Sunday, February 28, 2016

La primera vez de Alejandra

Suena la alarma, Sebastián se levanta y pisa frío estando sentado en su cama, se coge la cabeza y se lamenta que en su pensamiento solo esté Alejandra. Se pregunta si algún momento de su vida no dejó de pensar en alguien: Elena, Elizabeth, Alejandra. Piensa que quizás sea una enfermedad mental, que no puede dejar de pensar en alguien, que nunca sucedió eso, al menos desde que tiene uso de razón siempre le acompañó a sus pensamientos, incluso estudios, la imagen y sus posibilidades de alguien.

Se va a la ducha, deja caer agua a su cuerpo y reflexiona qué tan importante es Alejandra en comparación a las otras. Y se responde, es más importante, y es más importante porque hoy la ama; ya no ama a Elena – que en definitiva es la más importante porque nunca le dejó -; ya no ama Elizabeth – a quien considera como un engaño pasajero.

Pero Alejandra solo es un tiempo de esta parte; ¿se volverá a desenamorar?, ¿podrá tener alguien tan especial nuevamente?, ¿se podrá olvidar de Alejandra?

Se enjabona y recuerda la expresión de Keni, “lávate el chocolate”; ríe.

Sale de la ducha, se mira al espejo y piensa que es feo. Se viste y sale con apuro al colegio para entregar la resolución.

Toma un público hasta la estación Pirámide del Sol, entra al metro. En el tren se pone a leer la novela “Oh Jerusalén”. Mira que gente joven y bonita suben y bajan y todas le recuerdan a Alejandra. Llega al paradero.

Camina hasta el colegio, se presenta ante la directora, ella le saluda con una sonrisa de oreja a oreja y le felicita por su nombramiento. Él sonríe y agradece.

Profesor Rivas, será un gusto trabajar con usted; por lo que hemos visto nos promete un buen desempeño. Muchas gracias directora, estoy contengo de ser parte del “Wirakocha”, estoy con muchas ganas de comenzar a trabajar y hacerlo muy bien. Eso es lo que esperamos de usted, ahora le enviaré unos documentos para que se entere de cómo es nuestro trabajo; la posesión de cargo yo lo estaré enviando a la UGEL. Muy bien directora Guzmán, ¿eso sería todo? Sí, eso sería todo por ahora, ya nos estaremos viendo el día uno de marzo, disfrute de sus vacaciones. Muchas gracias – Sebastián le da la mano. Hasta pronto, profesor Rivas.

Sebastián sale contento, quisiera timbrar a Alejandra para saber cómo está, pero piensa que quizás la incomode, así que será mejor esperar su llamada.

Keni llama.

¡Papi dónde estás! – Keni lo dice altisonante, pero aun así Sebastián no le escucha bien porque parece que en el metro no hay buena recepción. Keni, ya estoy por Pirámide del Sol, ¿vas a almorzar en tu casa o comemos juntos? Contigo Sebastián Rivas. Ya pues, cosa que de allí nomás nos vamos a la notaria. Ya. Espérame en la estación de Pirámide. Ya Sebastián. Pero ahora mismo porque estoy llegando. Allá voy.

Sebastián se pone en la bajada para Chimú y Keni le da el alcance. Sube en al auto, se saludan y ríen cómplices.

Hoy subimos tu video. Ya. ¿A dónde quieres ir? A San Isidro, pero antes vamos a comer. ¿A dónde? No sé, dime qué quieres, yo invito. No sé, lo que tú me ofrezcas está bien – Sebastián se dice para sus adentros que lo que él le ofrece a Keni nunca le gusta. No sé, a mí no me gusta comer en la calle y no conozco dónde, quizás un chaufa en Chimú. No, no pasa nada. O un Ceviche. Yo no como por aquí Ceviche, solo como en Puerto Azul. Bueno, no sé; no sé que se le puede ofrecer entonces. No te preocupes, ya después vemos que comemos. No, dime qué quieres. Y si comemos ceviche de pota. ¿Dónde? Allí – Keni señala una carretilla y Sebastián se sorprende. ¿Allí?, ¿cómo allí? Sí, allí lo hacen bien, siempre que estaba en el colegio comía de esas señoras que venden ceviche de pota.

***** 
Se termina las vacaciones.

Hola Sebastián, ¿qué vas hacer el sábado? En la mañana tengo que hacer un examen virtual y luego, libre. Quería invitarte a comer en mi casa, es mi cumpleaños; invité a un par de amigos y me gustaría que tú vengas, mi mamá va estar encantada de conocerte en persona, que mira todos tus videos. ¿De verdad? Claro Sebastián, eres un buen tipo y has sido amable conmigo – Sebastián se pregunta en qué momento -, ¿vendrías? Lo siento Santiago, estoy muy triste, peleé con mi enamorada y tengo dolor de cabeza. Entonces con más razón tienes que venir para que te distraigas. Muchas gracias, está bien voy.

Este viernes puedo ser el día en que saldría con Alejandra, pero no fue; estuvo limpiando la casa de Nellita y luego se fue a comer en la calle porque no le gustó que hagan pescado. Hizo parte de las tareas, pero casi todo el tiempo de la tarde se tiraba sobre la cama lloriquedando por Alejandra.


*****
Se va al Macro y compra vino, compra dos. Llega a su habitación, se quita los chavos y la camisa, saca hielo y se sirve el vino. Prende su computadora y mira el mensaje de Alejandra.

¿Estás bien Sebastián?

Sebastián escribe: ¿Podría estar bien?, ¿cuándo he estado bien contigo?, ¿podría estar bien si me has dejado?, pero qué mierda tienes, qué mierda tienes en la cabeza para atormentarme de esa manera – no presiona enter y cambia el mensaje.

Su celular timbra, es Santiago.

Sebastián, cambio de planes amigo; dime nos acompañarías para una cena y luego nos vamos a la playa. No Santiago, lo siento; pero no tengo ganas de nada cholo. Pero deberías estar festejando, deberías ser muy feliz. Pero cuando no tienes a la persona que amas al lado no puedes ser feliz. Esa tu enamorada te hace sufrir mucho, deberías pensar en dejarla. En eso pienso en todo momento, pero luego me resisto hacerlo.

******  
Sebastián mira su celular, está bajo de batería, encuentra el cargador, pero éste no tiene su cable USB, recuerda que Keni le cambió por su cable. El celular se apagará en cualquier momento, no importa.
Se sirve un vaso más de vino, pero coge mal la botella y la hace caer. Deja el piso sucio y se va a la cama a dormir, se siente miserable.

Mira el techo, no puede dormir; quisiera tener alguien que se compadezca de él. Piensa en que puede escribir un poema triste, se levanta y va a la computadora. Recuerda el primer amor de Alejandra y hace un contraste entre ese joven y él.

Yo quería ser
Como aquel joven
Que tanto amaste.
Pero su belleza no tengo
Y su riqueza
no me ha tocado en suerte.

En una loca confesión, Sebastián le prometió a Alejandra que sería mejor que aquel joven y ella emocionada le admiraba. Pero Sebastián sabía de las pocas posibilidades de superar aquel joven, puesto que según su amada él era un chico muy apuesto además que pertenecía a una buena familia económicamente hablando.

Yo quería ser
Como aquel varón
Que vive en tu recuerdo.
Pero qué puedes recordar de mí
Si no es la simpleza de mi vida.

Este joven fue espectacular, Sebastián recuerda lo que le contó Alejandra y desde entonces lo admira; ella le contó de los viajes que hizo, lo valiente y lo bueno que era. En cambio Sebastián no ha hecho nada grandioso, siempre ha vivido en cuadro paredes, sin mayores sobresalto para que alguien se fije en él.

Coincidió contigo
En una hermosa época
Y los dos rieron ingenuos
En cambio yo
Diverjo
Porque llegué en el tiempo
Que ya eras mujer.

Sebastián le tiene envidia, lo admira, pero también le envidia. Porque él fue el primer amor de Alejandra, él conoció a la niña y la convirtió en la mujer que Sebastián encontró.

Yo quería ser
Lo que él fue
Pero no me alcanza
Ni simpatía
Ni tiempo.

Él es el héroe
Yo el ignorado
Él murió joven
Yo vivo anciano.

Que para ella es un héroe, un príncipe, el personaje principal de todas las películas que ha visto. En cambio, qué es Sebastián, un hombre de años, que no tiene nada. Este joven murió, hasta en eso le ganó.

****** 
Sebastián se quita las medias y las pone en el tacho. Hace mucho calor, se sirve vino de la otra botella, está desnudo. Quita el cubrecama y lo pone en el piso, se sienta allí y toma y se hace el loco hablando solo. Le preocupa que ya no se le aparezca Mario o Elena.

Alejandra ya no te rías más de mí, ya no estés a mi lado de pura lástima – recuerda los gestos graciosos de Alejandra -; ya no pongas gestos, porque esos gestos me enamoran más; ya no te rías de mí ni me digas cosas bonitas, porque me haces dar vueltas al mundo para luego estrellarme cuando te vas; ya no me digas que me quieres, porque yo no te quiero, yo te amo.

Sebastián llora como un niño y se que acurruca en el piso. Se quedó dormido. 

*******
Alejandra, no se dice te quiero, cuando sabes que esa persona te ama. 




Saturday, February 27, 2016

El joven que amaste



Yo quería ser
Como aquel joven
Que tanto amaste.
Pero su belleza no tengo
Y su riqueza
no me ha tocado en suerte.

Yo quería ser
Como aquel varón
Que vive en tu recuerdo.
Pero qué puedes recordar de mí
Si no es la simpleza de mi vida.

Coincidió contigo
En una hermosa época
Y los dos rieron ingenuos
En cambio yo
Diverjo
Porque llegué en el tiempo
Que ya eras mujer.

Yo quería ser
Lo que él fue
Pero no me alcanza
Ni simpatía
Ni tiempo.

Él es el héroe
Yo el ignorado
Él murió joven
Yo vivo anciano.


Solo estaba, solo me dejaste.


Friday, February 26, 2016

Las vacaciones de Sebastián

Sebastián se quita el anillo y lo pone en la repisa.

***** 
Alejandra está muy contenta porque saldrá con Víctor, se le nota en sus ojos y labios; Sebastián siente celos.

¿Y a dónde irán? Al cine, luego a Popeyes. Qué bien, espero lo disfrutes. Gracias, podrías apurarte con las estadísticas. Sí claro, no hay problema, si gustas te puedes ir, yo ya te mando un correo con los resultados. No, prefiero enviarlo ahora mismo desde aquí el informe. Ya.

Alejandra está muy cerca de Sebastián, él huele su cabello y cierra los ojos. Ella se da cuenta, se molesta y le insiste con el trabajo.

Sebastián, por favor concéntrate. Sí, disculpa, lo que pasa que esta fórmula no la recuerdo, voy a revisar. Ay Sebastián, quiero hacer el informe ahora, porque voy a llegar tarde y Víctor se va molestar. No te preocupes, ya lo tengo. Qué bueno, ¡yupi!, tú sí que eres muy bueno con esto de la estadística, muchas gracias viejito.

Sebastián se da cuenta que lo feliz que está Alejandra es porque se irá con Víctor, y no porque él haya logrado terminar con la estadística para su informe.

*****  
¿Qué fue? Estoy muy contenta, me voy para fin de año con mi familia a Chiclayo. Qué bueno por ti. Sí, allá es que soy muy feliz, pero sobre todo porque voy a estar con mis primas y tías; tengo mucho que cotorrear con ellas. ¿Te vas por una semana? No, me voy por una quincena ¿Y el trabajo? Pedí permiso a mi jefe. ¿Pero no me decías que tu jefe era un ogro que no te acepta permisos? Sí, pero le rogué y me dijo que sí.

Sebastián se siente triste porque no podrá ver a Alejandra por el tiempo que se irá al norte.

*****  
En el celular.

¿Y por qué tan contenta? Porque me voy con mis primas a la playa. Qué bien. Sí, estoy aprovechando bien estas vacaciones de la universidad. Qué bien por ti – Sebastián no salió ni un solo día por esperar lo que se le ofrecería a Alejandra. Te quiero Sebas, espero verte pronto. Sí, cuando tú quieras, estoy aquí Ale. Ya Sebas, nos vemos; te traigo algo el lunes que nos vemos. Gracias.

*****    
Hola Sebastián – ella ni siquiera se acerca para besarle. Hola Alejandra – Sebastián se acerca para darle un beso en la mejía. Ay Sebastián, estoy full; mi salida con mis primas fue genial, lo hemos pasado relindo. Seguro, quería invitarte a comer. No gracias, yo voy a comer en casa. Solo vine para traerte esto – Alejandra revisa su cartera y Sebastián piensa que es la promesa que le hizo. ¿Qué es? Es un expediente; Sebas, es para el miércoles; así que tranquilo  nomás. No te preocupes, yo lo hago. Ay, también te traje esto – Alejandra extiende su mano con un sobre amarillo. ¿Y eso? Es tu pago por los informes. Ah, ya. No te molestes Sebas, te debía de la otra vez, pero allí ya tienes de esa y también de éste. No, no me tengo que molestar; al contrario, estoy contento que me traigas trabajo.

Sebastián le sirve refresco de frutas.

******  
¿Cuánto me gustaría estar en el norte chico? Ah sí, ¿con quién?, ¿seguro quieres ir con Víctor? No necesariamente, podría ser con Víctor, sola, o con mis amigos. ¿Quisieras ir conmigo? – Sebastián le invita. Déjame pensarlo – Alejandra le mira con dudas. Ya, pero dime para preparar mi horario. Ya, eso lo hablamos después.

Hoy preparó Sandilla para ella.

******  
Sebastián - con el pretexto de que era su última semana de vacaciones - insistió a Alejandra para ir, pero a ella no le importó. Ella cambió después que rompió el acta de compromiso y se puso a trabajar en la agencia. Sebastián insistió con mucho cuidado para que sea una cuestión de ella más que de él, pero a ella no le interesaba una salida con un “colaborador”.

¿Y qué has pensado lo de la salida? Sí, sí, creo que podemos ir. Ya, entonces te parece el jueves, puedes pedir permiso el jueves. Sí, el jueves o viernes, no hay problema ya le dije a mi jefe y me dijo que sí – Alejandra no suena alegre, no está emocionada; parece que es una obligación, una pesada obligación cumplirle a Sebastián una salida. Ya, entonces este jueves; ¿dónde quisieras ir?, podemos ir a la montaña o a la playa. No sé, déjame pensarlo; yo te devuelvo la llamada Sebas. Ya, espero.

Sebastián esperó, no durmió pensando que quizás ella llamaría de madrugada; tuvo el computador prendido esperando su comunicación.

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Sebastián, felicidades amigo – le escribe Santiago con la gran noticia. Aún no lo creo, si no veo el documento no lo creo brother – Sebastián ve la imagen que le envió su amigo, lo descarga para enviárselo a Alejandra y se emocione, pero luego decide que mejor le da la noticia cuando estén en la montaña. Muchas gracias brother, voy a dormir, estamos en contacto, muchas gracias otra vez. (y) – Santiago envía una manito.

Sebastián le escribe a Alejandra enterándola que le contará algo extraordinario. Apaga la computadora y se echa a la cama. Mira su  pared, piensa que mañana pasará un buen día con Alejandra, se levantará temprano para preparar algunas cosas.

******  
Es de madrugada, Sebastián está cansado, pero su emoción le impulsa a levantarse para despedir su vuelta a la rutina con esta salida. Prende la computadora, no hay mensajes de Alejandra, seguro que está dormida y llamará luego, piensa.

Toma el paquete de hamburguesas y se va a su casa.

Buen día Nellita. Buenos días ingrato, estoy que me muero y tú solo pasas una vez a la semana. No digas eso Nellita, la gente que dice que se va morir es la gente que más vive; voy hacer hamburguesas para los niños. ¿Y ese milagro? Ningún milagro Nellita, que yo siempre estoy muy preocupado por la nutrición de mis sobrinos.

Sebastián prepara las hamburguesas, deja unos seis sándwich en la mesa para los niños y se lleva otros seis para su cuarto. Se despide de su madre con un beso en la frente.

****** 
Ya son las ocho y aún no se comunica. Seguro que ya se estará acicalando y pronto llamará.

Tiene hambre, quisiera comer las hamburguesas, pero las guarda para el camino. Solo tomó yogurt.
Son las nueve y nada, Alejandra no llama.

Son las diez, Sebastián está perdiendo las esperanzas; saca el billete de cien soles que tiene en el bolsillo.

Pero puede que llame, todavía podemos salir; sí, ya va llamar, le voy a invitar pollo a la brasa en Norky’s si vamos a la montaña y si decide ir a la playa, ceviche en el mejor lugar.

******* 
Alejandra llama.

Alejandra, ¿qué pasó? Ay Sebastián, recién me levanto; dime ¿qué es eso tan extraordinario que me tienes que contar? – a ella no le importó la salida. Pero Alejandra, estoy esperándote para salir. Ay, disculpa – lo dice como si nada -, mi jefe no me dio permiso. Ah, tú jefe, ya; bueno no importa; ya estamos en contacto. Sí, no me… - no se escucha bien la comunicación y Sebastián piensa que ella se despidió, así que corta.

Alejandra le vuelve a timbrar.

¿Qué pasó Ale? – Sebastián piensa que quizás se arrepintió y le dirá para ir el viernes. ¿No me ibas a contar algo extraordinario? No. ¿Por qué? Porque es algo personal, no es de tu incumbencia – a Sebastián se le cae una lágrima y se dice cómo una chiquilla tonta puede ponerle tan mal. Aya, bueno Sebas, ya te llamo luego.

****** 
Sebastián se reprocha.

Para Alejandra su familia – como debe de ser – es primero; luego, y quizás en el mismo grado de importancia, está Víctor; después, sus primas; último, sus amigas; ¿y yo?, yo no le importo. 

***** 
Tenías que haber elegido otro camino Sebastián, tú ya no estás para esto.









Thursday, February 25, 2016

El origen de la tragedia





El punto de partida
El desprecio
La indiferencia
Único para cada cual.

La distancia de los dos
El contraste
De la comodidad
Y la suerte realista.

El sabio que la aceptó
La ingenua que lo admiró
El pobre burlado
La dichosa que lo desprecia.

Loas para un dios y una diosa
Un dios bueno que engendra el mal
Una diosa maliciosa que produce amor
Contrariedad de la divinidad.

Tiene su parte lírica
Música lujuriosa
Que él no toca
Pero ella baila.

Episodio sangriento
Que zanja carnes
y abre venas
Del dios bienhechor.

Erótico encuentro
De noches desnudas
Que la diosa expone
Sus ojos ingenuos y labios carnosos.

Oposición de apariencias
Belleza de la insensata de las tinieblas
Fealdad del sabio de los días
Que no pueden existir juntos.

Ajeno al drama
La razón
Que rechaza sentimientos
Que insiste en el éxodo.






Tuesday, February 23, 2016

Prenda

Por qué si me dejas
Aquí estoy contigo
Por qué si ya te fuiste
Tu olor percibo.

Por qué no hay silencio
Si te llevaste
La colección de tu música
Que triste me pone.

Por qué si ya  no estás
Y no te puedo tocar
Presión de un cóncavo
Siento en mi mano.

Cuándo serás mía
Y en mi lecho
Estarás como ahora está
Una prenda tuya.

Por cuánto tiempo
Resistiré
El dolor de tenerte
Para despedirte.






Monday, February 22, 2016

El cuadradito de Alejandra

Ahora para ti soy un cuadradito
Un cuadradito
Del que te indignabas
En que alguien podría
Dejar a su benefactor.

Ahora para ti soy ese cuadradito
Al cual te diriges
Para tus responsabilidades
O ambiciones
Como la musa que me mintió.

Ahora soy un cuadradito
Si no de tus mentiras
Sí de tus deseos
Donde no importan los míos.

Un pequeño espacio
Donde no puedo tocar
Nada que sea de cristal
Que por tu desprecio
Se rompe.

Un corto tiempo
Que no me alcanza
Para sentir tu aliento
Para disfrutar tu olor
Para estar contigo.

Que se hace chico
Que es corto
Que se acaba
En cualquier momento.

Ahora para ti soy un cuadradito
Donde el amor
Está prohibido
Para mí.










Sunday, February 21, 2016

Sexo coprolálico

Sebastián mira su celular, Alejandra no le llama, se siente triste a pesar que la conversación de sus amigos está muy animada.

Tatiana, ¿qué vas a pedir? Yo un mixto y mi leche de tigre. Jajajaja, ella es bien lechera, por eso andaba con el blancón – bromea Juan Carlos. Jajajaja, claro, ¿recuerdas el padre de familia de la moto? – Olga recuerda uno de los pretendientes de Tatiana. ¿De quién están hablando? – Sebastián no está enterado del asunto. Ay, pero era cuando tú no estabas pues, ya te habías ido; Tatiana estaba saliendo con el padre de la Buleje. Mira, qué escondidito lo tenías – Sebastián trata de animarse con la conversación, pero sigue pensando en Alejandra. Sí, hasta un día el señor Buleje nos invitó a su casa a tomar un par de chelas – comenta Juan Carlos -; oe Sebastián, tú serás de la AFP. ¿Por qué? – Olga pregunta rápidamente. Porque será un asociado que le falta pelo. Jajajaja – Tatiana ríe. Sí, ya sé, se me está cayendo el cabello; pero ya no me importa, ya lo superé. Jajajaja – todos ríen.

******  
Mierda - Sebastián la coge por atrás - conchatumare, conchatuvida, ¿dime quién es mi mujer? Yo, yo soy tu mujer, yo soy tu mujer – responde Alejandra. Mierda – Sebastián está muy excitado –, joder – recuerda su repertorio español -, putamare, qué rico, ¿quién es tu marido? Tú, tú eres mi marido, sigue viejito, sigue – a Alejandra le duele, pero le excita las palabras de Sebastián. ¡Ah!, ¡ah! – Sebastián está muy excitado - ¡ay! – Sebastián se golpea la cabeza con el ropero. ¿Qué te pasó viejito? ¡Ay!, me duele - se baja de Alejandra y se pone en el piso para lamentar el dolor de cabeza -, me duele Ale, me he golpeado la cabeza.

******  
Oe a ti sí que se te va el tren Sebastián, ¿ya cuántos años tienes? 32. Asu, yo pensé que Juan Carlos era tu mayor, ¿tú cuántos tienes Juan? – pregunta Olga. Yo 28, ¿y tú? Yo tengo 48. Ya estás vieja Olga. Se dice antigua – corrige Sebastián. ¿Y cuántos años tienes Tatiana? – pregunta Juan Carlos. Yo 36. Ya pues, creo que debo cambiarme de lugar – Olga propone para hacerles la buena a Sebastián y Tatiana. Sería un honor estar con mi amiga, pero yo ahora mismo estoy enamorado. ¿Y quién es la desgraciada? – pregunta Tatiana. ¿Entonces estás saliendo? – pregunta Olga. No, solo estoy enamorado, pero no me corresponde – Sebastián hace notar su pesar -, pero ya me estoy acostumbrando a estar solo y la idea de no tenerla. Pero cuál es el problema, tú tienes que ser detallista, mostrarte cariñoso, además tú eres un chico inteligente, te ves atractivo y tienes una profesión y además te gusta estudiar y trabajar. Es que ella está comprometida. Ay amigo, mientras no esté casada nada está dicho, igual tú puedes hacer el intento. No puedo, sé que es feliz. Tú cómo sabes, a veces una mujer está con un hombre por costumbre – Olga lo anima -, míralo a César que allí estuvo afanado y ahora está bien casado. Sí, pero Alejandra no me quiere y menos me va amar.

Sebastián se va al baño, se limpia la nariz y se moja la cara; se mira en el espejo y se pregunta por qué Alejandra no le podría amar.

******* 
Sebastián reflexiona, se da cuenta que la única vez que ha sido grosero es con Alejandra, claro solo cuando está haciendo el amor es que le da ese ataque coprolálico.

Perdona Ale. ¿Por qué viejito? Es que no sé qué me pasó, cuando hacíamos el amor te dije muchas groserías, solo me pasa cuando estoy excitado. Ay viejito, no te preocupes, yo ni cuenta. Gracias morena bella.

***** 
Llega a su habitación, se sirve el marcuyá que hizo para Alejandra, le timbra al celular, pero no responde; vuelve a timbrar y el celular está apagado. Piensa que debe estar con Víctor, que deben estar haciendo el amor, se pone celoso, vuelve a timbrar, pero el celular está apagado. Sufre, sufre mucho y decide salir de su cuarto y caminar por la Chimú para acompañarse de toda esa gente que siempre está allí y ya le parece familiar.

Elena le acompaña.

¿Por qué estás así? Porque ella se me va cada vez más. Pero así tiene que ser. Pero no lo soporto Elena, no lo soporto, ella es mi centro ahora; lo lucho, me concentro en mis estudios, tareas, voy a ver a mis amigos y familiares, pero ya no lo soporto. Lo mismo era cuando estabas con Elizabeth. No, no es lo mismo, Alejandra es buena, ella no me miente, ella me respeta y siempre ha sido clara conmigo.

Elena cruza la avenida, está molesta. Sebastián la sigue.

Espera, no quiero que te molestes. Me molesta que sufras tanto, quisiera poder hacer algo y no puedo. Haces mucho acompañándome ahora – Sebastián recuerda cuando le acompañaba a Alejandra en su pesar.

****** 
Alejandra, ¿me quieres? Claro viejito, sino no estaría aquí. ¿Me amas? No – sonríe, hace una mueca que le hace sonreír a Sebastián -, ay no sé, no me preguntes eso Sebastián. Yo también te quiero.

¿Llorarás cuando muera? Claro viejito. Por favor, cuando muera tienes que llorar, para que la gente piense que fui muy querido. 



Saturday, February 20, 2016

Sobre el amor

Es un gusto compartir contigo estas palabras sobre el amor, es un tema que no lo habíamos conceptualizado pero sí lo hemos experimentado en la tanta o poca existencia que tenemos.

Me pregunto unas cuantas cosas sobre este fenómeno del psiquismo humano que definitivamente no solo se explica a través de tecnicismos de alguna ciencia, si no que de todo se vale.

La primera pregunta sería si el amor y el odio se parecen y no son oponibles del todo.

Recordarás que un día me pediste que lo definiera así. Y me convenciste que el amor y el odio son muy parecidos, hasta familiares. Tienes toda la razón en mucho se parecen y por eso no son del todo oponibles(1): Primero porque ambos tiene un centro; segundo, porque es un ir y venir hacia ese centro que es una persona; tercero porque es continuo, es fluido. ¿En qué se diferencian?, tan solo en una cosa, en que por amor quiero que te pasen cosas bonitas, quiero hacerte sentir bien; y por odio, quiero que te alejes de mi vida, que te mueras porque me hace sufrir saberte de otro.

Te amo, y quiero tu bien; pero cuando te alejas de mí, te odio y siento rabia y quiero echarlo todo a perder, quiero abandonarte y abandonarme. Y como no  me amas, prefiero que me odies, pero lo peor de ti, es que te es fácil ser indiferente.

Tenerte aquí es un acto de mucho gesto, sé que estás con alguien, y que por simpatía un poco de tu tiempo me das. Pero no te das cuenta el mucho daño que me haces.

Yo te amo, pero no me correspondes. Otra vez he cometido ese error. Sí, es un error por cuanto he creado una ilusión, una visión que proyecta algo que no existe. Esta fantasmagoría, que espero algún día termine, me hace creerte la mujer más bella, buena, inteligente, perfecta. Y en realidad, incluso en esta metacognición, creo aun así que si eres lo perfecta que mi mente ha creado. Porque das caridad como una santa; que aunque no te esmeras en tu cuidado, es porque eres humilde y natural; cuando te enojas, qué hermosa eres; cuando lloras, creo que tu llanto es bonito y que contigo llora el mundo y el día se hace triste; pero eso no existe más que en mi mente. Es un fraude. 


(1) Estas características son tomadas - no literalmente - de Pfánder, expuestas en "Estudios sobre el amor" de Ortega y Gasset. 


Friday, February 19, 2016

Nada pasará

Díselo tú a Alejandra
Dile que me deje en paz
Que ya no se compadezca
De mí.

Díselo tú
Que bien la conoces
Que sabes de sus pretensiones
De niña que lo tiene todo.

Díselo tú
Que me conoces
Que te he contado mis debilidades
Para que nada admires de mí.

Díselo tú
Que sabes bien
Que nunca
Entre ella y yo

Nada pasará.



Tuesday, February 16, 2016

No es el final

Me abandonaste, aunque lo piense, nunca lo haré.
Un día ya no estaremos juntos, y te juro que nadie más entrará en mi vida. Recuérdalo, tú eres mi última oportunidad, y al final, aunque me veas feliz, me tendré que ir, porque solo soy feliz cuando estoy contigo y después de que te vas todo es miseria.

Te agradezco los bonitos gestos, tus bonitos comportamientos que me enseñas, que tu piel al menos roce con la mía.

Te agradezco por el intercambio de lo que usas y uso, señal que me amas, aunque sea poquito.

****** 
Sebastián va con la bicicleta por la Brasil, piensa que seguro Alejandra estará pasándola muy bien al lado de Víctor y su familia. Él no tiene a nadie. Llega al final de la avenida, sigue hasta Miraflores,.

Encadena su bicicleta a un poste. y baja a la playa.


Se quita el polo y remanga su pantalón para sentir el agua. Se sienta en la orilla y deja que el agua le bañe de cuando en cuando que vienen las olas. Llora y da cuenta que sus saladas lágrimas se van con el mar.

****** 
Para qué me comprometí contigo Alejandra, para vivir este martirio. Por eso te juro que un día me voy a ir, y me vas a extrañar. 



Saturday, February 13, 2016

El corazón le ganó a la razón

Está cansado, es su último día de clases en el instituto Riva Agüero, quedó con unos compañeros visitar algunos museos, quería pedirle a Alejandra que le acompañe, pero últimamente ella está más concentrada en sus cosas y además no le gusta caminar.

Prende la computadora, ve que ya cargó el video, lo circula en diferentes páginas y recomienda a sus amigos a que lo vean. Pone música a alto volumen, esa francesa que no sabe el título. Se desnuda y mete a la ducha. Recuerda el cuerpo de Alejandra.

Sale, escribe a Alejandra.

Ale, nos vemos a las seis como quedamos, todo estará preparado.

Revisa las actualizaciones. Se viste. Se estresa pensando que hace mucho esfuerzo para obtener nada.

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Qué les parece si el día viernes nos despedimos con un almuerzo y vamos al museo después de la salida – Rebeca propone. Por mí de acuerdo, qué dicen muchachos – Laura sonríe a Santiago. Yo normal, ¿tú puedes? – Santiago pregunta a Sebastián. No, tengo que volver a casa, estoy trabajando.

Sebastián se pone triste que este año no pudo interactuar con sus compañeros porque tenía que salir rápido para ver a Alejandra.

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Señora Hilda, le llamo para decirle que el viernes no podré dictar clases, voy a tener una reunión en la noche. Está bien profesor, no se preocupe; pero el sábado ¿puede venir? Sería en la mañana. Ya, voy a ver si Marianita no tiene nada que hacer, le llamo luego. Está bien.

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Papá no podré ayudarte, el viernes estoy ocupado, ya bajo el sábado. No te preocupes Sebastián – el Sr. Rivas nunca molesta a Sebastián.

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Sale, toma un jugo de naranja en la esquina. Compra pan con camote en la otra esquina. Toma el carro en Malecón.

Llegó tarde como siempre, escucha a la profesora que habla sobre la participación política de la mujer en la primera mitad del siglo XX, intervine con preguntas incisivas a la profesora, logrando que algunas de sus compañeras le discutan su postura.

La participación de la mujer no representó ningún movimiento para alcanzar sus derechos, estas mujeres a quienes estudiamos son casos aislados; el voto femenino solo se alcanzó porque era parte de aires de modernidad que venían de Europa – participa Sebastián. Pero debemos tener en claro que la lucha para alcanzar ese derecho en Europa y Estados Unidos fue de mujeres – Responde la más hermosa, y probablemente la más inteligente, de las chicas de la clase. Sí, pero yo me estoy refiriendo al Perú, estamos estudiando la participación política del Perú.

Finalizado la ponencia, el director junto con la historiadora Margarita Guerra – Sebastián se emociona al ver a la maestra – clausuran el evento.

Se toman una fotografía. Los colegas conversan en grupo, están preparando su salida; Sebastián quedó en verse en la noche con Alejandra así que podría participar con los profesores, pero quiere ir a su cuarto para acomodarlo, quiere comprar frutas para ofrecérselo a Alejandra, tomar un baño y leer algo sobre el amor, esperándola. Se despide de los colegas con quien más interactuó.

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Llega a su cuarto, no almuerza, no tiene apetito.

Acomoda sus libros, limpia el frigobar, lava las vajillas y trapea el piso. Piensa que puede que algo haga que Alejandra no llegue. Tiene miedo a esa posibilidad, se ha puesto fuerte, está calmado, en todos estos días se ha visto más sobrio para no enloquecer a causa de no tenerla como antes, pero sus fuerzas le van abandonando, su estabilidad se carcome con el paso del tiempo y los poquitos gestos de ella que ya no le alcanzan. Sufre, porque si esto es en vacaciones, será peor cuando comience a trabajar, cuando su tiempo para esperarla y estar pendiente se reduzca por sus quehaceres.

Se sirve yogurt, toma mirándose al espejo. Coge una almohada, se desnuda y acuesta en el suelo – hace calor -, abraza la almohada ligeramente como si fuera su acompañante y le habla.

Te amo – le da un beso suave  a Alejandra. Yo también te amo Sebastián. Tengo miedo que algún día me dejes – Sebastián mira el techo. Eso no va pasar nunca – Alejandra se acuesta en su pecho y Sebastián le coge de la cintura con delicadeza. Te amo, te amo, te amo mucho – Sebastián le da muchos besos y se coloca sobre ella. Viejito – Alejandra sonríe como nadie sabe hacer. Dime que soy tu marido – Sebastián siente las piernas de Alejandra junto con las suyas, las acaricia, busca sus pies para olerlos, se fascina de la perfección de la anatomía de su acompañante. Tú eres mi marido – Alejandra se deja poseer.

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Sebastián se baña, la música francesa le da el aire triste a su habitación.

¿Qué estás haciendo Alejandra? Busco pinzas. ¿Lo encontraste? No. Mira, está en el escritorio, en donde pongo mis lapiceros al costado hay un cesto, ¿lo viste? – A Sebastián le gusta que Alejandra tenga la familiaridad y que use sus cosas como si fueran las de ella. Sí viejito.

Sebastián sale con la toalla, se acerca a Alejandra para ver cómo se depila las cejas, le huele el cuello y se siente feliz porque ella tiene su olor.

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Las horas pasan, Sebastián está desnudo, sentado en su habitación. Tiene en su silla los pantalones azules, las medias oscuras y la camisa blanca; pero pasa el tiempo y Alejandra no ha llamado ni ha escrito. No dice nada, seguro no vendrá. Son las seis y ella no llama. Él quisiera llamar, pero no puede hacerlo porque teme interrumpirla en un momento que debe atender a su madre o padre.

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Son las siete, Sebastián sigue en sentado en su cama, con la pesadez de saber que ella no llegará, que todo lo que descarta ella no lo valorará; que así como hoy no llega, un día se irá y no volverá nunca más.

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Son las nueve, Alejandra se pone al Facebook e invita cam.

Hola Sebastián, me puedes pasar el Excel que estaba trabajando en la casa – a ella no le importó nada su cita. Está bien, ¿por qué no viniste? Sebastián, ¿crees que está bien si llevo los libros a Karol? – Alejandra ya no quiere contarle sus cosas. Bueno, tienes que hacer lo que han convenido, si ella se aprovecha es su asunto. Ay, no sé qué hacer. ¿Por qué no viniste? Ay Sebastián – no le llama como le gusta -, voy a ir a comer, ya luego te escribo. Ok.

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Sebastián quisiera mandar todo a la mierda.




Wednesday, February 10, 2016

Bruto

Perdóname, de verdad perdóname – Sebastián se siente basura. No hay nada que perdonar Sebastián, déjalo allí. No puedo, sé que te hice daño con esto, pero solo era una broma. Es que no entiendes lo que significa, acaso no tienes familia. Sí, si lo entiendo, solo era una broma, perdóname por favor, perdóname.

Sebastián invita cam, porque piensa que Alejandra puede que le esté bromeando. Ella acepta.
¿Por qué no prendes la luz? – Sebastián le reclama. No quiero Sebastián – ella suena triste. 

Perdóname Ale, perdóname por favor. Si hubiera venido de cualquier persona no me importaría, pero viene de alguien a quien quiero mucho. No te molestes, perdóname, solo te estaba molestando y se me pasó la mano. Está bien, pero así no te debes jugar Sebastián. Ya perdóname, solo quería molestarte para sacarte de tus casillas como en broma, tampoco era tan en serio; no me hagas sentir mal pe – Sebastián dice pe para que ella vea que se está rebajando. Ya déjalo allí Sebastián, no tengo nada que perdonarte. No seas terca Ale, si te hice daño debo pedirte perdón, solo era que quería molestarte y se me pasó la mano. Sí pues Sebastián, es como que te diga que eres una basura, que nunca te he amado y no me importas. Me lo merezco, ahora me siento una basura –Sebastián nunca se ha sentido tan mal por su comportamiento -, es que ahora me siento un tonto, por eso necesito que me perdones.

Alejandra pone algo de luz, Sebastián solo nota sus hermosos ojos.

Esto me parece como una traición – Alejandra comienza a llorar y a Sebastián se le parte el corazón -, espero que en un futuro no cambies para ser una mala persona; me da ganas de abandonarte para siempre Sebastián. No – Sebastián se siente mal, no sabe qué hacer; nunca había experimentado algo así -, no Ale, perdóname Ale; ¿quieres que llore Ale?, perdóname pe, perdóname pe – mueve la cabeza y sus ojos se le han puesto rojos.

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Santiago llama para recordarle la tarea a Sebastián.

Son las doce y diecinueve del otro día.

Qué fue cholo, ¿por qué llamas a estas horas? – Sebastián se distrae un poco de su pesar. Sebastián, no te olvides de llevar el usb que te presté, mañana tienes que presentar la sesión para que te den certificado. Ya fue lo del certificado cholo, llegué tarde hoy y con eso son seis. Asu, pero conversa con la señorita, tú eres el que más participa. No me importa, ahora menos, me siento muy mal amigo – Sebastián se suena la nariz, está caminado descalzo. ¿Qué te pasó? Discutí con mi flaca. ¿Hoy? Sí, hace un momento, por cam. Bueno, las discusiones son normales en una relación. Pero ella se puso a llorar y me siento muy mal, nunca pensé que le iba a causar tal daño. Es normal que se sientan mal los dos, pero si se quieren con el tiempo se van a perdonar; eso sí, creo que nunca se van olvidar de esto así que trata de no discutir. He fallado. Entonces pide perdón, ahora lo común es que no te va perdonar fácilmente, te hará sentir peor y después de un tiempo recién te perdonará. Ya me hizo sentir lo peor cuando la vi llorar, me sentí un idiota de verdad, le pedí que ponga cam y estaba llorando, pobrecita mi Ale, quería arrancarme el corazón para que sepa qué es lo que sentía al verla así. Sí, ver llorar duele; una vez le mentí a mi enamorada y hasta ahora me lo recuerda y me hace sentir mal y ella también se siente mal. Asu, entonces me lo va recordar toda la vida, porque Alejandra no se olvida de nada.

A Sebastián le caló mucho la idea de que Ale se sentirá mal nuevamente tan solo de recordar la estupidez que hizo, piensa que siempre se va sentir mal, que nunca podrá dejar de sentirse mal por la forma en cómo la trató y que le duele saber que esto a ella le puede doler de por vida.

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Sebastián se pone a la computadora para continuar con su trabajo, pero no puede hacer nada porque solo piensa en Alejandra y en su cabeza le retumba “perdóname pe” y recuerda las lágrimas de Alejandra, lo bonito que llora, pero lo terrible que le puede ser su llanto.

Abre la ficha, dice nombre y escribe en mayúsculas: BRUTO. 

Se echa en su cama, no se quita la ropa, no tiene ganas de dormir; piensa en Alejandra, quisiera abrazarla y darle cariño para consolarla por lo mal que se siente y pedirle perdón hasta que se quede dormida en sus brazos.


Monday, February 8, 2016

Conversando sobre amor


En cómodo lugar
Que no conceptualizas
Por el orgullo
De la postura escéptica
Que postulas.

Preguntas
Qué es el amor
Y te respondo
Una generalidad
Porque me ha sido esquivo
El amor.

Porque no hay amor
Entre tú y él
Ni entre tú y yo
Porque el amor es lo que cada uno tiene
Y no puede compartir con el otro.

Es doloroso
Tu amor mayor al de él
Es sufrido
Mi amor superior al tuyo.





Sunday, February 7, 2016

Perdóname por crear una historia falsa

Perdóname por idealizarte. 

Sebastián está muy tenso, es otro domingo sin Alejandra; tenía que pasar, ahora que ella ha vuelto con Víctor, él se ha quedado solo como antes. Pensó que nunca podría volver a sufrir tanto como cuando amaba a Elena, pero le sucede igual, aunque ahora este dolor se le suma la enfermedad de su madre y los problemas económicos.

Se pone a la computadora para hacer la publicidad de los videos de AbogandoTV (hacer clic), termina con eso, manda las pruebas a Keni. Toma una ducha, y sale a caminar. Suena su celular.

Aló. Hola Sebastián, soy Santiago; como me dijiste que tenías bicicleta, pensé que quizás quieras bicicletear conmigo estoy cerca a tu casa. Sería bacán, estoy estresado así que me ayudará. Ya cholo, entonces te parece si nos encontramos en Pajatén. Perfecto, en quince minutos estoy allá.

Sebastián va a su casa, saluda a sus padres y saca la bicicleta de su sobrino porque la suya tiene las llantas desinfladas. Va por la Chimú, antes pasa por la casa de Keni para ver si está su auto, no lo encuentra, seguro estará ocupado.

Llega a Macro, y allí estaba Santiago. Se dan la mano.

Pensé que sería bueno llamarte, en mi casa todos están discutiendo porque los muebles están viejos, ya les dije que voy a poner unos doscientos soles para que lo compren, ahora les toca a ellos ver cómo hacen con el resto. Yo también colaboré con los muebles de mi casa, así como con la refrigeradora y la lavadora; eso está bien, ¿por dónde vamos? No sé, tú dirás. ¿Qué tal si nos vamos al centro?, no he almorzado y en Breña hay un huarique que hace mucho quiero visitar. Pero yo no soy muy bueno manejando la bici, pero normal. Yo tampoco, así que vamos tranquilo nomás, todavía es temprano.

Van tranquilos, no hay muchos carros. Sebastián está pensado en Alejandra, piensa que en este momento debería estar con ella en su casa viendo una película, comiendo algo rico, y molestándose como antes.

Llegan a Chabuca Granda y se bajan de las bicicletas porque hay mucha gente. Conversan.

Nunca había venido aquí un domingo – Santiago se admira de tanta gente. Pero no es nada, no hay tanta gente como antes – Sebastián recuerda que cuando estaba triste por Elena antes se venía hasta la Chabuca Granda para no estar solo, desde entonces aprendió la manera de acompañarse con alguien, caminando en las calles transitadas, está pensativo y no le hace caso a lo que le dice su amigo.

Llegan a Camaná, montan las bicicletas, van conversando.

Cholito, ¿hasta dónde vamos?

A Sebastián no le gustó que le llamara Cholito, porque así también le ha llamado Alejandra y le lastima que alguien sea gestual como ella lo ha sido con él, piensa que solo ella debe ser gestual con él.

De frente, vamos hasta Tacna. Ya cholo – Santiago se da cuenta que su amigo está triste.

Pasan Alfonso Ugarte, y llegan a la Venezuela, antes de Tingo María encuentran el huarique.

Es aquí Santiago, ¿tú ya has almorzado? Sí, pero igual voy a pedir. Perfecto, así me acompañas porque no me gusta comer solo; no tengo apetito, pero tengo que comer porque me siento débil.

Amarran las bicicletas en las rejas del restaurante y entran.

Estoy muy triste, sabes; me da pena que me conozcas en esta faceta. Entiendo, no te preocupes, si quieres contármelo. Lo que pasa es que estuve saliendo por un buen tiempo con alguien que me ha enloquecido, ella es perfecta, hermosa, es alguien increíble; pero me dejó. Sé que se siente cholo, a mí también me ha pasado. Me imagino, pero sabes, me siento muy mal, yo estaba tranquilo, antes también me sucedió, pero ya lo había superado y me encontraba bien, trabajando y estudiando de lo más tranquilo; pero ella llegó y poco a poco me comenzó a enamorar con cada uno de sus gestos, con cada detalle, con sus llamadas, su sonrisa, eso de preguntar por cómo estaba, esa solicitud que tenía para cuando la llamaba; pero ahora es totalmente diferente, ahora ya no es lo mismo. Pero claro, si ya tiene otro; ya qué va estar contigo, tranquilo, lo superarás. No quiero superarlo, la quiero devuelta, quiero que esté conmigo, quiero que la pase conmigo. ¿Tomás? Antes, ahora ya no tomo, no tengo ganas de tomar, no tengo ganas de nada; si hago los videos que viste es porque tengo un acuerdo con mi pata y él es mi mejor amigo ahora, pero no tengo ganas de hacer nada. Pero vas bien, al menos estás haciendo algo y así te distraes;  qué bueno que te llamé para que te distraigas, ya verás que la olvidarás.

Comen, ambos terminaron sus platos, Sebastián pensó que dejaría, pero ya son dos días que no se alimentaba.

Regresan toda la Venezuela caminando. Santiago hace chiste, Sebastián no ríe, pero entiende el noble gesto de su amigo. Montan las bicicletas al llegar a Tacna.