Thursday, November 24, 2016

Rumbo a Matucana

Suben al bus para Matucana. Rosaura piensa en Juan Gabriel: Esto de ser contestataria está bien, se siente bien siguiendo los principios liberales, los de tu conciencia, el hedonismo; y sería perfecto si Juan Gabriel los siguiera conmigo. Se recuesta en el hombro de Gustavo, imaginando que es el de Juan Gabriel.

Aracely está tranquila, ella es una noble roja. Su rostro de niña contrasta con sus 25 años de bien mujer. Madura, trabajadora, consecuente. Sebastián la admira, no por su posición recalcitrante, sino por su silenciosa elocuencia y apariencia frágil. Aracely quisiera hablarle a un dios, pero se niega a tener fe: Eso es de los amarillos, eso es falacia de los capitalistas, en todo caso, debo hablarle a la madre tierra.

El paisaje le recuerda su andina Arequipa, ahora esa contrariedad de si la segunda ciudad – ¿o será la tercera? – del Perú… ¿es costeña o serrana? Es costeña para los que preguntan directamente, es costeña porque ser costeño es mejor para la hipócrita primera ciudad nacional. Es serrana para mí, para mis sentimientos; preferencia de olor, clima y mujeres; es serrana porque en verdad es serrana. Gustavo reflexiona.

Necesitaba de este aire y calor para pensarte mejor. Alejandra domina los pensamientos de Sebastián. Mira Alejandra, nuestro dios está pleno – Sebastián mira el cielo brilloso -, es el verdadero dios, el que existe y se puede ver.

Se han quedado callados, pero cálidamente callados; los parias fueron confidentes en ese momento.

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Darío pone su mano sobre el hombro de su amigo. Juan Gabriel, si bien de más edad y formas menos atléticas, es más atractivo que Darío, por eso es que Rosaura le eligió. Las chicas no solo admiran su flexible ingenio sino también su educado trato con que seduce a sus interlocutores.

Sebastián sube al carro, escucha el gracioso comentario: “Ya pe, presenta a tu marido”. Alcanza a ver a un joven con mirada limpia y sonrisa de oreja a oreja. Gustavo va con sus amigos y Sebastián aprovecha para ir al baño.

Sebastián sube, trata de leer los libros que compró, como siempre, respeta la introducción y se entera de las mejores traducciones que se han hecho de la Eneida. Pero se distrae cuando se dispone a leer los hexámetros por la elocuencia de Juan Gabriel.

Para qué tanto quieres conocer a mi pata, ¿no será que te gusta? Ya pues confiesa Juanga, ¿eres gay? – Gustavo molesta a su amigo. No me molesta, porque todos saben que lo que se ve no se pregunta – Todos ríen de la ocurrencia del líder de la manada.

Darío le admira, pero también le envida. Parece que está predestinado para ser Congresista o Presidente.

Pero qué carajos, ese Gustavo la cagó, estaba todo tan bien; debe ser la edad, ya está viejo. Oe qué tienes Jerjes, déjalo, el Characato tiene sus razones. Puta sí, el profe también cagón porque más le importa su mordida que sus estudiantes. Calla huevonazo, el profe te va escuchar; más bien saca cuenta si hay suficiente para el pago a la tierra. Ya, ahora mismo hago un informe contable de los dulcecitos – Jerjes se acerca a los demás para ver qué ofrendas han traído para el festín.

Darío piensa en que no tomará, porque quizás pueda perder el equilibrio y confesar llorando el secreto por Rosaura – secreto que no quiere reconocer que es vox populi.

Oe Cajacho - Jerjes se acerca a Blancón - a ver qué traes allí - revisa la maleta de su amigo para contabilizar las botellas y se toma la confianza de ver qué más trae consigo - ¿una botella nomás?, puta qué miserable tu aporte, a ver qué hay acá, medias viejas, polos para hacer finta que cambias de mudas, un boxer seguro también para finta, qué huevón eres, como si vayamos a estar varios días, solo vamos estar una noche, ¿y esto?, ¿qué significa esto? - coge unos preservativos -¿para esto gastas el dinero?, ¿no te puedes jalar sin profilácticos. Calla mierda, este es el viaje huevón, aquí la hago, no regreso a Lima virgen. Ya - Jerjes hace cara de lelo -, pobre la Saladita, me supongo que lo harás en su carpa, porque recuerda que tú estás de recogido en mi carpa. 



Wednesday, November 23, 2016

Te estaré viendo

Entiendo tu deseo por progresar
Tu ímpetu por el reconocimiento
Tu necesidad de hacer bien
No solo para los tuyos.

Te he visto
La misma dulce ingenua
Que con palabras rebuscadas
Quiere hacerse simpática.

Te he visto
Lejos de mí
Por otro camino
Sin ánimo de virar.

Me prometo observarte
No dejar de enterarme de ti
Me prometo no dejarte
Como tú me dejaste.

Serás princesa
De todos los cuentos
Como antagónica eres
De mi concreta realidad.




(Alejandra, ya envejecí).



Monday, November 21, 2016

Adiós Yovana

¿Qué le miras tanto?, ¿te gusta? No – Aracely mira a Sebastián y sonríe -, solo que me parece gracioso que siendo tan joven se le esté cayendo el cabello. ¿Cuál joven?, si solo le falta un año para envejecer.

Gustavo se preocupa por su amigo; antes de salir había notado que estaba muy nervioso.

Es que cuando supe que el bus no tenía baño me preocupé por lo de la infección. Pero ahora, ¿cómo estás ahora? Bien, ahora me siento más seguro, aquí no estoy a la merced de nadie, haremos paradas. ¿Y esos libros? La Eneida, es la obra completa, es de una edición antigua de Sopena, muy buena; ésta es Fuenteovejuna, teatro, quizás prepare a mis estudiantes para una presentación, ¿puedes creerme que me costaron solo cuatro soles? Sí, Malambito. Así es, hace mucho que no visitaba a ese babel de la cultura.

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¡Por qué llegas a estas horas! – Eduarda le grita a su hijo. ¡Y tú por qué le regañas a Teresa! Porque le pedí que te recuerde que saldríamos. Ella me lo recordó, no tienes por qué gritarle cuando soy yo quien te ha fallado; ¡o qué pretendías!, ¡que me impida salir! ¡Pero qué te pasa Keni!, estás muy malcriado. No es eso Eduarda, estoy cansado que regañes a Teresa porque tus hijos no te hacen caso, eso no es problema de Teresa, es problema de Jhonson y mío, ¿no crees? Lo que creo es que debería quitarte el auto. No jodas – Keni sube a su cuarto, tira la puerta.

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Sebastián explica sobre las competencias y capacidades a sus nuevas amigas, Rosaura y Aracely escuchan interesadas. Conversan sobre la educación, sobre sus universidades, el nivel de los profesores, los intereses de los administrativos, otros. Mientras un moreno alto los escucha con mucho interés.

Bajan en el paradero de la entrada de Huachipa – en la Carretera Central -, toman rápidamente un chosicano – quieren pasar al malogrado bus.

¿Estás distraída? – Rosaura piensa mirando por la ventana. Sí, me distraje pensando en algo – Gustavo la ve frágil, tierna; se sorprende que Rosaura pueda tener esos gestos siendo que todos la creen una liberal por sus cuatro costados. Has sido muy valiente al seguirnos. No los he seguido, en verdad creo que eres tú quien nos ha seguido, fuimos nosotras las que tomamos la decisión primero – le mira a los ojos brillosos. En verdad los tres son unos arrebatados, muy lejos de lo que se espera de los abogados – claro de los buenos abogados -, ustedes deben estar para solucionar conflictos, no para generarlos – Sebastián les regaña. No es eso Sebastián – Aracely responde -, los inmaduros son ellos, ellos son los que dicen una cosa y luego salen con otra; ya los conocemos, siempre son así. Así es Sebastián, tú no sabes nada de nuestros compañeros, son pocos como Aracely y Rosaura que en verdad tiene pantalones – ¿pero qué mujer hoy en día usa falda?

Ríen, bajan en Chosica y antes de tomar el bus para Matucana deciden comer. Buscan un buen restaurante, es un día especial, han hecho su hazaña, así que se merecen comer bien. Las chicas y Gustavo piden bistec a lo pobre y Sebastián un saltado de pollo.

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Yovana, creo que estás aquí en mi corazón, yo te amo mucho, pero creo que ya te perdí.

Keni le escribe al Wassap y bloquea el número de su enamorada. Llora, llora como un niño y más ahora que no tiene a nadie que le pueda consolar. Se quita los zapatos, también las medias que las siente malolientes, se quita los jeans y como ya no tiene más fuerzas se queda con el bóxer y el polo y así se cobija con una colchita; recuerda a su amigo Sebastián que le decía que cuando se sienta mal debe ponerse a limpiar su cuarto, pero él no tendrá esa necesidad, Teresita se encarga de limpiar todo y dejarlo bien oloroso. 


Sunday, November 20, 2016

Los Parias

Sebastián se incomoda, el bus no tiene baño. Se sienta junto a la ventana, Gustavo es muy amable, no le dice nada con respecto a la ubicación. Juan Gabriel bromea con Gustavo.

Oe Gustavo, presenta a tu marido. Calla mierda – Gustavo se acerca a sus amigos - ¿Qué fue chola? Ya pe, presenta a tu marido. Carajo, ya que tanto insistes ahora te presento a mi pata.

Sebastián baja del bus a buscar baño, se sorprende de lo feo que está esa zona, entra a un mercado que se ve viejo y sucio, los servicios higiénicos están en peores condiciones, se lamenta de hacer el viaje. Paga cincuenta céntimos, el dependiente le da papel, Sebastián guara el papel y pasa al urinario.

Gustavo no ve a su amigo, quiere timbrarle pero no tiene saldo. Sebastián le llama, quizás algo le ha pasado, Gustavo se asusta.

Cholo, ¿se demorarán en partir? El profe dice que en diez minutos salimos, ¿por qué? Es que quiero comprar algunos libros, porque no quiero viajar solo mirando. Apura Sebastián. En unos minutos estoy allá, aquí hay una calle de venta de libros viejos. Apura, apura.

Sebastián busca entre los libros viejos algún ejemplar que le interese, encuentra dos obras que las tiene presente pero no las ha leído: La Eneida de Virgilio y Fuenteovejuna de Lope de Vega; paga solo cuatro soles por ambos y se va contento con su adquisición. Cuando llega al bus, no encuentra a Gustavo, éste se fue a comprar alcohol con la chanchita que hizo con sus compañeros.

La salida estaba programada para las siete, pero salen a las nueve. El docente argumenta que tuvieron que esperar a los que llegaron tarde, pero lo cierto es que mientras se esperaba se estaba arreglando el bus. Gustavo se molesta por todo este maltrato, pero al fin se contenta que ya está en marcha rumbo a Matucana. El bus avanza lento, al comienzo no se dan cuenta por el tráfico, pero cuando llegan a Evitamiento, su avance es notoriamente lento, se para en Ramiro Prialé por un desperfecto.

Gustavo baja y conversa con el docente, está molesto, sube conversa con sus compañeros para irse por su cuenta, ellos comienzan a criticar al docente y su mala gestión y deciden junto con Gustavo no seguir el viaje con ese bus. Bajan Juan Gabriel, Jerjes y Darío. Sebastián les mira por la ventana – parecen unos pigmeos -, comienzan a discutir con el docente – quien también es de baja estatura -, él les pide que esperen, que ya está viniendo un mecánico según le han dicho el chofer y su ayudante, que si ellos deciden irse por separado él tendría que cancelar el viaje y no los autorizaba a seguir. Los jóvenes deciden consultarlo con todos.

Dos chicas se bajan del bus y renegando le piden al docente su dinero porque ellas se irán solas, que esto no es un hecho extraordinario ya pasaron una parada de bus en su anterior salida con él. El docente sube para conversar con todos, Rosaura y Aracely le secundan.

Jóvenes, sepan que esto es muy incómodo, entiendo que para ustedes lo es, pues para mí es mucho más incómodo porque soy yo quien está a la cabeza de esto, no saco ningún beneficio de éste viaje – nadie le cree, piensa Darío -, lo hago porque era parte de nuestro plan – mentira, a nadie se le ocurrió hacer un viaje -, nuestro plan de estudio – de qué estudio habla, si el plan de salida no dice nada en relación a ningún estudio, no se menciona la historia de nada -, nuestro plan de estudio era llegar temprano para hacer el pago a la tierra – eso sí, el pago a la tierra está asegurado con todos los brebajes conseguidos. Ante esta situación hay tres alternativas - ¿tres?

PRIMERA.- Ustedes pueden desistir del viaje, se les devolverá su dinero, pero eso sí tendré que descontar algunos gastos que ya se han tenido que hacer como las copias, comida que se ha mandado hacer y una sorpresa que se tenía para el “pago a la tierra” – o sea aun así quiere sacar su mordida. Eso sí, como no cumplimos con nuestro objetivo, tendremos que dar examen el lunes.

SEGUNDO.- Podemos esperar unos treinta minutos que ya está llegando el mecánico, lo arregla y nos vamos; corremos el cronograma del plan y todo solucionado. No nos cuesta nada esperar – será que nuestro tiempo no vale, Darío sigue contestándole con el pensamiento.

TERCERO.- Si ustedes deciden irse, pueden hacerlo, pero sería algo que no autorizo, que no respondería al plan, yo les recomendaría mejor que se vayan a sus casas.

¿Qué deciden? – el docente pone una cara de sinvergüenza que contrasta con el rostro de Sebastián, que le mira fijamente por lo manipulador que resultó ser el catedrático.

Rosaura pide la palabra, nadie se la da, pero igual habla.

Mire profesor, esto se lo digo con todo respeto – en realidad se lo dijo como la Chacón increpando al Ministro de Educación -, usted ya nos tiene acostumbrados a esto, yo fui con usted el año pasado a Lunahuaná y ¡¿qué nos hizo pasar?!, el bus se quedó parado a unos 15 minutos del destino y tuvimos que caminar; además ni siquiera nos está proponiendo una reparación, porque me supongo que usted exigirá que le reparen este daño que nos están haciendo, ochenta soles para este tipo de servicios, por favor profesor. A mí nada me asegura que vayamos a llegar sanos y salvos con este bus, así que mejor me voy por mi cuenta.

Bueno chicos, vamos a someterlo a votación - el docente la ignora olímpicamente. 

Gustavo, toma la palabra pensando que le secundarán con su decisión sus compañeros.

Profesor, la verdad que ya nadie quiere ir con este bus, nada nos asegura que no se va a malograr otra vez, así que nosotros nos vamos por nuestra cuenta, además el objetivo es llegar a Matucana no ir con este bus.

Gustavo espera que alguien se alce con la misma idea, no mira atrás, se está jugando el curso, el profesor tomará represalias, solo si sus amigos le siguen quizás el profesor recapacite y no le jale. Nadie dice nada, el profesor ignora “olímpicamente” a Gustavo y pide que voten.

¿Por la primera opción? Una chica de escasa belleza alza la mano, su enamorado la rectifica, él está decidido inaugurarse en este viaje. ¿Por la segunda opción? Todos los felones alzan la mano, excepto Rosaura, Aracely, Gustavo y Sebastián. Gustavo no voltea, pero se decepciona de Juan Gabriel, Jerjes y Darío quienes le habían dicho que estarían con él hasta las últimas; pero así son las ratas, siempre son los primeros en salir cuando se hunde el barco - piensa Gustavo.

Los cuatro parias bajan del bus, Juan Gabriel, Jerjes y Darío – estos dos últimos en nada se parecen a los persas más que en el color cobrizo pronunciado; y el primero, no canta; pero para Rosaura, encanta -, bajan para conversar con Gustavo, tratan de convencerlo que regrese, pero Gustavo está decidido, energúmeno, está decidido. Los pigmeos le piden a Sebastián que convenza a su amigo, argumentan madurez en contra de lo que les enrostra su amigo, felonía.

Lo siento, yo debo apoyar a mi amigo; creo que lo que está haciendo el docente está mal. Les ha engañado y encima les condiciona a permanecer con él. Ustedes ya son mayores de edad y les he escuchado que tienen sus dudas con respecto al actuar de su profesor, si saben que él les está robando, por qué seguir con esto, ahora tienen un motivo para darle su merecido.

Juan Gabriel abraza a su amigo y le pide que se quede. Gustavo no le mira, está muy molesto y se zafa. Darío se acerca a Sebastián y le pide sus cosas para asegurar que se encontrarán en Matucana, Gustavo se aliviana y decide darles las mochilas a sus amigos. Las chicas hacen lo mismo, solo llevan una mochila. Comienzan a caminar y el chofer les entera que el bus ya está arreglado. Los pigmeos intentan nuevamente convencer a Gustavo para que suba al bus, pero intransigente, Gustavo comienza a caminar, las chicas le siguen, orgullosas de su gran hazaña que se escribirá en las mentes de esos pequeños cobardes. Sebastián también camina dando la espalda al bus que después de unos segundos que los felones suben pasa a los parias. 



Saturday, November 19, 2016

La partida

Tiene miedo que el estómago le moleste durante el viaje, por eso no desayuna. Espera a Gustavo. Le timbra, pero éste no le responde. Se mete a la ducha, se seca, se cambia, abre la ventana para ventilar su habitación. Gustavo aún no viene y no contesta su celular.

Sebastián se pone en la ventana mirando los trabajos que están haciendo en el parque. Piensa en cuántas veces le pidió a Alejandra para viajar a la montaña y que no quería volver para allá si no fuera con ella, pero ahora lo hace porque Alejandra le dejó para siempre.  Gustavo llama.

Cholo estoy cerca, ve bajando. Está bien – Sebastián baja las escaleras y al abrir la puerta de salida se encuentra con su amigo.

¿No me dijiste a las seis y media? Sí, pero parece que se demorarán un poco. Bueno, tomamos el carro en Malecón.

Los amigos caminan, Sebastián habla sobre su trabajo y lo estresado que está, Gustavo le dice que se olvide del trabajo y que disfrute del viaje, le comenta sobre sus amigos.

Conocerás a Jerjes, el pata es penalista; y también irá Juan Gabriel, es un tipo avasallador, conoce mucho sobre la administración pública. Le he pedido a Darío que lleve una carpa más, él dormirá con Juan Gabriel y tú dormirás conmigo. ¿No hay otra opción? No – Gustavo hace una mueca femenina y ríe.

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Si me amas vendrás aquí. Te amo mi ratoncita, pero entiende, tengo que llevar a mi mamá al centro. Siempre es tu mamá, ¿es que no me amas? Te amo mucho, te amo hasta el infinito – hasta el punto de haber dejado el trabajo por ella, Keni la ama tanto. Entonces ven, quiero que estés a mi lado. Espera un momento.

Keni baja delicadamente como una princesita - las escaleras hechas para la quinceañera de la casa le provocan jugarse así -, encuentra a Teresita en la cocina.

Joven, usted tan temprano. Sí teresita, es que tengo que salir, ¿te ha dicho algo mi mamá? Sí, que va salir con usted a las nueve. Asu – Keni ve en su celular que son las siete y media -, Teresita, si mi mamá me llama, le dices que he salido a recoger unos libros aquí nomás, pero que no se preocupe que llego rápido. Está bien joven, pero no le falle a la señora porque va estar renegando. Ya me imagino, y luego se las va pagar contigo; no te preocupes Teresita, yo voy a llegar, pero si me demoro algo y se pone histérica, tú no le hagas caso, si quieres puedes mentarme la madre para tus adentros. Ay joven cómo dice, ¿mentarle la madre?, si su madre es la señora y ella es muy buena conmigo. No pues Teresita, si te hace trabajar tanto, cómo la vas a querer; encima tienes que aguantar al pezuñento de su hijo, y lo digo por Jhonson, que  a mí no me huelen los pies. Ay joven, yo estoy muy contenta trabajando para ustedes. No pues Teresita, en esta casa quien más trabaja, si es que no eres la única, eres tú; mi viejo no trabaja, él estafa; mi vieja, solo se dedica a cuidar su belleza que el derrotero de los años está ocultando, y Jhonson, ese Jhonson es un vago. Ay joven, qué le pasa a usted, por qué está así de criticón. Es que es cierto Teresita, aquí solo trabajas tú; bueno, ya después te hablo de la revolución doméstica que debes encabezar porque me he dado cuenta que ni siquiera tienes un contrato, ya hablaremos Teresita.

Teresita se preocupa por el joven Keni, ni quiera se ha tomado el desayuno que le estaba sirviendo. Se sienta y toma la leche que había servido, piensa que la vaga es ella, que últimamente está muy cansada y que quizás un día la señora se canse de ella y la eche de la casa y no sabría dónde ir, porque allí tiene casa, comida y un sueldo, que por cierto no le alcanza para comprar el regalo que quiere su sobrino: una laptop. 




Saturday, November 5, 2016

Tus fotos

La mira, con todos esos gestos, con todas las muecas de siempre, mira a la niña que pisa huevos. Pone “Binomio de Oro”, “Y si tu amor no vuelve”, y pasa cada una de las fotografías.


Primera fotografía. Los dos en Wisse, una tarde de vacaciones. Ella se le acerca porque tiene una duda y Sebastián pide al asistente que les tome una foto cuando están distraídos. Alejandra no se da cuenta, pero pone una mueca de princesita.

Segunda fotografía. Ella en Chiclayo. Sebastián solo en la plaza después de navidad; pensando en lo lejos que está de su familia por Alejandra y que solo fue para verle un ratito de la navidad. Ve pasar a Josefina junto a sus primas y se oculta para no ser visto, allí está ella, conversando con su primo. Ese primo será la envidia de todo Chiclayo, porque con él están las mujeres más hermosas de la Región. Alejandra está hermosamente triste.

Tercera fotografía. Alejandra desnuda en la ducha. Son varias de esta toma, Alejandra coge la cámara y mira su figura, ve si le gusta o no las fotos, se ve desnuda, observa la vellosidad de su diferencia y decide eliminar las fotos. Sebastián disimula molestarse, pero no importa porque ya copió los archivos en su computadora. Qué hermosa mujer, se le ve las costillas de lo delgada que es.

Cuarto fotografía. Ella tirada en la cama. Alejandra está cansada y se echa en la cama de Sebastián, mientras este escribe en la computadora. Ella coge la cámara y decide tomarle fotografías a su amigo, sobre todo porque se le ve gracioso con los chavitos que usa. Él saca la otra cámara y le hace fotografías, ella le pide que no le tome nada, pero él insiste, se juegan, se abrazan. La mejor foto es la que ella misma se tomó recogiendo su cabello.

Sebastián se quita las medias, el polo y el short, los coloca en el cesto y camina hacia la ducha. Le cae el agua en la nuca, está sonando “Que no me faltes tú”.  

Se seca bien. Apaga la computadora. Hace frío pero es soportable, se mantiene desnudo, coge la tesis que tiene que leer. Tiene sed, no ha desayunado, abre el frigobar y coge una cerveza.