¿Crees que fuiste feliz con Henry? No lo sé, creo que no.
Pero te casaste con él, lo hiciste por religioso. Hasta ahora no comprendo cómo
es que me casé con él. ¿Por qué lo dices?, ¿no te ilusionaba la boda?
*****
Elena se está maquillando, y de pronto se preocupa porque Henry
no sale de su habitación.
Henry, tienes que ir a la Iglesia, ya salgo para la casa de Sara
– Henry no contesta -; ¿me estás escuchando?, en media hora va comenzar la
ceremonia. Elena no quiero ir. ¡Qué! – Elena se queda tonta. No quiero ir
Elena, no estoy seguro de que quiera casarme contigo. Voy a ir a casa de Sara,
me pondré el vestido e iré a la iglesia, si me dejas plantada es tu problema –
Elena se apresura con el maquillaje y sale de la casa.
No va ir, por qué me hace esto, si no quería casarse por qué
esperar a esto. Él irá, él tiene que ir, lo va reflexionar e irá, toda la gente
nos está esperando, mi familia, su familia, qué dirá mi madre. Yo voy, no me
importa lo que suceda, es su problema.
Elena está mortificada, quiere llorar, pero se contiene.
Elena, ¿por qué esa cara?, no es un funeral, es tu boda. Sí,
estoy nerviosa y presiento que algo va pasar. Lo más seguro es que se vaya
Henry de la iglesia que ya es muy tarde. Entonces apresurémonos.
Elena se coloca el vestido, y sale caminando hasta la
iglesia que está a media cuadra de la casa de Sara, que es la madrina.
Pero qué hermosa es Elena – la hermana Esmilda comenta. Ha
llegado con media hora de retraso y encima con esa cara de funeral – critica América.
Es que ha de estar muy preocupada. ¿De qué?, porque no han gastado nada para la
fiesta, todo ha sido colaboración de la iglesia. Pues de qué más hija, es su
boda. Pero si ya está casada por civil. Sí, pero esto es para siempre.
Espérate que estas manchando el vestido – Sara levanta la
cola.
Elena se acerca como sonámbula al novio. Henry la coge del
brazo y la lleva al altar, ella se siente como drogada, quisiera llorar.
“Me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo.
Puedes confiar en mi amor, porque es real. Prometo serte una esposa fiel y
compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo
para siempre. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando
rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo
desde este momento hasta la eternidad.” – Elena lee los votos sin ganas.
Le toca leer los votos a Henry:
“Me entrego a ti este día…”.
Henry no termina de leer los votos porque se pone a llorar y
con él media iglesia derrama lágrimas y suspiros.
Pero qué romántico Elena, Henry se emocionó – Sara se pone a
llorar.
Lo que más me sorprende es que la novia esté así con su cara
larga; mientras que el novio está llorando de amor – América sigue sorprendida
por el semblante de la novia. Está estupefacta de tanta muestra de amor, pero
esto es lo más romántico que he visto – Esmilda hace un esfuerzo para derramar
unas lágrimas y estar a tono con toda la congregación. Qué lindo – América no
se quiere quedar atrás y se ayuda con los dedos.
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