

(-) ¿Qué pasó Sofía?

(-) Sebatián, te has olvidado de etiquetar a Verónica, pero yo ya la etiqueté.

(-) ¿De qué hablas?

(-) Del mensaje que hiciste para ella pues, ese donde hablas de las mujeres maltratadas, ¿acaso no lo estás escribiendo por su caso?

(-) No, estoy refiriéndome a las mujeres y varones maltratados en general.

(-) Pues yo pensé que lo hacías por Vero, pero igual, tu mensaje le cae como anillo al dedo, tú sabes que su marido le pega y ella no quiere denunciarlo, ella miente, trata de disimular que tiene una familia feliz, cuando lo que está viviendo es un infierno.

(-) No lo digo yo, pero si es así; ojalá reflexione y termine con ese tipo.

(-) No, no creo que lo haga, pero al menos no dirá que no le hemos advertido, yo creo que esa relación se va terminar con la Vero en un hospital. Pero ese maldito se las va a ver conmigo, ese día la Vero recién abrirá los ojos, claro si podrá abrir los ojos, porque esa bestia quizás y la mate. Pero nosotros no somos nada para meternos en vida de parejas. Ya una vez me dijo la Vero que ni me meta en sus asuntos conyugales.

(-) Bueno, ojalá que recapacite por ella, y si no es por ella, que sea por sus hijos.

(-) Pero es esa bestia que no la sabe apreciar. No se da cuenta que gracias a la Vero él es alguien en esta vida, porque la bestia esa ni apellido tenía. Pero pobre mi tía, sabes… - genera intriga – sabes… he soñado… he soñado cómo mi tía la despide en su lecho de muerte, porque como van las cosas mi tía va despedir a la Vero.

(-) No digas eso, no es que quiera que se muera mi tía, pero Vero es más joven que yo; cómo se nos va ir Vero antes que su mamá.

(-) Bueno, pero tú tuviste que etiquetarla, ahora la Vero se va molestar conmigo porque fui yo quien la etiquetó, pero no podía dejar pasar la oportunidad de tu mensaje para que recapacite la Vero.


Tuesday, July 6, 2021

Y se me partió el alma

 

Te acuerdas que te sorprendía
Con un sinnúmero de detalles
E ingenua
Siempre me decías,
Esto no me habían hecho nunca.
 
Y también te enojabas
Te aburrías o te dormías
cuando ponía mi música
Que no estoy tan viejo
Pero tú sí estás muy joven.
 
No estabas en error
Cuando me decías
Que se terminaba tu mundo
Y allí estuve acompañándote
Y se me partió el alma.
 
Cuánto quisiera volver
Al minuto anterior de tu despedida
Para hablarte mucho
Abrazarte más fuerte
Y besarte hasta el cansancio.




Monday, July 5, 2021

Azul de mis amores

Sebastián está renegando, tiene que registrar las calificaciones de sus estudiantes por cada competencia en cada boleta, que claro lo tiene que hacer, pero le parece injusto que le demanden eso cuando fácilmente se puede utilizar alguna fórmula en Excel para que solo llene sus registros y no tenga que estar llenando cada boleta.

Pone música – Mozart – para hacer llevadera esta labor virtual. Estar sentado cinco horas diarias frente a la computadora para hacer sus actividades, no solo le genera el dolor de cabeza, también molestia en las nalgas, y eso que se sienta correctamente, pero debe ser la tensión, la ansiedad por el que presiona contra el asiento. Encima niños que preguntan fuera de hora por alguna actividad que no entendieron a pesar que tienen las indicaciones en el grupo. El Perú – Brasil no le interesa, debe avanzar con esta tarea que lo tuvo que haber presentado ya. Felizmente que dieron plazo hasta el siete, pero es mejor hacerlo hoy y mañana y no dejarlo para último día.

El celular suena, se molesta, piensa que es un padre de familia para darle escusas de las faltas de su hijo, se da cuenta que es un número desconocido, contesta, es una llamada del banco para ofrecerle un crédito que como siempre, va negar; antes haciéndole una gracia al teleoperador preguntándole porqué un hombre como él puede ser digno de un crédito.

Mira si algún mensaje importante le llegó, Keni le ha escrito prometiéndole que subirá la entrevista hoy, a las seis. Le responde, “ojalá”. También se da cuenta que Alejandra le mandó dos besos – emoticon -, duda en responderle, pero le envía un audio:

(-) Qué fue mi amor, me supongo que esos besos son un pequeño adelanto por la chamba de la noche. Mañana cenita, ¿verdad?

(-) Ay viejito, gracias, te debo mucho. El fiscal se quedó contento con las ppts, le pareció muy bien tu orden, y me felicitó. Por supuesto, esos besitos son solo un pequeñísimo adelanto de lo que tengo para ti. Mañana vamos, somos comida mexicana, he visto un huarique que te va encantar.

(-) Ya negrita, ahora estoy full, en la noche te llamo.

(-) Espero tu llamada, chausito.

Hace frío, sube a su habitación y se baja una manda ayacuchana. Piensa en que está enfermo, quizás ese frío que ha sentido es porque está enfermo, algo malo debe pasarle, no es normal que le venga un frío así – hipocondriaco -, pero luego razona, no, este frío es del invierno, ya estamos en pleno invierno, piensa. Abre el Facebook y mira la foto de perfil de Azul, qué linda está allí. Sus grandes ojos.

*****

(-) Tío una señorita está que te busca – Teresita grita desde el primer piso.

(-) Por favor, dile que estoy en el segundo piso, que suba – Sebastián se cambia de polo porque sabe que es Azul.

(-) Buenas noches señor Sebastián, quería pedirle un favor.

(-) Dime Azul, lo que quieras si está en mis posibilidades servirte – un poco más y le dice, a tu orden.

(-) Ay señor Sebastián, lo que pasa es que no me han pagado completo mi quincena, me toca ya pagarle el alquiler, le he traído doscientos, el viernes le puedo dar el resto – su voz suena como música.

(-) No te preocupes Azul, ahora te hago el recibo.

(-) No señor Sebastián, no se preocupe, me lo da el viernes que le pago el resto.

(-) Está bien, entonces hasta el viernes.

(-) Gracias señor Sebastián.

(-) Azul – Sebastián la llama súbitamente.

(-) A su orden señor Sebastián.

(-) Esta semana te va tocar la limpieza de tu piso.

(-) No se preocupe señor Sebastián, yo el viernes voy a comprar líquido para la poceta y voy a dejarlo limpio. Pierda cuidado.

(-) Está bien, ten buenas noches – Sebastián le mira los ojos y le da la mano, ella corresponde y le sonríe muy simpática.

Wednesday, June 23, 2021

Diez soles


Son las doce, Sebastián va a la biblioteca a limpiar lo que tímidamente le dio a entender Keni, se imagina encontrar el piso sucio, quizás rota una mayólica o el escritorio mojado. No importa, él se lo merece, es su socio, su amigo. Abre la puerta y ve cajas de whisky y unas gaseosas de guaraná. Sonríe porque el muchacho no hace eso, al menos no en su oficina, le escribe al WhatsApp:

(-) Para la próxima tu reunión lo haces en la cocina, así estarás más tranquilo.

(-) Gracias cholito, lo tendré en cuenta.

(-) (y)

Sebastián encuentra documentos mojados en la esquina, felizmente que no son sus registros, solo algunos documentos que volverá a imprimir.

***********

(-) Señor Sebastián, señor Sebastián – Azul llama de lejos al arrendador.

(-) Dime Azul – A Sebastián le brilla la cara al ver a nueva inquilina.

(-) Señor Sebastián, disculpe el abuso, pero me quedé sin dinero para el pasaje, me podría prestar diez soles y se lo devuelvo el viernes que me pagan.

(-) Ok, no hay problema, espera, voy a entrar a mi casa para buscar.

Sebastián pide prestado a Nella, pero ella no tiene, encuentra en su bolsillo veinte soles, podría prestarle los veinte, pero necesita para su cena, y ya es muy tarde para ir hasta la Chimú donde el cajero. Sale de la casa de Nella, compra unas canchas y así sencilla. Se acerca a Azul que espera en la puerta de las escaleras, le entrega los diez soles y la bolsita de cancha que compró. Ella le agradece, Sebastián se siente raro, acaso será que se está enamorando de la venezolana, piensa.

Tuesday, June 15, 2021

El duente

Sabes, de pronto mi vida se ha vuelto más normal o, mejor dicho, más común. Mi tío y mi primo también se encierran en sus habitaciones. Claro, ellos lo hacen para trabajar y estudiar, yo lo hago para continuar mi otro mundo, el mundo en que tú siempre me esperas para poder seguir nuestra historia. Perdóname por hacerte esperar, debes controlar tu ansiedad, ahora ya estoy adulta y tengo otras obligaciones, pero ya te he prometido que no voy dejarte.

Si mi madre supiera lo exhausta que estoy y que no es porque soy débil, no, el hecho es que tengo dos vidas, tengo que limpiar su casa, pero también nuestra casa, tengo que comer con ellos, pero también quiero compartir contigo un almuerzo.

Ayer mi madre hizo arroz frito, tu preferido, quise traerte, pero se vería mal que me llevara otro plato a mi habitación. Sabes Pablito, me preocupa que no crezcas, sé que no es por falta de alimentos, porque si no ya te hubieras enfermado, ¿acaso será que no crecerás? No puedo llevarte al hospital, pero pregunté al doctor de por qué los niños no crecen y me explicó que puede ser un trastorno de crecimiento o enanismo. Tengo dieciocho y tú debes tener la misma edad, pero estás igual de chiquito que cuando teníamos cuatro, ahora te veo como un duende, pero antes eras mi par, me preocupa, pero no puedo hacer nada, no puedes salir de aquí o, mejor dicho, no quieres salir de aquí. Así que esperemos que no sea algo muy malo lo que te impide crecer, y solo sea que eres un enano.

Sal de allí por favor, no te resientas, ven, acércate. Mira, estos son los libros que compré. Te los voy a leer en la noche, vamos a viajar a otros mundos, ahora yo seré quien te llevará por otros paisajes, iremos a otras tierras a través de la lectura.  

Friday, June 11, 2021

La foto de Azul

Sebastián escribe su discurso en la computadora, se leyó la biografía del homenajeado: Toribio Rodríguez de Mendoza. Le gustó enterarse de la obra reformadora del prócer y le honró que a éste personaje se le conozca más como maestro, le vino el frío de la duda porque quizás él no se merezca nunca ese título: maestro.

Pone el punto final en la palabra prócer. ¿Qué es un prócer? Alguien de alta dignidad, de inminente calidad, alguien alto de alma y cultura, alguien que está por encima de los sujetos comunes. Puso el punto final en esa palabra que le calza al maestro Toribio Rodríguez de Mendoza. Su celular timbra, es Elena, está abajo. Sale.

(-) ¿Qué pasó?

(-) Quería visitarte, me bajé en Puente Nuevo y vengo caminando, todo está mojado aquí.

(-) El clima está como yo.

(-) Ya me imagino, te traje torta helada, ¿podrás hacerte las infusiones?  

(-) Le pediré a Florcita que me llene el termo con agua caliente. Sube, la cocina está abierta.

Sebastián entra a la casa de sus padres y va a la cocina, felizmente que había dejado el termo anoche. Florcita había calentado agua, así que no hay problema no tendrá que esperar. Sale con el termo.

(-) Me sorprende lo mucho que estudias, Sebastián – Elena pasa las hojas del viejo diccionario que está en la mesa.

(-) Estaba haciendo una pequeña reseña para el canal.

(-) ¿Y se fue Azul?

(-) Sí, ya hace un par de meses.

(-) Pues que bien, todo está tranquilo aquí. ¿Sigues conversando con ella?

(-) No, pero miro sus fotos – Sebastián toma una fotografía al libro que leía y lo pone en su estado de Whatsapp.

(-) Pero por qué pones siempre libros, por que mejor no pones una fotografía tuya.

(-) Prefiero poner los libros que leo, es lo mejor que se puede ver de mí.

(-) Yo te tomaré una foto, sonríe. Ay Sebastián, sonríe – Sebastián no puede sonreír -. No importa, ya te tomé y esta la vamos a publicar.

Comen la torta helada que es uno de los dulces preferidos de Sebastián, Elena juega dándole de comer, él acepta, se acarician, se quieren. Elena revisa el celular de su amigo y se va a los estados para buscar a Azul, está allí, ella también a posteado una fotografía. Está linda, sus grandes ojos son dolorosamente hermosos, no es más bella que Elena, solo es distintamente bella.

(-) Es muy bonita, sus ojos brillan.

(-) Me gustan más su nariz y sus labios. Ahora está en Apure, siempre sale con ese fondo.

 (-) Ya es tiempo que avances con esta cocina - Elena se levanta, recoge los platos y sale al patio para lavarlos.

(-) Ya no quiero, yo hice esta cocina para que ella cocinara aquí, pero ahora ya no tiene sentido, puedo comprar la comida, prefiero comer afuera y así no estar lavando platos. Yo quería hacer vida con ella.

(-) Pero yo quiero venir a cocinar aquí, te puedo hacer un flan, unas tortillas, chaufa, ay no sabes cómo me sale el chaufa. Si compras un refrigerador podrías hacerte comida para el día y así ahorras… ¿A qué hora dictas?

(-) Hoy me toca a las dos.

Wednesday, June 2, 2021

En un norte maldito

Azul esta frente a su hermano, sus labios rosados están cerraditos y sus hermosos ojos, brillosos. Lo cierto es que no tuvo que regresar, la vida es más dura aquí, no hay pan para llevarse a la boca, no alcanza ni para el niño que llora. Azul recuerda la habitación donde vivía, allí era menos espacioso, pero no había escasez, había el miedo de no volver a ver a los suyos, pero estaba la tranquilidad de saber que ellos tenían comida. No hay mundo feliz, ni en su tierra ni el extranjero.

Pero qué hay del amor, tampoco hay amor. El amor en estas circunstancias es rebajarse a acostarse por tener un ingreso, el amor aquí es ir a la cama de un enchufado para conseguir medicamentos para su madre. El amor es despertar con un hermoso paisaje, pero con un frío de alma por encontrarse en otra cama.

Los hermosos ojos de azul brillan, su hermano la admira y baja la mirada cuando ve que caerán lágrimas de ese fenómeno divino. No quiere verla llorando, el llanto silencioso de su hermana es tan doloroso como saberse sin piernas, ese llanto es el que le restriega que es un inútil en una silla de ruedas, y que para colmo es un inútil que ha llevado a la casa de su madre dos bocas más para alimentar.

La mujer que amo llora y sé lo que le está pasando. Sé lo mucho que sufre en ese norte maldito. Sé que es desgraciada, que solo siente infelicidad, que su rostro ahora revela desventura.



Sunday, May 9, 2021

Con un poco más de color

Sebastián limpia su habitación, está más tranquilo, ahora hay un poco más de color en su vida. Elena sigue saliendo del espejo y le trae novedades, esta vez el pequeño Moisés hizo una travesura a la abuela escondiéndole su bacín, la podre señora que no le gusta hacer en el baño, dudaba dónde es que lo puso.

(-) No sabes cómo es Moisés.

(-) Tiene a quién salir, Henry estuvo aquí y teníamos planes de viaje, pero se frustró esta vez también.

(-) Entiendo, pero habrá tiempo Sebastián – Elena le abraza.

(-) Me siento solo, desde que se fue Azul me siento más solo, a pesar que no la tenía conmigo, pero solo saber que estaba aquí, me acompañaba. Su sonrisa, ¿sabes?, tengo miedo de olvidar cómo reía, me esfuerzo para sentir la textura de sus manos en las mías.

(-) Sebastián, Azul era una fantasía, era menos real que yo.

(-) Pienso que volverá. Me comentó Lizmar que Azul volvió con su expareja, que no lo está pasando bien en su país y que quizás vuelva, pero es más seguro que regresa acompañada.

Elena regresa al espejo y Sebastián se mete a la ducha. Hace frío, escucha que alguien lava ropa, debe ser Luis. Al caerle el agua nota que está sangrando por la nariz, se asusta, coge papel y se limpia, se había jalado un vello nasal, recuerda cuando su sobrino le dio un golpe en la nariz y no le paraba de sangrar, su madre desesperada pidió a su padre que le llevaran al hospital con el microbús que manejaba, el micro entró al hospital Hipólito Unanue solo para que le atiendan a él, cosa con la que admiró más a Nella, en verdad ella le amaba como una madre.

(-) Nella, gracias, muchas gracias mamita.

(-) ¿De qué hijito?

(-) De esta rica comida que me das todos los días.

(-) Pero si eres mi hijo, hasta que me queden fuerzas voy a servirte. Ahora ya no puedo cocinar como antes, ahora tengo que tener más cuidado con los condimentos.

(-) Pero te sale riquísimo, creo que soy muy afortunado.

(-) Ay, cuando estaba sana, yo podía hacer mejores platos. ¿Y cómo está Azul?

(-) Ya se fue mamá.

(-) Pero, ¿cómo que se fue?, ¿cuándo se fue?

(-) Ya hace un mes, se fue a su país. Estaba muy sola aquí y bueno decidió irse para allá.

(-) Pero no dicen que Venezuela está mal, ella era buena chica, simpatizaba con ella por todo lo que me has contado. Lo luchadora y buena también contigo. ¿Ahora quién te hará el desayuno los fines de semana?

(-) Nella, yo siempre compro el desayuno en el mercado; y ahora por pandemia estoy desayunando con Sofía.

(-) Esa chica estaba bien para ti. Yo pensaba que ya iba tener nuera.

(-) Imposible, Azul solo era una amiga, una chica simpática a quien quería ayudar.



Friday, April 16, 2021

Rodrigo quiere ser papá

Rodrigo esta casi desnudo. Ella puede notar su buena postura y piel pálida, ligeramente enrojecida. Le llama la atención sus gruesos y musculosos bíceps. Vanessa aún se mantiene vestida, su piel oscura, piernas largas destaca a los ojos del venezolano.

Rodrigo se aclara la garganta, la mira de arriba abajo y con su entonado tropical le dice lo hermosa que esta. Ella se ríe incómodamente y, se empieza a desnudar.

Mientras hacen el amor, es él quien piensa más que ella; es raro, normalmente las divagaciones son más frecuentes en la fémina, pero esta vez el caballero no deja de pensar, tiene su anatomía respondiendo automáticamente a los roces del otro sexo, pero su mente no deja de pensar en que esta es una más de esas relaciones informales y pragmáticas, porque simplemente no hay mucho para escoger. El placer le significará unos segundos olvidables, quizás más placer podría tener autocomplaciéndose o, incluso, cocinando. Mi primo ya tiene familia; Luis, tiene familia que le espera; mi hermano tiene una gran familia a quien alimentar. ¿Será que la vida sería mejor con una mujer e hijos, tener por quién luchar? – Piensa y no para de pensar-, en diciembre me iré y volveré a ver a Yamilis, ella aún me ama, sería fácil hacerla mi mujer y tener un hijo con ella, quizás me canse, la deje, vuelva a Perú y al menos tenga a alguien por quién luchar, un niño o una niña que me esperará en Venezuela y me dirá papá, sí eso me serviría, el sentido de la vida es traer más vida.

Vanessa se lava en el baño, mientras Rodrigo está tirado en la cama, ensimismado. Siente frío en su cuerpo, pero no se tapa, se siente joven y quiere que Vanessa le mire. Si ella quedara embarazada, sería bueno, la apoyaría para tener al bebé, no me casaría ni uniría con ella, no tendría vida con esta mujer, pero si quedara embarazada tendría el bebé – Rodrigo recuerda los abortos que indujo a sus amantes -; quizás Dios me esté castigando por haber permitido que Yamilis abortara, quizás ahora no pueda tener familia y mi destino sea estar solo.

-          ¿Por qué no te vistes?

-          Quiero estar un ratico, ven la cama está tibiecita – Rodrigo es cariñoso.

-          Ay Rodri, ya es tarde, va comenzar el toque de queda.

-          Si nadie respeta el toque de queda chica, ven, hay que ver la televisión, aprovechar lo que hemos pagado.

 

Monday, March 22, 2021

Las medias de Azul

Sebastián tiene miedo, quizás ese miedo sea lo que le provoca las infecciones, el médico dijo que era ansiedad. Cruza la avenida y se da cuenta de un señor de ojos azules. “Qué hermoso es el ojo humano, no es el color, es simplemente el ojo humano el que es hermoso – mira los ojos de un joven sencillo -, cualquier ojo humano es hermoso, es lo más perfecto de la creación. Los ojos de Azul eran hermosos, pero por ellos no me enamoré, sus ojos me impactaron, pero lo que me enamoró fueron sus gestos sencillos”.

(-) A su orden señor Sebastián.

(-) Gracias por estar a mi orden, pero no me digas señor.

(-) ¿Te puedo llamar Sebastián? – pregunta Azul.

(-) Claro, tú eres Azul, ¿verdad?

Azul sonríe a Sebastián y éste flota perdido por el gesto bonito de la venezolana. Ella tiene unas medias en las manos que toca delicadamente como sintiéndolas. Sebastián extiende sus manos para que Azul le dé las medias, ella no tiene problemas en dárselas y se tocan las manos sintiendo un calorcito seco tierno.

(-) Están bonitas, suavecitas.

(-) Sí, ¿verdad?, me costaron baratas aquí nomás en el mercado. A cinco soles.

Sebastián tocas las medias que tendrán contacto con los blancos pies de Azul. Piensa que son baratas, que ella se merece algo de más calidad, piensa que si se hacen amigos le puede comprar medias en Saga o en Oeschle para su cumpleaños.

Sebastián abre la puerta principal del edificio, lleva consigo dos botellas de agua que compró en Metro, pasa por el cuarto de Azul, se queda mirando y siente la nostalgia: “¿Dónde estarás Azul?, ¿tendrás alguna necesidad?, si me llamaras para pedirme que te ayude a volver, yo lo haría; ahora estoy endeudado, pero sí, haría el sacrificio para que vuelvas a Perú, ¿cuánto podría costar tu retorno?”

(-) Cholo ya vas a venir – Keni escribe en el Whatsapp.

(-) Cholo estoy cansado, recién llego del hospital, más bien ven tú.

(-) No cholo, tengo que hacer algunas cosas aquí, ven, ayúdame pues, es momento que demuestres tu amistad, ayudaaaaaaaaaaaaaa…

(-) Está bien cholo, iré, pero en media hora todavía, voy a cambiarme de ropa.

(-) Ya cholo, voy hacer piña.








Tuesday, March 16, 2021

Muy tarde

Sebastián se levanta muy tarde, son las nueve del día, está con una pereza y dolor de cabeza. Esto de estar creando grupos de Whatsapp en realidad ha sido un chambón, supuestamente estas cosas se hacen para facilitarnos la vida, pero en realidad nos la friega. Se mira en el espejo y se siente mal por la notoria acumulación de grasa abdominal, tiene miedo al recordar que en algún momento pudo ser anoréxico, se sonríe para darse ánimo: gordo pero sano, piensa. Se mete a la ducha.

El agua cae caliente, se pregunta cómo será en el invierno, seguro que el agua estará fría porque con la baja temperatura y el agua estancada será sufrible bañarse en esos días. Abre la botella del shampoo y le llena agua para poder utilizar lo último, tendrá que esperar una semana para comprar una nueva botella, con la deuda está más ajustado. Felizmente que ya no está Azul, si la tendría estaría más aguja, y me moriría de la pena de no poder invitarla a salir a comer algo.

Sale de la ducha, se seca mirando su anatomía en el espejo, se mira en el espejo para recriminarse por no tener un cuerpo formado, le sale las ideas de “si tuviera…”. Sonríe – fingidamente – para darse ánimo, esta vez con la idea “al menos tengo un trabajo”. Y vaya que trabajo, son un cuarto para las diez y ha comenzado a timbrar el celular, son los estudiantes que le escriben por el Whatsapp y también llamadas, de seguro madres de familia, que no respetan el horario del trabajo del docente. No responde porque le duele la cabeza y cree que es una injusticia que le llamen o mensajeen a esas horas, cuando él fácilmente podría estar haciendo otra actividad, quizás podría leer un libro, terminar “La ciudad y los perros” que lo ha dejado a medio leer. No termina de vestirse y se tira en su cama, toma el libro y se pone a leer. No importa, solo tomaré agua y me quedaré aquí una hora para avanzar con mi lectura.



Azul, sería genial que me dieras 
la oportunidad de contarte alguna de mis lecturas


Friday, March 5, 2021

El sentido de la existencia

Sebastián se levanta, escucha la conversación de los jóvenes del cuarto piso, se da cuenta, por el tono de las palabras, que ellos están alegres, tienen objetivos, hay vitalidad; los envidia, él no tiene nada de eso, se siente desgraciado y miserable. Se levanta y va a tomar una ducha, piensa que una ducha fría podría ayudarle, pero el agua que le cae esta tibia, el tanque expuesto a los rayos del sol conserva el calor que ganó ayer.

Sale de la ducha, deja la toalla y se viste sin ganas a pesar que le faltan un par de minutos para comenzar con la reunión virtual. Va a la cocina, llena su jarra con agua de una botella y lo mezcla con colágeno en polvo, baja a la antigua biblioteca para conectarse a la reunión. Mira por la ventana a Norma, ella está friendo pescado para su desayuno, a él no le gusta el pescado, así que no le dice nada porque si Norma le escucha es posible que le sirva un plato. Se conecta y saluda sin preocuparse si sus colegas han escuchado o no el saludo, ellos están comentando cosas sin importancia, algunas profesoras incluso están recordando las salidas cuando se llevaban las clases presencialmente.

Espera a que la directora inicie la reunión, mientras tanto lee un libro sobre “sexo y aborto”, donde da cuenta que esto del aborto ha sido una preocupación de milenios y se sorprende encontrar que los filósofos Aristóteles y Platón expresaron su franca aprobación del aborto siempre que fuera hecho antes de que la madre sintiera alguna manifestación de vida en su vientre. Él no está de acuerdo con eso, y piensa que la postura de los grandes filósofos de la Grecia Clásica se debió a la falta de conocimiento sobre el inicio de la vida humana. Uno de sus colegas le escribe al WhatsApp, preguntándole por su lectura.

(-) Buenos días profesor Rivas, ¿por qué su interés en el aborto?

(-) Es un tema interesante, y me preocupa mucho cómo es que cambiará la moralidad de la humanidad cuando se permita el aborto como ahora lo están haciendo algunos países.

(-) Yo no estoy de acuerdo en el aborto, eso está mal.

(-) Es un tema muy complejo, yo tampoco estoy de acuerdo.

La directora inicia la reunión pidiendo a los profesores que prendan sus cámaras. Sebastián se pregunta si los colegas se darán cuenta de su tristeza al verle por la cam, se darán cuenta de lo miserable que se siente, que para él su vida no tiene mayor sentido, que de pronto se dio cuenta de la inutilidad de la existencia. Piensa:

La existencia tenía sentido cuando se era niño, había un objetivo claro de querer superarse, de dejar de tener miedo a los compañeros abusivos, que terminaría el día en que los profesores podrían reprobarnos, gritarnos, tenía sentido pensar en un día de libertad, el día en que nuestros padres no podrían limitarnos las horas de salida y la distancia del viaje. La existencia tenía sentido cuando estaba en la universidad, porque había la esperanza que un día se tendría un trabajo bien remunerado para poder comprar lo que se carecía, para poder salir con Elena. La existencia tenía sentido cuando Elena viajó a los Estados Unidos, tenía sentido porque esperaba el día que ella llegara, tenía sentido porque esperaba el día que la recibiría en el aeropuerto y la invitaría a comer en un restaurante caro, tenía sentido porque había la posibilidad de que ella se enamore de mí. La existencia tenía sentido cuando conocí a Elizabeth, porque era una chiquilla que lo había revuelto todo, ya no importaba ostentar nada, lo importante era ser humilde y estar pendiente de lo que la chiquilla necesitaba, porque la pobre necesitaba mucho y mi objetivo era poder servirla. La vida volvió a tener sentido cuando apareció Alejandra, con ella las cosas eran fuertes, por primera vez amé a alguien que me amó de verdad. Además, tenía tanto sentido la vida porque ella es mucho más joven que yo y con ella se prolongaba mi existencia. La vida, fugazmente, tuvo sentido cuando conocí a Azul, la venezolana de ojos azules, que cocina muy rico, que es pretenciosa de su estampa; tenía sentido porque quería hacerle mucho bien y viajar a su país.

Pero acabó, las razones de su sentido de existencia acabaron, están allí esas personas, pasaron los años, su cerebro ha sufrido tantos reveses que ahora se ha dado cuenta de la inutilidad de la existencia, de su existencia, sí… Y quiere ver a las otras existencias para quizás motivarse, pero también se da cuenta de la inutilidad de esas existencias.

(-) Profesor Rivas, quizás usted nos pueda comentar su experiencia de trabajo del 2020 – La directora pregunta y Sebastián no responde -, profesor Rivas… ¿está atento?

(-) Lo siento directora, estaba distraído en mis pensamientos. El año pasado trabajé con blogger…



¿Solo hay un destino para todos?


 

Thursday, February 25, 2021

14 venezolano

(-) ¿Qué piensas?

(-) Pienso que ese tipo debe estar aguantado y viene con eso de que le va visitar la amiga cuando es clarito que quien la va a visitar es la amante. A ti no te importa Sebastián, tú solo dile que no esté trayendo mujeres aquí, que la casa se respeta, que esta será una excepción.

(-) Claro, solo te decía porque me parece gracioso que justo hoy que es el día del amor viene la prima a visitarle, le mandé el audio a Keni y está que se mata de risa.

(-) Ay pero para qué le mandas eso a Keni, es un mal ejemplo para él.

(-) No, solo es gracioso, mira ya me respondió.

“Yo a Jhon le he visto que está más aguantado, y es más tonto para hacer ese cuento de la amiga de la prima. Bueno ese es su problema, déjate de hacerte el puritano, creo que debes comprenderlo, aunque está mal lo que hace.”

(-) Tiene toda la razón – Sofía se va limpiando las uñas. Ese chico debe estar aguantado y quiere desfogarse hoy que es 14, pero lo que sí me molesta es que sea casado y tenga hijos.

(-) Bueno, hay que comprenderlo, tiene tres años de abstinencia.

*********

Jhon le manda un audio a Azul:

(-) Azul, mira mañana viene mi prima, quería pedirte para compartir desayuno chama.

(-) ¿Prima?, ¿cómo que prima? Mañana es domingo hay toque de queda no podrá salir de su cuarto.

(-) No ella va pasar la noche aquí en mi cuarto y ya mañana vamos a desayunar, Rodrigo y yo hemos comprado todo para el desayuno y el almuerzo.

(-) ¿Cómo dices?, o sea una mujer va dormir hoy que es 14 contigo, ¿y Sebastián te lo ha permitido?

(-) Pero es mi prima.

(-) Cómo que tu prima, qué clase de prima es esa que se va venir a pasar la noche del 14 de febrero con el primo, dónde se ha visto eso, no chico tú sí que estás mal. Y claro, Rodrigo apañando todo esto.

(-) Pero que hay de malo, es solo mi prima.

(-) Has lo que quieras, tú eres grandecito, pero sabes si estás haciendo bien o haciendo mal, por mi parte yo no cocino para Rodrigo, ni para ti ni mucho menos para tu presunta prima. Yo no puedo ni saludar a tu prima, porque me parece que estoy fallando a tu esposa, que, aunque no la conozco, me cae bien. Cuando caiga el régimen yo voy a volver a Venezuela y con qué cara me voy a presentar ante tu mujer, diciendo que fui yo quien cocinó para la dizque prima que se vino a pasar la noche del 14. No, no puedo, va en contra de mis principios ético y morales, porque los tengo.

(-) Pero qué estás diciendo catira, está mal, es mi prima.

Azul manda una carita enojada. Jhon no vuelve a escribir. Lizmar se mata de risa.

(-) Ese Jhon sí que está más aguantado.

(-) Jajajaja, no sé qué creer, pero yo a mis paisanos los conozco y no me van a venir con bromas – Azul abre más los ojos.

(-) Pero hubiéramos aprovechado para hacer el desayuno con ellos, quizás tenían atún.

(-) No te preocupes, compré todo, no habrá otra cuarentena que me agarre desprevenida.






Monday, February 15, 2021

Tu recuerdo

Le escribe a Elena, borra lo escrito y ahora le escribe a Azul.

(-) La abuela murió.

(-) ¿Covid?

(-) En la casa de la tía, es probable – Sofía abraza a Nella.

(-) Te puede sonar feo Nella, pero la abuela estaba sufriendo mucho, ahora descansa – Nella se queda hipnotizada, tiene los ojos hipnotizados y llorosos, Sebastián la mira compasivo.

(-) Voy a llamar a los primos, mi tía no tendrá para el entierro, así que voy a llamar a todos. Llama a la tía Sebastián, contáctala con tu amiga de Campo Fe.

(-) Llamaré.

******* 

Sebastián sube a su departamento, entra a la cocina y piensa hacer una lectura sobre Informática Educativa, se distrae recordando lo desconsolada que estaba su tía. Todos los días de la anterior semana murió alguien que conoció, no eran personas muy cercanas, pero existieron en su vida. Hoy es la abuela, con ella sí que se vivió muy de cerca. Era renegona, Nella siempre le pedía a la abuela que le regañe y por eso a él no le gustaba mucho la visita de la anciana, pero esos regaños que sufrió de niño, ahora, son buenos recuerdos de la abuela.

Se quita las zapatillas y las medias, camina descalzo hacia su habitación para ponerse sandalias, se mira en el espejo de su dormitorio y da cuenta que ha adelgazado, Elena le abraza.

(-) ¿Por qué estás flaco?

(-) No sé, estoy comiendo como siempre.

(-) Será por la “Chanca Piedra”, eso adelgaza; también estás que subes y bajas de las escaleras, tienes que cuidarte Sebas.

(-) Elena, ¿qué hiciste hoy?

(-) Salí a comprar con los niños, Oswal se compró unas zapatillas y un sombrerito parecido a los que usas, qué horror, no sé cómo así se le ocurrió; a Moisés le compré unas zapatillas también y un polito con su personaje favorito: Sonic.

(-) ¿Y compraste algo para ti?

(-) No, claro que no, ¡cómo se te ocurre!

(-) ¿Y cómo así siempre te presentas con diferente atuendo?

(-) Porque tengo un buen guardarropa.

Sebastián mira en el espejo y se da cuenta que está solo, voltea para ver a Elena y le sonríe, ella se da cuenta que él está temblando.

(-) ¿A qué le tienes miedo?

(-) A olvidarte.

(-) No lo harás, estoy siempre a tu lado, no podrás hacerlo.






Saturday, February 13, 2021

Elena está muerta

Sebastián deja caer el agua en su cuello, esta tibio porque el agua del tanque se calienta con el sol. Escucha el ballenato que le gustaba a Azul, y se pregunta dónde estará la catira.  Titubea en moverse, no quiere coger el shampoo ni el jabón, solo quiere quedarse así, pensativo, sintiendo la lluvia de la regadera. También se preocupa por su dolor físico, será que este le acompañará hasta los últimos de sus días como piensa que así será con el recuerdo de Azul. Se pregunta del porqué le acontece estos dolores: Es solo que nació así, desde niño tuvo esa herida en el centro de su cuerpo; y a esto se le suma, en el centro del alma este otro dolor. Sus sentidas lágrimas se combinan con la lluvia de la regadera, sus piernas tiemblan, abre los ojos, los cierra, golpea la pared.

Su celular suena, debe ser algún operador de Movistar, hizo varios reclamos porque hasta la fecha no le han puesto el internet y para poder atender algunos pendientes tuvo que ir a la casa de Keni. El celular deja de sonar y continúa con la canción de Marco Antonio, el tema le hacer recordar cuando Azul cantaba.

******** 

-          ¿En verdad te gusta la comida venezolana o solo lo haces por Azul?

-          Me gusta la comida venezolana, pero en especial me gusta cuando cocina Azul.

-          A mí no me gusta, esa arepa no me sabe nada especial.

-          A mí me sabe como un pan que tiene sabor suave, antes comí de los que vendían en la calle y no me gustaban, pero cuando probé los de Azul, me gustaron mucho, especialmente cuando le pone relleno de atún con cebolla, tomate y palta. Y luego me ha gustado Pabellón, el don me sirvió un Pabellón que aún lo sigo recordando.

-          Pero en Perú hay más variedad, seguro será buena la comida venezolana solo que hay que acostumbrar el paladar.

-          A mí siempre me ha gustado todo lo que lleva queso y me doy cuenta que los venezolanos le ponen queso a casi todo, el otro día Rodrigo me invitó unos tallarines y para él un ingrediente de lo más común es el queso. Mis hermanas hacen muy ricos sus tallarines, pero no siempre le ponen queso.

-          Todo lo que tiene queso es rico, eso tengo que probar.

Henry se queja del dolor de sus articulaciones y Sebastián se compadece de su amigo, pero también quiere que su amigo se compadezca de él y le dice que no deja de sentir el ardor y que le está doliendo las piernas como si hubiera caminado harto.

-          A veces pienso que todo lo que hago es para nada, que cuando se termine ya no podré disfrutar nada, que moriré pronto.

-          Mala hierba nunca muere, yo sí voy a morir.

-          Tú cholo, tú no morirás… Eso sí te digo, quiero que vayas a verme el día de mi entierro. Me moriré cuando se acabe eso del Covid, entonces podrás despedirme, por favor quiero que vayas y acompañes a Elena, ella estará desconsolada.

Henry le mira seriamente a Sebastián, le molesta que Sebastián aún insista en hacer como que Elena está viva.

-          ¿De quién has estado más enamorado?, ¿de Elena o de Azul?

-          Elena fue la primera de quien me enamoré y nunca pensé que podría enamorarme de nadie más, sin embargo, aparecieron Elizabeth y Alejandra y fue la locura. Elena – mi amor por Elena – fue lo más sufrible y tú lo sabes; pero llegó el momento en que me di cuenta que solo podría tenerla como a una amiga, de ello me di cuenta cuando murió.

-          ¡Cómo dices! – Henry se sorprende que Sebastián ahora reconozca que Elena no está viva.

-          Elena murió Henry, lo sé, ella murió, pero hay días en que me alcanza la toalla en la ducha; otras, me despide con un beso cuando voy al trabajo, Elena se ha muerto de cuerpo, pero de alma está más viva que yo; porque hay momentos que no sé dónde estoy, pero ella me cuenta en las noches qué hizo con todas sus horas.

Te entiendo, Elena también me habla en las noches y por eso no he podido dormir últimamente, ella me cuenta de nuestros hijos y me regaña porque no los veo. No duermo bien porque por las noches se me aparece llorando porque soy un mal amigo, un mal hijo, un mal padre, un mal marido.