Monday, March 22, 2021

Las medias de Azul

Sebastián tiene miedo, quizás ese miedo sea lo que le provoca las infecciones, el médico dijo que era ansiedad. Cruza la avenida y se da cuenta de un señor de ojos azules. “Qué hermoso es el ojo humano, no es el color, es simplemente el ojo humano el que es hermoso – mira los ojos de un joven sencillo -, cualquier ojo humano es hermoso, es lo más perfecto de la creación. Los ojos de Azul eran hermosos, pero por ellos no me enamoré, sus ojos me impactaron, pero lo que me enamoró fueron sus gestos sencillos”.

(-) A su orden señor Sebastián.

(-) Gracias por estar a mi orden, pero no me digas señor.

(-) ¿Te puedo llamar Sebastián? – pregunta Azul.

(-) Claro, tú eres Azul, ¿verdad?

Azul sonríe a Sebastián y éste flota perdido por el gesto bonito de la venezolana. Ella tiene unas medias en las manos que toca delicadamente como sintiéndolas. Sebastián extiende sus manos para que Azul le dé las medias, ella no tiene problemas en dárselas y se tocan las manos sintiendo un calorcito seco tierno.

(-) Están bonitas, suavecitas.

(-) Sí, ¿verdad?, me costaron baratas aquí nomás en el mercado. A cinco soles.

Sebastián tocas las medias que tendrán contacto con los blancos pies de Azul. Piensa que son baratas, que ella se merece algo de más calidad, piensa que si se hacen amigos le puede comprar medias en Saga o en Oeschle para su cumpleaños.

Sebastián abre la puerta principal del edificio, lleva consigo dos botellas de agua que compró en Metro, pasa por el cuarto de Azul, se queda mirando y siente la nostalgia: “¿Dónde estarás Azul?, ¿tendrás alguna necesidad?, si me llamaras para pedirme que te ayude a volver, yo lo haría; ahora estoy endeudado, pero sí, haría el sacrificio para que vuelvas a Perú, ¿cuánto podría costar tu retorno?”

(-) Cholo ya vas a venir – Keni escribe en el Whatsapp.

(-) Cholo estoy cansado, recién llego del hospital, más bien ven tú.

(-) No cholo, tengo que hacer algunas cosas aquí, ven, ayúdame pues, es momento que demuestres tu amistad, ayudaaaaaaaaaaaaaa…

(-) Está bien cholo, iré, pero en media hora todavía, voy a cambiarme de ropa.

(-) Ya cholo, voy hacer piña.








Tuesday, March 16, 2021

Muy tarde

Sebastián se levanta muy tarde, son las nueve del día, está con una pereza y dolor de cabeza. Esto de estar creando grupos de Whatsapp en realidad ha sido un chambón, supuestamente estas cosas se hacen para facilitarnos la vida, pero en realidad nos la friega. Se mira en el espejo y se siente mal por la notoria acumulación de grasa abdominal, tiene miedo al recordar que en algún momento pudo ser anoréxico, se sonríe para darse ánimo: gordo pero sano, piensa. Se mete a la ducha.

El agua cae caliente, se pregunta cómo será en el invierno, seguro que el agua estará fría porque con la baja temperatura y el agua estancada será sufrible bañarse en esos días. Abre la botella del shampoo y le llena agua para poder utilizar lo último, tendrá que esperar una semana para comprar una nueva botella, con la deuda está más ajustado. Felizmente que ya no está Azul, si la tendría estaría más aguja, y me moriría de la pena de no poder invitarla a salir a comer algo.

Sale de la ducha, se seca mirando su anatomía en el espejo, se mira en el espejo para recriminarse por no tener un cuerpo formado, le sale las ideas de “si tuviera…”. Sonríe – fingidamente – para darse ánimo, esta vez con la idea “al menos tengo un trabajo”. Y vaya que trabajo, son un cuarto para las diez y ha comenzado a timbrar el celular, son los estudiantes que le escriben por el Whatsapp y también llamadas, de seguro madres de familia, que no respetan el horario del trabajo del docente. No responde porque le duele la cabeza y cree que es una injusticia que le llamen o mensajeen a esas horas, cuando él fácilmente podría estar haciendo otra actividad, quizás podría leer un libro, terminar “La ciudad y los perros” que lo ha dejado a medio leer. No termina de vestirse y se tira en su cama, toma el libro y se pone a leer. No importa, solo tomaré agua y me quedaré aquí una hora para avanzar con mi lectura.



Azul, sería genial que me dieras 
la oportunidad de contarte alguna de mis lecturas


Friday, March 5, 2021

El sentido de la existencia

Sebastián se levanta, escucha la conversación de los jóvenes del cuarto piso, se da cuenta, por el tono de las palabras, que ellos están alegres, tienen objetivos, hay vitalidad; los envidia, él no tiene nada de eso, se siente desgraciado y miserable. Se levanta y va a tomar una ducha, piensa que una ducha fría podría ayudarle, pero el agua que le cae esta tibia, el tanque expuesto a los rayos del sol conserva el calor que ganó ayer.

Sale de la ducha, deja la toalla y se viste sin ganas a pesar que le faltan un par de minutos para comenzar con la reunión virtual. Va a la cocina, llena su jarra con agua de una botella y lo mezcla con colágeno en polvo, baja a la antigua biblioteca para conectarse a la reunión. Mira por la ventana a Norma, ella está friendo pescado para su desayuno, a él no le gusta el pescado, así que no le dice nada porque si Norma le escucha es posible que le sirva un plato. Se conecta y saluda sin preocuparse si sus colegas han escuchado o no el saludo, ellos están comentando cosas sin importancia, algunas profesoras incluso están recordando las salidas cuando se llevaban las clases presencialmente.

Espera a que la directora inicie la reunión, mientras tanto lee un libro sobre “sexo y aborto”, donde da cuenta que esto del aborto ha sido una preocupación de milenios y se sorprende encontrar que los filósofos Aristóteles y Platón expresaron su franca aprobación del aborto siempre que fuera hecho antes de que la madre sintiera alguna manifestación de vida en su vientre. Él no está de acuerdo con eso, y piensa que la postura de los grandes filósofos de la Grecia Clásica se debió a la falta de conocimiento sobre el inicio de la vida humana. Uno de sus colegas le escribe al WhatsApp, preguntándole por su lectura.

(-) Buenos días profesor Rivas, ¿por qué su interés en el aborto?

(-) Es un tema interesante, y me preocupa mucho cómo es que cambiará la moralidad de la humanidad cuando se permita el aborto como ahora lo están haciendo algunos países.

(-) Yo no estoy de acuerdo en el aborto, eso está mal.

(-) Es un tema muy complejo, yo tampoco estoy de acuerdo.

La directora inicia la reunión pidiendo a los profesores que prendan sus cámaras. Sebastián se pregunta si los colegas se darán cuenta de su tristeza al verle por la cam, se darán cuenta de lo miserable que se siente, que para él su vida no tiene mayor sentido, que de pronto se dio cuenta de la inutilidad de la existencia. Piensa:

La existencia tenía sentido cuando se era niño, había un objetivo claro de querer superarse, de dejar de tener miedo a los compañeros abusivos, que terminaría el día en que los profesores podrían reprobarnos, gritarnos, tenía sentido pensar en un día de libertad, el día en que nuestros padres no podrían limitarnos las horas de salida y la distancia del viaje. La existencia tenía sentido cuando estaba en la universidad, porque había la esperanza que un día se tendría un trabajo bien remunerado para poder comprar lo que se carecía, para poder salir con Elena. La existencia tenía sentido cuando Elena viajó a los Estados Unidos, tenía sentido porque esperaba el día que ella llegara, tenía sentido porque esperaba el día que la recibiría en el aeropuerto y la invitaría a comer en un restaurante caro, tenía sentido porque había la posibilidad de que ella se enamore de mí. La existencia tenía sentido cuando conocí a Elizabeth, porque era una chiquilla que lo había revuelto todo, ya no importaba ostentar nada, lo importante era ser humilde y estar pendiente de lo que la chiquilla necesitaba, porque la pobre necesitaba mucho y mi objetivo era poder servirla. La vida volvió a tener sentido cuando apareció Alejandra, con ella las cosas eran fuertes, por primera vez amé a alguien que me amó de verdad. Además, tenía tanto sentido la vida porque ella es mucho más joven que yo y con ella se prolongaba mi existencia. La vida, fugazmente, tuvo sentido cuando conocí a Azul, la venezolana de ojos azules, que cocina muy rico, que es pretenciosa de su estampa; tenía sentido porque quería hacerle mucho bien y viajar a su país.

Pero acabó, las razones de su sentido de existencia acabaron, están allí esas personas, pasaron los años, su cerebro ha sufrido tantos reveses que ahora se ha dado cuenta de la inutilidad de la existencia, de su existencia, sí… Y quiere ver a las otras existencias para quizás motivarse, pero también se da cuenta de la inutilidad de esas existencias.

(-) Profesor Rivas, quizás usted nos pueda comentar su experiencia de trabajo del 2020 – La directora pregunta y Sebastián no responde -, profesor Rivas… ¿está atento?

(-) Lo siento directora, estaba distraído en mis pensamientos. El año pasado trabajé con blogger…



¿Solo hay un destino para todos?