Monday, June 30, 2014

Los hermanos que perdí

Mira, mi papá me compró mis cachaquitos – el niño Mario presume. Hay que jugar a la guerrita pues – Elías no le interesa lo presumido que es su amigo, está contengo por los nuevos cachaquitos.
Los niños están en el parque de la vuelta de la esquina, se les acerca la vecina de los pollos, es una de las vecinas más antiguas del barrio.

Hola Marito. Buenas tardes vecina. ¿Y cómo está Nella? Mi mamá está bien. ¡Qué le dices mamá! – Marito se asusta y recuerda la primera vez que vio a Nella cuando apenas tenía dos años. Nella es mi mamá. Ella no es tu mamá. ¿Por qué dice eso?, Nella es mi mamá. No, Nella no es tu mamá, tú llegaste a tu casa cuando tenías dos años. ¡Nella es mi mamá y usted es una bruja! Ay pero qué niño para más sonso, jajajajaja.

Mario corre a su casa, entra enojado; Nella le pregunta qué le sucede, pero el niño no contesta.

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El adolescente Mario conversa con su padre.

¿Y cómo sabes que no tengo hermanos? Maritza abortó a tus dos hermanos, uno mayor y otro menor. ¿Y eran varones? Sí, el primero fue cuando viajé y no lo supe sino cuando vi unas ecografías, y me enteré que me había traicionado; la perdoné, vivimos juntos un tiempo y te tuvimos; luego, se embarazó por tercera vez, y supe de otra traición, como no sabía si era mío o de otro, la abandoné; cuando fui a verla por última vez, me enteré que el niño no nació. ¿Y por qué no salvaste a ese niño? – Mario medio en lágrimas le reprocha a su padre. En esa época no había pruebas de sangre, uno sacaba su cuenta nomás.

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¿Te quitaron los cachaquitos?, ya te han golpeado nuevamente. No, no me molestes. ¡Mario!, ¡no me hables así! – Marito le da la espalda y le caen lágrimas. ¡Tú no eres mi madre! ¿Por qué me dices eso?, yo te amo como si fueras de mis entrañas. ¡Pero no eres mi mamá!, - un cuchillo perfora el corazón de Nella - ¡no eres mi mamá! – Marito corre a su cuarto.

Sunday, June 29, 2014

Sorprendiendo a Elizabeth

¿Por qué no quieres que conozca tu casa? Es que no quiero que conozcas a mis tías, ellas son muy odiosas y te van a decir cosas que no son ciertas. Pero al menos debes darme tu fijo para cualquier cosa. Ya tienes mi cel, no tienes que llamar a mi casa. No sé, creo que debería tener tu fijo.

Elizabeth no quiere que Sebastián conozca su casa. Tiene miedo de lo que le pueda contar Flor sobre ella. En realidad ella no vive con sus tías, vive en una habitación alquilada con una amiga de su pueblo.

Santa Anita es pequeña, quizás viva cerca de la casa de Elena. Sebastián tenía la costumbre de ir a Santa Anita para ver pasar a Elena, antes –iba siempre pensando en que la encontraría en la misma esquina que la vio por primera vez -y después de conocerla. Entonces, quizás tuvo la oportunidad de ver a Elizabeth cuando ésta era solo una niña.

Elizabeth es muy curiosa y abre la zapatera de Sebastián, donde éste había colocado una cajita con las fotografías de su hermana.

¿Ella es Elena? ¿Qué te hace pensar que ella es Elena? Porque es hermosa, y cómo siempre dices que Elena es hermosa. No, ella es mi hermana mayor.  ¿Y por qué tienes sus fotografías? Porque a ella no le gusta sus fotografías y las rompe. ¿Cómo se llama? Eres muy curiosa… su nombre es Norma. En verdad es muy bonita. Tiene cáncer.

Elizabeth deja caer la caja y las fotografías se dispersan. Sebastián coge la fotografía que más había besado, en la que Norma tenía 15 años.

Si quieres saber más de Norma, has clic aquí

Saturday, June 28, 2014

Juntos, muy cansados, pero juntos


Son nuestros mejores libros,
Los que sin estar juntos no habríamos podido aprender.

Son nuestras mejores tardes,
Las que sin estar juntos no habrían sido musicales.

Agradecido, porque me das palmaditas,
Que me han inclinado en extremo.

Por cariño, y no por paga,
¿Qué más causa había de haber,
Estando juntos?

Juntos, muy cansados, pero juntos. 

Friday, June 27, 2014

La historia de Eduardo

Recuerdo cuando Eduardo dejó a su mujer, Jesús apenas tenía cinco meses de nacido. Pero él se fue para Estados Unidos para trabajar y hacerle una casa a su familia.


Toñito – así me llamaba Eduardo – me voy a Estados Unidos. ¿Cómo así?, ¿tienes visa? No, me voy de ilegal. Pero es muy peligroso, sabes que tienes que cruzar la frontera entre México y Estados Unidos y dicen que allí mucha gente ha perdido la vida, hasta te ultrajan – esta última oración lo digo en todo trágico -. Sí lo sé, pero necesito hacerlo, estando aquí nunca podré lograr nada. Y tu mujer, ¿está de acuerdo? Sí, ella misma me lo ha pedido, ella quiere dejar de vivir en la casa de su madre, como me han dicho que son las cosas, fácil en dos años puedo hacerme del dinero necesario para comprarme un terreno y construir mi casa. No me parece Eduardo, ¿y tu hijo?, él es muy pequeño aún y vas a dejarlo en esta etapa en que te necesita para formar su carácter. Por eso mismo confío en ti para que lo veas, eres mi mejor amigo y eres una buena persona, confío en que no vas a dejar de ver a mi familia. Pues no, desconfía, sabes que soy muy egoísta y solo pienso en mí. No es así, eso es lo que dices, pero tú eres bueno y me lo has demostrado todo este tiempo.

Me hiere que piense que soy bueno y que soy su mejor amigo, solo me conocía medio año. No debería haberme hecho su amigo, no era mi intensión. Él fue quien se me acercó estando en la iglesia. Era quién menos me interesaba para formar pareja misionera; a pesar que es bien parecido, parece lento para entender porque habla muy pausado.

Eduardo llegó a la iglesia por su esposa. Desde muy pequeño, tuvo que cuidar de su casa y hermanos; su madre los abandonó para irse con otro hombre y su padre – que era un borracho – se volvió a casar con una mujer que los maltrataba. Además tenía un hermanastro del que se defendía muy bien a pesar que éste era más grande que él. Por estas cosas – y eso es curioso porque era cristiano – odiaba a su padre, a quien achacaba el abandono de su madre.

Pero cómo puedes odiar a tu padre y ser cristiano, no seas gracioso. Sé que está mal, lo perdonaré cuando cambie. ¿Quién tú o él? Cuando cambiemos los dos; no sabes ayer vi al Chato – su tercer hermano – tirado en la esquina y mi viejo estaba viniendo y ni siquiera lo recogió, me dolió que él estaba bien vestido y bañado, seguro venía de haberse acostado con una prostituta, y que al ver a su hijo ni siquiera se sorprenda, no diga nada – le caen lágrimas -, y lo peor fue que le increpé porqué no se interesaba en su hijo y me responde que no era su problema – me gustaría pasarle la mano por el hombro, pero me inhibo porque no soy gestual -, allí mismo casi le meto su combo. No sé qué decirte, qué indignante es ese señor, con razón lo odias.

Almorzamos juntos en el comedor de mi casa – para ese entonces vivía con mis padres – y luego a mi habitación para estudiar un conjunto de lecciones bíblicas llamada la fe de Jesús.

Cuéntame cómo así te hiciste cristiano. Yo estoy asistiendo a la iglesia eso de cinco años, pero he tenido varias recaídas, así cristiano constante será algo de un año recién. ¿Me supongo que vienes por tu esposa? Sí, a ella la conocí en el colegio, no estábamos en el mismo salón, ella estaba en cuarto y yo en tercero, repetí el segundo año. ¿Elena es tu mayor? Sí, tiene 26.  

Thursday, June 26, 2014

El resultado

Qué mierda, ¿tengo que hacerlo? Ya pagué, solo tienes que acercarte a Roe. ¿Cuánto pagaste? 70 soles. Ya… ¿Ya qué? Ya no quiero hacerlo. Pero Julio si no lo haces no voy a poder dejar los calmantes. Sí lo sé, pero no quiero hacerlo, me da miedo. ¿Pero por qué te da miedo?, ¿no dices que no hay nada malo en ti? Es que me da miedo que me pinchen. Pero será algo rápido y eso me ayudará. Ya que chucha, pero no tengo dinero para ir hasta allá. He depositado 20 soles en tu cuenta, con eso puedes tomar un taxi, o… ¿necesitas más? No, eso es suficiente.

Julio revisa sus bolsillos y cuenta cinco soles y treinta céntimos, tomará un público y gastará solo un sol, los veinte los va conservar; aunque piensa que si sale positivo los utilizará para irse lo más lejos que pueda. Piensa que hubiese sido mejor esperar a que Albert llegue a Lima, al menos tendría con quien llorar.

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Toma los morados y llega en media hora a la Hacienda, pregunta por el Laboratorio Roe y fácil lo encuentra. Es un lugar cómodo y no hay mucha gente, solo un vigilante y dos señoritas.

Sr. Julio Valle. Sí, soy yo. Por favor, sígame. ¿Ya está pagado verdad? Sí, usted hizo el pago vía una transferencia. No, no lo hice yo, lo hizo mi enamorada – se pone nervioso y no se da cuenta cuando la señorita ha abierto la aguja descartable -, ¿cuánto tiempo tengo que esperar para saber el resultado? Mañana a las 4 de la tarde estará el resultado. ¡Tanto!, pensé que sería cosa de horas. No señor, mañana a las cuatro, pero no tiene necesidad de venir aquí, ahora le vamos a dar un usuario y contraseña para que pueda verlo desde nuestra página web.

La señorita le pincha, Julio siente un punto agudo y le duele, pero más le duele la idea de saber que hay posibilidad de que su sangre esté contaminada.

¿Por qué lo hace?, ¿tiene alguna duda? Yo no, yo siempre he sido responsable; pero mi enamorada me ha insistido. Pues es la mejor prueba de amor que se puede hacer. Seguro, pero duele.

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Julio sale del laboratorio y le caen lágrimas de miedo. Piensa en su madre, pero más en su padre. Siente que ha defraudado a su viejito. Él le ayuda pagando Cibertec. Cree que su madre, llorará y sufrirá bastante, pero como toda madre estará para consolarlo y no lo rechazará; pero qué hay del viejito: él maldecirá… sufrirá por tener un hijo maricón y sidoso. Le manda un misio a Albert, éste le timbra.

¿Estás bien? No, no estoy bien… siento que hice una tontería, no tenía que hacerme la prueba, hoy no podré dormir, ni quiero ir a Ciber. Si tú estás así, trata de pensar cómo estoy yo. Tú, tú eres un huevón que me ha puesto en esta situación. Por qué tanto dudas. Es que yo soy así, siempre he sido un inseguro. No, no es eso Julio, es tu conciencia. Mierda, sí es mi conciencia… eres un huevón, yo estoy tranquilo con mi conciencia, pero uno nunca sabe, uno puede tener una enfermedad como esta de tantas formas, acaso las relaciones sexuales es la única forma de contagio. Sí lo sé, pero debes estar tranquilo; yo también cuando me lo hice estaba así con dudas. Pero salió negativo y me jodes con que tengo que hacerme una prueba. Solo para descartar posibilidades. Ya huevón, pero después de esto ni más contigo. Cálmate, si deseas te puedo mandar dinero para que te compres algo. No huevón, voy a irme a Ciber, quizás así me distraiga.

Albert, toma dos calmantes, y piensa en irse a la cama, pero su jefe le ha pedido unos informes con urgencia.

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¿Qué pasa cholo? Juan, estoy en un problema, y de esto depende seguir aquí o irme a la mierda. ¿Por qué? He cometido una tontería. Dime, quizás te pueda ayudar. De esto nadie me puede ayudar cholo, si mañana no vengo es porque ya fue todo. Cholo todo va salir bien – Juan bate el cabello a Julio.

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Julio se levanta muy temprano, prende su laptop y pone música romántica; recuerda a Dialeny, fue su primera vez. Apaga el ordenador y se pone de rodillas y conversa con Dios, llora, cree que si llora Dios le escuchará mejor.

“Diosito, no soy digno de hablarte – siempre comienza con su indignidad -, no soy digno de pedirte nada señor, pero no tengo a nadie ahora y estoy muy angustiado con esto. Señor por favor que la prueba sea negativo. Te prometo que esta vez ya no haré más tonterías, no visitaré el chat y me voy a quedar solo”.

Se levanta, tiende su cama y levanta la ropa que está tirada en el suelo, las coloca en el cesto y va al baño para tomar una ducha, prefiere hacerlo temprano para no incomodar a nadie.

Piensa que la última hora antes de las cuatro será la hora más angustiante. Quiere que el tiempo pase rápido. Va a la cocina, se sirve el quaquer que su viejito ha cocinado y come un pan con soledad.

Ma ya me voy. Ya Julito, tu papá dice que Ernesto no ha pagado el mes, si lo vez recuérdale. Ya mamá, chao.

En el restaurante, tiene que limpiar el piso y luego a lavar los platos. Se da ánimos, se dice que debe estar tranquilo; que habiendo tantas personas por qué a él; además, siempre ha usado preservativos; debe ser una tontería, es un exagerado; pero luego viene la duda: el preservativo no es 100% seguro.

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Son las cuatro, pero no puede salir de su trabajo, pide permiso para ausentarse un rato con el pretexto de una llamada urgente. Va a una cabina, antes de ingresar el usuario y la contraseña hace una oración, abre, y lee, negativo.

¡Mierda!, ¡mierda!, ¡mierda!..

Si quieres saber más de Julio, has clic aquí

Wednesday, June 25, 2014

Adelaida

Mario no soporta Lima, ha planeado viajar a Trujillo con sus amigos: Adelaida, Liliana, Máximo y Diego. Pero los tres últimos se echaron para atrás por motivos económicos, familiares y laborales no respectivamente.

En el celular:

Cambio de planes amiga, salgo la próxima semana, ¿igual te quedas hasta agosto verdad? Sí, no hay problema, pero qué te han dicho los chicos. Diego bien difícil que se anime; Máximo, ya sabes que es pisado; y Liliana, dice que en su trabajo no le dan permiso hasta la quincena y ya no coincidiría con mis vacaciones. Yo tampoco podría para la quincena. ¿Igual sigues animada?, ¿no te preocupa ir sola conmigo? No, para nada “querido”, yo sé defenderme bien. Jajajaja, ni que fuera qué; entonces voy para Trujillo.

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En el celular:

Estoy saliendo para allá. ¿Con qué bus?, ¿a qué hora llegas? Con Cruz del Sur, bus cama, me dice que llegaré a las seis, dime estarás para esa hora, por favor tienes que llegar a esa hora porque me dicen que esa ciudad es muy peligrosa y no quiero estar solo – Mario entona sus palabras con exageración. No te preocupes, yo estaré allí temprano. Por favor Adelaida, tienes que estar pendiente de mi llegada – Mario está nervioso, cuando está en un bus interprovincial se pone muy nervioso. Ya no seas exagerado. Es que me dicen que allá roban y hasta violan. ¿Estás hablando en serio? Sí, me han dicho que violan. Jajajaaja.

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En el trayecto, Mario se imagina que el bus puede caer en el Pasamayo, o que como es de noche el conductor ha de estar muy cansado y puede que se estrelle contra algo; no puede dormir y decide molestar a Adelaida.

En el celular:

¿Dónde estás?, ¿estás viajando para Trujillo? No, yo solo estoy a un par de horas, salgo en la madrugada. Ah ya, ¿pero vas a estar a las seis verdad? Sí, no pasa nada, me esperas en la agencia yo te recojo allí – Adelaida se sorprende de lo miedoso que resultó su amigo -, duerme. No puedo, no puedo dormir, yo creo que si me va acontecer la muerte es necesario que sea con los ojos abiertos.

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Mario solo ha dormido un par de horas. Llega al terminal, espera a su amiga por una hora. No se siente cómodo esperando y tiene hambre, decide ir al centro. Al salir de la agencia encuentra taxistas que le ofrecen llevar a la Plaza de Armas, pero piensa que alguno de esos señores puede ser algún secuestrador así que decide irse caminando, igual a él le gusta caminar. Entra a una tienda y llama:

¿Dónde estás?, ya son las seis y media y sigo solo, me he perdido. Ya estoy por llegar a la agencia. Yo ya no estoy allí, estoy camino a la Plaza. Pero habíamos quedado encontrarnos en la agencia, ya, no te estés moviendo más, espérame allí.

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Mario conversa con un guía municipal en la plaza:

¿Es cierto que aquí roban? – El guía se incomoda por esa pregunta, pero al verlo tan preocupado le confiesa. La verdad, sí, ahora las cosas aquí están un poco difíciles, pero mientras te encuentres en el centro todo es tranquilo, si sales más allá tienes que tener cuidado. ¿Eres de Lima? No, soy de Junín – Mario siempre dice que es de Junín para ver la reacción de la gente. Bueno, te doy aquí una guía para que visites nuestros atractivos. Gracias, voy a visitar algunos museos por la mañana y en la noche me embarco a Santiago de Chuco, quiero ir a conocer la casa de Vallejo, ¿sabe a cuánto tiempo está de aquí? A siete horas, todas las noches sale buses para allá.

Adelaida llega con un chullo de colores y una pequeña mochila.

Te pasas, pareces un niño. Es que no sabes todo lo que he pasado en este viaje, figúrate que me senté con un gordo que estaba mirando mi merienda y como no sabía qué valores no tiene, decidí regalarle mi comida para verme simpático. Jajajaja. Bueno ya estamos aquí, vamos a desayunar.

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Desayunaron, visitaron tres museos y almorzaron. Por la noche conocieron los famosos mercados donde se venden los calzados más baratos – en realidad no estaban muy baratos -, Adelaida se compró unos botines y Mario le prometió a una vendedora que volvería por unos zapatos.

Rumbo a Santiago de Chuco, Mario tendría nuevamente su crisis:

¿Tú crees que estos choferes descansarán sus ocho horas? ¿Por qué? Porque podrían dormirse en medio del trayecto. Ay no seas negativo, siempre eres negativo; mira ya es tarde y he estado caminando todo el día, voy a dormir y eso debes hacer, mañana nos espera más caminata. Ya está bien, solo preguntaba, ¿por qué te pones así?

Adelaida duerme, acomoda su cabeza en el hombro de Mario, él la acondiciona en su pecho y la abraza. Recuerda que impresión tuvo de ella al conocerla.

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¿Y quién es ella? Adelaida, es bien chévere; la podemos integrar al grupo – Liliana le pide a Mario. Claro, no habría problema, es bueno que haya mujeres y varones para así tener diversidad de ideas y perspectivas.

Mario ve a Adelaida y la ve especial, es bonita, se la imagina muy segura de sí misma – cosa que él no lo es aunque todos piensen que sí -, y sonríe.

Pareces colombiana. ¿Por qué dices eso? – Adelaida entona más su voz. Porque tu voz suena como si fueras colombiana, ¿de dónde eres? De Chiclayo – Mario se dice, con razón es bonita.

Tuesday, June 24, 2014

Una despedida anticipada

Mario está en la universidad, escucha a su profesor de Teoría General del Proceso; le parece agradable el docente, puesto que se parece - en gestos y ocurrencias- a un estudiante suyo.


Está muy cansado porque solo ha dormido tres horas. Ayer estuvo buscando libros en la mañana con su amigo y luego en la tarde hacer los documentos del colegio. Fue apoyar a una amiga y de allí le salió una cita con alguien que no veía hace mucho y quiso darse la oportunidad. Llegó a su habitación a las once de la noche; muy cansado porque el sábado también había tenido mucho que hacer; pero igual tenía que continuar con los documentos.

No se siente bien porque quisiera tener el dinero suficiente para que Elizabeth se quede, la locura que va hacer por ella tiene que ver con eso. Ha descartado viajes y equipos para las vacaciones.

Ya tenía la suma, pero sucedió lo de su padre y lo más sensato era apoyarlo; se quedó con poco y ahora no tiene ni para sus tasas educativas. Pero solo está pensando en el monto que necesita Eliazabeth para quedarse.

Se cansó de tener dos trabajos, pero igual sigue luchando. También se ha prometido que si le acepta, él se iría; no tendría ningún problema de irse por unos años hasta que el tiempo mejore las cosas. Lo importante es cumplir de la promesa que le hizo a Elizabeth: Cuando me necesites, yo voy a estar allí.

Pero Elizabeth ni siquiera le ha dado su número, ella no le ha dedicado ningún mensaje y tampoco le ha respondido los suyos. Elizabeth es indiferente. Y Mario quisiera tener el poder para olvidarla.

Elena le escribe al celular, ella le ha propuesto que deje Lima, tiene un contacto que le puede ofrecer un trabajo bien remunerado. Salir de la Lima que tanto le ha hecho sufrir; porque las veces que ha sido feliz, ha sido cuando ha estado fuera de Lima. 

Mario: Sí, si Elizabeth se va, yo también me iré. Porque Lima me será insoportable.

Elena: Mario, aquí tendrás las mismas comodidades que tienes en Lima, no tendrás pesar.

Mario: Está bien, pero déjame intentar todavía algo.

Elena: Olvídate de ella, nunca te quiso, solo le interesabas porque le enseñabas y le hacías su tarea.

Mario: No hables así Elena, yo voy a despedirme de ella. Como sea, así decida marcharse o quedarse yo ya no estaré más aquí; quizás volveré después de unos años.

Monday, June 23, 2014

El beso de la princesa Elizabeth

El duque Sebastián, encerrado en sus cámaras privadas, y no admitiendo a nadie a su presencia, empieza a escribir para la princesa Elizabeth. Ella le ha pedido que escriba sobre un amor que ha experimentado, este pedido le pone a prueba, porque está el hecho que tiene que contar de un amor de ella – que de por sí es doloroso – y también que tiene que hacer algo que a ella le guste al punto de querer compartirlo con sus amigas.

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El duque come y escucha la historia, la princesa Elizabeth se ve frívola, sin valor, pero al duque no le importa, lo importante es su amor hacia ella, no ve que al subir a esa montaña en la cima no encontrará nada.

La princesa Elizabeth, quiere al duque, pero no lo ama; igual, egoísta le pide algo que al duque le duele.

Quiero que termine con un beso, sí… un beso, así nomás – la princesa hace palma fina y besa los dedos de su mano. Princesa, sírvase, aquí hay de todo. No gracias, no me apetece.

El duque la mira. Ella sigue hablando trivialidades, y de pronto se centra en un joven, un hermoso joven que le ha prometido amor y que ella ha rechazado porque no quiere hacerle daño. La princesa ha sido buena, no ha querido dañar la delicada confesión de ese cortesano.

¿Pude hacerlo duque? Sí. Entonces hágalo, quiero enviárselo lo más pronto. Lo haré hoy mismo. Ahora me tengo que marchar – el duque sufre, es tan poquito el tiempo que ella le dedica. ¿Tan pronto? Tengo que ir a la corte, hoy veré al príncipe de Venecia. Déjeme despedirla.

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El príncipe pide agua, necesita agua porque se está ahogando, le alcanzan una jarra de agua, despide a la sirvienta y cierra su habitación. Se desnuda, se echa al suelo, mira el techo e imagina al joven cortesano y piensa cómo sabrá el beso de la princesa.



Sunday, June 22, 2014

La enamorada de Sebastián

En el facebook:

Elizabeth: Cholito, estoy que me muero de hambre, no hay nada aquí y estoy sin un sol para salir a comprarme una salchipapa.

Sebastián: Pero te estoy diciendo que te doy plata y no quieres. Y encima te haces de rogar. Dame tu dirección para enviarte un Norkys.

Elizabeth: No, ya es muy tarde, mejor mañana me invitas algo. Tengo tarea, voy a trabajar hasta la una y paso por tu casa.

Sebastián: Perfecto, no tengo nada importante para mañana. Ven nomás.  

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Sebastián, mañana tienes que ir a medir la caja. – Luiz en el celular. No puedo, voy a estar ocupado. Oe huevas, pero te voy a pagar cincuenta. No puedo, ya he quedado con mi flaca. No seas pendejo, has quedado con la cholita; déjate de hacerte la paja, ven con nosotros, después de la chamba te presento una flaca de verdad. No puedo Luiz ya quedé con Elizabeth, más bien dime, ¿tienes las fotos? – Sebastián cambia de conversación para no enojarse con su amigo. ¿Cuál? Las del Call. Ha sí, pero sale fea. ¿Cuál de las tres? Las tres, puta las tres ya están viejas. Jajajaja, no digas eso de mi Mechita, ella está regia. Puta ella está más cocha. Oe, respeta a la jefa. Huevas, pero ella hace rato que quiere que le faltes el respeto. No, mi Mechita es cariñosa. Sí huevón, cariñosa contigo, porque a mí me para deformando la oreja. Jajajaja. Ya huevón, entonces te vas a quedar con la cholita. Sí. Puta huevón, tú te la pierdes, quién te manda a ser fiel ha, si esa cholita ni te pela. Pero me va pelar. Sí huevas, después te voy a ver llorando con tu botella. Jajajaja, oe deja de estar haciendo mala fama, ¿cuándo he llorado? Sí huevón, me vas a decir que no moqueas cuando estás borracho. No huevón, además no tomo mucho, solo es una lata para inspirarme.

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Sebastián busca en sus bolsillos dinero, no encuentra más que cinco soles. Va al cuarto de Jorge Luis y le pide prestado cincuenta soles.

No te preocupes, aquí tienes – Jorge Luis bien contento en ayudar a su vecino, sin que le diga nada le pasa el billete. Oe Jorge Luis, no pienses mal ah. No Sebastián, ya me lo devuelves cuando te paguen, ¿mañana viene tu enamorada? Sí, - Sebastián le gusta que todos piensen que Elizabeth es su enamorada – por eso voy a necesitar, pero ya en la quincena sabes que te pago. No te preocupes, para eso estamos. Ya que estás bien bueno, ¿me puedes prestar tu silla? Claro – Jorge Luis es tan caballero que no pregunta para qué, pero se imagina que tendrá que limpiar la silla con alcohol cuando la devuelva.

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Sebastián compra una lata de cerveza en la tienda de la esquina, la señora le hace un gesto de sorpresa.

Con razón mi pata Julio le tiene miedo a esta señora, parece bruja - piensa. 

Saturday, June 21, 2014

Mentiras

¿Qué pasa? Nada, es que… es que en mi trabajo me están molestando con los horarios. Pero, acaso no tienes un horario fijo; no deben molestarte si tienes un horario, tú solo sal a la hora que te corresponde. Sí, pero mi supervisor quiere que me quede llenando registros. Pero dile que lo llenas el siguiente día y ya, ellos no pueden obligarte, salvo que te paguen horas extras. No, allí que me van a pagar horas extras, con lo poco que me pagan. ¿Cuánto te pagan? Ochocientos – Sebastián se sorprende que Elizabeth gane casi lo mismo que él.  Está bien, al menos es más que el sueldo mínimo, aunque tienes que trabajar tus 48 horas; conversa con tu supervisor y dile lo de las horas extras para que no te moleste más.


Puede que gane como yo, pero yo tengo la subvención de mi viejita y también está lo que me manda mi tío Lobo, pero ella solo tiene ochocientos para sus estudios, sus gastos y para enviar a su mamita que está mal, quizás no le alcance – Sebastián piensa en ayudar a Elizabeth.

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¿Has comido? Sí, ya comí. ¿Segura?, ¿qué has comido? Ha… tomé un surtido antes de venir – Elizabeth se delata rápido -. ¿Y a eso llamas comida?, ¡vamos a un restaurante!, yo recién voy almorzar. Ya, pero yo pago mi plato. Ni a cañones, para eso estoy yo. Pero tú me enseñas gratis y encima vas  a invitar. Sí, porque quiero, tú eres mi amiga, no eres mi alumna. ¡Estudiante! Ya, tienes razón estudiante - recuerdan el significado de alumno: sin luz -; vente, vamos a comer. – Elizabeth sonríe como una niña y eso contenta a Sebastián.

Van a un chifa, Sebastián solo tiene 25 soles, pero igual piensa en gastarlos todo con tal de darle un gusto a Elizabeth.

Pide lo que quieras. ¿De verdad? – ella busca el plato más módico porque no quiere abusar de la confianza -, quiero una tortilla. No, pide algo de la carta, no menú – Sebastián ve que ha pedido un menú. ¿Qué vas a pedir tú? Yo un arroz chaufa, eso me gusta; pero tú pide de la carta. Es que no tengo mucha hambre. ¿Entonces qué quieres? La tortilla. Mozo, un chaufa, una tortilla con arroz blanco y una Inca Kola helada de litro.

Elizabeth come con mucho gusto; Sebastián la admira y le dice en su pensamiento, “pequeña mentirosa, bien que tenías hambre”.

¿Qué tanto me miras? Qué eres una mentirosilla, me dijiste que no tenías hambre y me estás ganando. Jajajaja… es que no quería abusar, pero la próxima yo invito. Para nada, desde ahora, todos los sábados te vas a venir para comer juntos, igual tú sales al medio día. Yo te voy a invitar, así te ahorras para lo de tu viejita – Elizabeth siente que debería decirle a Sebastián que gana más que él. ¿Y qué tal te va en la agencia? Bien, ya no me han vuelto a molestar con mi horario de salida –miente.

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Es tautología cuando los valores de verdad del operador principal son verdaderos; ejemplo, aquí vez que el "entonces" es el operador principal, si al llenar la tabla encontramos que todo es verdad, eso será tautología. Ya entiendo, ¿y si sale verdaderos y falsos? - Elizabeth piensa en cuántas falsedades encontraría Sebastián si ella fuera el sujeto de la proposición. Eso es una contingencia. 

Friday, June 20, 2014

Dime Cholito

Lo vez. Sí. Se está muriendo, se está muriendo por ti, dime… acaso no te das cuenta tanto daño que le haces – le caen lágrimas a Elena -. Nadie se muere de amor. Pero Antonio se está muriendo porque ya no será el mismo.

Elena se levanta asustada, había soñado conversando con Elizabeth. Decide llamar a Antonio, quizás lo necesita.

Hola – son las dos de la mañana, Antonio se ha despertado -, qué pasó Elena. ¿Estás bien? Sí, ¿por qué? Solo que tuve una pesadilla, y pensé que estarías mal. No te preocupes, estoy triste porque Elizabeth se fue a su pueblo, pero sé que volverá. Suenas mal, ¿has tomado? Solo una cerveza; estaba en pleno sueño. Perdona, seguro lo soñé porque has estado tomando, duerme cholito, ya mañana conversamos mejor. ¡Cholito!, ¿por qué me llamas así? – Antonio se sorprende, “cholito” es la forma que más le gusta como Elizabeth le llama-. Ah… es que aquí llaman así a todos; descansa. Chao.

Antonio ya no puede dormir, haber escuchado la palabra “cholito” le hace pensar más en Elizabeth. Se levanta de la cama y pisa frío. Se da cuenta que está excitado – siempre se levanta excitado -, va al baño, toma agua del caño – Maximiliano y la señora que no fía tienen la culpa de que tome agua del caño -. Se mete a la cama y pone una almohada entre sus piernas, y hace como que le estuviera haciendo el amor a Elizabeth.

Dime cholito, por favor dime cholito – abraza la almohada con más fuerza -. 

Thursday, June 19, 2014

Elizabeth un amor imposible

Cierra los ojos, ¿la vez? Sí. ¿Estás haciendo el amor? Sí.

¿De qué ríes? Me da risa, no sé pero me da risa – Antonio recuerda que su pata le dijo que la marihuana le provocaría risa. ¡Vamos cuéntame! Ya, es que es bien graciosa haciendo el amor, - ríe - me parece un chiste su movimiento sexy. ¿Qué están haciendo? – Luiz pone la palma de su mano en la frente de Antonio y le insiste -, ¿qué hacen?, ¿cómo te la coges? No seas sapo huevón – Antonio se safa.

Luiz le calma, le pide que se recueste nuevamente en el piso, él también ha fumado. Antonio se sienta a su lado.

No puedo creer que la ames tanto. Yo tampoco, no me había pasado esto con nadie. ¿Ni con Elena? Ni con Elena… Elena me hizo sufrir bastante, pero no tanto como lo hace Elizabeth, debe ser porque antes me podía permitir muchas cosas; pero ahora no, ahora ya soy grande y debo guardar distancia. Aquella vez que me la presentaste no me gustó para nada, parecía una cholita. Es una cholita, pero es una linda cholita.

Luiz se para y va a la computadora para verla nuevamente.


Lo que me gusta es su color, es clarita. Sí, eso es lo que más me gusta. Oe huevón qué estás escribiendo. Es una novela. ¿Una novela? Sí, es una novela para Elizabeth. Ya huevón, y la vas a llamar, “Elizabeth un amor imposible”. Jajajajaja – Antonio ríe.

Wednesday, June 18, 2014

Los Caballeros del Zodiaco

¡Tío Lobo! ¡Marito! – Pablo carga al niño y le da una vuelta -. Tío Lobo mira mi caballero del Zodiaco, es Shiryu – el niño le muestra el muñeco de armadura verde. Vamos a ver la tele, ya va dar los Caballeros del Zodiaco.

Seiya necesita llegar al Santuario para verter un elixir que salvará a la humanidad. Cuenta con Shaina, Marin, Shiryu, Ikki y Shown. 

En su trayecto Shown es sacrificado por Géminis, quien encantado por un Santo Negro intenta detener a Seiya y sus amigos.

Shaina acompaña a Seiya, ambos luchan en la casa de Cáncer y antes de ser eliminados por este, Shiryu enfrenta al caballero dorado.

¡Tío es Shiryu!, él va ganar, ¡vamos Shiryu! – Marito levanta su muñeco y anima al dibujo animado. Shiryu es el mejor amigo de Seiya, por eso le va ayudar – razona Pablo.

Shiryu queda cegado ante un ataque de Cáncer, pero logra vencer al caballero dorado. Seiya lo lleva en brazos; Shaina, más racional, pide a Seiya que deje al caballero de bronce que para el camino será un retraso.

No puedo dejarlo Shaina, es mi amigo. – A Marito se le hace un nudo en la garganta porque ve que Shiryu es un estorbo y ya no puede luchar, quiere animarlo, pero piensa que el caballero no se levantará. Shiryu le pide a Seiya que le deje, que le dará el alcance cuando recobre fuerzas.

En la casa de Virgo todo parece estar bien, pero de pronto el guardián dorado abre los ojos para acabar con Seiya y Shaina, quienes son rescatados por la superposición del cuerpo de Marin.

Seiya lanza una cometa de rabia contra Virgo y logra quitarle el casco; Shaina se acerca al caballero dorado y le corta la cabeza, pero es contaminada con la sangre del semidiós que la envenena y muere. Seiya recuesta a las damas y sigue su camino al Santuario, ahora está solo, no tiene a nadie más, piensa.

Seiya está solo, y tiene que enfrentar más caballeros dorados – dice el tío Lobo. ¡Pero Shiryu se va a poner bien y le va ayudar! – Marito está esperanzado que Shiryu ayude a Seiya, piensa que su héroe no puede terminar tan rápido.

La casa del Escopión se encuentra vacía, Seiya encuentra la armadura sin el caballero, cuando de pronto ve a Picis que ha eliminado a su compañero dorado. Seiya le increpa por qué hizo eso.

En la última hora, el que se queda con la vasija sin el elixir será el dueño de todo, yo estuve esperando este momento. Hoy al medio día yo alzaré la vasija y seré el dueño del Santuario. ¡Maldito!, ¡por qué esperaste tanto para darte a conocer!

Piscis lanza una rosa directo al corazón de Seiya, y éste va perdiendo los sentidos.

No podré vencerlo si es que pierdo mis fuerzas – Seiya comienza a delirar -, solo necesito que alguien me pueda elevar a la torre del Santuario y con una cometa del Pegaso podría llenar la vasija.

Marín, ¿dónde estás? Seiya, perdóname, no tengo más fuerzas.

Shaina, ¿por qué no te tengo ahora? Seiya, tienes que luchar solo, tú le darás sentido a mi muerte.

Show, dame tu fortaleza. Pegaso, mi valor lo tienes, mi espíritu está contigo.

Shiryu, ¡hermano, ven a mi ayuda! Seiya, voy a tu encuentro. – El caballero Dragón avanza aunque ciego. – Marito se alegra al ver a Shiryu, pero lo ve derrotado y sin fuerzas para enfrentarse ante un caballero dorado y se asusta.

¡Seiya!, ¡yo estoy aquí! – es el caballero Fénix. ¡Ikki! - Seiya termina inconsciente.

Así que llegaste hasta aquí. Yo soy el Fénix y te venceré.

Piscis intenta con más rosas envenenadas; de pronto Fénix lanza su cosmos agresivo para hacerle regresas al caballero dorado a su infancia oscura.

Piscis se ve al lado de sus dos hermosas hermanas, las cuales con el transcurrir del tiempo van tomando un aspecto monstruoso.

Jajajaja, crees que con trucos podrás eliminarme Fénix.

Fénix lanza cenizas sobre la armadura de Piscis e intenta quemarlos, pero el caballero dorado los expulsa con el viento que genera uno de sus dedos.

No podrás contra mí. Ya se está haciendo de mañana, es mejor que te rindas y seas parte de mi reino, te prometo que serás uno de mis principales. No digas tonterías, yo te venceré y no reinarás. ¡Por qué son ustedes tan tercos!, ¿podrías tenerlo todo a mi lado? Para qué lo quisiera si mis amigos no vivirían conmigo. ¡Me cansaste Ikki!

Piscis lanza un torrente de rosas negras que van destruyendo la armadura del caballero de bronce.

En ese momento Shiryu se encuentra detrás de Piscis y con un gesto le pide a Ikki que lance su mayor cosmos, Ikki sabe que al no poder ser retenido el golpe, tanto Piscis como Shiryu morirán.

¡Hazlo! – grita  Shiryu. ¡No! – se levanta Seiya y pide que no le haga daño a su amigo. ¡No! – Marito no quiere ver morir al caballero Dragón. ¡Adiós amigo! – Ikki, lanza su eclosión mortal que atraviesa el cuerpo de Piscis y el de Shiryu.

¡Nooooooooooooo! - Seiya se levanta y abraza a Shiryu, quien ya no puede decir nada -, ¡por qué lo hiciste! Era necesario Seiya, él te hacía daño, es momento que te des cuenta que no podemos vivir de sentimentalismo – Fénix cae lentamente porque el Patriarca le ha lanzado una flecha.

Marito quiere llorar al saber que Shiryu murió.

¿Shiryu va revivir verdad tío Lobo? Seguro,  hay otras sagas donde él está vivo combatiendo al lado de Seiya – Pablo se admira por la impresión que le ha causado la muerte del Dragón a su pequeño sobrino -; no te preocupes, Shiryu va volver, es el mejor amigo de Seiya y nunca se va separar de él.

Sunday, June 15, 2014

Feliz día del padre

¿Por qué no llevas el mismo apellido de tu madre? Porque ella no es mi madre, mi madre me abandonó cuando era un bebé, pero mi madre adoptiva me quiere como si fuera su hijo de sangre. ¿Y cómo sabes si no tienes hermanos? No lo sé, le pregunté a mi padre y me dijo que no.

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El Sr. Rivas se separó de su mujer para los años ochenta, en ese tiempo conoció a Maritza, con quien tuvo dos hijos (niña y niño). El señor Rivas descubrió una infidelidad de Maritza para el tiempo que ella tenía a su hija mayor, por ello no la reconoció y manteniendo siempre la duda de otra posible infidelidad, decidió separase de ella y llevarse a Sebastián. Pasado un tiempo su esposa le perdonó y aceptó al niño como si fuera suyo.

Maritza trabajó como empleada para un matrimonio que no tenían hijos, por lo que ellos adoptaron a la niña, aunque la niña reconocía a Maritza como su madre, ella vivía como la hija de los señores y, al morir ellos, le dejaron la casa y otras pertenencias.

Maritza vivía con un hombre borracho y tuvo otros hijos.

Quiero saber quién es mi padre. Para qué, a él nunca le interesaste. A ti tampoco te interesé mucho. Te sorprenderás cuando te diga quién es tu padre. ¿Quién es? Es el padre del amigo de Eduardo. ¡Qué! Así es, y probablemente ese chico o sea tu hermano. ¡Y no te importa!, ¡ni siquiera le has dicho nada! No me importa, tú tampoco me importas.

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Sebastián llama a casa de Elena.

Elena, ¿cómo estás? Bien – no suena bien -. ¿Has almorzado? Sí. Dime la verdad, ¿has almorzado? No, no tengo hambre. ¿Por qué Elena?, ¿por qué no almuerzas?, te estás haciendo daño. Sebastián no quiero hablar contigo, he discutido con mi madre y estoy muy triste – Sebastián tiene la necesidad de estar con Elena para consolarla -. ¿Puedo ir a verte? Pero es la una de la mañana, Maritza se puede molestar, mejor ya mañana nos vemos. Te quiero Elena, y no quiero que sufras, lo que te haya dicho tu mamá no tiene importancia; quizás ella no se da cuenta el daño que te hace, sé fuerte, y cualquier cosa, por favor cualquier cosa llámame, el fijo está en mi cuarto, no tienes por qué hacerte problemas, si es de madrugada, de muy mañana o de muy noche, llama. No te preocupes, descansa, yo también dormiré.

Elena se echa a su cama, llora, llora porque recuerda a su padre llorando en su cama cuando su madre le traicionó – en realidad no lo recuerda, solo lo imagina –; piensa en todo el dolor que le habrá representado esa mala mujer – Maritza – al Sr. Rivas, a tal punto de alejarse de ella llevándose a Sebastián.

Sí, ahora lo recuerdo, mi papá me abrazaba, me daba beso… - piensa en voz alta -, me recuerdo que era serio y que llegaba tarde de su trabajo, pero era buen padre porque trabajaba por su familia. Sí, a veces tomaba, pero no era malo, me quería. ¡Por qué mamita!, ¡por qué! – golpea la cama - ¡por qué me hiciste esto!, ¡por qué nos hiciste esto! ¡qué mal hicimos para que seas así con nosotros! Yo te quería Maritza, pero mira lo que nos has hecho, no te das cuenta lo que le has hecho al Señor Rivas, lo que le hiciste a Sebastián y a mí.

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Elena se acerca a la casa de Sebastián, toca el timbre y le abre el Sr. Rivas.

¡Feliz día del padre Sr. Rivas! Gracias Elena, Sebastián ha salido hace ratito nomás, se fue a comprar a la ferretería. No viene por él, solo quería saludarle por el día del padre; ya me voy.

Saturday, June 14, 2014

Cambiaste mi vida



Le has escrito a ese huevón, y a mí no me has contestado.
¿Por qué solo seré diplomático con él?
Porque le prestas más atención que a mí.

Te has reído con él y a mí me has dejado esperando.
¿Por qué crees que no me agrada?
Porque es a quien abrazas y besas.

Él te puede visitar a tu casa; y yo, ni tu casa conozco.
¿Por qué no quiero ni mirarlo?
Porque cuando lo veo me pongo celoso. 

Friday, June 13, 2014

Elizabeth dice que sí


Los días que no te veo

Los cielos que revelan el misterio

Que Lima fría y de tarde

Te habla acorde

Me dice que dices sí

Cuando me digo


Que no me amas.

Wednesday, June 11, 2014

¿Cómo le puedes fallar a un amigo?

¿Cómo le puedes fallar a un amigo? – Sebastián le increpa a Antonio. Pero la amo, y yo la conocí a ella antes que él. Dime, ¿él es tu amigo? Sí, Eduardo es mi mejor amigo. ¿Entonces?, es la primera vez en tu vida que tienes un amigo, cuánto quisiste tener un amigo como Eduardo; él te defendió con lo de los del cuarto, te apoyó con tus trabajos en casa, has comido cada sábado con él, han bebido de la misma botella y se han contado de todo. Lo sé, y lo peor es que al confesarle lo de Elena no voy a ganar nada ni con ella ni con él, por el contrario los voy a perder a ambos.


Antonio tiene en la línea a Eduardo.

Antonio, amigo, voy a volver a Lima; quiero recuperar mi familia. Es lo mejor Edu, debes regresar por tu hijo y esposa – Antonio siempre le aconsejó que debería estar cerca de su familia -. ¿Tú crees que Elena me perdone? Ya no hay nada que perdonar Edu, era lógico que pasara lo que pasó; ella lo sabe y hemos conversado del tema y lo hemos razonado, ella te perdona.

Es la una de la mañana el señor Rivas – padre de Antonio- le pide que corte su comunicación, que es muy tarde, Antonio apaga las luces y sigue conversando con su amigo.

¿Y tu tía no dice nada? Está molesta, ya le dije que regresaré a Lima, no me habla, hasta mis primas me han hecho la ley del hielo. No importa, lo bueno de esto es que todo será como antes. Sí, quiero volver a la iglesia, te prometo que seremos pareja misionera y vamos a tener muchos interesados. No sé si seremos pareja misionera, pero lo que sí es que tienes que ser un líder, tienes que dejar de ser un dejado. Ya, sí, ahora estoy orando todos los días y el sábado he ido a la iglesia. Ya, ¿sabías que soy director de JA? Sí, me lo dijo Elena. Sí, también estoy de maestro. Asu, encima con tu trabajo y la universidad; no te sobrecargues. Es lo que puedo hacer hermano, aprovechar a lo máximo la soltería, ya después, cuando tenga carga familiar, me iré a Estados Unidos a buscar fortuna. No Toñito, puedes salir adelante allá en Lima, además tú vas a ser profesional y tienes el apoyo de tu familia. No te pongas así Edu, yo soy tu hermano ahora, y cuando necesites, lo que esté en mi alcance yo te voy apoyar.

Pierdes a un amigo. Lo sé, pero no lo soporto, no soporto este dolor que tengo en la espalda y cómo me retumba en la cabeza que debería tirar todo a la borda; tengo la necesidad de decírselo a ambos, decirle a Elena que la amo y a Eduardo que amo a su mujer. ¡Para qué!, ¡para que Eduardo te saque la mierda!, ¡para que Elena se sienta defraudada! Pero tengo necesidad de hacer catarsis. Será el peor error que vas a cometer y no te lo vas a perdonar. Quiero acabar con esto, no soporto la amistad de Eduardo, no soporto que Elena me trate como un hermano.

Eduardo, cuando llegues, voy a conversar de algo contigo. ¿Tienes problemas? Es un problema muy grande y no te lo he dicho porque no quiero que te enojes conmigo. ¡Y por qué me voy a enojar contigo!, no te preocupes Toñito, eres la única persona con quien no me puedo enojar. Hermano, te vas a enojar mucho conmigo, pero sé que me vas a perdonar. No bromees Antonio, ya te conozco, me quieres hacer como lo de la enfermedad o lo de la pistola. No hermano, hablo en serio, pero quiero hablar contigo en persona esta vez, no podría bromear con respecto a esto. Ya, seguro debe ser una tontería, igual si me molesto te gomeo y luego nos perdonamos – Eduardo lo dice con gracia -.

No seas huevón, déjalo allí nomás –Sebastián le pide que pare -. No puedo, quiero acabar con esto, no es justo que me crea su amigo. Pero eres su amigo. Sí, pero soy un mierda como amigo. 

Tuesday, June 10, 2014

Amarte duele

Tengo una hora libre así que me voy al cafetín a pedirme un desayuno. Encuentro a Rosa.

Bajamos, he traído un pedazo de torta, te lo voy a invitar. Gracias – espero que sea de chantillí, pero no, es de mantequilla nada más -. Te gusta la torta, sí me gusta mucho tu torta – no me doy cuenta del doble sentido que tiene esta expresión, lo dije con cierta resignación, pero Rosa piensa que me he referido a su aplanado trasero y se ríe tímidamente -. Ay, deberías ser así de suelto con Sofía. No me interesa Sofía.

Sofía es la hija de la directora, es joven, bella y es la hija de la directora cosa que la hace muy codiciada por los profesores solteros del San Silvestre School y ella sí que lo sabe, su mayor atractivo, ser hija de la directora; para mí ha calado mucho porque no la recuerdo nada más que por ser la hija de la directora. A mí no me gusta Sofía porque es presumida y además nunca me saluda. Hace como si no existiera y eso que soy uno de los profesores más famosos del colegio. Tengo dos años en el San Silvestre y me hice famoso desde que hice una dramatización de Romeo y Julieta con los chicos que ahora están en segundo donde participé como un sacerdote locuaz. Parece que a Sofía no le interesó tampoco que su madre – la directora Hilda – me declarara como uno de los mejores profesores, diploma incluida. Parece que a la princesa mala no le interesa nada de lo que pase en el colegio, porque casi nunca habla con nadie, está allí metida en su oficina como asistente de su madre. Y cada vez que la presentan para cualquier ceremonia, la mencionan por su gran título: la hija de la directora.

De pronto una llamada interrumpe nuestra conversación. Rosa hace “wiuuu, bien Toñito”. No le tomo importancia porque estoy desesperado en contestar, es Elena.

Hola Elena. Hola Antonio – me pregunto por qué no me dice Toñito, cuánto me gustaría que me dijera Toñito – quiero pedirte un favor… ¿te estoy molestando? No, estoy en mi hora libre. Ya, es que… mira si no puedes me dices que no… Juan tiene que llevar buzo en el colegio y a Eduardo le pagan a fines, ¿podrías prestarme cien soles para este sábado? Lo pienso rápido y respondo afirmativamente. Mira te voy a dar el iPhone que Eduardo compró, nadie lo usa y cosa que si no te puedo alcanzar antes te lo quedas eso debe costar más que cien soles. No, no me tienes que dar nada, yo te presto no hay problema. ¿No quieres comprarlo? No, no quiero – en realidad me gustaría mucho, pero no tengo dinero para comprar un celular así -. Gracias, pero yo te pago, no pienses mal. ¿Cuándo te veo? El sábado a las  seis estoy en tu casa. Nos despedimos y me quedo contento porque la he escuchado después de un mes.

Oye, déjate de cosas. Ya tocó el timbre tienes que entrar a tu clase - Rosa se ha dado cuenta que ha sido Elena quien me ha llamado -, ya debería dejarte en paz. Ya después lo conversamos Rosa, ¿no tienes clases? Hasta después del recreo hijo. Suerte – me apuro llevando el proyector, el maletín con la laptop y mi mochila.

Rosa tiene cuarenta años, pero parece de cuarenta y cinco. Un día se molestó cuando fuimos a comer en la pollería cuando la mesera le dijo qué traía para su hijo, refiriéndose a mí. Se la pasó explicándome porqué esa señorita había pensado que yo era su hijo: Ha pensado que eres mi hijo porque tienes cara de niño, y encima siempre estás con esa ropa bien pegada, se te ve bien flaco y como estoy subida de peso, ay pero qué pesada es esa señorita. 

Rosa es madre soltera, tiene dos hijos – Jesús de ocho y César de once que está en el primero de secundaria - que estudian en el San Silvestre. La primera vez que le pregunté por su esposo me dijo que se fue a comprar pan y que hasta ahora no volvía. Siempre repetía que fue lo mejor que le había pasado, porque su marido – a ella le gusta llamarlo con propiedad – era un dejado y no le inspiraba prosperidad. Nunca lo demandó ni nada, se había resignado en no saber nada de él. 

Luego me contó que él tenía una nueva familia, que estaba con una mujer más joven que tenía dos hijos que no eran de él. Y me indignó tal situación. O sea trabaja para hijos de otro. No sé, quizás y la está viviendo a la tonta esa. ¡Pero y no piensa en sus hijos! No, no le importó nada, con decirte que se fue cuando Jesús tenía meses de nacido. No llores – me parece que iba a llorar -. Nada que ver, no voy a llorar por ese tipejo, una vez lloré por un hombre y me dije que no iba a volver a llorar por nadie. ¿Por quién? Por él pues, pero ahora ya no lo quiero. 

Monday, June 9, 2014

Elizabeth se va

¿Te vas? Sí, me voy. Si te vas, no vuelvas. Voy a volver. ¿Quién te va a recibir?

Elizabeth se despide de Mario.

Te juro que si te vas, no me volverás a ver. Pero yo te quiero volver a ver. Te juro que si te vas no te voy a recibir más. ¿Eso es lo que quieres? Te juro que si te vas, me olvidaré de ti.

Elizabeth piensa que Mario no habla en serio.

Yo voy a volver – sonríe – y si no me abres voy a llamar varias veces y me abrirás. No voy abrir, me dejaste una vez y no lo soporté, así que si te vas, no quiero volver a verte más.

Mario se acerca a Elizabeth, la besa, intenta hacerle el amor pero ella lo rechaza.

No. Está bien, tranquila – la trata de animar, y ella va aceptando -, gracias, gracias – la besa, y le comienza a quitar la blusa. No, por favor no. ¡Por qué no! – Mario llora y la sujeta, pero ella se suelta -. No, he dicho no.

Elizabeth no puede ver a Mario de otra manera que no sea como el maestro, el hermano mayor, no puede amarlo.

Es el efecto Pigmalión, el escultor se enamora de su obra.

¿Por qué eres tan cruel conmigo? No lo soy. Es que no es suficiente que te amo tanto y que a nadie podré amar como te amo, dime ¿me amas? No me preguntes eso, sabes cuál es la respuesta. Te estoy preguntando, dime ¿me amas? Sabes que te aprecio mucho, y que no te puedo amar.

Me voy. Está bien. Y voy a volver… 

Sunday, June 8, 2014

Amantes

Amantes:
Que se hacen llamar amigos,
Que se miran de reojo,
Que se ríen de la vida cuando están solos.

Amantes:
Que se tocan y no se besan,
Que caminan juntos y no se agarran de la mano,
Que comen juntos y no se sirven el uno a la boca del otro.

Amantes:
Que piensan que la vida les dará otra oportunidad,
Que para ser amantes tiene que pasar algo extraordinario,
Que ese algo extraordinario es que no son amantes.

Amantes:
Que no es hombre,
Que no es mujer,
Que no son amantes.

Saturday, June 7, 2014

Angelito de la noche

Que sonríe y que me hace sonreír

Con quien no me puedo enojar

A pesar que me hace renegar

Que me dice que lo mío es suyo

Y que lo suyo es mío

Que me sube al cielo con un abrazo

Que me lanza al infierno cuando no me habla.

Friday, June 6, 2014

Estoy embarazada

Sí, estoy embarazada. Pero no puede ser, me vacié fuera. No digas estupideces, ya me hice la prueba y estoy embarazada. ¿Y qué piensas? – Ernesto levanta la voz como amenazando -. Pues lo vamos a tener – Sofía se pone nerviosa -. Estás loca, aún no has terminado la universidad y quieres tener un hijo. Espera, es nuestro hijo, ¿qué estás pensando? Pastilla – Ernesto sin sangre en la cara –, sabes que estoy por graduarme y vienes con esta huevada.


Sofía le tira una bofetada, Ernesto le coge de las manos para que no intente agredirle más, le grita.

¡Qué vas a decir!, ¡que es mío!, no putita, no vas a decir que es mío. Déjame estúpido, déjame, no es tuyo – Ernesto la suelta -. ¿Y de quién es? Del Espíritu Santo, huevón. No te pases de lista Sofía, no me jodas que no me conoces. Te estoy conociendo, déjame o quieres que te denuncie. Mira putita, no me vas a joder con esta huevada, ese es tu problema, con cuántos los has hecho, crees que me vas a ver la cara. ¡Vete a la mierda!

Sofía, toma un carro sin saber a dónde va. Se sienta, le caen lágrimas, saca la prueba que se hizo en SISOL y lee: Negativo.

Elena sube al bus, se sienta a su lado.

¿Qué pasa?, ¿estás bien? - Sofía le entrega la prueba -. No puedo embarazarme, soy estéril - y llora más -. Cálmate, eres jovencita, hay muchas formas para solucionar esto, tienes que conversarlo con tu pareja, ir a un especialista; no te vas a desesperar, pero si eres una niña.

Thursday, June 5, 2014

El doctor Correa

Catarsis, ella hace catarsis, él hace catarsis, los dos hacen catarsis con sus cuerpos. Terminan, ella se recuesta tiernamente en el pecho de él. Él la abraza y mira al techo para iniciar la conversación.

¿Por qué siempre eres muy callado? Porque no tengo mucho que decir, prefiero decir poco si tengo la duda que no vaya ser nada inteligente. ¿Y no te molesta?, ¿no te apena que la gente se aleje de ti?, – el doctor Correa no se inmuta - porque cuando salimos a comer tú vas solo al restaurante de abajo y todos nos vamos al de la Teresa. Es que Teresa cocina con mucho condimento. Tienes razón, pero sabes que nadie va a comer contigo porque a nadie le gusta acompañarte, eres muy serio. ¿Y qué te han dicho de mí?

El doctor Correa es aburrido, solo te va hablar de sus experiencias pasadas. Además allí donde come, todo es desabrido. Pero – Juan replica – yo he comido allí y me ha gustado, ayer hicieron Salsa a lo Alfredo, estaba buenazo.  Ya – Ernesto se hace el gracioso -, ¿pero el doctor no convirtió tu almuerzo en un ejercicio intelectual? No, me pareció que su conversación era interesante. Entonces, ¿quieres ir a comer con él? – Juan se siente incómodo con esa pregunta -.  

Pues qué te puedo decir – Verónica contesta al doctor -, la gente te quiere, pero le pareces un poco distante y medio renegón. Salvo Juan, todos prefieren pasarla sin ti. Lo entiendo, no me molesta saber que a los chicos no les parezco agradable, además es la edad y el hecho que sea el jefe; lo importante es el respeto.

Suena el celular del doctor, es un mensaje de texto.

¿Quién es? Es Juan, me está preguntando porqué aún no llego. Ese chico siempre está muy pendiente de ti. Es muy bueno, lo estimo bastante. Es así contigo porque tú eres su jefe, no te confíes de él, te va pasar lo mismo que te pasó con Carlos. No hables así, él es otra persona, es un buen chico.

No es que quiera ir todos los días con él, me gusta estar con ustedes, pero el doctor Correa es interesante, tiene mucho conocimiento. Es que es catedrático pues, por eso siempre te va estar haciendo una clase – responde Arturo -. Sí, sus conversaciones son de su clase, ¿ya te enseñó la deontología del abogado? – socarrona, Karen -. Ah no sabía que podría ayudarme con eso, a la próxima le pregunto – responde irónico Juan. Ni su hijo lo soporta, no ves que se va a comer sin él; además al doctor no le incomoda que lo dejemos.

El doctor contesta el mensaje.

¡Qué!, ¿le vas a responder? Claro, para que no se preocupe. Ni por Iván – el hijo del doctor – usas ese celular para escribir un sms y lo haces por este chiquillo. Pero está preocupado, y me parece de mal gusto no contestarle; y no digas que no le escribo a mi hijo, a Ivan no hay necesidad de escribirle, le llamo. Sí pues, y él nunca contesta.

Mensaje de texto: Cholo estoy con mi mujer, se me hizo tarde, ya no voy, cualquier cosa pasas la voz.

Juan recibe el mensaje del doctor.

¿Qué tu flaca? – pregunta Ernesto -.  No, es el doctor, dice que ya no viene. ¡Relajo!, – se alegra Karen - ¿nos hacemos un lonchesito en la tarde? Me apunto – Arturo acepta la propuesta de Karen -. Yo también me apunto – se auna Juan. ¿Y desde cuándo el doctor te está escribiendo mensajes de texto? – Ernesto sorprendido-. Estás celoso Ernesto, ahora ya no eres el preferido del jefe – Arturo bromea. Nada, que me sorprende porque el doctor no le escribe ni siquiera a su hijo y resulta que es muy amigo de Juan. Espero que no pidas que te pasemos franela – Vanesa molesta a Juan.

Wednesday, June 4, 2014

No se habla mal de las mujeres

Hay cosas y cosas, pero a ese tipo… y lo voy a decir así Marleny, ese tipo es un asco. Es que yo bien creída que podía cambiar, porque tampoco es que pensaba que era un santo, pero algunos detalles me hicieron creer que era una persona quien uno puede querer, estaba ilusionada.

¿Qué hizo?

¡Qué hizo!, para comenzar, lo más sensato es preguntarse qué no hizo.

Mira Sofía, todo el mundo te dijo que era un grosero, vulgar y además feo.

Es que cuando una está ilusionada como que no ve bien las cosas.

Tú lo has dicho, ese tipejo es una cosa, y una cosa rara, hasta me parecía que no se bañaba, cuántas veces me di cuenta que llevaba las mismas medias.

Pero pobrecito, se daba de semental con sus amigos, seguro alardeando de aquello que minúsculamente daba.

Para tantos amigos que tiene, solo el tarado de Juan que le celebra sus energúmenas ocurrencias.

Mira, no voy a caer en vacíos, lo que sí me da vergüenza es tan solo recordar que estuve con él; es que aj y recontra aj… Yo ahora que lo veo, con esa cara tan asquerosa, no lo soporto; hasta pensé en cambiarme de universidad. Y no es que esté afectada por él, sino que estoy enojada conmigo misma por haber sido tan estúpida de salir con él.

Pero todo el mundo te miraba y te llamaba la saladita, por haber caído tan bajo.

Ay pero que tonta he sido, de verdad, he sido una tonta. Figúrate que me regaló una rosa de a sol para Valentine's Day, y yo embobada, pensando que era delicado y de noble corazón.

Y luego, qué, qué porquería, hablando de ti con sus amigos ¿verdad?; porque eso es lo que te ha chocado; ese tipo no tiene vergüenza, no tiene pudor, muy provinciano se puede ser, pero muy animal no.

Ay, Marito –el hermano menor de Sofía entra-, papacito; papa, pasa, te he traído tus cakes.

¡Gracias Sofi! – el niño pregunta – ¿y me vas a comprar mi cheese tris?

Todo papacito, para el amor de mi vida todo, pero prométeme una cosa, prométeme que nunca vas hablar mal de una mujer.

Te lo prometo Sofi.

Sunday, June 1, 2014

Llegando tarde

Veo la hora en mi celular, son las doce. No tengo sueño, tengo mucha sed. Podría bajar y pedirle a la señora de la esquina una gaseosa helada, pero ya sé que ella no fía. No tengo dinero a la mano porque me gasté todo en unos libros viejos que compré en Amazonas; me quedé solo con un par de soles para el pasaje de regreso. Mañana pediré a Jorge Luis prestado cincuenta soles para mi semana.


Por la mañana cogeré la bicicleta temprano y haré un par de vueltas en el parque, por lo menos estaré girando quince minutos. Me da miedo salirme de mi circunscrita ciclovía. Pienso - tirado en la cama - qué estará haciendo Elena ahora, quizás estará pensando en mí, quizás estará acostando a Juanito o está planchando la ropa de su esposo.

Estoy completamente desnudo en mi cama, he aprendido a dormir desnudo desde que Elena y yo hicimos el amor. Antes dormía con pijama porque mi madre me enseñó a utilizarlo, pero la primera vez que Elena se quedó hasta el siguiente día - cuando ya habíamos terminado de hacer el amor  y me disponía a colocarme el pijama - ella me pidió dormir desnudos. Desde entonces duermo desnudo, porque pienso que a ella le debe gustar la idea.

Estoy con mucha sed y mi cuerpo suda. Los veranos de Lima cada año se hacen más sufribles. Tengo el proyecto de comprar una refrigeradora para siempre tener agua, además quiero comprarlo para poder tener chelas allí. Me gustaría tomar una noche con Elena aquí y terminar borrachos los dos hasta el día siguiente. Nadie se molestaría, ya me quedé una vez tomando hasta caerme – claro sin hacer escándalo – con Maximiliano. Me gustaría quedarme embriagado junto a Elena aquí en mi cuarto.

No puedo dormir, y sigo pensando en Elena, así que decido aprovechar mi insomnio y cojo el libro de Klarén - “Nación y Sociedad en la Historia del Perú”-, es una copia pirata. Leo la contratapa y al terminar la última línea me entrego a un sueño profundo.

Me levanto cinco minutos antes que el despertador timbre. Son las cinco y media, he comenzado a pasear en bicicleta a estas horas desde que una vez Elena me mensajeó muy temprano y para no estar celoso, de que saliera tan temprano a trabajar, salí con la bicicleta y di varias vueltas al parque, esto me ayuda a salir temprano y bañarme para ir al trabajo. Antes me bañaba volviendo, pero ahora me baño para ir al colegio.

Me coloco los jeans, no uso calzoncillos porque quiero vestirme rápido; igual no uso medias y me pongo un polo con mangas largas. Bajo la bicicleta. Después de media hora de dar vueltas; compro un jugo de naranja a Sandra, a veces le compro a Walter. Todo depende, si Sandra aún no ha llegado a la esquina le compro a Walter que es un tipo muy amistoso y se alegra cuando le voy a comprar; en cambio Sandra, ella nunca se alegra que le compre el jugo, pareciera que es una obligación que le debo comprar el jugo porque es la que está en la esquina y Walter está en medio de la cuadra. Lo bueno es que ella sí fía; Walter también fía, pero no siempre sale a vender jugo.

Son las seis de la mañana, regreso a mi habitación, tomo una ducha y me cambio con toda la tranquilidad posible. Suena la puerta de Jorge Luis, se esta yendo, tengo que pedirle dinero porque sino no podré ir a trabajar y tampoco podré tomar el desayuno. Jorge Luis disculpa, me puedes prestar cincuenta soles, yo sé que… No te preocupes Joaquín, espera. Entra a su habitación, sale y me da los cincuenta, se despide diciéndome, ya después me lo das. Y yo, gracias.

Me quedo pensativo porque casi todos los meses estoy pidiendo prestado a Jorge Luis los cincuenta soles. Creo que me los debería regalar, porque le pido en la quincena, se los entrego el treinta y vuelvo a pedírselos la otra quincena. Esto es una maldición de mi padre, sí, recuerdo a mi padre cuando me dijo, como profesor vas a morirte de hambre, te voy a tener que mantener toda la vida. Y así es, mi madre me manda doscientos soles cada mes para poder pagarme el cuarto, me dice que mi padre no sabe de la subvención, pero sé que lo sabe, y bueno los tres hacemos como que nadie lo sabe para que no me sienta mal. Viviría con ellos, pero no quiero vivir en la misma casa donde vive mi cuñado. Nunca le di a elegir a mi madre, pero pareció que así era. Cuando mi cuñado entraba a mi casa, yo salía de allí. Cuando veía que su carro estaba afuera, no entraba hasta que se haya ido, y a veces no se iba sino hasta muy tarde. Y por eso quedaba a fuera hasta las doce o una. Cuando mi hermana se estableció en la casa me molesté tanto que me fui a dormir a un hospedaje y fue entonces que decidí alquilar un cuarto. Cerca de la casa, porque necesito que me colaboren con los almuerzos. Pero desde que me fui, mi hermana ocupó el segundo piso y su hija mi cuarto en el primer piso. Yo encantado que mi sobrina ocupe mi cuarto, pero me dolió cuando llegué a casa y vi que mis libros estaban en unos costales y mi madre y mi padre discutiendo porque él los había sacado de mi biblioteca.

A mi padre no le gustó que me fuera, y en señal de protesta, sacó mis libros y me los entregó diciendo, si te vas te tienes que ir completamente, nada de dejar tus cosas aquí. Yo, claro papá… pero no quería llevarme los libros. Pensé que podría pasar la tarde en mi habitación como si fuera mi biblioteca, siempre quise tener un lugar exclusivo para estudiar. Pero es un lujo que no me puedo dar.
Mi padre es buena gente, me digo; pero hay que entenderlo. Su vida de joven no ha sido fácil. Él quedó huérfano de madre a los 8 años y de padre a los 18. Además mi padre siempre que se emborracha comienza a llorar porque su hijo le salió hombre, y festeja como si fuera un acontecimiento reciente. Me debe amar, pero como nosotros no somos cariñosos, los gestos en casa es cosa extraordinaria. Con Melissa solo no besamos dos veces al año, para su cumpleaños y por navidad. A mi sobrina sí la apapacho y la beso, pero cada año con menos frecuencia.


Perdido en estas cavilaciones se me pasa el tiempo y tengo que apurarme para no llegar tarde al colegio. Llego con cinco minutos de retraso, y detrás de mí llega la profesora Diana y me dice cerca al oído, al ver que estoy registrando mi ingreso. Ponle que son las siete y cuarenta. No puedo, el que llegó antes puso que entró a las siete y cuarenta. Entonces, ponle siete y cuarenta y dos. No porque ya me han visto que he llegado tarde. Ya entonces déjame escribir primero. Pero ya le puse mi nombre. Hay tú siempre eres así, después no te estés quejando que te han descontado. Volteo, la saludo sin beso y me voy a la sala de profesores.