Saturday, May 30, 2015

Me odias

Me odias
Porque no puedo atenderte
Con la rapidez de tus requerimientos
Porque estoy cansado
Porque no soy fuerte.
Porque no tengo más disponibilidad
De lo que mis fuerzas te dan.
Me odias
Porque no puedo escribirte poemas
Y no lo puedo hacer
Porque se han consumido mis ideas
En satisfacer tus necesidades.
Sé que me odias
Porque no me amas
Solo quieres mis servicios
Y aún así yo sigo a tu lado

Aunque sé que me odias.

Wednesday, May 27, 2015

Sueña y duerme


Sale del colegio, toma una combi hasta la esquina de su casa. Es un día templado, no se asomó el sol; este clima le pone pensativo. Piensa en lo que ha de estar haciendo Elena, quizás en su trabajo, quizás en su casa con los niños.

Llegó a su casa, se quita la ropa y la coloca encima de la silla que tiene cerca.  Se pone en frente del espejo, se siente gordo – en verdad se siente gordo -, quisiera ser más delgado y alto; no le gustan sus cachetes y tampoco su abdomen que contabiliza unidades de grasa de hamburguesas.

Prende la música para escuchar música, algo suave para este ambiente tan pesado. Se pone en la ducha, hace frío pero tiene que aguantar; sería bueno tener una terma, pero cuánto costará una. Se echa un champú para la caída de cabello que su hermana le recomendó, se jabona prolijamente y deja que el agua le caiga por largo tiempo, pensando en que se debería detener el mundo justo cuando está así.

Toma la toalla, se seca y con más cuidado el cabello que se irá a la cama. Son las cuatro; apaga la computadora, cierra las cortinas y apaga las luces.

Se mete desnudo en su lecho, le gusta sentir la colcha – de presumibles plumas arrancadas a infelices gansos – en su cuerpo desnudo recién bañado.

Duerme, duerme y sueña. 

Thursday, May 21, 2015

Emoliente

Sebastián está muy cansado, ha sido un día “bárbaro” – como dice la tía Olga – o “Maldito” – como dice el tío Juan. Se levantó tarde, pero igual se bañó y se fue al colegio sin tomar desayuno. Tuvo una discusión con su coordinadora, quién le ha dado más tareas y responsabilidades. Llegó a las tres a casa de su madre para comer, pero ella había hecho lentejas – comida que no le gusta – y por eso solo frió un huevo para servírselo con arroz.

Estuvo en su habitación hasta las nueve y cincuenta elaborando un trabajo de su curso de “Metodología”, mientras lo hacía, Willy le estuvo llamando preocupado por si llegaba o no – el trabajo es grupal. Terminó los cuadros y salió corriendo, ya no le quedó tiempo para tomar su segundo baño, ni para lavarse la cara. Salió hasta Chinchaysuyo y paró un colectivo, tuvo suerte, en éste iba una hermosa mujer que estaba coqueteándole al taxista y le pidió que “porfavorcito, vaya más rápido que le urgía llegar pronto”, así que fácilmente se hizo la carrera en quince minutos hasta Canto Rey.

Bajó apresurado, corrió la avenida El Bosque, llegó a la universidad, subió los seis pisos y encontró sola a la profesora. Está muy cansado, sudando, se siente muy mal pero también con cierto alivio de ver a la profesora y que al menos le podrá dar su trabajo. Quizás sus compañeros ya se fueron y él le toca – como casi siempre le ha tocado – estar solo, se alucina estando como en una película, un salón tan grande, frío, monocromo con sillas azules y solo frente a una juez implacable que seguro le criticará de por qué no llegó para el examen, y que encima llega a las justas con ese trabajo.

Profesora, discúlpeme; mis compañeros me enviaron su parte el fin de semana pero no pude hacerlo porque tenía muchas tareas y hoy recién terminé con unos detalles, sobre todo lo de la matriz. No has dado tu examen. Eso no importa ahora, me era más importante tener el trabajo, no quiero que piense que soy un irresponsable. A ver, enséñame qué has trabajado. Aquí tiene, mire, la matriz lo hice en cuatro hojas y lo pegué porque no salía en una hoja. Bien hecho, eso está bien; pero aquí has redundado con el tipo de diseño. Es que tenía dos autores, y uno decía diseño y otro decía nivel, y como usted puso las dos categorías yo pensé en usar a estos autores para que no me faltara nada. Cuando hablo del nivel, me estoy refiriendo si es básico o aplicativo; no hace falta este otro autor, trabaja solo con Carrasco. Está bien, aquí está el trabajo, hicimos treinta páginas – le va mostrando las partes del trabajo -, no sabía qué número ponerle al Marco Conceptual porque en la guía de productos no está enumerado. Es que tiene que ser seguido de la introducción, pero está bien, has hecho algo bueno, voy a revisarlo con más calma y ya les califico después. Gracias profesora, y disculpe nuevamente que llegue a estas horas. ¿Tú eres profesor verdad? Sí. La próxima semana veremos lo de tu práctica. Gracias profesora – Sebastián sale contento.

Tiene hambre, está sudando, llega a las escaleras y encuentra a su grupo de estudio. Ellos le habían esperado y no se dio cuenta cuando subió, estuvieron allí. Quizás pensó que ellos lo habían abandonado, pero no estuvieron allí, claro que era que ellos necesitaban estar allí, pero tampoco estaban en la obligación de esperarle tanto tiempo, eso le confortó a Sebastián. Bajaron, conversaron sobre los temas. Willy le dio cinco soles en retribución por lo que habría gastado en el colectivo; Adelaida le preguntó sobre el trabajo y  si podía enviar la copia al grupo para que todos tuvieran.

No, no lo voy a pasar, porque es un trabajo que fácilmente podría venderse. Yo lo tendré –. ¿Pero cómo vamos a estudiar? Yo les explicaré. Pero al menos pásanos la matriz. Está bien, les pondré la matriz, además falta que la profesora nos califique.

Adelaida se molestó, se notó su incomodidad al igual que a Laura, la señora Rebeca no le tomó importancia – a ella le parece justo ya que Sebastián hizo la mayor parte del trabajo.

Sebastián llega a la esquina entre Pirámide del Sol y Chimú, se acerca al emolientero y lo ve dormitando.

Don. Sí – se despierta asustado -, joven, ¿cómo está? Don, se me está durmiendo, es mejor que ya se vaya a casa. No, aún me falta media horita más para terminar. Bueno, sírvame un emoliente para llevar. ¿Tibio o caliente? Tibio, don; ¿usted dónde vive? Vivo en Santa Clara. Wow, y hasta allá se va ir. Hay carro hasta tarde. Seguro – recibe la bolsita con el emoliente y paga -, muchas gracias. A usted joven.

En el trayecto, recuerda a Chavito – su perro – que ha sido golpeado por unos salvajes y se indigna que exista gente así; y que por otro lado existe gente como el señor emolientero que se gana la vida a costa de mucho sacrificio. Piensa también en sus compañeros, todos ellos son trabajadores, y a pesar que cuentan con menos tiempo que lo que él tiene – su trabajo de profesor le da tiempo para hacer sus lecturas y estar más pendiente en la universidad; trabaja medio turno -, enviaron lo que les pidió y por ellos también pudo terminar el trabajo. El trabajo no es solo tuyo, ellos también hicieron su parte; reflexiona que es injusto privarles del documento, que lo mejor será que se los pase.

Tiene hambre, dormirá sin comer nada; prende su pc; mira facebook y les envía a sus compañeros el siguiente mensaje con los archivos adjuntos:

“Estimados socios,
Es muy egoísta de mi parte privarles del trabajo que hemos hecho, puesto que éste contiene el aporte de los 5 (la señora Rebeca, también mandó su información). Discúlpenme por haberlos puesto en esa situación incómoda de negárselos. Aquí les entrego los documentos, confío en que no lo harán circular – como corresponde.

Atentamente, YO”.

Sunday, May 17, 2015

Tus ojos y los de ella

Te sigo esperando Elena.
Me gustan tus ojos, sobre todo cuando los cierras, porque veo el rosado color de tus párpados. Tus ojos grandes, me gustan. Pero me enamoran los tan bellos ojos de Elena, hermosos ojos negros con naturales pestañas risadas.

Gracias por tu mirada reilona que le roba sonrisas a mi alma triste; Elena tiene una mirada misteriosa, que me deja expectante por el futuro que no es el nuestro.

Gentileza de tu parte, acompañarme en esta hora de mi soledad; cuando ella me dejó, ahora que la vuelvo amar. 

Sunday, May 10, 2015

Patología del amor

Henry no quiere hacer el friso para su madre.

¿Y por qué no lo vas hacer? Porque no tengo mamá. ¿Con quién vives? Con mi papá. ¿Y quién cocina? Mi papá. ¿Quién lava la ropa? – la profesora busca un modelo de madre entre la parentela del niño Arana. Mi papá, mi papá se levanta muy temprano y cocina, nos levanta para ir al colegio y llega eso de las seis para ayudarnos con las tareas. Entonces, debes hacer el friso para tu padre, porque es padre y madre para ti.

****** 
¿Arana vas a participar en la canasta? No. Pero el profesor Rivas dice que todos deben participar. Pero yo no tengo mamá, ni modo que mi papá venga a recoger su canasta. ¿Y por qué no? – Gisella le anima.

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Vamos hacer una comida para las madres, son quince soles por persona; con ese dinero nos alcanza para dos platos, uno para tu madre y otro para el hijo; Gisella está cobrando.

Mi papá no va venir, le va dar vergüenza. La mayoría de papás están viniendo porque ellos están organizando el agasajo a las madres, así que tu papá no se va sentir incómodo; el señor Zavaleta estará con los miembros del comité y allí hay papás. Está bien voy a preguntarle a mi papá si quiere venir. 

*******  
Hijo, ¿cuándo va ser la celebración por el día de las madres? – el Sr. Arana está tosiendo. ¿Para qué? Para decirle a tu mamá que venga. No quiero que venga. Hijo cómo dices eso, tienes que acercarte más a tu madre; cuando yo no esté, quien te va a tener es ella. No quiero a esa mujer, ella ha dejado de ser mi madre hace mucho. Es tu madre y eso no lo puedes cambiar, mis problemas con ella son solo entre ella y yo. Pues no parece, tú eres quien se quedó con nosotros, ella se fue; si tú te hubieses ido no habría ningún problema, tú eres el papá, pudiste haber tenido una amante, una nueva familia, eso no importaría, eso sucede en montones; ¡¿pero que se vaya una madre?!, eso no es natural, no corresponde a la actitud de una madre.

*******
Odio su risa. Risa que tú has heredado; no hagas problemas, solo hazte el huevón pendejo; si ella quiere, que venga, pídele dinero, ¿no dices que tiene plata?; yo sé que a tu viejo no le alcanza, tú pídele nomás, y si tienes que darle un beso, mientras te dé plata, dáselo nomás.

Henry tiene una profunda desilusión, tiene angustia cada vez que viene el segundo domingo de mayo.

Lo mejor sería volver a las entrañas de mi madre y no salir de ella sino hasta cuando ella muera, porque acaso no ha sido que esa mujer que me dio la vida también me la está destruyendo; piensa.

No estoy loco, estoy solo

"El intento de apaciguar a Aquiles y
que participe nuevamente en la guerra"
Grabado basado en la composión de John Flaxman
Fotogarfía tomada por mí en la exposición del IPCNA
Henry entierra a Sebastián, y luego de terminar le pisa el cuerpo y hecha tierra en la cara; Sebastián grita disimulando un intenso dolor que hace que su amigo se carcajee.

Ha llegado el momento de despedirme. No te vayas Henry, es muy peligroso. Lo sé, pero no me queda otra cosa, en verdad ayer pensé en no ir; Elena y yo nos la pasamos llorando hasta las dos de la madrugada. ¿Entonces no te vas? Mis papeles ya están hechos y hemos entregado una parte del dinero, si doy marcha atrás no me lo devolverán y tendría una deuda impagable con mi tía. 

Prométeme que volverás y no te olvidarás de tu amigo. Quiero que me atrapen los de migraciones en México y me regresen, así no tendría que pgar nada y me regresarían al Perú. Entonces oraré a Dios por eso. No, no hagas eso, si llego a Estados Unidos podré ganar mucho dinero y así mejorar mi situación; ahora me es más difícil porque Elena tiene que cuidar a su madre que está enferma.

***** 
Sebastián fue temprano a despedirse de su amigo. Elena les sirve un buen desayuno, pero nadie quiere comer, solo comen un pan y toman algo de avena. Nadie sabía que decir, Elena intentaba iniciar una conversación amena, Henry pensaba que en cualquier momento iba a llorar y, Sebastián pensaba si debía abrazar a su amigo al despedirlo – cosa que no había hecho nunca.

Entonces, Sebastián coge el cuchillo, mira fijamente a Henry, quien se asusta pensando que su amigo hará una locura; así que agarra lo primero que encuentra – una banana del cesto de frutas que Elena había servido y se pone en pies.

Piensa bien lo que vas hacer – Henry amenaza con el plátano al loco. ¿Y qué podría hacer con este cuchillo si no es untar mi pan con mantequilla. Debes estar loco. No estoy loco, estoy solo – esto le hizo moverse a Henry. 

Saturday, May 9, 2015

Afan de volar

"Las Horas sueltan los caballos del carruaje"
Grabado basado en la composión de John Flaxman
Fotogarfía tomada por mí en la exposición del IPCNA
Camila se levanta muy temprano para cambiar a su hija, hacerle desayunar y llevarla al colegio. Recuerda que los primeros años de la pequeña fueron los mejores de su relación familiar ya que su marido estaba muy amoroso con ella; Jhonnatan llevaba a la niña a estudiar y se sentía tan orgullosa de él.

Sí, era borrachoso, tenía sus arranques y le había engañado; pero en esa época ella era la señora y su familia la respetaba porque era la madre abnegada, que tenía la casa bien hecha, que cuidaba a las niñas. Sufría por el maltratado de Jhonnatan, por sus golpes e insultos; pero ahora sufre porque piensa que es la única culpable de que su familia no esté en pie.

Recuerda a su madre, ella soportó todos los golpes de su padre, su padre también fue mujeriego y borracho, pero pasó el tiempo y él asentó cabeza y ahora los viejos son un ejemplo de matrimonio consolidado. Toda la familia tenía esa expectativa de ella, sus hermanos siempre la vieron como ejemplo y ahora ese ejemplo se ha desdibujado con la aparición de Henry.

¿Qué es Henry para ella? El amigo de su esposo, su amante, el que la saca todas las noches para ir a un hotel de mala muerte y hacer el amor, amor que le es placentero por la hora que dura y que le deja una gran vergüenza.

Amor que, cuando se vengaba de Jhonnatan, le fue trance dionisiaco; cuando pensó que amaba a Henry, se convirtió en noble poesía y; ahora que no sabe qué siente por él, le es un compromiso rutinario.

Está en el afán de vivir, de pensar que no está haciendo nada malo, que sigue siendo buena, que si su prestigio como mujer está cuestionado porque está con un hombre casado siendo ella también casada, eso solo es apariencia, porque tanto el matrimonio de ella como el de Henry ya estaban acabados cuando se conocieron. Pero su psique se burla de ella, la atormenta, no le deja creer por completo, le dice que es mala al exponer a sus hijas a un hombre que recién conoce y que le trae más conflictos.

Y estos cuestionamientos le han venido de pronto, no están relacionados con las últimas discusiones que ha sostenido con Jhonnatan, quien le sigue rogando para regresar e intentar superar lo acontecido; este tormento comenzó un día en que sintió poco al estar con Henry; cuando al hacer el amor, solo le fue gracioso y nada excitante. 

Thursday, May 7, 2015

Afán de vivir

Sebastián se levanta, son las 10 am, estuvo tomando hasta las tres, se quedó en la habitación de su amigo. Su madre le timbra – Nella usa el celular de su esposo.

Hola mamá, ¿qué sucede? Sebastián, ¿puedes venir temprano?, tu papá ha salido y no sé quien va recoger a la bebe. Mamá, no puedo, recién voy a salir a trabajar, hoy me toca a partir de la una hasta las cuatro, al menos que la recoja antes de la una. Ya pues hijito, te vienes. Llego a las doce, cosa que almuerzo antes de ir a trabajar.

Sebastián se incorpora, ve a Henry tirado en la cama con los zapatos puestos así que decide quitárselos para que se acomode mejor; Henry se levanta, se toma de la cabeza, llora y golpea la pared. Sebastián le pide que se calme, que duerma; pero su amigo no le hace caso y lo empuja para que le deje en paz. Henry se acerca a la mesa donde están los platos, recuerda que esos platos son de Camila, llora y tira la mesa.

¡Carajo!, ¡qué tienes!, ¡quieres que te boten! No me importa, ya no me importa nada; esa mierda se cagó conmigo; ahora sí que la voy a mandar a la mierda. Deja de hablar así, duerme, luego que hayas descansado pensarás mejor las cosas. Llámala, quiero saber dónde está. No tengo saldo. Sí tienes, llámala. No tengo saldo, no me entiendes, te digo que no tengo saldo. Sabes que siempre me hace esto, siempre me deja así; primero son sus hijas, primero sus tíos, sus hermanas, sus amigas y yo, Henry siempre es después. Ya lo conversarás con ella; era muy tarde y tenía que irse. Pero por qué se fue así, no tenía que irse así; esa mierda siempre me deja así, no podía decir que necesitaba irse; yo siempre la he dejado en su casa, por qué tenía que irse. No sé, quizás tenía que hacer algo, tienes que conversar con ella.

Henry empuja a Sebastián contra la pared y le pide que se vaya.

Vete y no vuelvas, soy una mierda y me merezco lo que tengo. No jodas Negro, amigo ya fue, descansa; mañana me voy a reír de todo lo mal que te estás portando. No amigo – Henry le abraza como pidiéndole perdón -, yo soy malo; te hice mucho daño y peor fue lo que le hice a Elena. Ya pasó, ella ya te perdonó. Tú no sabes, ella nunca podrá perdonarme algo que le hice. Pues estoy seguro que si no lo olvida, al menos ya te perdonó – Sebastián no quiere saber qué es lo que hizo Henry, piensa que lo que le va contar su amigo será algo tan terrible que hará que lo odie. ¿Y tú me perdonarás? Déjate de huevadas Negro, ya pasó, yo soy tu hermano. Vete, déjame voy a estar bien.

Henry abraza a su amigo nuevamente y le dice que le quiere; a Sebastián se le inunda los ojos al verlo así. Sebastián sale del cuarto preocupado por lo que pueda hacer Henry.

***** 
Llega a su habitación, se quita la ropa, se ve en el espejo y se concentra unos segundos en su rostro estresado, se mete a la ducha.

Va al nido de su sobrina, pide a la profesora para llevársela y sale con la niña, quien le hace una serie de preguntas inocentes. Él le responde con pocas ganas, pero igual trata de darle un razonamiento dirigible para la pequeña. Piensa en qué es lo que hizo Henry, y por qué Camila le ha dejado; se preocupa por lo que vaya hacer su amigo, decide timbrarle; pero Henry tiene el celular apagado.

*****  
Deja a la niña, no almuerza porque es muy tarde; así que se va al colegio. La directora le saluda con el gesto de “otra vez llegaste tarde”, y él, buenas tardes miss, con una amplia sonrisa.

Explica sobre el crecimiento económico y todo lo ve sombrío; piensa en las crisis económicas, en las reformas estructurales necesarias en salud, justicia y educación; que la economía mundial está en crisis; no ve nada positivo. Sus alumnos le escuchan y piensan que su profesor está más realista que nunca.

***** 
Sale muy cansado, camina por el parque y piensa que su melancolía es producto del alcohol; siente que la vida no tiene sentido; está cansado, tiene que ir a la universidad a dar un examen, pero también debe preparar un informe. Quiere dormir, pero debe seguir despierto. 

Wednesday, May 6, 2015

El amor de los amantes

Ella le coge el brazo, le besa. Él hincha el pecho orgulloso porque tiene una mujer hermosa que le ama. Están contentos, festejan el cumpleaños de Freddy.

Entran a un hotel, Freddy se siente incómodo, él hace mucho que no va a un hotel, pero ahora no tiene donde amar a Elena. Ella no tiene mayor miramiento, no es una chiquilla ingenua; sabe qué es lo que quiere y se entregará como hubiese querido hacerlo con Sebastián.

Él la besa, ella responde; se quitan la ropa apresuradamente. Freddy no se quita las medias, no le gustaría que Elena vea sus pies deformes por el descuido que tuvo en su trabajo; para ella le parece gracioso verlo con medias de figuras geométricas que parecen hechas para niño. Freddy mira los pies de Elena, los cuales son perfectos, los agarra, huele, besa y luego abraza como si tuviera un pequeño ser a quien amar. Freddy se queda así a los pies de su reina.

Elena se sienta y juega con los cabellos de su amante, recuerda los cabellos ensortijados de Henry y cómo éste se burlaba de los cabellos trinchudos de Sebastián. Freddy tiene
hebras amigables, pero más le llama la atención la vellosidad de su pecho y espalda, coge algunos pelos haciendo remolino con el índice.

Freddy se incorpora y la besa efusivamente, se hace el gracioso y la empuja para que caiga de espaldas, Elena le coge del cuello y caen ambos entregándose a la dinámica de un va y viene de la pelvis.

Para Elena el mejor sexo lo ha tenido con Freddy, tiene una anatomía más generosa que Henry y Sebastián – no puede evitar de hacer las comparaciones -, pero como toda mujer sabe que no es importante el tamaño, se dice que la ventaja comparativa de Freddy es su rendimiento. Además, está que ahora no se limita a esperar todo de su pareja, ella se entrega con más libertad.

Un impertinente amigo timbra el celular de Freddy, él lo coge, solo mira quién es y luego cancela la llamada y se entrega a su faena. El celular de Elena también suena, ella coge y ve que es el amigo de Freddy.

Primer amor, no se olvida

Definitivamente, he mentido todo este tiempo; he mentido al decir que no te amaba. Elena, te sigo amando y eso no va cambiar.

Hace poco encontré un cuaderno rojo, era uno de los primeros de la Cantuta, en él había escrito muchas veces tu nombre con cursis versos. Recordé esa época, de los paseos, de la vida en la iglesia, de tus proyectos y los míos, que por supuesto, no se cruzaban para nada: tú por tu lado – junto a tu familia – y yo por el mío.

He cometido muchas torpezas, por favor perdóname esta última. Pasa el tiempo, y sigues siendo increíblemente bella.

Lo que me contaste, lo guardaré. Al llorar juntos por la infeliz decisión que no fue tuya, y acariciarnos – tú fraternalmente  y yo con las ganas de amarte – me di cuenta que no voy a poder olvidar mi amor por ti. Si eso te choca, si te jode como me lo decías antes; perdóname, no voy a pretender nada más, ya soy grande, ahora solo me toca trabajar y estudiar, ya no estoy para seguir un amor adolescente que nunca pudo ser. 

Friday, May 1, 2015

El mejor profesor

"Lucha entre Ayax y Héctor"
Grabado basado en la composión de John Flaxman
Fotogarfía tomada por mí en la exposición del IPCNA
Sebastián baja para Evitamiento - fue a comprar un libro de Metodología para su amiga – y ve al profesor Santiago Sandoval.

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Santiago Sandoval fue mi profesor de “Seminario de Investigación Histórica”, el curso con que más he sufrido. Gracias al profesor Sandoval, leí más de lo que lo había hecho en los ciclos que había transcurrido en La Cantuta. Recuerdo que para el trabajo final, armó una mesa de jurado con dos amigos suyos y a cada estudiante nos hizo exponer veinte minutos, luego cada docente hacía una pregunta y criticaba al expositor.  

El día que me tocó exponer, también – en suerte, el profesor lo elegía ese mismo día – expusieron Yudith – quien parece y no hizo bien su trabajo, el profesor Sandoval la criticó mucho-, Silvana – con quien el profesor fue benevolente porque creo que tuvo que ser más ácida con ella, no era mi amiga y poco aprecio la tenía porque era muy presumida -, Arturo – quien llegó en último momento y el profesor le hizo añicos, prácticamente lo mandó al banquillo de los jalados. Conmigo el profesor fue justo, me hizo las críticas insalvables, pero también me felicitó porque había leído los textos que me recomendó; además de revisar los periódicos del siglo XIX.

Le decíamos King Kong, porque al igual que la bestia de Peter Jackson, era muy grande y te trataba como a un juguete, como si fueras algo ínfimo. Pero aún así lo considero como el mejor docente que he tenido, cuando hacía sus clases era un dios, no solo datos, era ingenioso, crítico; y finalizado su clase, si no todos, la mayoría salíamos pensando que no habíamos leído lo suficiente.

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Sebastián quisiera darle el alcance a su profesor y saludarle, preguntarle si sigue dictando en La Cantuta; que cómo está su amigo, el profesor Carlos Lexuss – un arqueólogo que también le enseñó -, pero piensa que el profesor Sandoval ni siquiera se recordará de él y además por lo que siempre para renegando, quizás y sea una mala idea.