Monday, July 21, 2014

Lucía

A ver, si fuera una niña como Sofía, creo que debe ser un bolso fino, pero sencillo. Es una niña de diecisiete años. ¿Y cómo es ella? Es delgada, es una niña pretensiosa, es una hermosa pequeña. ¿Qué tal este? Puede ser, aunque me parece que es muy llamativo. ¿Y a ella no le gusta ser llamativa? Sí, lo es, pero es para que vaya a la universidad. Ya entonces el negrito. El negrito, me parece mejor.

Llaman a la dependiente y ella les saca el bolso. ¿Qué te parece? No sé, quizás el rosado se vea mejor, ella tiene piel clara. Pero tiene algo de fucsia; además, no decías que querías algo seriecito. ¿Te gusta? Me lo llevaría si tuviera la edad de tu sobrina. ¿Cuál es su precio señorita? S/ 79.00. No me hace una rebaja – Sebastián siempre pide rebaja. Se lo dejamos a S/.75.00. Lo llevo.

Sebastián busca su billetera, pero se olvidó en el otro pantalón.

¿Pasa algo mi amor? Dejé mi billetera en el otro pantalón. No te preocupes, yo te presto. No, yo tengo efectivo aquí – Sebastián solo cuenta con S/ 60.00. ¿Me prestas S/ 20.00? Toma mi amor.

Sebastián está muy contento porque ha comprado el bolso más lindo de la tienda para su linda “sobrina”. Elena se ha puesto contenta porque ha podido ayudar a Sebastián.

¿Te invito a comer chifa? Ya – Sebastián tiene hambre, estuvo como guía hasta las cuatro y no comió nada -, pide tú que estás que aciertas en todo. Pues, quiero invitarte arroz frito. Suena como me gusta, sencillo y consistente. Te va gustar.

Sebastián come con mucho gusto, mira a Elena y sonríe provocativamente.

¿Qué pasa? Que te vez linda. Gracias – Elena sonríe provocativamente también. Y cómo así conoces a Sofía. Todo una odisea lo que le pasa a Sofía, pero sé que saldrá adelante. Ella no conversa mucho con nosotros. Pero ahora va a cambiar, a ver si la apoyas. Claro.

Elena se queda mirando el bolso que compraron y piensa que le hubiese gustado tener una hija.

¿Hija de quién es Lucía? De mi hermana mayor. Ha claro, ¿ingresó a la universidad tan pronto? Sí, está en la UPC. Qué bueno. ¿Ella era la engreída de Chana? Sí, ambas se parecen físicamente, aunque en carácter son distintas; Chana era de más fuerte carácter.

Elena paga la cuenta, caminan agarrados hasta la Plaza Mayor.

No quiero despedirme de ti – Sebastián se lo dice en serio. Mi trabajo, por los contratos, parece que siempre serán en provincia, además me hace bien estar fuera de aquí. No quiero que te vayas, sabes que me estoy quedando muy solo. Lo sé, me gustaría quedarme por mis hijos y por ti; pero no puedo.

Sebastián piensa que no debe ser tan tonto de ponerse triste, que el tiempo que le da Elena es oro y debe aprovecharlo en todo momento.

¡Espera!, ¿lo sientes? – Sebastián para de pronto. ¿Qué es? – Elena se preocupa. Somos tu y yo caminando por la Plaza Mayor, ¿sientes lo rico que es el aire frío? Sí lo siento rico – Elena agarra la cara de Sebastián y lo acaricia como si fuera un niño; él cierra los ojos e intenta sentir con más intensidad ese momento.

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Elena se siente tonta, ha recordado que Lucía tiene veinte años.

¿Qué pasa? Que me has mentido otra vez. No te entiendo. Me dijiste que nunca me mentirías y lo has hecho otra vez – Sebastián no le mentía desde hace mucho, pero no podía decirle para quién era el bolso. ¿De qué hablas? Lucía tiene 21 años.

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¿Ya no quieres ir a casa? Te amo, pero sabes que el amor no puede vivir sin confianza. Yo también te amo, a Elizabeth la estoy olvidando, tú me ayudas mucho. Me voy el martes. Elizabeth ya se fue de mi vida. La verás nuevamente. Solo quiero despedirme de una manera especial. Sebastián, no es por mí, es por ti. Ella se lo merece. La verdad sí, ella se lo merece, es tan linda y joven; tiene tu amor y eso dice mucho, eso dice que ella se lo merece.

Sebastián se ve como un niño, tiene los labios bien pegados y los ojos lo más abiertos, está parado frente a Elena como un soldadito.

Te juro que ya no la amo, ahora solo la quiero como mi amiga que es – lo dice con una voz de niño asustado. 

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