Wednesday, September 30, 2020

Carita bonita

 

Qué lindo día es el que amanece
Con el sol de tu signo
Un resplandeciente día
De tu primavera.
 
Día que mi espíritu llena
Cuando veo tus lindos ojos
Como el mar
Aunque me ahogo en ellos.
 
Que contento se pone el día
Cuando enrojece tus blancas mejías
Y alargas tus labios
Viéndose tus perlas limpias.
 
Qué dichoso es mi día
Cuando he visto
Aunque un poquito
Tu carita bonita.

Azul, con toda confianza, escríbeme.




Monday, September 28, 2020

Mujeres

Sebastián y Azul caminan juntos hacia la avenida principal, ella sonríe y le contagia a su amigo la felicidad de un domingo de descanso.

(-) No veo muchas chicas con bicicleta, pero sería genial bicicletear contigo al centro, podríamos ir a comer allá.

(-) Déjame pensarlo, quizás la próxima salida.

(-) Claro, puede ser la próxima.

Sebastián se emociona al escuchar que Azul está pensando en una próxima salida; hace ademán de abrazarla por la espalda, pero Azul no se lo permite, le vuelve a sonreír, Sebastián no se siente mal por eso.  

(-) Haríamos un recorrido histórico, le puedo pedir a un amigo para que nos permita entrar a la “Quinta Heeren”, es un oasis en medio de la caótica capital. También quiero que conozcas la peña horadada; Azul, no conoces la ciudad, y para mí será un placer enseñártela, te va gustar.

(-) Suena divertido, esperemos que no haga mucho sol.

A ver cuándo vemos una película en mi cuarto.

(-) Entonces el próximo domingo salimos a bicicletear al centro.

(-) No lo des por hecho, siempre pueden salir cosas imprevistas.

(-) Pero Azul, solo tienes que decir sí y las cosas se dan. La vamos a pasar bien.

(-) No sé, no manejo bicicleta desde que estaba en el liceo. ¿Y si tenemos algún percance?

(-) Voy a darle mantenimiento a las dos bicicletas, no te preocupes, iremos despacio, el centro está cerca.

******* 

Sebastián sube a la habitación de Luisito, el venezolano está malhumorado porque le han descontado en su trabajo.

(-) Así pasan las cosas cholo.

(-) Estoy comenzando a odiar a esa señora, no sé qué tiene contra mí. ¿Será que no le gustan los venezolanos?

(-) Quizás es racista, o mejor dicho xenofóbica. O, ¿no será que le gustas?

(-) No sé cholo, pero para mí que esa mujer tiene algo contra mí. Fíjate que ahora me ha vuelto a cambiar de horario en la madrugada, que es cuando ella tiene más tiempo, cuando yo trabajo de día no la veo porque está que estudia, pero en la madrugada, está libre y parece que no duerme esa mujer.

(-) Como dice Rodrigo, las peruanas se aferran mucho, son tóxicas. Podría estar interesada en ti.

(-) Nada que ver, yo a mi mujer no la cambio por nadie.

(-) ¿Y tampoco por nada?

(-) No sé, eso sí no sé, ella es dueña de la fábrica, y se maneja un auto de lujo. Lo tengo que pensar.

(-) O sea serás un prostituto.

(-) Noooo mano, cómo voy hacer un prostituto… Más bien, cuéntame, ¿cómo te fue ayer con Azul?

(-) Solo salimos a comer como amigos.

(-) Ya te dije, Azul no es para ti pana, vas a perder tiempo con ella. Ella solo piensa hacer dinero y volverse para Venezuela, pero será tonta si quiere volverse para allá, ahora que el régimen tiene más poder. La pandemia lo fregó todo, ya casi casi estaba por caer, pero ahora los Estados Unidos se han desentendido de Venezuela. Me supongo que luego de las elecciones y que el virus sea controlado, quizás ya para ese tiempo se intervenga Venezuela, pero ahora lo dudo.

(-) Ya no me hago ilusiones cholo, me gusta salir con Azul, solo quiero que se lleve un buen recuerdo de mí.

(-) Si quieres que se lleve un buen recuerdo de ti, cáchala.

(-) ¿Qué?

(-) Sí, eso es lo que ella quiere, jajajajaja…

(-) Pero qué vulgar saliste, de dónde has sacado ese vocabulario coprolálico.

(-) Así no dicen todos los peruanos.

(-) Eso dirán los peruanos vulgares que conoces. Más respeto – Sebastián se pone serio, pero pasan dos segundos y comienza a reír, y Luisito se suelta más.

Saturday, September 26, 2020

Luisito

Sebastián se levanta, mira los mensajes en el WhatsApp, Keni le escribió.

(-) Cholito espero que estés bien.

(Grabación de voz) Cholo, ten buen día, siento no haberte llamado, pero ando full con el nuevo trabajo y encima el domingo van a techar la casa. A ver si me acompañas a comprar materiales hoy, te doy para la gasolina (-)

Keni aún duerme, son las cinco de la mañana. Sebastián se quita el pijama y se pone un short, cuando escucha la puerta de la calle, corre para ver a Luisito, silva, su amigo voltea y levanta el brazo.

Ayer, Sebastián y Luisito estuvieron conversando en la tarde, mientras el venezolano hacía su almuerzo eso de las siete.

(-) Esto ya es mi cena/almuerzo mi pana – para Sebastián es curioso el acento del sucreño.

(-) Cholo – Sebastián le dice cholo a todos -, ¿es cierto lo que dijo Rodrigo?, ¿viene tu mujer a Perú?

(-) En eso estamos mi pana, tengo muchas dudas, ahora le mando dinero a mi mujer y le alcanza para mi hija y ella, pero dice que las cosas allá están peor, que no se encuentra los productos fácilmente. En cambio, acá ella estaría bien porque se encuentra todo para la bebe, pero con mi trabajo no podría mantener a mi familia. No sabemos qué hacer todavía.

(-) Entiendo, pero sabes que si tu mujer se viene no podrás estar en este cuarto, tendrías que al menos alquilar una habitación con baño. Si gustas le puedo decir a mi hermana que te alquile un cuarto en su casa.

(-) Gracias pana, pero si mi mujer se viene será todavía para diciembre.

Azul, lo vamos a dejar allí.

Luisito quiere servirle a Sebastián, pero él lo rechaza porque justo había comido una hamburguesa.

(-) Cholo, ¿te puedo traer una gaseosa?

(-) Clarissa, todo es bienvenido en este humilde hogar.

Sebastián baja, va a la tienda, compra unas tortillas picantes y dos gaseosas coca-cola. Sube a la habitación de Luisito, y comparten.

(-) Tú puedes creer que porque miro los culitos voy a traicionar a mi mujer, no Sebastián, para que yo deje a mi mujer tiene que ser alguien mejor que ella, y mira, no creo que vaya a encontrar alguien como ella – Luisito le enseña la foto de su mujer a su amigo.

(-) Sí, es una chica guapa y muy grande.

(-) Sí es alta, pero no más que yo. Parece más grande, mira aquí estamos ella y yo cuando nos casamos.

(-) Pero si eras flaco.

(-) Sí, yo agarré cuerpo cuando nació mi hija, antes era tan flaco como tú. A ti lo que te falta es familia mi pana. Y, por cierto, ¿qué broma con Azul?

(-) Nada, tu paisana es una chica difícil.

(-) La verdad mi pana, ella me parece media estúpida; se molesta de algo y ya pone chueco el hocico y no te habla. Ayer nomás conmigo se molestó de porque mojé el piso, yo siempre limpio el baño y por un día que se me pasó ya está. Se arrecha de cualquier cosa, no te conviene.

(-) No sé cholo, pero ya no la voy a molestar. A mí me parece una buena mujer, pero ya me di cuenta que no es para mí.

(-) Es buena, pero así con ese genio, se va quedar solterona.

(-) Mañana van a techar la casa, voy a pedirle a Rodrigo que me ayude haciendo parrilla.

(-) Fino mi pana, entonces mañana no me preocupo por el almuerzo.

(-) Jajajaja, si normal, subes para estar con la gente.

 

****** 

(-) ¿Y qué fue con Rodrigo?

(-) Ya había quedado con su enamorada, como es su primer domingo libre.

(-) No te preocupes mi pana, vamos a comprar la carne.

(-) Pero recién llegas de tu chamba – Sebastián mira que Luisito está ojeroso -, además estoy gastando mucho, mejor compraré un menú para cada uno y ya está. Vamos aquí nomás al mercado.

(-) Pero vamos a desayunar primero, aún no he desayunado.

(-) Igual yo. ¿Tequeños?

(-) Clarissa.

Sebastián y Luisito van a la esquina a comprar tequeños, también se sirven unos vasos de maracuyá.

(-) Sírvete otro mi pana yo estoy invitando.

(-) No cholo, suficiente con dos. Este maracuyá está buenazo – Sebastián termina el último sorbo.

(-) ¿Y va subir Azul?

(-) Creo que no, está enferma – Sebastián hace como que no le interesa.

(-) Eso de estar enferma es de delicaditas, felizmente no todas las venezolanas son así.

(-) No te preocupes, no me voy hacer problema ahora. La cosa es que estamos saliendo para adelante y estoy agradecido por mis amigos. Ayer mi pata Keni me ayudó para conseguir todos los materiales que me faltaban, y mi amiga Elena me apoyó con un préstamo y tú estás aquí, acompañándome para ver el menú de los llenadores de techo que es una tradición que cuando se llena un techo se le da la comida.

Sebastián conversa con la cocinera del mercado y pide diez menús, considera un menú para el señor Ríos y otro para Luisito. Luego van a comprar gaseosa y bizcochos para el desayuno de los trabajadores, como no había muchos bizcochos deciden llevarles tequeños.

(-) Subes y les sirves.

(-) Pero por qué cholo – Luisito también le llama cholo a Sebastián -, no quiero subir hasta la azotea, estoy cansado.

(-) Ve cholo, si quieres gaseosa tienes que llevarle la gaseosa primero a ellos.

Luisito sube solo por la gaseosa, luego mira a los trabajadores y saluda, se contenta que hay venezolanos entre ellos. Se sirve la gaseosa y luego se va a su cuarto a descansar.

******

Gustavo se apresura para llegar a la casa de Sebastián, su amigo le ha dicho que se apure porque está sirviendo el menú. Llega, Sebastián le tira la llave desde el cuarto piso.

(-) ¿Y qué fue?, ¿dónde está la susodicha? – Gustavo quiere conocer a Azul.

(-) Yo hasta ahora no la conozco, creo que es una creación literaria – Keni piensa que Azul no existe.

(-) Pero tanta tontería para una creación literaria –Gustavo ahora duda de la existencia de Azul.

(-) Azul está mal, está en su cuarto – Sebastián no sabe que decir.

(-) ¿Y la mancha venezolana?, ¿dónde está la gente del compartir? – Gustavo sigue interrogando.

(-) Cholo, ¿dónde está Rodrigo? – Keni pregunta.

(-) No sé, salió con su enamorada. Pero Luisito está abajo, está durmiendo, trabajó de madrugada; pero ya sale para almorzar. Más bien voy a bajar este menú para el señor Ríos, ustedes vayan sirviéndose, ahora voy a pasar la voz a Luisito para que suba.

******

Luisito lleva su bola y guante para mostrarlos a los peruanos. Hace ademán de tener en sus manos un bate, luego busca una escoba, le saca el palo y practica como golpeando una bola. Lo hace con la derecha, lo hace con la izquierda y el palo se va volando a la calle. Sebastián se preocupa de que no le haya caído a alguna vecina. Todos ríen.

(-) Este pata es más alegre que yo – Gustavo se admira de Luisito.

(-) Así son los venezolanos – Sebastián se siente orgulloso de tener a Luisito como amigo.

(-) Me cae bien – Gustavo prende su cigarro.

(-) Y qué estás leyendo, yo he estudiado contabilidad y he llevado algunos cursos de derecho, eso es derecho… (se queda pensando) – Luisito hace alarde de sus estudios en Venezuela.

(-) Es un libro de derecho de familia – Gustavo cogió el libro de la biblioteca de Sebastián.

(-) Es derecho Civil – Sebastián le da el alcance a Luisito, porque éste no encontraba el derecho en el cual se adscribe el derecho de familia. Ya vamos a romper el champán.

Sebastián pregunta a sus amigos quién puede romper el champán, Keni y Gustavo piden que sea Luisito quien lo rompa.

(-) Pero qué botella es esta – Luisito hace como si palpara la botella que ese encuentra en una bolsa colgada en el techo que se acaba de llenar -, esto es champán, ¡y vamos a romper esta mierda!

(-) Esa es la tradición peruana cuando hay un nuevo techo.

(-) No chico, cómo vamos a partir este champán, esto tenemos que bebérnoslo. En Venezuela se destapa, se bautiza dando gracias y luego nos la bebemos para celebrar el esfuerzo. Vamos a votación, cuántos venezolanos hay, cuántos peruanos hay, si hay más peruanos la partimos, si hay más venezolanos nos la bebemos… ¡qué voten los peruanos! – Lusito alza la voz graciosamente, dos llenadores alzan la mano, Sebastián, Gustavo y Keni cuentan cinco votos -, ahora, ¡venezolanos! – dos llenadores de techo son venezolanos y alzan la mano, Luisito cuenta también a dos inquilinos venezolanos que justo subían además cuenta el voto de Rodrigo que según él lo está haciendo vía WhatsApp -, bueno, ganaron los venezolanos, votación mayor.

Thursday, September 24, 2020

Don Armando

Sebastián termina la sesión, se lava la cara y pone una casaca para ir a caminar. Era cierto lo que Elena decía sobre los jóvenes, son leídos, aplicados, participativos... Camina por Zárate, no tiene hambre, no tiene ningún objetivo, se dará una vuelta, quizás podría visitar a Eduardo y discutir un poco sobre economía política, pero piensa que no debería molestar a su amigo, es muy tarde.

(-) Sebastián, ¿cómo estás?, ¿cómo te fue en tu primer día de trabajo?

No hay ningún problema.
Todo cae por su propio peso.

(-) Muy bien, gracias. Los chicos son geniales, creo que tuve que haber aceptado este trabajo antes.

(-) Qué bien por ti Sebastián, ¿y aprendiste a usar la plataforma?

(-) Sí, no es complicado. Además, Elena me ayudó bastante. Y a ti, ¿cómo te fue en tu trabajo?

(-) Regular, las ventas han caído, pero allí vamos. Estoy estresada de estar encerrada, felizmente ya estoy por salir, caminar me hace bien.

(-) Yo también estoy pensando en eso Azul, voy a salir a caminar a Zárate. Qué tal si te espero y salimos juntos, te invito hamburguesa.

(-) Ya, entonces te aviso cuando estoy llegando a Plaza Vea.

(-) Estaré atento.

Sebastián imagina una bonita llamada de Azul. Razona: Tengo que dejar de estar triste porque Azul no me quiere, ella no tiene la culpa de no quererme. Ella es una buena persona, me demostró en estos tiempos que es alguien sencilla, amable y que actúa en base a valores, si ella me ha demostrado desinterés es porque la estuve molestando. Amarla no puede ser un castigo, al contrario, es una bendición, porque esto me demuestra que soy capaz de sentir, de que puedo interesarme en los otros y no soy egoísta.

Un carro pasa muy cerca de Sebastián y él se da cuenta que está cruzando con la luz roja en frente. El conductor del auto le grita una grosería.

*********

Don Armando es un venezolano que trabaja en una residencial haciendo la limpieza, es un hombre agradable y… mediocre, sí, es mediocre, pero es un buen hombre. Estuvo casado dos años y con su mujer tuvo dos hijos varones. Todo estaba bien en Venezuela, no ganaba mucho, pero al menos tenía para la comida, no tenía que pagar arriendo porque vivía en la finca de unos amigos. Pero su falta de objetivos hizo que su mujer le abandonara. A ella no le importó dejarle con sus hijos, ella era más joven y además muy bella, encontró un buen partido, un burócrata de la petrolera. Desde entonces siempre estaba solo con sus hijos, una vez intentó tener una pareja, pero qué mujer tomaría en serio un hombre con dos hijos. Siguió adelante con los niños, los llevó al liceo y les apoyó con lo que puedan para que llegaran al instituto y la universidad. El menor le abandonó pronto, se casó y ahora tiene dos hijos; el mayor se quedó con él hasta que se cansó, sí… se cansó de su padre, de su mediocridad y del estorbo que le comenzó a considerar. Ya estando en Lima, un día don Armando le pidió a su hijo mayor que le deje, que ya basta de tanta ofensa, que él prefiere la soledad y la necesidad a siempre escuchar las hirientes críticas de su hijo.

(-) ¿Qué quieres?

(-) Solo que limpies lo que te corresponde.

(-) Tú no eres el jefe, viejo coño su madre – Rodrigo ofende a don Armando.

(-) No te estoy diciendo que si soy o no el jefe, solo que hagas tu trabajo.

(-) Estoy haciendo mi trabajo, tú mete tu hocico en otro lao.

Rodrigo sale apurado sin terminar con la limpieza, don Armando mueve la cabeza y piensa en su hijo. Rodrigo tiene la misma edad de su hijo, ¿dónde estará ahora?

******

(-) Ese viejo coño su madre, no sé qué se cree, si él está allí es de pura lástima porque el jefe le quiere apoyar. Pero ese viejo ya no ata ni desata, está para la otra. Qué feo ser viejo y pobre – Rodrigo conversa con su novia.

(-) ¿Por qué estás renegando?, ¿qué te hizo don Armando?

(-) Se mete donde no le llaman. Es un viejo ridículo.

(-) Ay, no camines tan rápido que me vas a dejar.

(-) Apura, quiero apostar un juego.

(-) Ya no me parece sano, todos los días estás apostando.

(-) Pero solo son algunas monedas.

Rodrigo entra al local de “Apuesta Total”, no le importa que su enamorada está afuera con mal humor.

*****

Keni mira a una venezolana y comenta con su hermano lo hermosa que son las chicas del país llanero. Recuerda que Sebastián siempre le dice que debería conocer a alguien, y tiene miedo de enamorarse nuevamente. Estaciona y su hermano baja, se despiden.

Keni pone en marcha el auto, sube el volumen, escucha una canción de Enrique Iglesias. Se pregunta quién será Azul, se admira de que Sebastián diga que está enamorado. Al comienzo parecía una broma, pero es verdad.

(-) ¿Por qué estás llorando?

(-) Estaba con Azul y sus amigos, estábamos tomando, luego Norma me llamó para decirme que deje de hacer bulla y bajé a la casa para que me critiquen por estar tomando. Norma aprovechó para recordarme que soy hijo de nadie. Subí a ver a los muchachos y todos ya se habían guardado en sus cuartos, cuando me acerco al cuarto de Azul, me doy cuenta lo imposible y me pongo a llorar, me pongo a llorar con ganas de decirle cuánto la amo, me puse a llorar porque ella tiene a alguien y pronto se irá.

¿Pero cómo será Azul?, ¿será tan bonita como Elena? De seguro que sí, las venezolanas se caracterizan por ser bellas en su mayoría.

(-) ¿Y cómo es ella?

(-) Hermosa, tiene unos grandes ojos azules, una sonrisa perfecta, sus cabellos son castaños, es delgada y alta, tiene un buen trasero, pero lo que más me gusta son sus pies.

Los pies de Azul, nunca antes Sebastián se había fijado en los pies; nunca habló de los pies de Elena, ni de Elizabeth, pero Azul, ella debe tener unos pies perfectos para que Sebastián siempre los mencione.

Tuesday, September 22, 2020

Mi jefa Elena

Elena se pone a la pantalla, están trabajando en google meet.

(-) Definitivamente este año 2020 es el mejor. Tengo chamba desde mi casa para cuidar a mis crías y ahora te tengo a ti, en mis manos. ¡Soy tu jefa! – Elena ríe triunfadora.

(-) Espero que no te arrepientas de tenerme en tu trabajo, yo no me siento bien.

(-) Pero ¿quién es tu endorfina?, yo pues monse. Conmigo vas a estar bien, te prometo que te vas a olvidar de esa Azul, ya en diciembre el regalo que le ibas hacer a ella, me lo haces a mí… wiiiii, mira, apareces en mi plataforma, aquí está SEBASTIÁN RIVAS, le voy a tomar una captura para ponerlo en mi estado de WhatsApp.

(-) ¿Y si me da un ataque de pánico y me retiro del aula virtual?

(-) Pero qué dramático, no te preocupes, yo voy a ser tu supervisora, estaré en todo momento monitoreándote desde la plataforma, no te voy a dejar solo Sebastián. Para mi es prioridad que se conozca tu calidad profesional. Tú estás para más, ya te dije, solo que no te gusta codearte con los grandes. Mi jefe tiene que saber a quién ha contratado, para el próximo año te sales de tu colegio y te vienes a trabajar en la corporación Romero. Te va gustar.

(-) Ahora lo que tengo es mucha tristeza porque Azul no quiere hablar conmigo.

(-) ¡Ay por dios!, Por favor Sebastián no sigas que llamo a la psicóloga y le digo que te haga otra prueba de dibujo y seguro que jalas. ¿Pero cómo se te ocurre dibujar a Azul y sus hermanos? Encima que es gente alcohólica, porque en tu dibujo lo que hiciste fue un grupo de borrachos y borrachas.

(-) Jajajajaja, ¿o sea viste mi dibujo?

(-) Si no fuera por mí, ahora mismo estarías con esa bicicleta repartiendo tus poemas. Y yo estaría preocupada pensando que te puede pisar un carro. Ya no estás para esas cosas, ya eres un hombre adulto, no eres un adolescente ni estás en tus 20, estás por terminar tu base 3. Sebastián tienes que asentar cabeza. Estoy muy contenta por todo lo que has logrado, pero eso ha sido a pesar de tu falta de ambición; tú tienes para más. Yo te dije para que trabajaras desde el comienzo, pero tú que tenías que salir apoyar no sé a quiénes, a esa mancha de venezolanos, a esos niños de tu colegio, no digo que no los apoyes, pero te concentras en la gente y luego no importas tú. Ya, no me hagas renegar, comparte tu pantalla. ¡Ay dios! – Elena se da cuenta que Sebastián está en short -, ¡por dios Sebastián!, tienes que tener cuidado, si vas a trabajar lo vas hacer sentadito allí nomás, no puedes estar parándote y encima estás desnudo de la cintura para abajo.

(-) Es mi short.

(-) Sebastián estás en una gran corporación, se te ve bien tu camisa y corbata, pero no me vengas con que te paras y se ve tus piernas velludas. ¿Sabes?, la otra vez un profesor compartió su pantalla y todos se dieron cuenta que el profesor tenía una página pornográfica en su barra de tareas, fue todo un escándalo. Casi se le denuncia al profesor por proxenetismo. Claro fue despedido.

(-) Pobre hombre. Bueno, a mí no me gusta ver cositas solo, prefiero compañía – Sebastián bromea -, otra cosa… ¿cómo hiciste para levantar la segunda observación de la psicóloga?

(-) Tuve que meter mis manos al fuego por ti.

(-) Pero cómo se te ocurre, estoy a punto de renunciar a esto, tengo mis propios problemas y tú metes tus manos al fuego por mí.

(-) Sé que no me vas abandonar Sebastián, te conozco años y nunca has abandonado a tus amigos y menos a mí que he sido tu amor de siempre, o me vas a negar que Azul solo es una ilusión de invierno.

(-) Azul no es una ilusión Elena, yo la amo de verdad, pero no lo vamos a discutir nuevamente. Cuéntame cómo hiciste para levantar la segunda observación.

(-) Pues nada, le dije al más más, al “plata como cancha dos”, que yo ponía mis manos al fuego por ti, que te conocía y que si no me había casado contigo ha sido porque eres un torpe para besar, pero de lo demás daba fe que eras bueno. Dije que eras un maestro corajudo, que dabas hasta de tu propio dinero para que sus estudiantes puedan tener oportunidades de aprender, que tú haces

Azul, voy a intentar no verte hasta navidad.

 mucho por tus estudiantes y que si logras grandes cosas con esos chicos, con nuestros chicos podrás hacer mejores cosas… Otra cosa, si gustas en la plataforma puedes colocar tus videos Abogandotv, eso sí, no pongas los de tu amigo Keni. Ese chico me cae tan mal, me parece un idiota, ni siquiera sabe hablar, si he visto sus videos ha sido para amargarme la vida.  

(-) No sé qué tienes contra Keni. Es un buen chico y hace buenos temas de derecho penal.

(-) No me cae, su tatuaje horroroso, su cabello desordenado, su modo de hablar, el pobre tiene rotacismo. No sé qué haces con ese chico.

(-) Elena me sorprendes, antes eras más noble al comentar de alguien. Cuánto te ha cambiado el dinero.

(-) Ay dios, bueno, no quiero hablar de ese chico, simplemente no me cae. Pasemos a lo de la plataforma – Elena deja de compartir video.

Sunday, September 20, 2020

Mis amigos

 WhatsApp 1: Sebastián - Rodrigo

Cholo te vienes de frente, vamos a comprar hamburguesas (-)

(-) No, voy para Lurigancho.

Ok cholo, no te preocupes. Pero ya coordinamos para ir de compras mañana (-)

(-) Ok, mañana a las ocho.

(y) (-)

Rodrigo se encuentra con su flaca en el Metro y ella celosa le pregunta:

(-) ¿A quién le escribes?

(-) A Sebastián.

(-) ¿Qué quería?

(-) Ese idiota es un infeliz, no tiene a nadie y quería que le acompañe a comer.

(-) ¿No es tu amigo?

(-) Mi amigo – hace un sonido raro -, qué va ser mi amigo, me aburre, habla estupideces, solo habla de política y cosas que no me interesan.

____

Sebastián está estresado, tiene que hacer comida para los trabajadores de la casa, él no suele meterse en estas cosas, pero ahora que su padre está mal, es él quien se encarga. Pero su mayor estrés es la atención que no tiene de Azul. Mira la calle y piensa que Azul puede llegar en cualquier momento, se motiva porque ella le tendrá presente cuando vean las obras que están haciendo. Gustavo llama.

Azul, creo que eres una buena persona,
no te preocupes por la ficción;
solo estoy imaginando.

(-) Cholito, ¿cómo estás?

(-) Bien cholo, aquí ajetreado con la obra de la casa.

(-) Asu cholito, si no fuera por la cuarentena tú sabes que estaría allá para apoyarte en algo.

(-) No te preocupes, mañana es el techado. Si puedes pasas un rato.

(-) Cholito estoy full con mis resoluciones, pero igual yo paso para verte.

(-) Chevere, Keni también estará, así que será una oportunidad para que ustedes se vean.

(-) Ya, bacán. A ver si veo a la mancha venezolana que tienes allí en casa.

(-) Claro, allí también van estar los panas.

Sebastián escribe la sesión para los chicos de “cuarto” y lo linkea en el grupo de WhatsApp, observa que Azul está en línea. Lucha para no escribirle, pero lo hace, se dice que puede tener un gesto de amigo.

WhatsApp 2: Azul – Sebastián

Buenas noches Azul, ¿me aceptas unas hamburguesas? (-)

(-) Lo siento Sebastián, ando con malestar, voy directa a tomar un té y acostarme.

Ok, no problem (-)

Sebastián se preocupa por Azul: ¿no será que le agarró el covid? Estará pendiente hasta que llegue, para lo que se le ofrezca.

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Son las ocho, Elena llama.

(-) Hola Elena.

(-) Sebastián – Elena está emocionada-, ¿mínimo me invitarás el próximo almuerzo?

(-) Por supuesto, aunque no sé porqué tendríamos un almuerzo pronto.

(-) Porque tenemos que festejarlo, conseguiste el trabajo, mi jefe me llamó para decirme que te aceptaron.

(-) No sabes cuán emocionado me siento – Sebastián ironiza.

(-) Ay ya, no seas aguafiestas, ahora vas a conocer gente más interesante, te vas a codear con la movida cultural. Tú te lo mereces Sebastián, por favor haz tu mejor esfuerzo, quiero que vuelvas hacer el mismo de siempre.

(-) Ahora no tengo ánimos Elena, pero estoy luchando. No sabes cuánto, esto pasará, sé que pasará.

(-) Así se habla. ¿Y cómo vas con lo del techo?, si no fuera por lo del covid, me pongo mis jeans y voy a cocinar para los llenadores de techo. Estoy segura que se chuparían los dedos con mi especialidad gourmet. Aunque tu suegra – se refiere a su madre -, dice que los llenadores de techo son gente que no le interesa la calidad, que para ellos es determinante la cantidad. Ay qué horror, hablando de comer, la psicóloga me ha dicho que estás flaco, que estás recontra flaco y hasta se te nota cierta palidez por cam. Tú sabes que me gusta que estés flaco, pero no enfermo, ¿estás comiendo bien?

(-) No.

(-) ¿Pero por qué Sebastián? Déjate de cosas, por una chica que nunca te va valorar y no es que le tenga cólera ya, pero es que esa mujer solo es un ave de paso; ella no piensa en quedarse aquí, solo piensa hacer dinero e irse. Y para ser sincero, ¿tú que haces con alguien tan simple?, ¿no entiendo qué puedes conversar con ella?, ¿qué puede hacer contigo? La vida es más que hacer fiestas, esa gente con la que andas últimamente solo son eso, fiestas y ya. Aléjalos de tu vida y así te olvidas de la dichosa Azul.

(-) No hables así Elena, tú no los conoces, ellos son buenas personas.

(-) Bueno Sebastián, confiaré en ti, que tienes buen criterio. Yo creo que tus amigos son gente buena, pero no conozco a esta gente con que últimamente te has codeado y es por lo de la pandemia. Si no hubiese habido las cuarentenas, no hubieses conocido a Azul y ellos ni te hubieran interesado. Malditos chinos que nos trajeron este virus.

******

Suena la puerta de la calle, Sebastián mira para ver si es Azul. Es ella. Se pone los zapatos y lava la cara.

(-) Hola Azul, ¿cómo estás?

(-) Hola – Azul responde secamente.

(-) ¿Qué crees que te hizo daño?, ¿el jugo de naranja o limpiar el baño?

(-) Nada – Azul está pendiente de su celular, le responde con modorra.

(-) Bueno ya me voy, cualquier cosa me pasas la voz, si quieres te puedo comprar un analgésico. Sebastián nota el desprecio de Azul y decide irse.

(-) Chao – Azul no puede ser más despreciativa.

****** 

Rodrigo se siente comprometido con Sebastián, está enojado y su flaca lo nota.

(-) Pero si no tienes ganas de acompañarle, pues dile que no y ya.

(-) Sí, tienes razón, a la mierda, me aburro csm. Le diré que saldré mañana, le apoyaré con las compras y ya que él se las vea, no voy hacer su cocinero. Además, ya estuve encerrado tres semanas, yo lo que necesito es salir.

(-) Sí, ¿a dónde vamos?

(-) No sé, creo que voy a salir con mis amigos – Rodrigo le hace un gesto despectivo a su flaca y ríe.

******

WhatsApp 3: Rodrigo – Sebastián.

(-) Sebastián mañana te puedo apoyar, pero hasta las diez nomás, luego voy a salir con mi flaca.

Pero yo quería hacer el compartir para ustedes también (-)

(-) (Grabación de voz) – sonido no identificado – No puedo, ya quedé con mi flaca, pero en la mañana vamos hacer las compras.

Bueno, al menos me apoyas con las compras (-)

(-) Grabación de voz) Ya ya, en la mañana sí te puedo acompañar si quieres, eso de las ocho compramos te dejo todas las cosas listo y ya me voy.

(y) (-)

*****

Sebastián se echa a su cama, la angustia lo inunda y llora. Pensaba en hacer un compartir para Azul y sus amigos, pero ella le sale con malas ganas. Se para, limpia la cara y baja al piso de Nella para comer lo que están sirviendo.

(-) Tío puedes ayudarme con este proyecto – Darío le entrega las bases del proyecto.

(-) Dame tiempo para leerlo y lo conversamos mañana.

(-) Gracias tío.

(-) ¿Hoy no fuiste a trabajar?

(-) Es que quería comprarme ropa, y por eso le pedí permiso a mi tía.

Sebastián no termina todo y lleva su plato a la cocina. Norma le mira incómoda.

(-) ¿Por qué no estás comiendo bien?

(-) No es eso, me ha llamado Henry, para invitarme a comer afuera y no quiero negarme, él no viene así nomás.

(-) Pero ya es tarde, ya se viene el toque de queda.

(-) Solo vamos a bicicletear hasta Zárate, allí comemos unos shawarmas.

(-) No estés saliendo, mi mamá se preocupa por ti.

(-) Estoy con el tapaboca y cuando voy a ver a Nella guardo mi distancia – Sebastián siente como que Norma le recuerda que Nella no es su madre.

*****

Sebastián baja la bicicleta, saluda a Henry. Los dos andan juntos como cuando chiquillos, contándose la vida.

(-) ¿Por qué estás mal?

(-) Por Azul.

(-) ¿Te recuerdas cuando Elena te hacía sentir lo mismo?

(-) Sí, pero ella se quedó conmigo, aunque nunca me amó, ella se quedó conmigo, estuvo a mi lado. Hoy la tengo como mi mejor amiga, pero a Azul, ella se va, y se va despreciándome.

Henry avanza más rápido y cruza Puente Nuevo solo, Sebastián le sigue, pero le pierde; no sabe si se fue por Malecón o por la Chimú, igual piensa en ir por Malecón. No le encuentra sino hasta el en el puesto de Shawarma.

(-) Yo invito, ¿regular o gigante? – Henry es generoso.

(-) Acabo de cenar, una regular.

(-) Qué bueno, así no gasto. Pero veo que últimamente estás adelgazando.

(-) Es mi contextura.

(-) No, tú estás adelgazando, no te vaya dar anemia.

(-) Qué va.

Se van al parque, Sebastián compra dos coca-colas, colocan las bicicletas en el suelo y comen. Sebastián admira a Henry, ya son 19 años que le va conociendo, piensa que si bien no es un hombre con mucha riqueza, es alguien feliz.

(-) Henry, si el Perú estuviera mal como Venezuela, tú te irías del país para trabajar por los tuyos.

(-) Yo me fui a Estados Unidos por mi familia, para comprarles una casa y, compré una casa, pero terminé perdiendo mi familia. Si el Perú fuera como Venezuela yo no me iría, yo mataría a Maduro; por mis hijos, por mi familia, yo mataría a Maduro.

(-) ¿Y si no tuvieras hijos?

(-) Quizás no me importaría tanto y me iría, como tú dices, Latinoamérica es una patria más grande que Perú, y Perú como Venezuela integran esa gran patria, así que yo me iría a cualquier lugar que hablen español y haría mi vida allí. Solo quiero estar tranquilo, poder estar con mi familia, con mis amigos, con geste honesta consigo misma y con los demás.

(-) Sabes que admiro tu forma de ser, que a pesar que tienes poco eres un hombre con paz y feliz.

(-) Cuando era más joven y tenía planes de irme a Estados Unidos yo pensé que en Estados Unidos iba ser muy feliz, que iba a ganar mucho dinero y sería feliz así, cuando estuve allá me sentía infeliz, y no aguanté más y me vine aquí. Cuando estaba allá pensaba que regresando a Perú sería feliz, pero cuando llegué y el tiempo pasó me di cuenta que tampoco era feliz aquí. Ahora me doy cuenta que uno puede ser feliz donde quiere ser feliz, con la gente que quiere ser feliz. Aunque no lo notes, yo soy feliz acompañando hoy a mi amigo – se refiere a Sebastián -, pero también me siento un poco triste porque tú no estás bien, me gustaría que estuvieras bien como antes.

**** 

WhastApp 3: Sebastián – Luisito

(-) No te preocupes mi pana, yo mañana llego temprano y vamos a ver lo del menú.

¿De verdad?, ¿me acompañas cholo? (-)

(-) Clarissa, para esto estamos, eso sí te invitas el desayuno.

Ya sabía, ¿siempre tienes que ser convenido? (-)

(-) Mentira cholo, más bien yo invito el desayuno ahora. Unos tequeños en mi pana del mercado.

Hecho (-)


Friday, September 18, 2020

Depresión

Sebastián está revisando las actividades de sus estudiantes, piensa en no salir, tiene mucho pendiente con el colegio. Le llama Elena.

 (-) ¿Listo? – la voz de Elena suena melodiosa hasta diciendo sí -, ¿te bañaste?, ¿te afeitaste?

(-) No, estoy mal.

(-) ¿Qué es esa música horrorosa? Seguro sigues pensando en esa fantasía llamada Azul, por favor levántate, sal a caminar, toma una ducha y ponte algo decente que la psicóloga te llamará a las nueve, no me puedes fallar.

(-) Elena – Sebastián habla lastimeramente -, voy hacer todo lo que dices, pero no creo que me den el trabajo, se darán cuenta que estoy con depresión.

(-) Tú no te preocupes por eso, que la psicóloga es mi pinky y yo ya la tengo bien adiestrada, solo tienes que sonreír a la cámara. Ponte una corbata, no me importa si estás calato de la cintura para abajo, pero de la cintura para arriba debes estar reluciente.

(-) Haré mi mejor esfuerzo.

 

Sebastián sube el volumen del pc, es la canción en inglés que Azul escucha en su trabajo, se desnuda y va entrar a la ducha cuando de pronto suena la puerta de la calle, es ella que está saliendo para su trabajo. La ve caminando hacia el parque y le dice para sus adentros, voltea, voltea para que me mires. Azul no voltea, sigue su camino despreocupada. Sebastián la sigue con su mirada hasta que ella se pierde en ese pequeño bosque. Entra a la ducha, está emocionado, cierra los ojos y piensa en ella.

Azul, gracias por ya no mirarme con tu cara de pato malo.


******

(-) Cholo, y si Azul te amara, ¿tú te casarías con ella?

(-) Por supuesto, yo me casaría con ella y para siempre.

(-) Hablas grueso.

(-) Cholo, yo la amo, yo amo a Azul. No me importa que esta relación sea imposible, que ella se va ir pronto, que ella me desprecie, yo la amo y eso no va cambiar. Cuando ella se vaya cholo, me lloro – Sebastián abraza nostálgico el tecnopor.

(-) Y cuando ves a Azul, ¿qué es lo que más te gusta de ella físicamente?, ¿su culito?

(-) Me gusta todo de ella, sus cabellos, sus ojos, su nariz, sus labios, me gusta su cuellito, su espalda pecosa, sus pechos, sus largas piernas y por supuesto su culito. Pero lo que más me gusta, me gustan sus pies.

(-) Sus pies, lo olvidaba. ¿Debe ser un fetiche?

(-) Creo que sí, sus pies son los que más me gustan y espero que algún día me dé la oportunidad de besarlos.

(-) Lo bueno es que ya no la estás molestando.

(-) Estoy esforzándome para no buscarla, para no hablarle. No es porque esté tratando de olvidarla ni nada por el estilo, solo que no quiero molestarla, no quiero incomodarla. Cuánto me gustaría caminar con ella, conversar largo rato contándonos nuestras cosas, llevarla a comer, salir a comprar juntos, ir a la montaña, llevarla a que se distraiga. Pero a ella no le interesa estar conmigo.

(-) Es una pena cholito, justo te tienes que enamorar de esta veneca. No tengo nada en contra de Azul, pero no es para ti. Habiendo tantas que caerían fácilmente, se te ocurre enamorarte de alguien así, ella es todo lo contrario a ti, tanto en la personalidad como en lo circunstancial, lo veo muy difícil cholo.

(-) Sabes cholo, la escuché hablando por el celular, diciendo que estaba mandando dinero a su hermana, ella solo tenía cien soles y los estaba mandando a Venezuela para que su hermana pueda comer – a Sebastián le caen lágrimas.

(-) Eso es problema de ella cholo.

(-) Es que yo la quiero y no quiero que sufra – Sebastián se pone a llorar.

(-) Te entiendo, pero ella no quiere tu ayuda, ella ni siquiera quiere verte.


******

La psicóloga le pide que haga dos dibujos, en cada una debe estar una persona trabajando. A Sebastián no le interesa las indicaciones, que tenga que hacer dos dibujos para obtener el trabajo le parece algo irrelevante. Abre el Facebook de Azul y busca aquella foto en la que ella se encuentra con sus hermanos en el campo haciendo parrilla, para el segundo dibujo utiliza aquella en que está supervisando un examen a sus estudiantes.

Al día siguiente, Sebastián tiene que hacer una clase modelo, le llama Elena.

 (-) ¿Qué clase de dibujo hiciste? – pregunta Elena.

(-) Me pidió gente trabajando e hice dos dibujos, una de una amiga y sus parientes en un restaurante campestre y otra mía dictando clases.

(-) Pues has salido observado.

(-) ¿Entonces no obtendré el trabajo?

(-) Hablé con mi pinky, me dijo que se nota que estás deprimido, que tienes problemas y que no haces nada para disimularlo. Pero creo que tú ganas porque el otro candidato ha salido con siete problemas mentales. Por favor, la clase modelo no puedes fallar, has algo, sonríe, muévete, es una gran oportunidad, y tú te lo mereces. Ya olvídate de esa Azul, olvídala y sigue adelante.

(-) Voy a seguir adelante, pero no voy a olvidar a Azul.

(-) Báñate, ponte saco y corbata, por favor, supéralo, ánimo Sebastián, tú no puedes estar así, tú eres el mejor profesor que conozco y tú te mereces ese puesto.

(-) No siento que merezco nada ahora.

(-) Si no lo obtienes, te juro que voy a tu casa y le armo chongo a esa tal Azul.

(-) Haré mi esfuerzo – Sebastián sonríe huecamente.

 Sebastián se mete a la ducha, sigue escuchando la música que le compartió Azul: “… lo siento mucho… pero me voy… porque a tu lado me di cuenta que nada soy…”. Se dice que nunca diría eso, nunca dejaría a Azul, nunca se alejaría de ella, él solo no la está molestando, pero está para cuando ella le necesite. Deja que el agua le caiga en la nuca, no siente el frío, siente que su sangre le hierve, siente el dolor de cabeza, el nudo en la garganta y el ardor en sus ojos. Le cae lágrimas que se pierden con el agua que cae como lluvia. 


Tuesday, September 15, 2020

Corazón de Concreto

 

Y le cantas
Aunque te sea muy difícil
Que le borrarás de tu mente
Que le sacarás de tu alma
Y le arrancarás de tu pecho
 
Y le vuelves a cantar
Para fiesta de los tuyos
Que tu deber será olvidarle
Aun lamentando
Tu pobre y mal herido corazón.
 
Así al bobo le tienes embromado
Y quieres como si fuera fácil
Trasplantártelo para matar el despecho
Porque le tiene aprecio
A aquel que te responde con desprecio.
 
Yo te compadezco
Porque tu brillo parece muerto,
E igual estamos
Tú por el amor de ese sujeto
Y yo porque estás metida en mí muy dentro.
 
Más mis amigos me resondran
Me piden orgullo
Sensatez y razón
Y me justifico diciendo
Que enfermo… estoy de amor.
 
Y vuelvo a escuchar cuán fácil es para ti
Cantar como hace el llanero
Para poder olvidar
Pensando que lo difícil será un momento
Y pronto tendrás corazón de concreto.
 
Yo no soy del llano
Soy de los andes altos
De tierra humilde
Que no tiene mal orgullo
Que no admira al corazón de piedra.

 
Hombre del ande que ama solo a una
Que no espera pago
Que lo que te ofrezco y doy
No demanda contraprestación
Más que querer ver tu felicidad.


Así no puedo desear
Como tú me reclamas que tenga
Cemento en mis entrañas
Para olvidar lo mucho que te amo
Aún pasen años en mi existir

 
Y aun sabiendo que te irás de mi pueblo
Rompiendo mis afectos
No te voy a juzgar
Por el amargo trago
Que me darás de beber.
 
Más no habrá flores en mi muerte
Salvo sean las matas que me traigas
Que las velas tampoco se prenderán si no das chispa
Porque se habrá muerto
Quien hoy te jura amor eterno.




 

Sunday, September 13, 2020

01 - Carta para Azul

Querida Azul,

Estoy tranquilo, sé hasta dónde puedo llegar contigo y no me enoja que no pueda ser lo que más deseo; soy varón y puedo soportar por más que hiera. Mi amor por ti no es malo, es como el del Quijote, por el cual haré penitencia. Sé que un día te irás, pero quiero que cuando te vayas te despidas bonito de mí y me recuerdes bien, sin ningún resentimiento, sin ningún mal sabor de haber pasado por mi vida y yo tropezado con la tuya.

Quisiera decirte muchas cosas de frente, pero sé que al decirlas te vas a molestar más, como me dijiste, te puedes molestar más. Te confieso que cuando me dijiste eso, me sonreí, porque parecías como si fueras mi mujer y, yo encantado de ser tu marido.

Azul, soy feliz, soy feliz por haberte conocido. Aunque ahora – y te juro que no sé porqué – pongas tu cara de pato molesto cuando me despides. Igual me haces reír, y sacia mi alma tener un poquito de tu atención.

Atentamente,

El Príncipe de Cleves.


Azul, cuando quieras, tú solo di sí y será sí.





Friday, September 11, 2020

Arepas

Ponen la canción de Maluma a fuerte volumen. Keni y Sebastián cantan como dos condenados, y van riendo. Keni admira a su amigo y se dice que esto nunca lo va olvidar.

(-) ¿Y por qué estás contento cholito?

(-) Porque el domingo fue lo máximo cholo, el domingo Azul me invitó sus arepas.

(-) ¿Y qué tal son esas arepas?

(-) Conociendo tus gustos quizás no pasa nada para ti, pero a mí me gustan las arepas, me declaro arepero – Sebastián lo dice con una gracia inusitada -, y sobre todo de las arepas de Azul, si por mí fuera todos los días me comería las arepas de Azul.

(-) Jajajaja, tú sí que estás enamorado cholo. ¿Pero no me dijiste que ya no la ibas a ver?

(-) Sí, pero cuando uno está enamorado puede decir una cosa y hacer otra, y yo estoy enamorado. No me importa lo que me digas, yo amo a Azul y estoy dispuesto a todo por ella. Así no me quiera, igual estoy para ella, a su entera disposición, a sus pies, estoy a sus pies, esperando a que ella me diga bésame los pies, y yo cholo, yo le beso los pies – Sebastián hace como si besara unos pies -, así le besaría.

(-) Jajajajajaj. Estás borracho.

(-) Tú sabes que yo me embriago con mi imaginación. Yo puedo tomarme litros de alcohol y no sentir nada; pero mi imaginación me hace alucinar, me hace llorar… - se acabó la canción de Maluma -, repite Maluma Bayby.

(-) Ahora me toca a mí elegir mi canción, aquí se debe practica la democracia – Keni se hace el gracioso. Tú últimamente solo piensas en Venezuela y como allá es una dictadura quieres comportarte como un dictador.

Llegaron a la casa del cliente, el dueño del auto era un joven llamado Carlos, más o menos de la misma edad de Sebastián. Keni conversa con Carlos, mientras Sebastián lee el libro rojo de Mao.

(-) ¿Y qué tal señor?, ¿hace mucho frío?

(-) Normal, pero creo que tu pata está con frío.

(-) Él es Sebastián, es profesor y siempre aprovecha su tiempo para leer. Además, tiene un canal de youtube donde hace crítica social y política.

(-) A mira, seguro es un tipo leído, yo tengo un pata que es de la San Marcos y estudió lingüística, es un chucha. ¿Y qué estudió tu pata?

(-) Él es profesor de Historia.

(-) Qué buena oportunidad, quisiera preguntarle algunas cosas sobre la Guerra del Pacífico.

(-) Si gustas le puedes hacer el habla, a él le gusta mucho conversar. Seguro que te da buenas respuestas.

(-) Pero parece que está muy concentrado en su libro, mejor no lo incomodo.

Keni pide a su amigo comprar un pegamento, Sebastián sale, saluda a Carlos y se va a comprar. En el trayecto mira una joven venezolana y piensa en Azul. La sigue, se olvida de lo que tenía que comprar. Está en una zona que no conoce, pero no le importa, quiere ver a dónde va la venezolana.  

Azul, quiero que sepas que lo
que más me gusta de ti, son tus pies,
tus blanquitos pies.

(-) Disculpe señorita, me puede decir dónde encuentro una ferretería por aquí – Sebastián pregunta a la venezolana.

(-) Mire, cruzando la pista, allí está la ferretería.

(-) Perdón no lo había visto, muchas gracias – Sebastián ve a la chica alejarse.

******

(-) Sí que eres la cagada Sebastián. Cómo vas a seguir a alguien así, hasta te pudo hacer chongo.

(-) Me vuelvo idiota cuando pienso en Azul, yo solo la seguí porque me hacía pensar en Azul.

(-) jajajaja. De verdad cholo, estás mal… Oye, más bien seguro te enteraste lo de Richard Swing.

(-) Me parece un tema irrelevante.

(-) Ese sujeto – Keni remeda a Swing -, “yo sabía que me estaban grabando pero quería saber hasta dónde iban a llegar, yo sabía, yo sabía, pero yo les seguí la corriente” – eso es mentira pe, cómo se nota que Vizcarra ha hablado con ese huevón lo ha amedrentado, le ha dicho di esto porque si no me cagas y te vas preso conmigo, el cabro sabe que va perder también. Asu Cholo, han sacado un meme como esa que hemos visto de infinity Word y el del tiempo dijo he visto 14 millones no sé cuánto, y en cuántos ganas, en uno, y Vizcarra sale preguntando a Swing, cuántos futuros has visto y dice 14 millones, y en cuánto salimos libres, en uno… jajajajaja. O sea ese cabro sabía el futuro, ese cabro es lo máximo, tienes que escucharle, es lo máximo.

(-) En realidad me da risa, pero me parece irrelevante.

(-) Es que tú cholo estás más pendiente en Azul. A todo esto, ¿cómo está Rodrigo? Ese pata me cae bien cholo, me parece bonachón.

(-) Sí, Rodrigo es bonachón. Él está full con su chamba.

(-) Cuando lo vi por primera vez, cuando te recuerdas que llevaste mis letras a la panamericana, me dije, pero por qué Sebastián está andando con ese tipo. Lo vi como que un tipo así muy simple y cuando hablaba peor todavía. Pero luego ya cuando lo vi en los compartir venezolanos, era un buen pata, alegre, que echa pa’lante, bonachón. A ver si vamos a comer shawarma con él un día de estos pues.

(-) Puede ser, pero tiene sus problemas y bueno está un poco alejado. Pero normal, un día le voy a decir para comer los tres.

(-) Oe cholo y tus amigos los venezolanos, tú crees que les interese lo de Richard Swing.

(-) No sé, quizás a Rodrigo sí, él es inteligente, veo que le gusta enterarse. Le he prestado algunos libros y también le envío mis poemas, aunque nunca me ha dado ningún comentario. Los otros no sé, creo que los otros más viven su vida en las apuestas y el día a día sin pensarlo mucho. Pero igual, los venezolanos no sabrán mucho de nuestros temas.

(-) No sabrán todo lo que se dice aquí de política, es como yo si voy a Venezuela lo único que sabría seria de Maduro, y bueno otra cosa sería Chávez, pero de allí no sé nada más.

(-) Claro, yo escuché de Pérez, Chávez y Maduro. También de Rómulo Gallegos por lo de la novela regionalista “Doña Bárbara”.

(-) ¿También fue presidente?

(-) Sí.

(-) Cholo, pero a mí mis amigos me decían que Venezuela era lo máximo, pero no sé qué mierda pasó y ahora está mal.

(-) Sí, Venezuela tuvo sus mejores tiempos, incluso mejor que Perú, pero lo malogró el socialismo del siglo XXI… Cholo, pero no quiero hablar ahora de política, quiero escuchar Maluma Bayby, para cantarle a Azul.

Keni pone la canción Hawái a alto volumen y siguen cantando.