Friday, January 25, 2019

El hijo de mi hermana


Con cola
Que pega
Cuanto más feliz está
Duro pega.

Que te acompaña
Hasta la pista
Y no te preocupas
Porque no cruza.

Con triste rostro
Que da pena
Como su nombre
El pobre Chavo.

No ladra
Sino cuando sospecha
Que hay algo malo
O algo malo ha hecho.

El hijo de mi hermana
Allí está el Chavo
Acompañado de su escudero
El Kiko.








Wednesday, January 23, 2019

Esclavo del Amor


¿Quién soy?
Lo que dicen ellos
O lo que crees tú
Del enigma en cuatro paredes.

Encerrado por herencia
De dioses negros
Que con dolor me tienen
En la oscuridad.

¿Quién soy para ti?
El que vive en el sur
Con prácticas ocultas
En Estado perdido.

Que vive en pecado
Atormentado
Porque esclavo soy
Del amor.






Saturday, January 19, 2019

Danza

Sebastián se levanta temprano. Dice en voz alta el nombre de Elena, mira a la ventana y la encuentra tan joven como siempre. Le habla a la aparición.

(-) ¿Qué haces aquí Elena?
(-) Esperando a que despiertes, hoy comienzas danzas y seré tu pareja. Por favor no demores, te estaré esperando.
(-) ¿Por qué dices eso?, ¿Por qué mejor no te quedas aquí conmigo?
(-) Te prometo que te gustará, además te ayudará con esa pancita.
(-) Jajajaja… creo que me ayudaría no estar comiendo de noche – Sebastián coge su abdomen.

Sebastián se para, prende la computadora y el Internet, pone música, le sale “Hasta que me olvides” de Luis Miguel. Se mete a la ducha y piensa en Elena, y se alucina que habrá una Elena esperándole en el curso de danza. Deja caer agua para desaparecer las lágrimas que tiene en la cara y terminar por bañarse.

Saca todas sus prendas de cada cajón para encontrar el buzo, separa las medias negras, la truza azul y el polo con mangas largas. Se pone la ropa. Va la biblioteca para leer el último capítulo de Yawar Fiesta, siempre recordando cuando Elena le resondró porque no había leído nada de José María Arguedas. Termina el libro leyendo la biografía del literato y se promete conseguir la obra “Agua”.

Ya son las ocho, su clase comenzará en una hora, se va al mercado para tomar su desayuno: fresas con leche – le recuerda el gusto de Alejandra -, dos panes con palta.

(-) ¿Y a dónde vas hoy? – le pregunta la dependiente.
(-) Tengo danza.
(-) ¿En la universidad?
(-) Me inscribí en este curso por insistencia de una amiga mía, hoy es mi primer día de clases – se apresura con sus alimentos.
(-) Llegas rápido si tomas arriba en el Pte. Nuevo, en el paradero que está a la altura del grifo, allí hay unos amarillos que te llevan por dos soles cincuenta, pero te lleva en menos de diez minutos.
(-) Qué bueno, estoy atrasado.

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Sebastián paga medio – un sol con cincuenta céntimos. El bus está lleno, pero era cierto, va rápido y en ocho minutos se encuentra en Abancay con Puno, donde baja y camina hacia su clase. Hay mucha gente, y delante está Elena, ella le pide que se apresure, que ya es tarde.

(-) ¿Cuál es tu nombre?
(-) Alisson
(-) Muy bien Alisson, bailarás sola por ahora - el profesor empareja a los estudiantes y deja sola a la señorita de tímida sonrisa. 


Me alejé sin darme cuenta...

Sunday, January 13, 2019

Narcisismo


Elena voltea, tiembla. Es el caballero blanco. Él la mira pero no la saluda, hace como que no le interesa el restaurante, se retira. Elena aprovecha para verle, se sonríe porque le ve vestido con ropa de futbol. Piensa en lo gordito que se ha puesto, admira su piel de blanco alabastro, sus grandes e ingenuos ojos, sus piernas salpicados con puntos de barro, su barba de cinco días, su indiferencia o quizás su enojo para con ella. Elena es feliz por esa coincidencia, no le importa la malcriadez del jovencito.

Hace el pedido, un pollo y un cuarto. Se acerca a Camucha y ésta le pregunta por Rafael Sandoval.

(-) ¿Lo viste?
(-) Claro que lo vi, su sola presencia fue como que iluminó lo gris de este barrio. Pero qué chico para más bello.
(-) Sí, es lindo. Aunque no tanto.
(-) Ay por dios Elenita, aquí en estos lares la belleza escasea; y un hombre así, qué no diera por uno así, y lo mejor, que sea peruano.
(-) ¿Por qué lo dices? – Elena no cae en indirecta a los venezolanos.
(-) Es que si es bello, es venezolano, y si es venezolano, no tiene plata.
(-) Pero qué dices… Aunque estoy preocupada, porque mi sobrina está saliendo con un venezolano. No tengo ningún prejuicio ya, pero creo que este joven se está aprovechando de mi sobrina.
(-) A mí no me importaría invertir en un hombre. El único requisito es belleza.
(-) ¿Siempre tienes que ser tan superficial?
(-) Para ti es muy fácil decirlo, eres linda, pero yo, mira la desgracia que me ha tocado en suerte – Camucha recorre su cuerpo con sus manos.
(-) Eres linda, solo que estás un poco panzona, ¿por qué no vamos al gimnasio juntas?
(-) Lo he estado pensando seriamente, pero creo que no dará resultado, además me preocupa cómo iría a un lugar así; creo que primero debería bajar un poco de peso.

Camaucha recibe la bolsa que contiene las papas y disimulando coge algunas papas para ir picando. Elena mira nuevamente la entrada, para recordar la imagen del Caballero blanco.

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Rafael Sandoval busca otra pollería, ver a Elena le molestó mucho. No le gusta su presencia.

¿Pero quién se ha creído esa mujer?, ¿por qué me mira así esa señora?, ¿acaso pretende que me voy a interesar en una vieja? La detesto, cuánto la detesto.

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(-) Estos estados no corresponden, pídele al contador que los corrija, no ha considerado las últimas ventas del mes de octubre. Qué le está pasando al contador, esto ya está sucediendo dos veces, no puedo permitirme que las cosas estén así, por qué tiene que hacer dos balances, fácilmente me podría pasar el registro contable, yo lo puedo leer – reniega Elena.
(-) ¿Conoces al contador? – Elena pregunta a Arturo.
(-) Es el mismo de siempre, el error no es del contador, sino de su auxiliar.
(-) Pues creo que debería cambiar de auxiliar.
(-) Ya le dije al señor Rimachi, ese muchacho se quiere meter en la administración de la empresa, no sé qué le sucede; parece que es pariente de uno de los dueños. Arturo está celoso del nuevo del área contable.
(-) Bueno, le haré un documento, voy hacer una observación a esos estados, porque es mi deber y no me importa si el señor Rimachi se moleste y le tenga que llamar la atención a su auxiliar, quiero que me entreguen los estados como antes, no quiero otro balance.

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Rafael se levantó tarde, igual no le preocupa; está en la empresa del tío, y es el chico lindo a quien todos sonríen. Se pone a la ducha, se baña pensando en su anatomía, en la perfección de su piel, en lo atractivo de su sonrisa. Sale de la ducha y desnudo se pone delante del espejo, mira al vacío y se enamora de sí mismo.

Tienes la juventud, pero estás en crisis.





Thursday, January 10, 2019

Verano del profesor Rivas


Elena mira el celular, es Sebastián. No contestará.

Sebastián entra al supermercado, se sirve una causa, paga y se ubica en el comedor, mirando el parque, come. ¿Por qué no contestas?, ¿es tu trabajo?, ¿o ya no me quieres?

(-) ¿Dónde estás?
(-) Zárate
(-) Eso es el culo del mundo.
(-) Cuando se quiere uno puede ir hasta el infierno.
(-) Es que no sabes, me dormí recién a las seis de la mañana; estuve viendo una serie de Netflix. ¿Tú qué haces?
(-) Comiendo una causa.
(-) ¡Qué rico!
(-) ¿Y si te invito el almuerzo?
(-) No gracias, mejor nos vemos en la noche, pero en algún lugar más céntrico. ¿Qué te parece Risso?
(-) ¿En la Arequipa? No me parece cerca, pero puedo ir. ¿Está bien a las 7 pm?
(-) Ya, pero te llamo antes para confirmar.
(-) ¡Qué! ¿No está confirmado?
(-) Puede que me salga algo.
(-) Está bien, no te preocupes.
(-) Nos vemos viejito.

Sebastián busca el wasap, le pasa un video de AbogandoTV, donde explica las diferencias entre la moral y el derecho y se lo pasa a la chica con quien estuvo conversando, con un mensaje: “éste soy yo”.

***** 
Sebastián llega a su habitación, se quita los zapatos y los deja en la puerta. Aprendió de tantas películas, le parece que es un hábito noble. Escucha una cumbia, y baila pensando en Elena.

Revisa la comunicación, su socio le pasó un ensayo, lo revisa y le gusta el tema, pero la redacción tiene mil defectos; se molesta, pero se dice que no le llamará para recriminar nada. Busca su Código Penal para revisar el tipo que se comenta. Serán dos horas para rehacer el ensayo.

Tiene el Facebook en una solapa y se da cuenta que unos muchachos le han escrito, no quiere responder. Evita responder a los estudiantes por las redes sociales, piensa que todo puede prestarse para un mal entendido, está lleno de prejuicios de ser amistoso o tener contacto con los estudiantes que no sean de la distancia propia del año académico y el face to face del salón de clases. Pero quien le escribe es un muchacho que hizo promoción el 17, Sorel.

“Profesor Rivas, buena noche, día o tarde, ¿qué tal le va?, espero que se siga superando y sea ese buen profesor que necesitamos en las escuelas, lo que quise decir ese día que me despedí fue que gracias a usted hizo que me interesara por el curso de historia, nunca lo había tomado enserio, quizá como dice no es el mejor, y pues cómo lo sabríamos sin compararlo con otros pero no desmerezca su enseñanza porque muchas veces hizo que mis enfoques se vuelvan más críticos y claros, enserio agradezco que me tocase un buen profesor. Le deseo muchos éxitos, siga escribiendo poesía en esta sociedad de los poetas muertos. Y me preguntaba si me podría recomendar libros sobre Historia Universal y del Perú, me gustaría tomarlos en cuenta y los que usted crea que me convendrían, siendo eso lo expresado, buenos deseos”.

El mensaje le alienta, después de todo no es tan mal profesor. Sebastián se sirve un vaso de gelatina. Relee el mensaje y piensa: este muchacho se parece en algo a mí, a parte de la ansiedad, tiene algo que me recuerda a mí cuando salí del colegio, quería ser diferente pero no para otros, sobre todo  para mí. Le responderá.

Mientras escribe, Elena posa su mano en su hombro desnudo. Él voltea para verla, pero ella desaparece.







Tuesday, January 1, 2019

Feliz año nuevo


  • Sebastián despierta, que la van a matar – Norma le toca la puerta a su hermano.
  • Estoy escuchando, voy a tener que llamar a la policía.
  • Llama Sebastián, mira lo que me ha hecho – Mario se asoma desde la ventana.

Sebastián se asusta, el hombre está ensangrentado.
  • Voy a llamar a la policía Mario.
  • Sí, llama – asienta Mario.
  • Te jodes si viene la policía, tú tienes muchas denuncias, estás requisitoriado, eres un delincuente – Miriam grita desde dentro del cuarto.
  • No hables huevadas, soy el padre de tu hijo.
  • Eres un mal nacido que me dejaste once años, ¿de quién eres padre? Padre es el que cría. Además mi hijo no tiene tu apellido. 

Norma va al cuarto de su madre. Nella está asustada y no quiere que Sebastián se meta en esa discusión.

  • ¿Dónde está Sebastián?
  • Ya subió al tercer piso, ya ahora viene la policía – Norma se sienta en la cama de su madre.
  • ¿Y tu padre?
  • Está afuera conversando con los vecinos, ahora somos la comidilla del barrio, todos están afuera como si fuera que se hayan reanudado los fuegos artificiales.
  • Ay, pobre Mario, este año la va pasar mal. Felizmente ya se va del cuatro, porque tu padre ya habló con él, porque nosotros no podemos permitir ese tipo de cosas aquí, asustan a los bebes.
  • Ay sí, pero sigue gritando, ese Mario parece ser un delincuente – Norma escucha los gritos de auxilio de Miriam.
  • Está fingiendo, esa mujer siempre es así, grita y luego resulta que es ella quien ha dañado a la gente. Pero qué pasa que la policía, no viene.
  • ¿Escuchas mamá? Ha llegado el niño. Si siguen así tendré que salir en defensa del niño.
  • Pobrecito, estará traumado de ver todo ese espectáculo. Ese niño es lindo, pero esos manganzones que no se dan cuenta del daño que le están haciendo – Nella mira a Estrellita. 

Ese niño no es lindo - en el sentido que mama Nelly dice - ese chico es un mal niño, encima que se cree venezolano. Piensa Estrellita.

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“Dicen que los hombres no deben llorar, pero…” Continúa la canción en versión cumbia. Mario abraza a Martín y llora. Llora porque ama a Miriam, porque a pesar que ella no le tiene fe, él aún la ama; a pesar que ella le ha engañado con diferentes hombres – sí, diferentes, él lo sabe -, la sigue amando. No puede contener su llanto y llora.

Martín consuela a su amigo, le sirve más cerveza, que las penas se ahogan en alcohol.  
La primera copa, la recordó hermosa: Su baja estatura, su sonrisa maliciosa, sus groserías, hasta lo malo en ella se ve bonito… ha sido mi culpa, su primera vez fue conmigo.
La segunda copa: Pero la cague cuando conocí a Angélica, le destrocé el corazón y allí conoció a César…. Era una buena mujer, pero yo la malogré.

La tercera copa, hace que admita: Pero era floja, pretenciosa, quería plata nada más… Pensaba que la felicidad de la familia se basaba en la apariencia… Jodida por el dinero, me amaba más cuanto más dinero tenía, y cuando no le daba, jodía… Por eso mismo la dejé y me abandoné… La amaba, pero me jodía pues.

Llegó el momento más horrible. Mario se quita el polo y le enseña a Martín su tatuaje. Escrito está el nombre de Miriam. Sabes, también fue mi primera vez.

“Te extraño, cada minuto, sin tu cariño, yo moriré, tú eres, alma de mi alma, vida de mi vida, nunca te olvidaré…” Mario abre su puerta, se desnuda y tira en la cama, no tiene fuerzas para lavarse los dientes; abre un poco la ventana y sueña.

Miriam mira abajo. Si me caigo esos alambres me partirán en dos o rebotaré, piensa. Se sube al muro y pegado a la pared llega a la ventana que por suerte está abierta, ve a su hombre desnudo y se echa encima de él. Mario reacciona, la abraza y procede a desnudarla. Feliz año nuevo.