Saturday, February 21, 2015

En el día del amor

La clase pasa rápido, además la última hora aprovecharon para tener un compartir por el día de la amistad. Mario toma algunas fotografías a sus compañeros de inglés y hacen un brindis con Inka Cola por el amor y la amistad.

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Llega cansado a casa, no ha comido nada más que un pedazo de pizza en el camino, pero está tan cansado que no va a la casa de su madre para almorzar, toma una ducha y se acuesta a dormir.
Después de una hora suena el timbre, es Henry.

Negro, ¿cómo estás? Bien, hice jugo y quería invitarte, le invité un vaso a tu viejo. Ha bacan, entonces paso por tu cuarto. Ya pues.

Mario ya está descansado, se viste y va hacia su casa, allí está viviendo ahora su amigo. Antes de subir al cuarto de Henry entra donde su madre.

Mamita, qué has hecho de comer. ¿A estas horas vienes?, hay puré con asado. Qué rico mami, pero solo preguntaba, porque ya comí en la calle; es que hoy tengo inglés y salgo muy tarde. Ya te serví, pero ya será para tu noche. Gracias mamita, voy a estar arriba, voy a ver al Negro.

Mario sube al cuarto piso, encuentra a Henry leyendo un libro de naturistas que él le ha regalado.

Y Negro, qué tal el día de San Valentino – Mario dice San Valentino porque le suena gracioso -, tranquilo, más rato voy a salir con Camila, ¿te gustará la manzana?, es un jugo helado de manzana. A ver – Mario prueba y le gusta -, está riquísimo Negro, te pasaste; y ¿te acostumbras o no a vivir aquí? Sí, no está mal, aunque a veces extraño el sofá de mi mamá. Seguro, uno también se puede acostumbrar a las malas condiciones.

Henry pone una película full mecha, como él lo llama, Mario se recuerda que Julio también le gusta el género acción y que también lo llama así: “full mecha”.

Después de media hora, suena el celular de Henry, es Camila.

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Melissa aprovecha que su padre está atendiendo a un paciente y escribe un correo:
“No me siento bien para hablarte, no lo quiero hacer, espero lo entiendas, siempre me pediste la sinceridad ante todo.

Deseo estar un tiempo alejada para aliviar mi estrés, estoy cansada y quiero evitar tener más angustia. He pensando bien mis palabras antes de decirte algo porque se que no lo tomaras a bien y siempre saldrán a la luz tus prejuicios, no me considero una mujer perfecta, pero yo si decido hacer algo lo hago pensando en ti y en mi.

Amor que nunca fue amor libre.”

Melissa presiona y piensa que tuvo que haberle dicho algo por el día del amor y agradecer por los mariachis y las flores, pero ya no cree conveniente enviar otro mensaje.

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Bueno, ya me voy con Camila. Ya pues, ¿te vas para la Chimú? Sí, vamos por allí.

Mario y Henry caminan convesando rumbo a la Gran Chimú.

¿Y no ibas a salir con la Reina? No, ella está de viaje. ¿No te llamó Elena? No, no me llama desde el año pasado, ¿tú la has visto? No, está en Arequipa… ¿y qué hay de Elizabeth? No sé nada de ella. ¿Y por el día del amor no te gustaría llamarla? Cuánto quisiera, pero no tiene sentido, sí a ella no le intereso en lo más mínimo. ¿Qué vas hacer ahora? Voy a leer un libro sobre “Legítima Defensa” para elaborar un ensayo que me pidió un compañero, me estoy recurseando de esa manera.

Los amigos se despiden de mano, a pesar que Henry ahora tiene un lugar más cómodo para estar y está al lado de Camila, Mario lo ve con un aire triste, debe ser por los niños, por Elena, debe ser porque Henry siempre ha tenido una expresión así.

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Matías está en su casa, viendo las fotos de Melissa, pendiente de algún mensaje y observa su cuenta de e-mail y lee.

Se pone a pensar, se levanta, camina furioso, porque no sabe qué pasa con ella, piensa que quizás está con otro, que quizás le ha mentido ella y no ha sido su traición lo que la alejó. Matías escribe:

“Ayer no pude dormir bien porque estaba preocupado por ti, espero que te sientas mejor, me siento muy triste pensándote mucho, te amo muchísimo, nunca dudes de eso, te adoro más que a cualquier cosa en esta vida, eres mi vida, no podría seguir mi camino sin ti, tu eres todo para mi, mi apoyo, mi sonrisa, mi sueño, mi fantasía, mi cielo, mi universo, mi amor, te amo Melissa.

Si me pides que vaya a tu encuentro lo hago, hoy estaré aquí en mi casa esperando tu comunicación, por favor dame otra oportunidad y te prometo que esta vez no voy a fallar.”

Matías suspira al presionar enviar, espera respuesta. Pasan los minutos, él envió el mensaje a las dos y treinta y ya son las dos y cuarenta, será que no responderá; o quizás está alistándose para salir de su trabajo. Matías no soporta esperar, toma su celular y busca el número de Melissa, pero recuerda que ella ha bloqueado su celular, o quizás ha cambiado de número.

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Mario llega a su habitación, pasa con una media que no tiene par por los muebles para limpiarlos del polvo. Se pone a barrer su cuarto y sale para barrer las escaleras. Toma nuevamente un baño, y se pone a leer en la mesa que tiene cerca a la ventana.

Mario hace un mapa conceptual del tema, y prefiere colocarlo en su blogger “El Coloso Solitario”. Suena su celular, es Elena.

Hola Mario. Hola Elena, qué gusto que me llames. Quería saludarte por el día de la amistad. Sí, hasta yo he sido enajenado con este día y quiero que alguien me salude. ¿Qué estás haciendo? Estoy en internet, haciendo un post para mi blogger y también conversaba con un amigo de la universidad; hace un rato fui a ver a Henry. Quería proponerte algo, voy a ir a Lima esta semana, tendré una quincena libre para poder estar con los niños antes que comiencen las clases, y pensé que podrías proponerme algo para visitar. Sería bacán, ¿pero quieres estar en Lima o salir? Pues no sé, quizás salir. Qué tal Churín, hace mucho que quiero conocer y podríamos ir para allá. Está bien, y no te preocupes por el costo yo te invito. No, yo pago lo mío, no te preocupes. Ay, espero que el gordo no tenga problemas con el viaje, que nunca ha salido a la sierra. No creo, él es tan fuerte como Henry, más bien soy yo de quien te debes preocupar, porque recordarás que para los viajes soy un poco cobarde. Sí, claro que lo recuerdo…

Mario se contenta por la conversación y proyecto de salir junto con Elena, quizás ya no la ame, pero la quiere mucho. Se echa en la cama, abraza una de sus almohadas y recuerda que tiene dos porque justamente eso le pidió Elena. Quizás no tenga éxito en el amor, pero tiene gente importante a quien quiere: su madre, padre, hermanas, el tío Lobo y amigos como Elena y Henry. 

Wednesday, February 18, 2015

El paciente de confianza

Mario se levanta tarde, se loguea en Facebook, mira los mensajes y responde a Luiz.

Oe Luiz, estoy full amigo, estoy en mi curso de Actualización de Historia y además llevo clases de inglés los sábados y domingos; ya nos veremos la próxima semana para echarnos unas aguas, feliz día de la amistad.

Pone música – Lemon Tree –, se quita la ropa rápidamente, lo va colocando en su tacho y se va a la ducha. Siente el agua tibia, es una sensación excitante, pero está apurado, tiene que ir al Colegio a firmar contrato y luego al dentista por lo de la endodoncia, para finalmente ir a su curso de inglés en Azcarrunz.

Es el día del amor y piensa que podría animarse a escribirle algo a Elizabeth, quizás un cuento como se lo dedicó a Elena hace mucho atrás; luego lo piensa mejor y se dice que Elizabeth no tiene la sensibilidad de Elena, que mejor no le escribe nada. Sale de la ducha, se pone jeans, sandalias, una camisa y un sombrero norteño. No le interesa qué puede pensar la directora, además ya tiene trabajando 3 años en ese colegio y todos saben que es estrafalario para vestirse.

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Hola mamita. Papito, ¿te sirvo avena? Sí por favor mamá, ¿pan con qué tienes? Hay queso fresco y suizo que ha comprado tu papá de la vecina Cajamarquina. Entonces comeré queso suizo. ¿Ya estás mejor papito? Sí mami, ahora voy al colegio a firmar contrato y luego al odontólogo. ¿Te alcanza? Mi odontólogo me ha dado la alternativa de pagarle una mitad ahora y la otra a fin de mes. Entonces, ¿te alcanza? Sí mami, no te preocupes.

Mario toma la avena y se sirve 3 panes integrales con queso. Se va al cuarto de su madre, quien se ha puesto a ver un programa farandulero.

Pero viejita, cómo vas a estar viendo eso. Es lo único que me entretiene. Pero eso es basura, hasta van hacer una protesta para que ya  no se transmita ese tipo de programas. Todos tenemos distinto gusto. Ay mamita, pero si tienes cable, puedes ver otros animales. No me digas que es lo que tengo que ver. Bueno, te voy a traer en la noche un video, mejor.

Mario termina, se lava los dientes – lleva consigo su cepillo – y se despide de su madre.

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Suena el celular.

Alexander, ¿qué es de tu vida ingrato? Hola Mario, nada que estoy llevando un curso de adelanto. ¿Qué curso? Redacción. Cómo que de adelanto, será de recuperación, ese curso es del segundo ciclo. Sí, es que me deshabilité. Y ahora que me necesitas te recuerdas de mí. No hermano, no te puede llamar antes porque estuve en Ecuador. Sí tú, pero dime, qué te han pedido. Un ensayo sobre la “Legítima Defensa”. Ya, sacando mis cálculos, no habiéndome regalado nada por navidad, sin saludo de año nuevo ni nada, será 80 soles. No te pases hermano, ¿no puede ser algo menos? No, más bien debería ser algo más. Pero yo te voy a dar los libros, tengo la bibliografía. Está bien, 60 nada menos. Listo, mañana te paso los libros. Ya pues así quedamos, feliz día de la amistad. Feliz día.

Mario entra a la dirección, la secretaria le atiende.

La directora te dejó el contrato para que lo firmes, ella ya lo firmó. ¿Qué no está? – Mario se siente ofendido. No, tuvo que salir por una urgencia, me pidió que le de este documento, que lo firme y deje la copia, que aquí está su horario y además que como notará en el contrato aceptó su pedido de mejorarle el sueldo. Ah que bueno, entonces lo firmaré – firma haciendo un gesto gracioso como esperando que alguien le tome una fotografía -, ¿eso es todo? Sí profesor Rivas, esta es su copia, entonces estamos trabajando un año más aquí en el San Silvestre. Esperemos que las cosas nos vayan mejor que el año pasado. De seguro – la secretaria sonríe.

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¿Y cómo te ha ido? Mejor doctor, ya no me duele, pero no podré hoy porque tengo clases de inglés, viene para pedirle que me cambie de cita para el miércoles. Está bien. Muchas gracias doctor.
De pronto en la entrada de la clínica unos mariachis cantan “Qué linda está la mañana”, el doctor se molesta y le pide a su hija que no salga.

Qué sucede doctor. Es el enamorado de mi hija, ha peleado con ella y a éste chiquillo se le ocurre traerle mariachis aquí. Pero qué detalle doctor, eso dice mucho de los sentimientos del jovencito. Es un buen chico, pero con mi hija paran peleando de cualquier tontería, creo que deben tomarse su tiempo. ¿Entonces su hija no saldrá? No, ella está trabajando, esta no es su casa. Entonces qué va hacer, este espectáculo va espantar a los potenciales pacientes. Eso mismo digo, este chiquillo tonto piensa que puede ir con los  mariachis a todas partes. ¿Es que ya le llevó mariachis antes? Sí, para su cumpleaños y para un día que también se pelearon, creo que es mejicano. Puede ser, que es chato y cachetón – Mario piensa que esas son características del soma mexicano -, ¿quiere que los despida? Creo que si no sale nadie estará cantando por lo menos una hora, ¿me puedes hacer el favor de despedirlo? Claro doctor, yo hablaré con ese jovencito enamorado – Mario mira por la ventana y por un momento pensó que el jovencito era uno de sus estudiantes.

Baja las escaleras, se acerca a Matías y se presenta.

Hola Matías, soy Mario, paciente de confianza del doctor Ávalos. Buen día señor, he venido trayéndole estos mariachis a mi enamorada. Sí, pero ella está trabajando ahora y no podrá atenderte; el doctor pide que por favor te retires porque si no se va enojar y saldrá a discutir contigo y eso no quiere, menos aquí en la clínica que es su lugar de trabajo. Pero solo quiero hablar un rato con Melissa. Sí, pero Melissa, como te habrás dado cuenta no quiere conversar contigo, es mejor que esperes su llamada, su padre le ha llamado la atención porque ahora ella está trabajando y este no es el lugar para que le vengas a traer los charros. Es que me he comportado como un tonto y quería pedirle perdón. Pues, con todo el respeto – Mario pone cara de tonto – jovencito, estás portándote más tonto y la estás poniendo en una situación incómoda frente a su padre y a sus compañeros de trabajo. Tiene razón. ¿Entonces te irás? Está bien – el chico suspira -, pero usted me puede hacer un favor, tome esto – le da una rosa con una carta. ¿Para mí? – Mario se siente incómodo porque todo el mundo le ve cómo ese jovencito le da la rosa y ellos se encuentran rodeados por los mariachis. No, cómo cree, es para Melissa, por favor dígale que estaré esperando su llamada, que hoy es un día especial y que no quiero pasarla peleado con ella. Está bien, pero hazme un favor, claro si no es mucha molestia. ¿Qué? Podrías retirarte con los charros cantando. Buena idea.

Los mariachis cantan una de Vicente Fernández, Matías y ellos caminan hasta la esquina terminan su canción y se despiden. Mario sube al piso donde está el doctor y Melissa.

Bueno doctor, se fueron. Muchas gracias Mario. De nada doctor, esta rosa es para Melissa – Mario se lo entrega a la blanquiñosa. Gracias señor, usted ha sido muy amable con nosotros. Me pidió que te dijera, y disculpe doctor si le molesta, pero el jovencito Matías me dijo que esperaría tu llamada – se dirije a Melissa -, que no quiere que estén peleados este día tan especial. Gracias nuevamente señor.

Melissa se va a su escritorio, guarda la carta y se queda mirando la rosa. Mario se despide del doctor.

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Mario toca la puerta de la profesora Matilda, ella le mira molesta.

Why are you late? I’m sorry teacher, I had a personal problem.

La profesora le deja pasar, Mario se sienta al lado de Susana. 

Monday, February 9, 2015

Igualitas

1993.

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Maritza, Elena ha salido elegida la reina de la cuadra. ¿Qué? Sí, Elena va concursar para ser la reina de la cooperativa – La señora Rosita está muy contenta por su hija. ¿Y el señor estará de acuerdo? Claro, eso le ayudará en su personalidad, que la gente reconozca su belleza y simpatía le ayudará a su autoestima, el abuelo estará de acuerdo.

Maritza tiene una envidia por su hija, Elena tiene los padres que ella no tuvo, heredará la casa donde Maritza está alojada con sus hijos y reconocerán lo bella que es; cosa que a ella nunca le han reconocido a pesar que Elena es el vivo retrato de su madre. 

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¿Es cierto que vas a concursar para la reina de la cooperativa? – Maritza pregunta a Elena. Sí, mi mamá… Un momentito, entre tú y yo la señora Rosita no es tu mamá. Mi mamá Rosita quiere que participe, y además ya me eligieron. Está bien – Maritza acomoda los cabellos ensortijados de Elena -, seguro que ganas, no he visto una niña más hermosa en este distrito de mierda.

Elena está asustada, no quisiera participar, pero la señora Rosita le animó y ahora Maritza la acosará si es que no gana. Se siente sola, no tiene a nadie.


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¿Qué te pasa? – Elena está llorando. No te puedo decir. Cuéntame, te vas a sentir mejor si me cuentas, tiene que ver con Maritza, ¿verdad? – insiste Nancy. Algo, pero no es ella. Tienes que ser fuerte, ella no puede estar manipulando tu vida siempre. Te cuento si me prometes que no se lo vas a contar a nadie. Ya.

Elena se queda callada, lo piensa, hace un sonido con su boca que no puedo reproducir, y habla bajito.

Abusaron de mí. Sí, ¿cómo?, ¿quién? – Nancy se desencaja. Javier, la pareja de Maritza. ¿Cómo así? Ayer me quedé sola, mi mamá Rosita se llevó al abuelo hacer sus chequeos y Maritza salió con mis hermanos no sé a dónde, en la tarde llegó Javier. ¿Qué te hizo? Se acercó, me saludó de beso y eso me petrificó, me dijo que soy bonita y me tocó el brazo, me jaló a su lado y me besó en la boca. ¿Gritaste?, ¿lo golpeaste? No sabía qué hacer, yo le llamaba tío, Maritza siempre me ha hablado bien de él, es padre de mis hermanos; me llevó al cuarto de Maritza, me quitó la ropa y me violó – Elena cierra los ojos como si tuviera alguna molestia o cansancio, sus pestañas risadas están húmedas. ¿Era tu primera vez? Sí – Elena asienta con su cabeza, limpia su nariz -, ¿sabes lo que más me duele? ¿Qué? Que Maritza piensa que soy una cualquiera, que le he estado coqueteando y me ha dicho que no lo va a denunciar ni nada porque él es quien mantiene a sus hijos y me abofeteó. 

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Pero si es precioso señora Rosita, este vestido es hermoso. Sí, es un diseño francés, si la vieras a Elena, se ve tan linda. Gracias por ser tan buena con ella. ¿Y cómo no serlo con mi hija? – la señora Rosita se incomoda con el agradecimiento de Maritza. Sí señora – Maritza sonríe y piensa que la señora Rosita no solo no ha carecido de fertilidad sino también de belleza. ¿En qué piensas? En mis hijos. Piensas en que es evidente que Elena es tu hija y que todos lo saben; pero eso me tiene sin cuidado, porque ustedes se podrán parecer mucho físicamente, pero ella es otra persona.

Maritza se va a la cocina y le trae una infusión a la señora Rosita.

Ella es tan bella como tú – la señora llora -, no tuve que elegir a ella, pero era tan bonita la criatura, cómo negarme ayudarla. Señora, perdone mi torpeza, Elena es su hija y ella la reconoce así. Sé que solo te importa la casa, no podría negarme a dejarle lo que tengo a Elena, tú tampoco has sido mala conmigo así que no tengo ningún miramiento para que te quedes aquí con tus hijos y vivas como si yo no haya existido. Señora, no tengo ningún interés por su casa, si usted desea despedirme con mis hijos yo me iría, igual Elena es su hija y se quedará con usted. Tuviste que haberte ido hace mucho, cuando la niña crecía y se parecía más y más a ti, decirle que no tenías ninguna relación con ella era absurdo. Pero qué mal hice señora, solo he estado al lado de Elena porque usted me lo pidió, yo se la iba a dejar. Mi padre se está muriendo y yo tengo cáncer, Elena heredará la casa y lo conveniente es que se quede contigo para que la cuides porque aún es una niña… llama a Elena, quiero conversar con ella. 

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Y ella es Elena Santillana.

La gente aplaude mucho más fuerte, Elena siempre se ha ganado la simpatía de sus vecinos por lo linda y humilde que es y sobre todo por su sonrisa, que es un tic nervioso, pero que la hace ver inocentemente dulce.

Pero qué linda está esta niña. A la hija de Maritza. No digas cosas América. Hay por Dios Ana, mírala bien, si es el vivo retrato de su madre. Tienes razón, se le parece mucho. Ella va ganar.

Y la ganadora es la señorita Cristina Villareal.

La gente comienza a pifiar y luego a corear, estafa.

¿Cómo es posible que esa narizona haya ganado?, ¡estafa! Sí Elenita se llevaba de encuentro a todas estas chicas ¡estafa! Ya, vámonos que tampoco es gran cosa. Pero es injusto, seguro la familia Villareal ha pagado ¡estafa! Es la vara, ya era fijo que ganaba la Villareal, si el que está organizando el concurso es su tío, ¡estafa!

Mami que pena que Elena no haya ganado - Melisa mira a Elena y a su madre y se da cuenta del parecido. 

Es justo que haya ganado la Villareal, igual Elena tenía que ser descartada porque este concurso es para niñas, piensa maliciosamente Maritza. 


Wednesday, February 4, 2015

Sin éxito

El módulo te cuesta 335 soles, pero puedes pagarlos en partes. No, deseo pagarlo todo – Antonio cuenta con 400 en su tarjeta, prefiere gastarlo en estudiar el módulo de inglés antes de acabárselos. ¿Y cuándo comienzan las clases? Este sábado de 8 a 2. Perfecto, si lo pago hoy ¿me puede dar el libro hoy mismo? Sí, solo tienes que venir con tu boucher y lo canjeas con la señorita; también aprovechas en traer tu foto para tu carnet.

Antonio sale del Centro de Idiomas, toma un carro que le deja en Chimú y se dirige al BCP. Paga la cuenta que le generó la señorita y retira 50 soles para sus pasajes y comida de la semana, es lo único que tendrá, hasta marzo. Espera que la gente le llame para hacer ensayos o enseñar matemática, porque va estar misio todo febrero. Pasa por el consultorio de su odontólogo y como lo ve vacío decide pedirle que le revise.

¡Cómo está doctor! – Antonio sonríe y piensa que el doctor debe estar dándose cuenta de sus dientes amarillos. Hola Antonio, a los tiempos. Aquí aprovechando que paso para que me revise por favor. Por supuesto, ¿qué ha sido de tu vida?, ¿trabajando? Nada doctor, febrero y enero es de vagancia para mí, felizmente que siempre me sale para apoyar en algunos trabajos y siempre enseñando matemática, a propósito ¿cómo está su hija? Sí, está bien, quería que le enseñes matemática este mes, pero como salió bien me pidió que le matricule en el inglés y en natación. Ah está bien por ella.

El doctor revisa la dentadura de Antonio y le dice que tiene cuatro áreas con caries. Antonio se asusta, por lo que eso le ha significar en dinero.

¿Cuánto doctor? Mira, para ti… te voy a cobrar treinta soles por cada uno. Está bien doctor, pero ahora no tengo dinero, voy a volver la próxima semana. No te preocupes, si deseas te curo hoy uno y ya la semana me pagas. Por favor doctor, sería bueno el que está adelante. Está bien.

Abre fuerte – el doctor pone anestesia y comienza a eliminar la carié. Duele doctor. Espera, pondré más anestesia. No se le vaya a pasar – Antonio recuerda que el tío Lobo le contó sobre su odontólogo borracho que casi casi lo duerme de tanta anestesia. No te preocupes, este es algo suave nomás – el doctor continúa retirando las caries, pero Antonio se queja. Mira, le vamos a poner un empaste provisional, si sigue doliendo tendrá que hacerse una endodoncia. ¿Endodoncia?, pero… no doctor, no quiero hacerme una endodoncia ya  tengo tres de esas. Esperemos hasta el lunes. Asu, no quiero una endodoncia.

Antonio siente un pequeño dolorcito y piensa que de hecho se hará una endodoncia y lo peor es que no tiene dinero. Se dirige a la casa de su madre para almorzar.

Hola mamita. Antonio, dónde te has metido hijito, por qué no vienes a comer. Nada mamita salí con mis amigos y estoy dictando clases, pero estoy comiendo bien – hamburguesas y jugos. Siéntate hijito, te voy a servir.

 Antonio se siente triste y le da ganas de llorar, al ver a Nella flaquita y tan afanosa en atenderlo; piensa que él debería servirla y apoyarla con la casa. Va pasar el tiempo y Nella no podrá gozar de él, si es que alguna vez tiene algún éxito quizás sea demasiado tarde.

Mamita, he ido al odontólogo. Seguro tienes caries. Sí, me dijo que tenía tres caries, pero parece que en el diente de adelante me tendré que hacer una endodoncia, y no tengo dinero para pagar. Ay hijito, pero eso te pasa por estar gastando tu dinero y no guardar pan para mayo – Antonio se da cuenta que estamos en febrero. Es que me matriculé en un módulo de inglés justo para no gastar, no pensé que necesitaría. Pero debes pensar, primero es la salud hijito – Nella está media molesta.

Antonio come, Nella le pregunta cómo está su comida. Riquísimo mamita.

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Antonio discute con Keni.

O sea de un hombre sin éxito – Keni le responde a Antonio. Tendrías que definir qué es el éxito, cosa que es un ejercicio académico muy complicado para ti; se te quiere Keni y te deseo lo bueno; solo tú te darás cuenta de lo confundido que estás. Pues no creo, porque el confundido eres tú porque a tu edad no sabes que hacer para mejorar tu vida social, económica y intelectual – cacofonía de Keny -; y tienes que relacionarte con gente como yo y demás adefesios, para llegar a algo mínimo estable pes.

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Nella se va a su habitación y busca la cajita donde junta su dinero, retira dos billetes de cincuenta y se acerca a la mesa para entregárselos a su hijo.

Papito te voy a colaborar con 100 soles, es de las propinas que me dan tus hermanas. Gracias mamita, cuando me pagan te lo voy a pagar. No te preocupes, ahora le voy a decir a tu papá para ver si te puede colaborar. Ya mamita, gracias.

Antonio sale de su casa con un nudo en la garganta.