Sí, estoy embarazada. Pero no puede ser, me vacié fuera. No
digas estupideces, ya me hice la prueba y estoy embarazada. ¿Y qué piensas? –
Ernesto levanta la voz como amenazando -. Pues lo vamos a tener – Sofía se pone
nerviosa -. Estás loca, aún no has terminado la universidad y quieres tener un
hijo. Espera, es nuestro hijo, ¿qué estás pensando? Pastilla – Ernesto sin sangre
en la cara –, sabes que estoy por graduarme y vienes con esta huevada.
Sofía le tira una bofetada, Ernesto le coge de las manos para
que no intente agredirle más, le grita.
¡Qué vas a decir!, ¡que es mío!, no putita, no vas a decir que es mío. Déjame estúpido, déjame, no es tuyo – Ernesto la suelta -. ¿Y de quién es? Del Espíritu Santo, huevón. No te pases de lista Sofía, no me jodas que no me conoces. Te estoy conociendo, déjame o quieres que te denuncie. Mira putita, no me vas a joder con esta huevada, ese es tu problema, con cuántos los has hecho, crees que me vas a ver la cara. ¡Vete a la mierda!
Sofía, toma un carro sin saber a dónde va. Se sienta, le
caen lágrimas, saca la prueba que se hizo en SISOL y lee: Negativo.
Elena sube al bus, se sienta a su lado.
¿Qué pasa?, ¿estás bien? - Sofía le entrega la prueba -. No puedo embarazarme, soy estéril - y llora más -. Cálmate, eres jovencita, hay muchas formas para solucionar esto, tienes que conversarlo con tu pareja, ir a un especialista; no te vas a desesperar, pero si eres una niña.
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