Thursday, May 26, 2011

Lima es para mí, Lima es para ti.

Mi visita a Chancay fue buena, para dejar de tomarme todo lúgubremente. Cada invierno pienso que es el más frío de la historia de Lima y más frío hace porque no estás a mi lado.
A veces pienso que en Lima no hay nada que excite la alegría. Lima me muestra su gente con harapos en el Jirón de La Unión a la salida de un Norky’s o en el trayecto del Puente Rayos del Sol pidiendo limosna. Por estos días la neumonía y la tuberculosis invaden los hospitales, los más afectado – por pura casualidad – los niños pobres de una ciudad que se hace cada vez más para la clase media – o en todo caso de gente joven que goza de un trabajo que le puede duplicar un sueldo básico- mientras que en los conos, en las periferias de los conos – porque los conos también están cada vez “mejor” en sus centros – yacen una multitud de gente que le sobrevive a las enfermedades. Lima, en sí, no es más que una prostituta. Si llegas a su centro se te ofrece a la suma más cómoda de los bolsillos de los hijos de provincianos, pero en su interior está vacía, sucia, no tiene calor para su gente.

Castillo de Chancay - espalda.

Quisiera dejar de vivir en Lima, pero en Lima está todo lo que tengo – que es muy poquito – y también todo lo que quiero – que es mucho – y sobre todo estás tú. Lima es sufrible, Lima es El Agustino inseguro que me despide a las 8 de la mañana y me espera a las 10 de la noche. Lima es Surquillo, que me amarra a un asiento por la mañana y raras veces me deja salir cuando apago mi computadora antes de llegar las 6. Lima es Miraflores, que me enajena cuando visito El Ovalo. Lima es San Juan de Lurigancho, que es como hijo mal agradecido que olvida a quien lo engendró. Lima es Chosica, del que gozo de su calorcito sensual cada sábado. Lima es el distrito donde vives tú, que visitaba cada mañana para sólo verte salir de tu casa hasta el día que te diste cuenta que te estaba observando. Lima no es bella ni limpia porque sus ciudadanos no la quieren así. Lima es mi cielo y mi infierno.

Casa Hacienda Huando

Saturday, May 21, 2011

Quiero decirte adiós...

Tenemos que estar de acuerdo con la frase de los evangelios en que la viga en el ojo propio es realmente un estorbo importante para poder percibir lo externo y verdaderamente valioso. No te has preguntado, que si la vida nos ha impedido estar juntos, la muerto puede hacer que nos separemos para siempre.