Tuesday, December 20, 2016

Luke y Savannah

¿Pero tú quieres ir? Sí, es lo que más quiero. ¿Por qué? – Savannah le mira extrañada. Es que es lo máximo, es un lugar donde eres libre, no hablo de libertinaje, mi madre me dice que allí puedes ser libre, puedes gritar en pleno corazón de NYC y nadie te va barrer con la mirada. Quieres decir que son unos bárbaros que les gusta gritar. No, claro que no, me refiero a que puedes gritar HOLAAAAA o decir TENGO HAMBRE – Luke está excitado -o lo que quieras y nada va pasar, nadie te va decir nada; si quieres puedes bailar en la calle, aquí también puedes bailar y gritar, pero si lo haces la gente te va mirar, van a comenzar a rajar, te van a ver mal – Savannah agacha la mirada, se ha puesto triste. No te pongas triste, voy a volver. ¿Para que te vayas nuevamente? Volveré e iremos de viaje juntos a Machupicchu.

Los jóvenes están en la esquina de la casa de Luke. Es de noche, mañana él volará para el Imperio. Savannah le mira, tratando de no llorar, se han prometido no llorar; quisiera expresar sus dudas, pero se aguanta, si él confía en ella, ella también tiene que confiar en él.

***** 
Sebastián no termina con las calificaciones, tiene hambre. Son las dos de la madrugada, mañana tiene que salir temprano para recoger su certificado de participación en la escuela de la ONPE.

Abre el Facebook para ver las fotos de Alejandra, no las ve desde el perfil de ella, sino que busca las fotos de Samanta donde se encuentra su amada.

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Luke abraza a Savannah y le pide que cierre los ojos. Ella cierra los ojos, esperando un beso. Él coge su mano y le pone un anillo. Ella abre los ojos y abre la boca como queriendo gritar de la emoción, pero no puede, está en Perú y si grita le van a mirar todos, le van a barrer con la mirada y quizás alguna vecina podría ser capaz de romper la magia de ese momento echándole agua a Luke.

El joven se arrodilla y le pregunta: ¿quieres seguir conmigo a pesar de la distancia? Ella dice sí, en ese momento se ve tan linda, como una afrodita que baja del cielo para reclamar la presea que reconoce su belleza. Luke le entrega otro anillo, y ella le coloca en el índice diciendo, te entrego este anillo en señal de mi amor y fidelidad que estarán en pie a pesar del tiempo y la distancia, por siempre. Se abrazan.

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Sebastián le escribe a Gustavo, le pide que se fije en el perfil de Alejandra, para saber si ha posteado algo. Gustavo está a estas horas leyendo para su examen, pero siempre tiene el Facebook para ver si se le ofrece algo a su amigo.

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Savannah saca un pintachoco – así le llama al chocolate triángulo-, se unta los labios y besa a Luke para despedirse. Llegaron a la casa de Savanah y Luke se marcha, después de acabarse el triángulo de tantos besos de chocolate que se han dado. Le caen lágrimas a media cuadra de llegar a su casa.

Savannah entra a su habitación, se quita el anillo y da cuenta que tiene la fecha 22/06/2013 y el nombre de Luke. 


Monday, December 19, 2016

Mangos

Sebastián completa sus registros. La profesora de Inglés le escribe.

Sebastián estoy preocupada, tengo muchos jalados en el quinto “C”. Bueno, así es la vida académica, algunos jalan, otros también jalan; en realidad me he dado cuenta que la mayoría jala; son pocos los que aprueban. Pero tú crees que me digan algo por haber jalado a tantos. No lo sé, pero si te molestan, conmigo serán peor, me dirán que soy un mal profesor, que no tengo estrategias para enseñar, que cómo es posible que haya jalado tantos estudiantes, como si fuera que yo los jalo porque soy un resentido o un tipo malévolo que le gusta arruinar las navidades de los jóvenes. Ya me imagino, porque tú tienes más jalados que yo. Sí, figúrate que en una ocasión una señora se me acercó y me dijo que el futuro profesional de su hijo se iba arruinar por mi culpa, el muchacho estaba para suboficial y ya tenía todo menos el certificado de estudios. ¿Cómo que tenía todo?, si no tiene su certificado no tiene nada. Sí pues, pero para la señora tener la “vara” era tenerlo todo. ¿Ya terminaste con los registros de cuarto? Nada amiga, ayer terminé los de quinto y ahora me estoy llenando los registros de cuarto, en una hora los tengo y te los envío. Ya, pero no seas malito pues, mis chicos se han esforzado bastante. Allí están las notas amiga, ellos tendrán lo que se merecen. Está bien, pero recuerda tu poder de discrecionalidad. No te preocupes, la evaluación también es aprendizaje.

Sebastián comparte un pensamiento de la pedagoga finlandesa Inger Enkvist, “el ideal es tener clases con un profesor inteligente y un alumno concentrado”.  

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Keni se levanta, son las once, revisa su celular, 10 mensajes de Yovana.

Primer mensaje: Perdóname mi amor.

Segundo mensaje: Ratoncito, perdóname.

Tercer mensaje: Te amo tanto, te amo mucho, te amo de aquí al infinito, perdóname  por favor perdóname.

Cuarto mensaje: Mi mamá está preocupada por ti, dice que vaya a tu casa a conversar contigo y solucionar nuestro problema, por favor mi amor contéstame para ir a tu casa.

Quinto mensaje: Keni, si no me contestas voy a ir a tu casa, y voy hablar con tu mamá.

Sexto mensaje: Keni por favor, qué tienes por qué no me respondes al celular, estoy que te escribo en Facebook y nada, qué te has creído, soy Yovana, no me puedes hacer esto.

Séptimo mensaje: (no voy a reproducir este mensaje, es muy patético, ofensivo, cochino, es una rabieta estúpida).

Octavo mensaje: . (Sí, puso un punto, quizás deba ser el punto que le faltaba al séptimo mensaje, no sé, la verdad que está enferma esta mujer).

Noveno mensaje: (es otro mensaje obsceno, donde describe todo lo que hicieron, todo lo que él le obligó hacer con ese dicho de que “lo que hagamos tú y yo se queda entre nosotros”).

Décimo mensaje: El 993200783 intentó llamarte sin éxito por falta de saldo.

Keni se levanta, deja caer la colcha con que se tapaba, se va hasta la cocina. Camina en boxer, Teresita le ha visto en esos paños así que no hay problema.

Buenos días Teresita. Ay joven, usted a estas horas, su papá está muy enojado con usted, dijo que usted había quedado con él para que le acompañe a Gamarra. Yo no quedé nada con el viejo, él quiere que vaya allá con este calor, já, se equivoca, se equivoca el viejo, yo no salgo de casa con este calor, más bien voy a instalar los ventiladores porque este verano se nos viene terrible; Teresita, puedes hacerme un juguito de naranjas. Claro joven. Gracias – Keni se sienta a la mesita pequeña que tienen en la cocina, coge su abdomen y admira su anatomía - dime Teresita, ¿y el vago de Jhonson sigue durmiendo? Ay joven, el joven Jhonson salió temprano con su mamá. ¿Con mi mamá?, ¿a dónde se ha ido ese felón? Creo que ha ido a comprar algunas cosas para el nacimiento. Ya me imagino, aprovechará para sacarle plata a mi vieja, ese es un vago… Teresita, ¿quién es más vago?, ¿Jhonson o yo? Jajajaja – Teresita ríe y mira de reojo al joven Keni -, ay cómo me dice eso joven Keni, usted es el más vago. Sí no, eso es lo que me gusta mucho de ti Teresita, que siempre dices la verdad, tú no te casas con nadie, a pesar que somos muy amigos, siempre me has dicho la verdad – lo dice porque Yovana le ha mentido.

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Tengo mangos, sí… helados como a ti te gustan. Recuerdas que durante el último verano siempre te invitaba mangos helados, pues hoy he comprado bastante mango y pensé que quizás quisieras para la noche como acostumbrábamos, los he puesto en la refrigeradora.

Sebastián escucha música de los “Enanitos verdes” mientras se alista para salir al trabajo.





Saturday, December 17, 2016

Nuestra oscuridad


La oscuridad en que nos tienes
Por la que no puedo reír
Y tampoco tú ríes.
Que ya no importa el lugar
Que la luz no nos alcanza
Como en los tiempos juntos.

Que embriagado estoy
Y no por alcohol
Sino por la noche
De Lobreguez a la que me sometes
Con tu recuerdo triste
Que me oculta de la luz.

Que no tienes ideas
Y no produces más
Porque cautericé tus locuras
Daño que te hice
En la noche que agachaste la mirada
Y me dejaste ir.










Friday, December 16, 2016

Discrecionalidad

Keni mira a la profesora de FCC. En verdad se parece a Mafalda.


No hice las tareas, ni siquiera tengo cuaderno, la profesora me va jalar. Pero estuve en todas sus clases, sería injusto que apruebe a Jacqueline que ni siquiera ha venido y a mí no.

La profesora Jenny llama a Keni y éste se acerca avergonzado de que todos sus compañeros le gritan, ¡cariño! Antes al escuchar esas palabras se sentía un triunfador, alguien que todo lo puede porque tiene “plata”, porque con un “pin pon pan” todo se solucionaba; pero ahora ha cambiado, ahora lo ve más claro, se da cuenta que el dinero puede comprar a inconscientes, pero su conciencia no. No conoce a la profesora Jenny, quizás sea como uno de esos tantos docentes con quien negoció, pero ahora no importa el nivel de moralidad de su “maestra”, ahora le importa su moralidad.

Niño Keni, ¿estás bien? – la maestra le mira con gesto maternal. No profesora, sé que no he pasado los exámenes y tampoco hice mi maqueta así que me va a jalar. Pues no te sientas mal, no hiciste la maqueta y tampoco pasaste algunos de los exámenes, sin embargo asististe a todas mis clases y también las de recuperación, he registrado tus intervenciones y éste último examen lo hiciste muy bien, obtuviste la más alta nota, 17 – la maestra casi puede ver la iluminación celestial en el rostro del muchacho -, estás aprobado. Gracias profesora, muchas gracias. Muy bien jovencito, sigue adelante.

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Son las siete, una llamada despierta a Elena.

Ay Elenita, perdóname amiga no quería fallarte, ¿sigues molesta conmigo? Sí - Elena contesta secamente. Pero Elenita, no seas resentida pues, mira que he estado con tantas cosas, padeciendo toda la semana que me has declarado la ley del hielo y me he tenido que ir con los chusquísimos del área de logística, esa gente que solo acata sus instintos y casi casi me comen cual caníbales – Camucha llora, en realidad disimula -, por favor jefecita, perdóname. Camucha, yo a ti te he considerado muchísimo y te confío mis cosas porque eres mi mejor amiga, pero me fallaste, traicionaste mi confianza, has roto el código de amigas. Dime que puedo hacer para que vuelvas a confiar en mí, dime lo que sea y yo lo hago para recobrar tu gracia Elenita. Por ahora nada, voy a quedarme resentida por lo menos un buen tiempo. Ay no seas mala jefecita, mira que ya viene navidad y tenemos que hacer nuestro intercambio de regalos. Pues lo voy a pensar, por ahora no te me acerques y sigue al lado de Gonzalo y Willy.

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Niño Keni, es cierto que de tanto ver las películas de Marvel, ¿piensas que puedes volar?

Todos ríen y Keni se da cuenta que tiene la capa de Superman, se avergüenza y cubre su cabeza con la capa; siente sus tobillos con frío y despierta. Son las ocho de la mañana, está muy feliz porque aprobó FCC y pasará al quinto grado. 



Wednesday, December 14, 2016

Historia

Sebastián discute con Luiz (con “z”), el tema era PISA, pero terminaron con si la Historia es o no ciencia.

A mí no me vas a venir con tus cuentitos, para mí la historia son puros cuentos nada más – Luiz sentencia. Se entiende que la historia es una ciencia social y por supuesto que no es exacta; la historia es interpretación del pasado, no estoy diciendo que sea exactamente la verdad – Luiz se sienta en su computadora, le da la espalda -, bueno Luiz, creo que ya es tiempo de irme. Allí tienes la puerta.


Sebastián abre la puerta, baja las escaleras, piensa en que no le contó a Luiz lo que va hacer. Pero qué es la historia, lo que va hacer es porque él ha estudiado historia, el comprende el escenario histórico y su significado para la vida, porque solo se puede comprender y evaluarse así mismo teniendo en cuenta la época en que se vive y para eso hay que estudiar historia; pero hay personas que creen que la historia es un cuentito como la madre de familia que groseramente le dijo que ella no se iba a preocupar porque si su hijo jalara un curso sin importancia, definitivamente ese es el tipo de gente que no es consciente de su posición social. 


Thursday, December 8, 2016

Feriado

Eduarda cambia el mantel de la mesa principal con mucha delicadeza, es la señora de la casa. Keni pasa.

¿Para qué haces eso mami? Para almorzar juntos. Yo no voy almorzar, salgo con Yovana. Pero hijo, ya son las dos; al menos hoy que es feriado podemos disimular que somos una familia civilizada. Mamá, voy a comer afuera. Dile a Yovana que venga a comer aquí. No va querer, comeré en su casa.

Keni se cambia de medias y sale. Jhonson, que tiene puesto un mantel a manera de babero, abre la boca y hace un gesto de lelo contra su hermano. Keni le enseña el dedo medio.

***
Sebastián reniega con sus padres porque no han puesto la rampa para la cochera. Nadie en su casa tiene auto, pero quizás más adelante se necesite. Su padre le dice que él no puede hacerlo todo, que él debería ayudarles. Quedan en que él irá a la municipalidad a ver eso.

Sebastián se sirve un poco de carapulca, se sienta solo a la mesa, piensa en Alejandra, que hoy que es feriado podría estar con ella y no en esa mesa limpia de lo sola que anda por ser día rojo. No desea continuar, recoge los cubiertos y deja su comida a medio terminar, tiene un hueco en el estómago que no se satisface con alimentos. Se despide de Nella y del señor Rivas así nomás.

***** 
Keni va con el auto, su madre le ha pedido que no vuelva muy tarde; él se ríe de Eduarda, le parece graciosamente detallista. Poner mantel especial para los feriados, cambia de cortinas para que haga juego con los cubridores de los muebles, y hoy seguro que se pondrá con Teresita a colocar el árbol navideño. Él debería estar colocando las bolas de ese árbol – hace un gesto femenino y dice en voz alta, “con lo que me gusta colgar las bolas” -, le caen lágrimas, porque se recordó de algo que le hizo Yovana.

Para al frente de la casa de Pablo, su celular timbra.

¿Ya estás aquí Mongolito? – es Pablo. Sí, ¿has preparado mi comida mi amor? No, en feriados me gusta llevar a mi mujer al restaurante. Carajo, ¡cuál tu mujer!, apura baja, ¿te habrás lavado el chocolate? Caya Mongolito.

Pablo abre la ventana y ve a Keni sentado en su auto estacionado en frente. Cierra la ventana, se pone un polo y baja – olvidó ponerse desodorante.

******* 
Sebastián duerme, sueña que se le caen los dientes y despierta asustado. Se quita la ropa y se va a la ducha, antes mira por su ventana y ve que un joven está esperando a alguien, se parece a Keni. Se mete al baño, deja que le caiga el agua y escucha la canción, “Nunca niegues que te amo” de los inquietos.

No haré tareas, solo dormiré; hoy es un día feriado… Sería bacanudo estar contigo, hubiese sido llamarte temprano para molestarte, levantarte y molestarte por lo floja que eres, que marmoteas a toda hora. Luego aquí los dos escuchando tu música, saliendo a comer al centro, pedir los platos más caros del restaurante, caminar por Jirón y luego ir al cine. Reírnos, tocarte los cabellos, la piel y dormir juntos.

Mientras se seca mira al joven que sigue esperando. Corre la ventana y le pregunta a quién espera. 

¿No te recuerdas de mí? - el joven se emociona al ver a Sebastián. No, la verdad no te recuerdo, ¿quién eres? Soy Mario, soy hermano de Elena. 






Saturday, December 3, 2016

Tus palabras bonitas

Tus palabras bonitas
De una historia reciente
Que por una máquina
Conociste.

Esas ideas
Que ahora no son mías
Revisten tus buenos deseos
Frente a lo roto.

Tus ideas claritas
Con tus muecas
Y risas
Me retumban la cien.

Que las esperaré
Como te espero
Vuelvas o repitas

Tus palabras bonitas. 


Thursday, November 24, 2016

Rumbo a Matucana

Suben al bus para Matucana. Rosaura piensa en Juan Gabriel: Esto de ser contestataria está bien, se siente bien siguiendo los principios liberales, los de tu conciencia, el hedonismo; y sería perfecto si Juan Gabriel los siguiera conmigo. Se recuesta en el hombro de Gustavo, imaginando que es el de Juan Gabriel.

Aracely está tranquila, ella es una noble roja. Su rostro de niña contrasta con sus 25 años de bien mujer. Madura, trabajadora, consecuente. Sebastián la admira, no por su posición recalcitrante, sino por su silenciosa elocuencia y apariencia frágil. Aracely quisiera hablarle a un dios, pero se niega a tener fe: Eso es de los amarillos, eso es falacia de los capitalistas, en todo caso, debo hablarle a la madre tierra.

El paisaje le recuerda su andina Arequipa, ahora esa contrariedad de si la segunda ciudad – ¿o será la tercera? – del Perú… ¿es costeña o serrana? Es costeña para los que preguntan directamente, es costeña porque ser costeño es mejor para la hipócrita primera ciudad nacional. Es serrana para mí, para mis sentimientos; preferencia de olor, clima y mujeres; es serrana porque en verdad es serrana. Gustavo reflexiona.

Necesitaba de este aire y calor para pensarte mejor. Alejandra domina los pensamientos de Sebastián. Mira Alejandra, nuestro dios está pleno – Sebastián mira el cielo brilloso -, es el verdadero dios, el que existe y se puede ver.

Se han quedado callados, pero cálidamente callados; los parias fueron confidentes en ese momento.

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Darío pone su mano sobre el hombro de su amigo. Juan Gabriel, si bien de más edad y formas menos atléticas, es más atractivo que Darío, por eso es que Rosaura le eligió. Las chicas no solo admiran su flexible ingenio sino también su educado trato con que seduce a sus interlocutores.

Sebastián sube al carro, escucha el gracioso comentario: “Ya pe, presenta a tu marido”. Alcanza a ver a un joven con mirada limpia y sonrisa de oreja a oreja. Gustavo va con sus amigos y Sebastián aprovecha para ir al baño.

Sebastián sube, trata de leer los libros que compró, como siempre, respeta la introducción y se entera de las mejores traducciones que se han hecho de la Eneida. Pero se distrae cuando se dispone a leer los hexámetros por la elocuencia de Juan Gabriel.

Para qué tanto quieres conocer a mi pata, ¿no será que te gusta? Ya pues confiesa Juanga, ¿eres gay? – Gustavo molesta a su amigo. No me molesta, porque todos saben que lo que se ve no se pregunta – Todos ríen de la ocurrencia del líder de la manada.

Darío le admira, pero también le envida. Parece que está predestinado para ser Congresista o Presidente.

Pero qué carajos, ese Gustavo la cagó, estaba todo tan bien; debe ser la edad, ya está viejo. Oe qué tienes Jerjes, déjalo, el Characato tiene sus razones. Puta sí, el profe también cagón porque más le importa su mordida que sus estudiantes. Calla huevonazo, el profe te va escuchar; más bien saca cuenta si hay suficiente para el pago a la tierra. Ya, ahora mismo hago un informe contable de los dulcecitos – Jerjes se acerca a los demás para ver qué ofrendas han traído para el festín.

Darío piensa en que no tomará, porque quizás pueda perder el equilibrio y confesar llorando el secreto por Rosaura – secreto que no quiere reconocer que es vox populi.

Oe Cajacho - Jerjes se acerca a Blancón - a ver qué traes allí - revisa la maleta de su amigo para contabilizar las botellas y se toma la confianza de ver qué más trae consigo - ¿una botella nomás?, puta qué miserable tu aporte, a ver qué hay acá, medias viejas, polos para hacer finta que cambias de mudas, un boxer seguro también para finta, qué huevón eres, como si vayamos a estar varios días, solo vamos estar una noche, ¿y esto?, ¿qué significa esto? - coge unos preservativos -¿para esto gastas el dinero?, ¿no te puedes jalar sin profilácticos. Calla mierda, este es el viaje huevón, aquí la hago, no regreso a Lima virgen. Ya - Jerjes hace cara de lelo -, pobre la Saladita, me supongo que lo harás en su carpa, porque recuerda que tú estás de recogido en mi carpa. 



Wednesday, November 23, 2016

Te estaré viendo

Entiendo tu deseo por progresar
Tu ímpetu por el reconocimiento
Tu necesidad de hacer bien
No solo para los tuyos.

Te he visto
La misma dulce ingenua
Que con palabras rebuscadas
Quiere hacerse simpática.

Te he visto
Lejos de mí
Por otro camino
Sin ánimo de virar.

Me prometo observarte
No dejar de enterarme de ti
Me prometo no dejarte
Como tú me dejaste.

Serás princesa
De todos los cuentos
Como antagónica eres
De mi concreta realidad.




(Alejandra, ya envejecí).



Monday, November 21, 2016

Adiós Yovana

¿Qué le miras tanto?, ¿te gusta? No – Aracely mira a Sebastián y sonríe -, solo que me parece gracioso que siendo tan joven se le esté cayendo el cabello. ¿Cuál joven?, si solo le falta un año para envejecer.

Gustavo se preocupa por su amigo; antes de salir había notado que estaba muy nervioso.

Es que cuando supe que el bus no tenía baño me preocupé por lo de la infección. Pero ahora, ¿cómo estás ahora? Bien, ahora me siento más seguro, aquí no estoy a la merced de nadie, haremos paradas. ¿Y esos libros? La Eneida, es la obra completa, es de una edición antigua de Sopena, muy buena; ésta es Fuenteovejuna, teatro, quizás prepare a mis estudiantes para una presentación, ¿puedes creerme que me costaron solo cuatro soles? Sí, Malambito. Así es, hace mucho que no visitaba a ese babel de la cultura.

***** 
¡Por qué llegas a estas horas! – Eduarda le grita a su hijo. ¡Y tú por qué le regañas a Teresa! Porque le pedí que te recuerde que saldríamos. Ella me lo recordó, no tienes por qué gritarle cuando soy yo quien te ha fallado; ¡o qué pretendías!, ¡que me impida salir! ¡Pero qué te pasa Keni!, estás muy malcriado. No es eso Eduarda, estoy cansado que regañes a Teresa porque tus hijos no te hacen caso, eso no es problema de Teresa, es problema de Jhonson y mío, ¿no crees? Lo que creo es que debería quitarte el auto. No jodas – Keni sube a su cuarto, tira la puerta.

***** 
Sebastián explica sobre las competencias y capacidades a sus nuevas amigas, Rosaura y Aracely escuchan interesadas. Conversan sobre la educación, sobre sus universidades, el nivel de los profesores, los intereses de los administrativos, otros. Mientras un moreno alto los escucha con mucho interés.

Bajan en el paradero de la entrada de Huachipa – en la Carretera Central -, toman rápidamente un chosicano – quieren pasar al malogrado bus.

¿Estás distraída? – Rosaura piensa mirando por la ventana. Sí, me distraje pensando en algo – Gustavo la ve frágil, tierna; se sorprende que Rosaura pueda tener esos gestos siendo que todos la creen una liberal por sus cuatro costados. Has sido muy valiente al seguirnos. No los he seguido, en verdad creo que eres tú quien nos ha seguido, fuimos nosotras las que tomamos la decisión primero – le mira a los ojos brillosos. En verdad los tres son unos arrebatados, muy lejos de lo que se espera de los abogados – claro de los buenos abogados -, ustedes deben estar para solucionar conflictos, no para generarlos – Sebastián les regaña. No es eso Sebastián – Aracely responde -, los inmaduros son ellos, ellos son los que dicen una cosa y luego salen con otra; ya los conocemos, siempre son así. Así es Sebastián, tú no sabes nada de nuestros compañeros, son pocos como Aracely y Rosaura que en verdad tiene pantalones – ¿pero qué mujer hoy en día usa falda?

Ríen, bajan en Chosica y antes de tomar el bus para Matucana deciden comer. Buscan un buen restaurante, es un día especial, han hecho su hazaña, así que se merecen comer bien. Las chicas y Gustavo piden bistec a lo pobre y Sebastián un saltado de pollo.

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Yovana, creo que estás aquí en mi corazón, yo te amo mucho, pero creo que ya te perdí.

Keni le escribe al Wassap y bloquea el número de su enamorada. Llora, llora como un niño y más ahora que no tiene a nadie que le pueda consolar. Se quita los zapatos, también las medias que las siente malolientes, se quita los jeans y como ya no tiene más fuerzas se queda con el bóxer y el polo y así se cobija con una colchita; recuerda a su amigo Sebastián que le decía que cuando se sienta mal debe ponerse a limpiar su cuarto, pero él no tendrá esa necesidad, Teresita se encarga de limpiar todo y dejarlo bien oloroso. 


Sunday, November 20, 2016

Los Parias

Sebastián se incomoda, el bus no tiene baño. Se sienta junto a la ventana, Gustavo es muy amable, no le dice nada con respecto a la ubicación. Juan Gabriel bromea con Gustavo.

Oe Gustavo, presenta a tu marido. Calla mierda – Gustavo se acerca a sus amigos - ¿Qué fue chola? Ya pe, presenta a tu marido. Carajo, ya que tanto insistes ahora te presento a mi pata.

Sebastián baja del bus a buscar baño, se sorprende de lo feo que está esa zona, entra a un mercado que se ve viejo y sucio, los servicios higiénicos están en peores condiciones, se lamenta de hacer el viaje. Paga cincuenta céntimos, el dependiente le da papel, Sebastián guara el papel y pasa al urinario.

Gustavo no ve a su amigo, quiere timbrarle pero no tiene saldo. Sebastián le llama, quizás algo le ha pasado, Gustavo se asusta.

Cholo, ¿se demorarán en partir? El profe dice que en diez minutos salimos, ¿por qué? Es que quiero comprar algunos libros, porque no quiero viajar solo mirando. Apura Sebastián. En unos minutos estoy allá, aquí hay una calle de venta de libros viejos. Apura, apura.

Sebastián busca entre los libros viejos algún ejemplar que le interese, encuentra dos obras que las tiene presente pero no las ha leído: La Eneida de Virgilio y Fuenteovejuna de Lope de Vega; paga solo cuatro soles por ambos y se va contento con su adquisición. Cuando llega al bus, no encuentra a Gustavo, éste se fue a comprar alcohol con la chanchita que hizo con sus compañeros.

La salida estaba programada para las siete, pero salen a las nueve. El docente argumenta que tuvieron que esperar a los que llegaron tarde, pero lo cierto es que mientras se esperaba se estaba arreglando el bus. Gustavo se molesta por todo este maltrato, pero al fin se contenta que ya está en marcha rumbo a Matucana. El bus avanza lento, al comienzo no se dan cuenta por el tráfico, pero cuando llegan a Evitamiento, su avance es notoriamente lento, se para en Ramiro Prialé por un desperfecto.

Gustavo baja y conversa con el docente, está molesto, sube conversa con sus compañeros para irse por su cuenta, ellos comienzan a criticar al docente y su mala gestión y deciden junto con Gustavo no seguir el viaje con ese bus. Bajan Juan Gabriel, Jerjes y Darío. Sebastián les mira por la ventana – parecen unos pigmeos -, comienzan a discutir con el docente – quien también es de baja estatura -, él les pide que esperen, que ya está viniendo un mecánico según le han dicho el chofer y su ayudante, que si ellos deciden irse por separado él tendría que cancelar el viaje y no los autorizaba a seguir. Los jóvenes deciden consultarlo con todos.

Dos chicas se bajan del bus y renegando le piden al docente su dinero porque ellas se irán solas, que esto no es un hecho extraordinario ya pasaron una parada de bus en su anterior salida con él. El docente sube para conversar con todos, Rosaura y Aracely le secundan.

Jóvenes, sepan que esto es muy incómodo, entiendo que para ustedes lo es, pues para mí es mucho más incómodo porque soy yo quien está a la cabeza de esto, no saco ningún beneficio de éste viaje – nadie le cree, piensa Darío -, lo hago porque era parte de nuestro plan – mentira, a nadie se le ocurrió hacer un viaje -, nuestro plan de estudio – de qué estudio habla, si el plan de salida no dice nada en relación a ningún estudio, no se menciona la historia de nada -, nuestro plan de estudio era llegar temprano para hacer el pago a la tierra – eso sí, el pago a la tierra está asegurado con todos los brebajes conseguidos. Ante esta situación hay tres alternativas - ¿tres?

PRIMERA.- Ustedes pueden desistir del viaje, se les devolverá su dinero, pero eso sí tendré que descontar algunos gastos que ya se han tenido que hacer como las copias, comida que se ha mandado hacer y una sorpresa que se tenía para el “pago a la tierra” – o sea aun así quiere sacar su mordida. Eso sí, como no cumplimos con nuestro objetivo, tendremos que dar examen el lunes.

SEGUNDO.- Podemos esperar unos treinta minutos que ya está llegando el mecánico, lo arregla y nos vamos; corremos el cronograma del plan y todo solucionado. No nos cuesta nada esperar – será que nuestro tiempo no vale, Darío sigue contestándole con el pensamiento.

TERCERO.- Si ustedes deciden irse, pueden hacerlo, pero sería algo que no autorizo, que no respondería al plan, yo les recomendaría mejor que se vayan a sus casas.

¿Qué deciden? – el docente pone una cara de sinvergüenza que contrasta con el rostro de Sebastián, que le mira fijamente por lo manipulador que resultó ser el catedrático.

Rosaura pide la palabra, nadie se la da, pero igual habla.

Mire profesor, esto se lo digo con todo respeto – en realidad se lo dijo como la Chacón increpando al Ministro de Educación -, usted ya nos tiene acostumbrados a esto, yo fui con usted el año pasado a Lunahuaná y ¡¿qué nos hizo pasar?!, el bus se quedó parado a unos 15 minutos del destino y tuvimos que caminar; además ni siquiera nos está proponiendo una reparación, porque me supongo que usted exigirá que le reparen este daño que nos están haciendo, ochenta soles para este tipo de servicios, por favor profesor. A mí nada me asegura que vayamos a llegar sanos y salvos con este bus, así que mejor me voy por mi cuenta.

Bueno chicos, vamos a someterlo a votación - el docente la ignora olímpicamente. 

Gustavo, toma la palabra pensando que le secundarán con su decisión sus compañeros.

Profesor, la verdad que ya nadie quiere ir con este bus, nada nos asegura que no se va a malograr otra vez, así que nosotros nos vamos por nuestra cuenta, además el objetivo es llegar a Matucana no ir con este bus.

Gustavo espera que alguien se alce con la misma idea, no mira atrás, se está jugando el curso, el profesor tomará represalias, solo si sus amigos le siguen quizás el profesor recapacite y no le jale. Nadie dice nada, el profesor ignora “olímpicamente” a Gustavo y pide que voten.

¿Por la primera opción? Una chica de escasa belleza alza la mano, su enamorado la rectifica, él está decidido inaugurarse en este viaje. ¿Por la segunda opción? Todos los felones alzan la mano, excepto Rosaura, Aracely, Gustavo y Sebastián. Gustavo no voltea, pero se decepciona de Juan Gabriel, Jerjes y Darío quienes le habían dicho que estarían con él hasta las últimas; pero así son las ratas, siempre son los primeros en salir cuando se hunde el barco - piensa Gustavo.

Los cuatro parias bajan del bus, Juan Gabriel, Jerjes y Darío – estos dos últimos en nada se parecen a los persas más que en el color cobrizo pronunciado; y el primero, no canta; pero para Rosaura, encanta -, bajan para conversar con Gustavo, tratan de convencerlo que regrese, pero Gustavo está decidido, energúmeno, está decidido. Los pigmeos le piden a Sebastián que convenza a su amigo, argumentan madurez en contra de lo que les enrostra su amigo, felonía.

Lo siento, yo debo apoyar a mi amigo; creo que lo que está haciendo el docente está mal. Les ha engañado y encima les condiciona a permanecer con él. Ustedes ya son mayores de edad y les he escuchado que tienen sus dudas con respecto al actuar de su profesor, si saben que él les está robando, por qué seguir con esto, ahora tienen un motivo para darle su merecido.

Juan Gabriel abraza a su amigo y le pide que se quede. Gustavo no le mira, está muy molesto y se zafa. Darío se acerca a Sebastián y le pide sus cosas para asegurar que se encontrarán en Matucana, Gustavo se aliviana y decide darles las mochilas a sus amigos. Las chicas hacen lo mismo, solo llevan una mochila. Comienzan a caminar y el chofer les entera que el bus ya está arreglado. Los pigmeos intentan nuevamente convencer a Gustavo para que suba al bus, pero intransigente, Gustavo comienza a caminar, las chicas le siguen, orgullosas de su gran hazaña que se escribirá en las mentes de esos pequeños cobardes. Sebastián también camina dando la espalda al bus que después de unos segundos que los felones suben pasa a los parias. 



Saturday, November 19, 2016

La partida

Tiene miedo que el estómago le moleste durante el viaje, por eso no desayuna. Espera a Gustavo. Le timbra, pero éste no le responde. Se mete a la ducha, se seca, se cambia, abre la ventana para ventilar su habitación. Gustavo aún no viene y no contesta su celular.

Sebastián se pone en la ventana mirando los trabajos que están haciendo en el parque. Piensa en cuántas veces le pidió a Alejandra para viajar a la montaña y que no quería volver para allá si no fuera con ella, pero ahora lo hace porque Alejandra le dejó para siempre.  Gustavo llama.

Cholo estoy cerca, ve bajando. Está bien – Sebastián baja las escaleras y al abrir la puerta de salida se encuentra con su amigo.

¿No me dijiste a las seis y media? Sí, pero parece que se demorarán un poco. Bueno, tomamos el carro en Malecón.

Los amigos caminan, Sebastián habla sobre su trabajo y lo estresado que está, Gustavo le dice que se olvide del trabajo y que disfrute del viaje, le comenta sobre sus amigos.

Conocerás a Jerjes, el pata es penalista; y también irá Juan Gabriel, es un tipo avasallador, conoce mucho sobre la administración pública. Le he pedido a Darío que lleve una carpa más, él dormirá con Juan Gabriel y tú dormirás conmigo. ¿No hay otra opción? No – Gustavo hace una mueca femenina y ríe.

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Si me amas vendrás aquí. Te amo mi ratoncita, pero entiende, tengo que llevar a mi mamá al centro. Siempre es tu mamá, ¿es que no me amas? Te amo mucho, te amo hasta el infinito – hasta el punto de haber dejado el trabajo por ella, Keni la ama tanto. Entonces ven, quiero que estés a mi lado. Espera un momento.

Keni baja delicadamente como una princesita - las escaleras hechas para la quinceañera de la casa le provocan jugarse así -, encuentra a Teresita en la cocina.

Joven, usted tan temprano. Sí teresita, es que tengo que salir, ¿te ha dicho algo mi mamá? Sí, que va salir con usted a las nueve. Asu – Keni ve en su celular que son las siete y media -, Teresita, si mi mamá me llama, le dices que he salido a recoger unos libros aquí nomás, pero que no se preocupe que llego rápido. Está bien joven, pero no le falle a la señora porque va estar renegando. Ya me imagino, y luego se las va pagar contigo; no te preocupes Teresita, yo voy a llegar, pero si me demoro algo y se pone histérica, tú no le hagas caso, si quieres puedes mentarme la madre para tus adentros. Ay joven cómo dice, ¿mentarle la madre?, si su madre es la señora y ella es muy buena conmigo. No pues Teresita, si te hace trabajar tanto, cómo la vas a querer; encima tienes que aguantar al pezuñento de su hijo, y lo digo por Jhonson, que  a mí no me huelen los pies. Ay joven, yo estoy muy contenta trabajando para ustedes. No pues Teresita, en esta casa quien más trabaja, si es que no eres la única, eres tú; mi viejo no trabaja, él estafa; mi vieja, solo se dedica a cuidar su belleza que el derrotero de los años está ocultando, y Jhonson, ese Jhonson es un vago. Ay joven, qué le pasa a usted, por qué está así de criticón. Es que es cierto Teresita, aquí solo trabajas tú; bueno, ya después te hablo de la revolución doméstica que debes encabezar porque me he dado cuenta que ni siquiera tienes un contrato, ya hablaremos Teresita.

Teresita se preocupa por el joven Keni, ni quiera se ha tomado el desayuno que le estaba sirviendo. Se sienta y toma la leche que había servido, piensa que la vaga es ella, que últimamente está muy cansada y que quizás un día la señora se canse de ella y la eche de la casa y no sabría dónde ir, porque allí tiene casa, comida y un sueldo, que por cierto no le alcanza para comprar el regalo que quiere su sobrino: una laptop. 




Saturday, November 5, 2016

Tus fotos

La mira, con todos esos gestos, con todas las muecas de siempre, mira a la niña que pisa huevos. Pone “Binomio de Oro”, “Y si tu amor no vuelve”, y pasa cada una de las fotografías.


Primera fotografía. Los dos en Wisse, una tarde de vacaciones. Ella se le acerca porque tiene una duda y Sebastián pide al asistente que les tome una foto cuando están distraídos. Alejandra no se da cuenta, pero pone una mueca de princesita.

Segunda fotografía. Ella en Chiclayo. Sebastián solo en la plaza después de navidad; pensando en lo lejos que está de su familia por Alejandra y que solo fue para verle un ratito de la navidad. Ve pasar a Josefina junto a sus primas y se oculta para no ser visto, allí está ella, conversando con su primo. Ese primo será la envidia de todo Chiclayo, porque con él están las mujeres más hermosas de la Región. Alejandra está hermosamente triste.

Tercera fotografía. Alejandra desnuda en la ducha. Son varias de esta toma, Alejandra coge la cámara y mira su figura, ve si le gusta o no las fotos, se ve desnuda, observa la vellosidad de su diferencia y decide eliminar las fotos. Sebastián disimula molestarse, pero no importa porque ya copió los archivos en su computadora. Qué hermosa mujer, se le ve las costillas de lo delgada que es.

Cuarto fotografía. Ella tirada en la cama. Alejandra está cansada y se echa en la cama de Sebastián, mientras este escribe en la computadora. Ella coge la cámara y decide tomarle fotografías a su amigo, sobre todo porque se le ve gracioso con los chavitos que usa. Él saca la otra cámara y le hace fotografías, ella le pide que no le tome nada, pero él insiste, se juegan, se abrazan. La mejor foto es la que ella misma se tomó recogiendo su cabello.

Sebastián se quita las medias, el polo y el short, los coloca en el cesto y camina hacia la ducha. Le cae el agua en la nuca, está sonando “Que no me faltes tú”.  

Se seca bien. Apaga la computadora. Hace frío pero es soportable, se mantiene desnudo, coge la tesis que tiene que leer. Tiene sed, no ha desayunado, abre el frigobar y coge una cerveza.




Friday, October 28, 2016

Dibujo

Todos los días, desde la mañana hasta la noche – y justamente por eso no concilia el sueño con facilidad – piensa en ella. Piensa en sus hermosos cabellos, su sonrisa, su bien formado cuerpo, sus ojos, nariz, brazos, manos, se desespera por no poder ir a su encuentro.

Durante esta semana ha comenzado a trabajar con regularidad. Piensa que ha comenzado muy tarde, que para su edad ya debería tener algún ahorro importante, debería verse más productivo; sigue siendo estudiante, un eterno estudiante.

Ya no ve a sus padres, Nella ya está acostumbrada a que pasen semanas sin saber de él. Se le cae de su cuaderno una imagen que su sobrina dibujó al comienzo de año, es él, claro con mucho color, ojos desorbitados, poco cabello, la niña curiosamente nota la escasez de cabello que supuestamente pasa desapercibido para sus sobrinos mayores.

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Coge el poemario, lo lee y recuerda, recuerda las noches en que pasaban conversa
ndo, que siempre la llamaba para poder irse a dormir tranquilo. Ya no quiere hacer poemas, quizás ya no pueda hacer poemas… tiene miedo que si hace uno, sea un mal poema… ahora que lee los poemas, piensa que  no son tan buenos como los creyó al comienzo.

Deja de escribir en la computadora, se va a la ducha. 

Wednesday, October 26, 2016

Violación del niño Raulito

Sr. Juez, el Ministerio Público presenta ante usted el caso de una mujer ENVILECIDA, la acusada Jessica Mamani Watson, alias la Colombiana, que en un acto de total degeneración violó a un inocente niño de 10 años.

Durante este juicio yo como representante del Ministerio Público voy a probar más allá de toda duda razonable con las pruebas ofrecidas y admitidas en la audiencia de control, cómo es que la acusada Jessica Mamani Watson violó al menor Raulito Quispe Quispe y le quitó la inocencia.

Los hechos ocurrieron así:

El día 19 de agosto – que curiosamente es mi cumpleaños - del presente año, siendo aproximadamente las 9 de la mañana el agraviado se encontraba en el parque Castilla frente a su domicilio en la Av. Las Camelias 679 Urb. San Judas distrito de Lince, jugando con sus bolitas, cuando de pronto apareció la Colombiana Jessica Mamani Watson y le ofreció invitarle un juguito de papaya para lo cual le llevó a su domicilio justo detrás del parque en la Av. Las Violetas 666 de la misma urbanización. Allí le invitó a sentarse en el sofá y le puso un video para adultos – para ser más exactos pornografía -, le alcanzó el tan mentado jugo de papaya que contenía cierta cantidad de alcohol y comenzó su acechanza. Primero le pidió al menor quitarse su polo con el argumento de que estaba haciendo mucho calor, y ella misma se empezó a desnudar haciéndole un baile erótico. Acercó sus labios al oído y le digo obscenidades como “tú tienes un pajarito y yo una jaulita”, “estoy que me chorreo de amor”. Se sentó junto a él y le comenzó a pellizcar como jugando para luego tocarle entre las piernas y lograr que el pobre Raulito sufriera una erección. Esta agresión erótica no terminó allí, sino que envilecida, le pidió que se quitara los pantalones y que le introdujera el pene en la vagina.

Terminado el acto carnal, la acusada le miró fulminantemente a los ojos y le dijo: ¡PONTE DE PIE, ALÍSTATE Y VETE A REZAR, QUE LO QUE HAS HECHO ES DEL DEMONIO!

El pequeño Raulito salió de la casa de la acusada y se fue rumbo a su casa llorando, cuando se encontró con su vecina la señora Maité Guerra y ella sorprendida – como toda vecina de barrio que se aprecia de estar bien enterada de los asuntos del vecindario - le preguntó por su llanto y Raulito asustado respondió que era porque había perdido sus bolitas, pero la vecina le notó el aliento de alcohol y le resondró y le llevó con su madre a quién le confesó todo lo sucedido.

Estos hechos han sido calificados por el Ministerio Público como delito de VIOLACIÓN SEXUAL DE MENOR DE EDAD  previsto en el artículo 173 inciso 2 del código penal.

LA FISCALÍA ha ofrecido el testimonio de doña MAITÉ GUERRERO viuda de Bendezú quien nos contará cómo es que encontró al pequeño Raulito, así como dar fe que en ese momento la acusada estaba en su casa. Así mismo se ha ofrecido el testimonio de doña Janet Azabache, empleada de la envilecida Colombiana y que estuvo en la casa en el momento de cometido la violación. También se presentará el testimonio de la víctima, el menor Raulito Quispe Quispe. Se presentará el testimonio Técnico del Psicólogo William Huaripata Mosqueira quien atendió a la víctima. Se presentará las pericias psicológicas realizadas tanto a la víctima como a la acusada. Así como la pericia médica que se le practicó al menor que demuestra su pérdida de virginidad e ingesta de alcohol el día de los hechos. Además se cuenta con una grabación amauter que realizó la señora Janet Azabache en su cuidado de tener  pruebas del horrendo crimen que cometió la Colombiana.

El Ministerio público ha solicitado para la acusada 35 años de pena privativa de libertad teniendo en cuenta los presupuestos para fundamentar y determinar la pena previsto en el artículo 45 del Código Penal y las circunstancias de atenuación y agravación dela pena prevista en el artículo 46 del código sustantivo, teniendo las cualidades del agente, esto es que conoce las leyes por cuanto es estudiante de DERECHO de la UCV, que ha negado el delito y no por ende ha experimentado ningún arrepentimiento.

Su señoría, con esto, usted se convencerá que la acusada Jessica Mamani Watson alias LA COLOMBIANA, quitó la inocencia al agraviado Raulito Quispe Quispe, que lo hizo con engaños, haciéndole beber alcohol, le violó, causándole un terrible daño, por lo que hoy el niño Raulito ya no sale al parque Castilla a jugar con sus bolitas.

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La boca la siente bien, hace una mueca de felicidad, le sonríe a todo… la coca ha estado purita, nada de cristales; llegó al cielo con su exposición. Recuerda el comentario de Soledad, ella se dio cuenta que la historia había sido inspirada en las novelas de Vargas Llosa: “La Tía Julia y el Escribidor” y, “Pantaleón y las Visitadoras”. Sebastián le timbra.

¿Qué pasa Sebas? Hola Leo, dime, ¿ya me llamó el profe? Ya fuiste Cholito, ¿dónde estás?, el profe hace rato que te llamó, yo ya hice mi alegato, estuvo buenaza, no sabes, quería que me escucharas. Tengo jornada pedagógica, y me voy a demorarán una hora más. Entonces ya fuiste porque el profe comenzará hacer su clase y no dice que no dará otra oportunidad. Ya fue pues Leo, tendré que hacer bien el examen.

Sebastián piensa en irse a su casa de frente, quiere descansar. Piensa que el próximo año dejará la UCV, que ya está cansado de la mediocridad de la universidad y también de todo el tiempo que le dedica a algo que le parece no ejercerá nunca. 



Saturday, October 22, 2016

El Newppi

Tomado de: http://tecnoslave.com
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Cierra su cuenta, piensa que ahora le queda más dinero que cuando salía con Alejandra. La recuerda y busca en Facebook, pero ella ha bloqueado su cuenta. Busca a su hermana, encuentra una fotografía donde está Josefina y su madre.

Qué hermosa es Josefina, es mucho más atractiva que Alejandra, de seguro que si la hubiese conocido también me hubiese enamorado de ella, sus gestos son tan parecidos a las de su hermana. Pero su madre… Alejandra se parece más a su madre.

Suena “El Perdedor” de Aventura. Mira la ventana, alguien grita su nombre y se sorprende, no ha quedado con nadie.

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La niña del antifaz se sienta al lado del Amauta, le mira y se sonroja, le ve tan grande y se siente tan pequeñita al lado de él.

¿Estás colorada? Es el sol profesor – es su oportunidad para hablarle, pero no lo hace, tiene miedo  decir una tontería, prefiere solo mirarle. ¿Y qué tal?, ¿les gusta o no el parque?, ¿por qué no estás con sus amigos? Es que Marcelo y yo estamos muy cansados y hay mucho sol, por eso nos hemos venido aquí. Profe, hace mucho calor – Marcelo se baja las medias y se tira al lado de la niña del antifaz. ¿Ya no vas a jugar? No, Carlos no me deja jugar.

Carlos es el líder del quinto “C”, hace llamar a su equipo el Newppi, llevan unas camisetas rojas con una franja verde en el pecho y letras en japonés que dice “jamás vencidos”, y hacen honor a esa nominal, pues desde tercero jamás han perdido. Están preparándose para las olimpiadas, este año será su último triunfo, se despiden del colegio.

Carlos es un buen muchacho, al Amauta le cae muy bien porque es respetuoso y esforzado, no le va muy bien las clases de letras, tampoco es bueno con los números, por eso mismo siempre dice que será oficial.

Carlos tiene la pelota, corre a ser gol, tiene mucho cuidado con sus contrincantes, sabe que está jugando con niños más pequeños, aunque entre estos niños algunos son poco nobles y se van con todo. Dos de ellos le barren y él los pasa sin ninguna dificultad, se encuentra con “el niño grande” – es de tercero, pero debería estar en quinto, es el más agresivo -, Carlos le pasa la pelota a Miguel, éste es marcado por su Colombroño, un niño quince centímetros más pqeueño que él, pero que hace la lucha, Miguel pone cuerpo y le hace caer, se le acerca “el niño grande”, se va con todo, Miguel cae pero logra hacer el pase a Carlos quien hace gol.





Friday, October 7, 2016

Sebastián te está esperando

Termina explicando la jerarquización étnica durante la colonia, sus estudiantes le escuchan estupefactos de lo mal que la pasaban las etnias desfavorecidas. Sebastián siembre es apasionado para contar esa parte de la historia. Le gusta referir curiosidades como el cuidado que se tenía a los negros en comparación a los indígenas porque los primeros costaban y los segundos eran simples regalos.

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¿Qué te parece este modelito? – pregunta Camucha. No sé, prefiero algo más cerrado. Ay, pero ya se viene el verano, vamos a Platanitos, allí encontraremos más modelos. Ya.

Elena y Camucha caminan por Jirón de la Unión, Elena quiere comprar zapatos, pero nada le anima. Camucha se emociona con la variedad que una mujer puede elegir, los colores y las puntas, es lo que más le sorprende, con esos tacos punta podría elevarse hasta 10 centímetros y llegar al nivel de la bella morena.

¿Por qué estás triste? Por Sebastián. Ay sí, es una pena que se esté quedando calvo. Oye, cállate, eso es un secreto. Sí, un secreto a voces verdad. Ni lo menciones, para Sebastián nadie lo nota. Jajajajaja… será que él no lo acepta, pero se ha quedado pelón. Bueno, cambiemos de tema. Pero dime, ¿por qué te preocupa el fracasado poeta? Es que ahora que le ha dejado Alejandra, me he dado cuenta que está trabajando mucho, se dedica demasiado a su trabajo. Eso está bien, no hay nada mejor que el trabajo para pasar las penas. Sí, pero le siento cansado, estresado. Ay… no puede ser, ocúltame – Camucha le da la espalda a Elena. ¿Qué pasa? Es mi ex. ¿El joven de corbata azul? – Elena ve a un apuesto joven vestido de terno azul acero conversando con dos señores. No, te lo digo pero no te rías, el pelón es mi ex. Jajajajaja… No te rías, entremos a la tienda, no quiero que me vea.

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Sebastián termina su clase, se apresura en bajar las escaleras para ir a la universidad, tiene examen. Suena su celular, es una madre de familia que le pregunta si su hijo fue a clases, él le confirma y le pide perdón que tiene que cortarle rápido.

Entra a la sala de profesores, abre su armario y revisa si tiene sus sesiones para la clase de mañana. Al cerrar el armario huele la madera que le hace recordar su puerta y cuando Alejandra se sorprendió al verla cambiada.

“Quisiera cambiar varias cosas, para que cuando vuelva se admire de todo, porque me gusta cuando pone su rostro de extrañada...”

*****
Camucha está en el SAT, llegó temprano como lo acordaron con Elena para hacer la declaración jurada de inscripción del predio que su jefa compró. Ha sacado el ticket, es la número cincuenta, Elena tendrá tiempo para llegar.

Aló, ¿Elena ya estás en camino? Sí, estoy por tomar el taxi, no te preocupes - Camucha escucha “Marinero de Luces” de Isabel Pantojas, Elena sigue en su casa. Ay Elenita, apúrate, que soy el número cincuenta y hay hasta el número cien, si es que pasa mi número tendremos que esperar más. Ya, no te preocupes, ya estoy saliendo.

Camucha mira los documentos (copia de la minuta, DNI de su jefa – original y copia – y el recibo de luz de la oficina – donde quiere que le llegue la cuponera).

Aló, ¿Rubí? Sí hija, a los años. A los años bebita, ¿qué ha sido de ti?, desconsiderada. Ay no sabes amiguita, me fui a Caracas. Pero qué haces tú allá… ¿es cierto que no hay papel higiénico? Sí hija, no hay papel higiénico ni pasta dental, es un caos, no hay pollo y tú sabes lo que me gusta preparar, más no tanto comer, el pollito; pero ya ahora estoy en Miami, no sé cuánto tiempo me quedaré aquí, pero si no encuentro quedarme volveré a Perú, porque a Venezuela no, no volvería jamás, ni siquiera porque el mismo bigotudo dictador me pidiese para vivir con él – Maduro es el amor platónico de Rubí. Pero cómo así has llegado a Miami. Ay hija, tú sabes que yo soy un producto de exportación fácil – Camucha se dice para sus adentros que su amiga es un producto fácil -, y mi talento ha traspasado fronteras, aquí mi han contratado para peinar modelitos para una pasarela, pero después de eso me regreso – en realidad la regresan – a Venezuela, pero la verdad es que me vuelvo a mi terruño, mi sufrido Perú, que al menos allá uno puede cagar bien. Ay China, que pena que sufras esos avatares de que te tengan que botar de los unitetes. ¿Quién me está botando? No dices que estás obligada a regresar a Venezuela… oye, te corto, que llega mi jefa y tengo que atenderla. ¿Elenita? Sí. 

Hola beba - Elena y Camucha se saludan de beso. Ay te he estado esperando aquí aburrida, felizmente que no se pasó el número, ya está en el 49 - Camucha muy delicada, fina, le entrega los documentos a su jefa. Entonces tendremos tiempo para ir a comprar mis zapatos. 


Friday, September 2, 2016

Te ruego que no me dejes

Te ruego que no me dejes

Que cuando llegue la noche
No partas con un dolor de cabeza
Que te mantenga en la vaguedad
De no importarte que estuve a tu lado.

Te ruego que no me dejes

Que si te debo te lo devolveré todo
Te compraré un regalo
Te diré que te quiero
Que te quiero mucho, demasiado.

Te ruego que no me dejes

Que juntos veremos una película
Comeremos de lo mío y tuyo
Nos acompañaremos
Y guardaremos una canción.

Te ruego que no me dejes

Que no te dejaré
Como a la creación de una obsesión
Porque estaré siempre a tu lado
Y nunca te fallaré.

Te ruego que no me dejes.






Tuesday, August 30, 2016

Adiós Keni

Sebastián salió muy temprano, como a las cinco de la mañana. Había quedado con él para ir a entrevistar a un taxista, él siempre quiso entrevistar a un taxista, pero ninguno interesante se atrevía y por fin logramos que nos acepte alguien que nos auguraba una buena conversación. Pero la víspera me quedé conversando con Isolda sobre todo lo que amo de ella y todo lo que ella ama de mí, a pesar de tener treinta años ya, siento que Isolda es un amor adolescente. No estuve con mi amigo porque me quedé dormido.


Me levanto al medio día, le timbro para saber dónde esta, pensando que me regañará, pero no contesta; eso me preocupa más, quizás ya está pensando en “disolver” – esa palabra la recuerdo de Fujimori – AbogandoTV. No tengo ganas de comer, no sé porqué no tengo apetito.

Salgo a ver a Isolda, hacemos el amor, como siempre me pregunto si lo hice bien, pienso que para mi edad – 30 años – tengo poca experiencia – 5 mujeres. Seguro que Isolda fingió placer, pero a pesar de mi torpeza ella me ama, esta vez no hizo ningún comentario sobre nuestra penosa sexualidad, extrañamente pregunta por Sebastián – a ella no le interesa mucho mi trabajo en el video blogger, y tampoco suele meterse en mis negocios con la SUNAT, pero ahora me esta preguntando por Sebastián.

He visto sus entrevistas, ha mejorado bastante desde la primera vez en que entrevistó al evangélico candidato al congreso, pero pienso que como entrevistador le falta algunas cosas; no creo que así llegue  a ser un Hildebrant. A mí me gusta sus entrevistas, tienes razón, ha mejorado mucho y seguirá mejorando. ¿Y cuál será su próxima entrega? Aún no me lo ha dicho, pero hoy entrevistó a un taxista y estoy esperando a que lo suba. ¿Y no eras tú quien lo editas? Sí, pero hoy no puede acompañarlo porque me quedé dormido – un triunfo para Isolda. Ya es muy tarde, ¿comemos algo? Sí.

Salimos del hotel. Para hacer nuestras cosas vamos a un hotel, porque aún vivo en la casa de mis padres y antes tenía más disposición en mi casa, pero desde que Jhonson trajo a vivir a su mujer e hijos a la casa perdí toda mi comodidad; pronto pagaré la inicial para mi departamento. Caminamos, es invierno, y llueve – el calentamiento global, ahora en Lima llueve y las casas han tenido que modificar sus techos a dos aguas.

No tengo hambre… no es mi preocupación por escuchar renegar al viejo Sebastián, estoy esperando verlo con sus achaques de anciano prematuro; es algo diferente lo que me tiene intranquilo. Llamo a casa para saber cómo esta mi madre.

Hola hermano. ¿Alguna novedad? ¿De qué Keni? No sé, ¿mamá está bien? Sí, todo está bien, bueno… Keni, estoy haciendo unos cambios en la cochera. ¿Qué estás haciendo? Nada hermano, solo estoy haciendo un armario para colocar unas herramientas. Ya nos vemos. Otra cosa, te llamó una señorita, dijo que te había llamado al celular, pero como lo tenías apagado decidió llamarte a la casa. ¿Y quién era? La sobrina de Sebastián, no dejó ningún encargo.

Dejo a Isolda en su casa, bajo por Armendáriz, la noche está triste. Mi celular registró varias llamadas perdidas, una de ellas es de Sebastián, le timbro, pero no contesta. Después de unos minutos mi celular suena, es el número de Sebastián.

Keni, mi tío ha sufrido un accidente y está inconsciente en el hospital San Pablo, su estado es muy delicado; si puedes venir ahora sería bueno, quizás sea la última vez que lo veas, mi mamá – todo esto lo dice en llanto – está orando esperando un milagro, pero sé que no va suceder.


No entiendo por qué pasó esto. 


Monday, August 29, 2016

Por qué me haces llorar

Sebastián está en su escritorio leyendo un libro sobre lenguas nativas del Perú, se interesa por la variedad del Quechua, piensa que quizás podría hacer una entrada para su videoblogger sobre esta lengua.

Se distrae y piensa en Alejandra, en que le ha prometido que tendrá el 2017 un cuento para ella, y por eso ha dejado un curso en la universidad para poder tener un poco más de tiempo. La protagonista será Alejandra. El cuento tratará de un rey – quien será él – y su desprecio a su mujer, hijos y amigo por el amor – mejor dicho la obsesión – por Alejandra. La humillación que será sometida Elena, los padecimientos de sus hijos y el sacrificio de un amigo, todo ello describiendo el daño que  provocará aquella joven a quien antes llamaban rey sabio.

Faltan pocos minutos para la una de la mañana, tiene miedo que Alejandra no le llame para saludarle o saber cómo está, ese detalle dulce que mantiene todavía la esperanza que algún día ella volverá a mirarle como antes. No llama, desespera, quisiera timbrarle, pero piensa que Alejandra podría incomodarse, quizás y ya se durmió. Se pone a escribir poemas para ella, escuchando la canción “Por qué me haces llorar” de Juan Gabriel.


Describe con versos la anatomía de la joven, le cae una lágrima al pensar que ya no la poseerá. Recuerda el último beso que le dio, cuando ella dormía, y que ella respondiera, quizás en sueño, pensando que besaba a quien amaba y no a Sebastián. Hace una pausa y canta para sus adentros “Para qué me haces llorar, qué no ves cómo te quiero, para qué me haces sufrir, que no ves que más no puedo…”.