Sunday, November 24, 2019

El tiempo de la vida


¿Y qué ha tomado en cuenta la vida?
O mejor,
¿Qué ha tomado en cuenta mi vida?
¿Qué ha tomado en cuenta tu vida?

Tu vida
No ha tomado en cuenta
Los fragmentos de mi tiempo
Los grandes pedazos de mi día

A mi vida
No le ha importado buscarte
Perdido el tiempo
No ha querido solucionarlo.

La vida
Que tiene miedo actuar
No ha tomado en cuenta
El tiempo que se nos va.





Tuesday, November 5, 2019

El niño que no miente


Sebastián mira fijamente la araña que está en la arista derecha de la habitación de los cuartos. Ariel le tiene en frente, se esfuerza por no gesticular algo que el docente puede entender como ofensivo, se mantiene firme, espera que le llegue la mirada escrutadora, el mal humor porque el salón está sucio o huele a huevos.

Sebastián olfatea arrugando toda la cara, alza la voz y, mirando fijamente a Ariel, dice; aquí huele a huevos. Ariel se quiere reír, pero no es conveniente, el “profe” lo dice en serio, es el olor de los huevos duros que comieron los de primaria y han dejado sus sobras por todo el salón.

(p) Imanaya cachanqui – Sebastián enérgicamente saluda.
(es) Imanaya cachanqui amauta – responden todos, con excepción de Victoria.
(p) ¡¿Y usted no sabe saludar?! – Sebastián alza el dedo acusador, nadie voltea, todos esperan repetir el saludo -, Imanaya cachanqui.
(es) Imanaya cachanqui amauta – se escucha con más fuerza.

Sebastián pide que formen las carpetas a manera de auditorio, saquen sus cuadernos y libros. Reniega porque los chicos están arrastrando sus carpetas y maximizan su dolor de cabeza. Se sienta, espera que su cabeza le funcione, piensa para qué está allí, se lamenta su suerte. Levanta la cabeza y mira seriamente a Gustavo para pedirle que se calle.

Gustavo se calla y hace que lee. Sebastián le molesta:

(p) ¿Y qué estás leyendo?
(g) Lo que pidió.
(p) Yo no he pedido nada.
(g) Estoy leyendo la clase de la semana pasada.
(p) ¡Qué bueno!, a ver podría explicarnos sobre el mercado de competencia perfecta – Sebastián recordó que el estudiante se evadió la semana pasada.
(g) No recuerdo – Gustavo le mira fijamente como amenazante.

Sebastián le da la espalda, y comienza su discurso.

¿Qué les he dicho del mercado de competencia perfecta?, les he dicho que no existe, como no existe nada perfecto en la tierra, el mercado de competencia perfecta no existe, es una ilusión, es como decir que existe un niño que no miente – dice esto último mirando a Flor, y le pregunta.

(p) ¿Usted ha conocido un niño que no mienta?
(f) No hay profesor – Flor responde con presunción.
(p) Ya ven, todos los niños mienten. Son mentirosos por naturaleza 

Sebastián continúa explicando las características del mercado de competencia perfecta...





Monday, November 4, 2019

El Tiempo Perdido


Estás contando el tiempo perdido
Ya casi dos años
Invirtiendo en verte
Para una sonrisa que les das a todos.

Algo de ese tiempo perdido
Por supuesto es mi culpa
Por temblar cuando te me acercas
Por no abordarte de frente.

No es el azar de los días
Nos encontramos todas las veces que puedo
Todas las veces que estás allí
Y las que no estás también quiero.

Porque cuando te veo
Pauso mis tiempos
Para cruzar miradas
Para tocar tu mano.






Friday, August 30, 2019

El Concurso


Sebastián timbra, una, dos y tres veces. ¿Estaré molestando?, piensa. Se apresura en alistarse para ir al encuentro de Estefany ya son las ocho y media, el concurso comenzará a las nueve.

Estefany mira el celular, se da cuenta de las llamadas de Sebastián, pero no responderá. Si no viene, no le responderé hasta diciembre, se promete.

Sebastián pide una leche con soya y dos panes con palta, sin sal y en pan integral como lo decidió la señora de los desayunos. Toma la leche de un tirón y se lleva los panes para comer en el viaje. Al salir ve un anciano que vende bolsas de basura, paga un sol por un paquete de diez bolsas que seguro contará, después, ocho.

El taxista es muy amable, pero va lento. Sebastián le pide permiso para servirse sus panes y le ofrece uno, el taxista – buena gente – no acepta y asienta a que continúe con su desayuno, mientras le va contando sobre sus cuatro hijos varones y la coincidencia que su amante – Sebastián deduce que es la amante del conductor – tiene cuatro hijas. Es que la vida debe ser complicada con cuatro hijos, por eso ese pobre hombre tiene que trabajar de mil oficios, es carpintero, vende chucherías en las campañas escolar y navideña y hace taxi. No es un hombre muy mayor para decir que viene de la generación que tenía tiempo, fácil tendrá cuarenta, pero no es egoísta con su tiempo, viaja como si estuviera con un amigo, y solo cobró veinte soles de cono a cono.

*****
(A) ¿Por qué Laura está molesta?
(E) No sé, ¿usted sabe director? – Estefany se hace a la desentendida.
(A) Laura dice que le has ofrecido dos puntos a los de primero para que voten por el video de tu pre.
(E) Es mentira…, les he ofrecido tres – hace mueca y le sonríe a don Aurelio, él también le sonríe cómplice.

Laura mira desde lejos a Estefany, la odia, siente que la odia, pero esta en la zona caviar, con la movida cultural, así que sonríe lo más hipócrita posible y mueve sus deditos saludando así nomás.
Don Rómulo saluda a los jueces, Estefany les va recordando los nombres, son personalidad, el gran arqueólogo sanmarquino, la escritora especialista en temas de género, el promotor del programa cultural Rupay Rupay, ya debería conocer a todos ellos, pero no le interesa, no le interesa la cultura, solo le interesa los réditos de una buena imagen de su corporación educativa.

(A) ¿Así que estos son los de la movida cultural?, no podré acompañarlos a comer, así que te encargas tú.
(E) Encantada – Estefany esta súper encantada, tendrá “la débito” para gastar como soberana.

Don Aurelio sube al estrado para dar sus palabras, Sebastián entra al auditorio, chocan miradas. Este pobre también será de la movida cultural, piensa don Aurelio. Me hubiese demorado un poco, ahora estoy obligado a escuchar sus simplezas, don Aurelio; le responde imaginariamente Sebastián.

Sunday, July 21, 2019

Cuzco


Sebastián está frente a su computadora, pensando en qué decir para el discurso de fiestas patrias. Piensa que debería tener un tema optimista. Mientras se decide escucha a Mon Laferte, le gusta mucho “Amárrame”. Suena el celular, es Elena.

(S) Hola Elena – le brillan los ojos.
(E) Ten buen día Sebastián. Te llamaba para recordarte que debes tomar tu medicamento. ¿Has hecho las sesiones?
(S) Sí…
Sebastián se queda en silencio para que Elena hable más, no le importa qué es lo que diga, solo quiere escucharla. Pero todo es silencio. El celular no registró la llamada.

***** 
(C) Ay no sabes, el Felipe casi casi fue padre.
(E) ¿Cómo así?
(C) Es que a su ex no le venía su mes.
(E) ¡Qué!, pensé que te referías a que Felipe casi se decide por ser sacerdote, cosa que sería raro porque no le encuentro vocación de religioso.
(C) Ay Elenita, qué vocación de religioso va tener el Felipe, es más, no creo que tenga un solo talento el pobre.
(E) No seas mala Camucha, Felipe es una buena persona, y creo que su talento está en servir.
(C) Para lo poco.

Camucha toma lentamente su “Machu Picchu”. Elena se ha servido una “algarrobina”. Están en el restaurante del frente de la empresa, es de noche y decidieron conversar para ver qué planes se pueden hacer por feriados largos.

En realidad Elena solo encontró ese pretexto para recordar sus fugases encuentros con el Caballero Blanco. Pero de qué encuentros piensa: de sus contactos visuales, de sus cortos saludos, de pedir un permiso y dar el permiso. Ya ha pasado un año que no lo ve, pero le recuerda mucho, todavía piensa que probablemente sea pariente de Henry.

(C) Ay Elenita, no sabes hija lo que me pasó cuando hice mi viaje al Cuzco. Ojos que lo digo así endentado “Cuzzzzco”, porque así se escribe según un importante lingüista limeño – Camucha recuerda la lección de su sobrino.

(E) ¿Qué te pasó? – Elena sonríe y hace como que demuestra interés.

(C) Ay no sé si contarte Elenita, tú eres mi jefa, pero sabes que hay mucha confianza entre tú y yo, y por eso te cuento, pero es algo bochornoso – Camucha se abanica con una servilleta.
(E) No te preocupes Camuchita, no creo que me puedas escandalizar más de cuando me enteraste de la traición que le hiciste a Javier – Lo dice como que llamándole la atención, pero Camucha ni aludida.

(C) Ay sí, es que tú sabes que soy poliamorosa. Pero te cuento, es que Cuzco – con “z”- se presta para todo amiga, pucha Elenita, te cuento pues. Resulta que perdí el DNI y fui a la comisaría de “Aguas Calientes”.

(E) ¿En Machu Picchu?

(C) Sí… Mi DNI se me perdió en el tren, y llegué tarde, abre llegado eso de las once. En la comisaría había un cholo power, pero si vieras tal criatura, y mira que debes saber que soy selectiva, pero ese cholo era de lo más lindo, su rostro proyectaba luz, sus ojos miel me hicieron confundirlo con un ángel. Pero de lo tan preocupada que estaba por mi identidad, su belleza masculina no me hizo olvidar mi objetivo. Hice la denuncia, salí con mi carguito ya un poco tranquila. Y me arrepentí de no haberle sacado el número al policía Armando, así lo leí en el carguito.

(E) Pues qué bueno que no intentaste eso, quizás te hubiese metido a la carceleta por presunto delito de acoso a la autoridad.

(C) Si era lo que más me hubiese gustado, que me meta en la carceleta y pasar la noche con él. La cosa es que ya calmada me fui al hotel, uno de tres estrellas, que me costó un ojo de la cara Elenita, pero todo lo valía porque era mis vacaciones a la ciudadela inca y tú sabes que yo – aunque no se note – tengo mucho de noble inca. Dormí poco porque justo cuando estaba en medio de una de mis más cochinas fantasías siento unos sonidos raros en el techo. Recién allí doy cuenta que estaba en el último piso y que en la azotea había alguien. Salgo, hacía frío, pero tenía un calorcito de curiosidad de ver al hombre que había interrumpido mi fantasía, a lo mejor era un extranjero, y mi sorpresa fue grande – Camucha cierra y abre más los ojos -, fue muy grande. Qué crees, me encuentro al mismo policía, al mismísimo policía Armando que me había tomado la declaración jurada por pérdida de mi DNI, sentado con una botella de licor, con los pantalones abajo y con la joya de la familia en la mano en una paja loca.  

(E) ¿Y qué hiciste?

(C) Bueno, en ese momento grité su nombre, grité fuerte como resondrándolo: ¡Armando! El volteó y ver su cara de ángel me conmovió, el pobre estaba ebrio. En mi cuarto, me dio mi DNI y yo se lo agradecí grandemente.





Monday, July 8, 2019

¿Qué es el Perú?


Qué es el Perú preguntan
Según mi sentir, el Perú es fuego
En mi pecho,
En mi corazón.

¿Qué quién es peruano?
En medio de miserables
Que execran a la patria
¡¿Quién se puede llamar peruano?!

El que sufre como yo
El que se indigna contra el interesado
El que denuncia al ladrón vista como vista
El que siente como yo al Perú.

Peruano es
El que reconoce que tiene de inga y de mandinga
Que no es Caco ni Perucho
El que no trasquila o azota a otro peruano.

¿Qué es el Perú? Preguntan
Tierra de mis héroes
Todos ellos anónimos
Como mi madre, mi padre y mis buenos vecinos.

Es tierra tropical
Con espinazo de siete colores
De sin cuenta oasis en el desierto
Es el Perú.





Saturday, July 6, 2019

Feliz día profesor Sebastián Rivas


(p) Pero no puedo aceptar este regalo.
(b) ¿Por qué?
(p) Porque esta jalado.
(b) Usted no me ha jalado, soy yo quien jaló.

Sebastián mira al joven de cuarto que le extiende el presente, sonríe y lo acepta. El estudiante se retira tranquilo y Sebastián lee la carta que encontró dentro de la bolsa junto con el regalo.

“PROFESOR SEBASTIÁN RIVAS”

Bueno profesor Sebastián, me dirijo a usted porque para mí es un buen profesor; a pesar de que a usted se le critique mucho en la forma como jala a muchos estudiantes, incluido a mí, soy consciente que es porque nos lo merecemos por no hacer nuestras actividades.

Lo considero el mejor profesor de esta institución educativa, no olvidaré sus consejos que me ha dado, de realizar mis objetivos y no quedarme solo con una carrera sino de seguir con más y no conformarme porque yo sí puedo. Le prometo que haré todas mis actividades, mis rúbricas, sacaré buenas notas, me esforzaré. Espero que hoy la pase bien y acompañado de los demás profesores. Cuídese.

Sebastián reposa su cabeza en la mesa, la migraña le regresó de repente. Cierra los ojos y ve estrellas en la oscuridad que buscaba. Un grupo de chillos del primero avanzan en silencio, se paran en rededor de él y le abrazan en grupo. Feliz día del maestro.

Sunday, June 9, 2019

La Mesera


Me gusta que me sirvas
Aunque con esa sonrisa pálida
Que me hace daño
Me hace daño
A veces es bueno que me duela.

Regreso pensando en tu esbelta figura
Sirviéndome a la mesa
Con esperanza
 Que cambiará tu sonrisa
Que no solo me darás la mano.

Deseo contigo hacer el amor
Tocar el blanco de tu piel
Enredar mis dedos en las hebras oscuras
De tu hermosa cabellera
Que escondes con la boina.

Sentándonos juntos
Contándome de los tuyos
Enterándote de lo mío
Leyendo tus poemas
Escuchando mis versos para ti.

Reposando en la desnudez de tus largas piernas
Atrapada en mis flacos brazos
Probando de tus costillas blancas
Acurrada en mi pecho enjuto
Por el frío de los dos.






Saturday, May 25, 2019

El cuarto del último piso


Elizabeth mira al profesor, éste le hace la pregunta y ella sonríe. El profesor le vuelve a preguntar, ella está por matarse de risa, aguanta, ríe, se lleva la mano a la boca, está riendo, aguanta con la otra mano. El profesor la mira y se recuerda de su sobrina, no se puede molestar con ella; la manda a sentarse.


****  
El profesor pide a los jóvenes que se formen para que se trasladen al auditorio. Los primeros, Grecia, Sofía, Juan, Pablo y Elías le vuelven a saludar. El profesor mira a cada uno de sus estudiantes y piensa que está con los mejores, él les ha tratado tan igual como a sus pares de las otras secciones, pero este cuarto es el mejor, todos ellos son esforzados en los estudios y su comportamiento también es muy bueno. Lo que más admira de este grupo es el compañerismo y amistad que se prodigan todos. En cada salón siempre ha destacado un estudiante, a lo mucho ha encontrado un segundo que le sigue titubeando, pero el cuarto del último piso tiene a Grecia, Sofía, Juan, Pablo y Elías, y el resto no se queda atrás; todos expusieron, todos presentaron los trabajos y más de la mitad aprobó los exámenes.

Se trasladan en silencio, cogiendo sus libros con la postura académica que les enseñó su profesor, recordando ese conocido y viejo refrán: “la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”. Jaqueline le sonríe y le vuelve a saludar.

Ya en el auditorio, no hay necesidad de pedirles que se pongan a leer, excepto Gustavo que busca en su cartuchera, están con sus lecturas. El profesor comienza la explicación, y los jóvenes levantan la cabeza, están ansiosos por el interrogatorio.

(p) ¿Cuál era el rol de la familia en la época victoriana?
Varias manos se alzan, el profesor le da permiso con la cabeza a Grecia.
(g) Era la célula básica de la sociedad, en ella se depositaba los principios morales, los cuales se enseñaban de generación en generación.
(p) ¿Y el rol de la mujer? – vuelve a pregunta el profesor, y asienta para que Elías responda.
(e) La mujer se consideraba como si fuera una autoridad moral, pero solo hablamos de la mujer de las clases altas. Las mujeres de las clases altas estaban encargadas de administrar la casa y educar a sus hijos.
(p) Gustavo, puedes decirnos, ¿cuál era la condición del varón en esta época?
(g) Los varones – dice varones porque el profesor les ha insistido en la diferencia entre hombre y varón -, tenían mucho poder en la familia, esto porque ellos eran los dueños de todo, ellos eran los que controlaban sobre todo el dinero y por eso eran la cabeza de la casa.  
(p) La lectura del anexo 2 nos habla sobre la educación victoriana, lean el texto y completen el cuadro diferenciando las características de la educación peruana actual y la inglesa del siglo XIX.
Los jóvenes se apresuran con la actividad. El profesor se acerca a Elizabeth para apoyarla, ella tiene dificultad con la lectura. Elizabeth se pone nerviosa.
(p) ¿Qué vas entendiendo?
(e) Aquí dice – Elizabeth lee titubeando – “Inglaterra da impulso al deporte moderno hacia 1840, el movimiento parte tanto de los public schools como de las universidades, es decir, de la juventud aristocrática”.
(p) Entonces, el texto nos está hablando de un grupo social, de la educación de un grupo social, ¿cuál es ese grupo social?
(e) ¿Los ricos? – Elizabeth le mira y sonríe.
(p) Pero el texto dice cómo se llaman.
(e) Los aristócratas – lo dice como haciéndose la niña.
(p) Así es, allí podemos rescatar dos características.
(e) Que eran los aristócratas que se educaban y que en sus colegios les enseñaban deportes.
(p) Y hoy en día, en nuestro país, ¿es así?
(e) En el Perú, ahora nos enseñan a todos, no importa si somos ricos o pobres; pero usted siempre dice que la educación de los “sectores poderosos” – recuerda las palabras del docente y éste se admira – es mejor que la de los que estudian en colegios públicos.
(p) Escribe esa diferencia.
(e) ¿Cómo escribo? – Elizabeth no se atreve a escribir lo que piensa.
(p) Pues así como lo has pensado, así mismo como me lo has dicho.

El profesor mira sus zapatos y limpia el barro salpicado en sus zapatos con una servilleta. Se para y ve en la mesita de la computadora una retorta, lo han comprado los jóvenes del cuarto del último piso.

Sunday, May 19, 2019

Piscina


Entra a la piscina y siente frío, mete su cabeza al agua para acostumbrarse, se pregunta si mojado se verá más su escasa cabellera. Mira a Martín, está en la ducha bañándose, lleva unos shorts muy largos, le grita que se apure.

(-) Este lugar está buenazo.
(-) ¿Siempre vienes aquí?
(-) Es mi casa en estas épocas, a lo mucho viene una pareja y eso – Martín mira el cielo como esperando una bendición.
(-) ¿Qué me cuentas del San Silvestre?
(-) Lo mismo pues hermano, la Chata que viene con sus innovaciones pedagógicas. La gente no la aguanta, ahora sale con que debemos tener cotutores, y no sabes quién quería meterse como cotutor del quinto… imagínate que la Chola estaba en conversaciones con los felones de los padres del quinto.
(-) Pero, ¿por qué deben tener cotutor?
(-) La Chata que quiere hacer trabajar a todos igual, pero no pasa nada pues; yo soy un profesional, no puedo estar con un cotutor al lado y menos voy a permitir que a mi lado esté la Chola. – Martín hace un gesto despectivo con sus labios.
(-) Pero si la directora lo manda tendrás que acatar nomás.
(-) No, porque ya somos tres los profesores que no hemos permitido eso. Hasta ahora, solo la Heidi tiene cotutora, pero tú sabes que ella lo necesita, porque la pobre ya ni recuerda sus años. Figúrate que ahora viene con mini, la pobre no se resigna a que el tren ya se le pasó, cree que todavía estamos en los ochentas.
(-)  Pobre Heidi, ya debería jubilarse.
(-) ¿Tú crees que la Chata la tuvo en planilla sus veinte años?
(-) No creo, si cuando salí, solo unos cuantos estaban en planilla y Heidi creo que había alcanzado ese privilegio recientemente.  
(-) Sí pues, la Heidi está hecha un “cage” – lo dice como se pronunciaría en inglés. – Martín nada al otro extremo de la piscina y le pide a Sebastián que nade – Nada Sebastián.
(-) No puedo. No sé nadar.
(-) No jodas hombre, cómo no vas a saber nadar, vamos, ¿qué pasó con tus clases de natación?
(-) Jalé… la verdad fui un mal estudiante – Sebastián se avergüenza.
(-) Jajajajaja, no jodas, no puede ser que hayas jalado un curso de natación – grita Martín y la señora que está limpiando la piscina le sonríe. Pero algo habrás aprendido hacer.
(-) Sí, pero voy al lado que no está hondo. – Sebastián camina hacia el lado menos hondo y se tira pataleando teniendo la cabeza abajo, parece que nada, pero luego se desespera y se para, voltea y solo avanzó un par de metros.
___ _____
(-) Mamá, ¿puedes poner en tu testamento que Florcita se queda conmigo?
(-) ¿Cómo así?, ¿cómo voy a testar algo así?.., ¿se puede? – Nella se preocupa.
(-) No mamá, pero quizás si tú en tu testamento pones así como que Florcita tendrá un cuarto si es que se queda con tu hijo, a su cuidado, claro con un pago mensual cómodo por mi parte, porque sabes mamá que como profesor no gano mucho y no podré pagarle mucho, pero tampoco pienso hacerla trabajar tiempo completo, solo para que limpie mi piso y me cuide, porque de mi ropa y mi comida me encargo yo. Quizás por consideración a ti, ella se sienta comprometida y no me abandone mamá.
(-) Tendría que hablar con ella, además es muy joven y tiene planes de estudio. Tendrás que buscar otra chica. – Nella piensa. Quizás puedas contratar a su  hermana, su hermana ya terminará el colegio para eso, ella puede ayudarte; además le he dicho que me gustaría que se quede con Norma, que me la cuide a mi hija.
(-) Ay mami, si Norma ya está vieja; ella solita se puede cuidar. Yo soy el menor, tú tienes que velar por mí; qué voy hacer cuando no estés, has conversado con mi padre sobre la herencia.
(-) Sí ya le dije, tú sabes que el tercer piso es tuyo, nadie de lo quita. Hablé con tu padre, figúrate que quería solo darte un cuarto; pero tú eres nuestro único hijo y no te puedo dejar en abandono.
(-) ¿Y aceptó? – Sebastián se hace el preocupado.
(-) Después de un llanto, me aceptó. Es que tu padre piensa que no te lo mereces porque te fuiste de la casa, por eso debes volver Sebastián, tu papá está resentido por eso.
(-) ¿Te has dado cuenta que estoy flaco? – Sebastián cambia de conversación, se para, oculta la panza y se da una vuelta para que le aprecie Nella.
(-) ¿Estás comiendo?

Nella comienza con su sermón sobre la alimentación, y Sebastián le cuenta que está siguiendo una dieta sana, de abundantes vegetales, y cero grasas. Se despide de su madre, ella le insiste en que se lleve algunas frutas de su mesa, él coge unos duraznos y se va.



Wednesday, March 20, 2019

Que en paz descanse


Ahora que no hay objeto
Que no hay nada que altere mi visión
¿Por qué ahora vuelvo a ver
Lo que antes cuando les tenía?

¿Por qué siento lo mismo que sentía
Cuando sus ausencias eran mi pesar?
¿Por qué no puedo escribir con claridad?
¿Por qué estoy inundado de una subjetividad sufriente?

Este estado de sensibilidad
Me hace insoportable una rosa
Porque ella tendrá muchas espinas
Muchas que matarán las ganas de mirar su belleza.

Este estado absorto de nada
No me hace amigo de los otros
No me permite aprovechar
De la sonrisa de los demás.

No hay consuelo
No hay calma del dolor
Para quien no se le puede decir
Que en paz descanse.





Wednesday, February 27, 2019

Vida Triste y Vacía


Vida triste y vacía
¿Para qué vivirla?
Frente a pantallas
De colores chillosos.

Vida triste y vacía
De amarillos diarios
Que avergüenza que se sepan
Que los leemos.

Mi vida, tu vida, su vida
Nuestra vida
Pegado al monitor
De la mentira que es el juego de la vida.

Esta vida triste y vacía
Que no es vida
Porque le falta
La libertad.

La libertad que ha muerto
Por nuestra intransigente ignorancia
Vistiendo de tinieblas
A la sociedad.




Sunday, February 24, 2019

Juez y parte



Me reprochas
Porque siendo grande
Contigo titubeo
Por haber dicho sí
Y luego, no

Me reprochas que te haya dicho sí,
Porque no puedo decirte no
Sin que te molestes
Sin que me señales
Con tu duro juicio.

Porque tienes poder de juzgar
Facultad perpetua
Con claro argumento
Para señalar
Que soy malo.

Acusador
Que no tiene deberes
Ni cargas ni pruebas
Que no entiende
Que soy humano.

La soberbia de tu juicio
De tus duras sentencias
De decir malo
No al acto
Sino a la persona.

La soberbia de no dudar
De no escuchar razones
De no necesitar probar vigencias
De no entender generaciones
Que diferente somos.

Juez y parte
Contra hombre al fin
Condenándome estás
A regresar al oscuro hueco
Del que salí.






Thursday, February 7, 2019

Ellos


(-) Pero estás que comes como si fueras una condenada.
(-) Es la ansiedad.

Elena piensa en el Caballero Blanco. Él saliendo de su oficina, se topa con ella y con una sonrisa despectiva le obvia el saludo.

*****  
Sebastián le pide su celular para poder ubicar su página web. Ella le alcanza la pantalla para que él escriba. Rozan sus manos, él la mira y ella responde con una sonrisa.  Le pide que lea el poema. Ella lo lee y él la mira. Ella se emociona, le dice lo bueno que le ha parecido y él le pide nuevamente para buscar otro poema. Ella sostiene el celular mientras él busca los poemas y aprovecha para rozar sus manos otra vez. Ella le mira y él sonríe. Ahora, él es que lee para ella y ella también se emociona. Buscará un tercer poema para ella.

(-) ¿Por qué ya no venías? – la joven acomoda sus rubios cabellos.
(-) No estoy llevando todos los cursos, y los que me inscribí eran de noche – Sebastián sonríe como no lo hace con nadie.
(-) Están muy bonitos tus poemas, son medio filosóficos, deberías publicarlos.
(-) Tengo un poemario publicado, aunque creo que no son tan buenos como quisiera. Muestran un tipo subvalorado y melancólico.
(-) Así, ¿has publicado?
(-) Sí, además tengo un canal de youtube – si ella me pide el libro se lo regalo, Sebastián piensa.
(-) Un canal de youtube, ¿puedo ver?, ¿cuál es?
(-) (…)

Sebastián la mira, es tan joven como Alejandra. Se la ve inteligente y noble. Le gusta su  piel blanca, le mira los tobillos, quisiera tocarle la piel, cómo sería darle un beso. Piensa atrevidamente, como no lo había hecho hace mucho.

Si me dice algo… algo que me haga pensar que puede ser; que no es simple simpatía por el cliente. Quizás me pueda sugerir algo distinto, a parte del menú.

*****
(-) Ha sido un grosero, no será machista.
(-) ¿Por qué dices eso?
(-) Mira para decir que puede hacer mejor de lo que tú haces en la oficina. Eso lo dijo porque eres mujer, es violencia de género – Camucha exagera.
(-) No creo que sea eso, solo está molesto porque lo despidieron y piensa que he tenido algo que ver con eso. Le puedo comprender, si lo despidieron es porque yo envié el documento.
(-) Pero qué chiquillo para más engreído. ¿Vas a comer eso? – Camucha se interesa por los trozos de pollo que Elena está dejando.
(-) No,… tómalos.

Elena sigue pensando en el Caballero Blanco, aunque se hace la desentendida con Camucha, sigue pensando en aquel chiquillo. El calor de la tarde está insoportable, el sol resplandeciente ya no anima, demanda a buscar aire libre.

(-) Vamos a la galería, quiero tomar unas raspadillas.
(-) ¿Estás invitando? – Camucha hace gesto de tonta.
(-) Sí, pero apresúrate que se nos va hacer tarde. Deja de comer, luego estás que te recriminas por los rollos.
(-) Ay no me digas eso, que me voy a poner triste.
(-) Disculpa, no te pongas triste, porque te pones triste y comes más. Vamos.




Friday, January 25, 2019

El hijo de mi hermana


Con cola
Que pega
Cuanto más feliz está
Duro pega.

Que te acompaña
Hasta la pista
Y no te preocupas
Porque no cruza.

Con triste rostro
Que da pena
Como su nombre
El pobre Chavo.

No ladra
Sino cuando sospecha
Que hay algo malo
O algo malo ha hecho.

El hijo de mi hermana
Allí está el Chavo
Acompañado de su escudero
El Kiko.








Wednesday, January 23, 2019

Esclavo del Amor


¿Quién soy?
Lo que dicen ellos
O lo que crees tú
Del enigma en cuatro paredes.

Encerrado por herencia
De dioses negros
Que con dolor me tienen
En la oscuridad.

¿Quién soy para ti?
El que vive en el sur
Con prácticas ocultas
En Estado perdido.

Que vive en pecado
Atormentado
Porque esclavo soy
Del amor.






Saturday, January 19, 2019

Danza

Sebastián se levanta temprano. Dice en voz alta el nombre de Elena, mira a la ventana y la encuentra tan joven como siempre. Le habla a la aparición.

(-) ¿Qué haces aquí Elena?
(-) Esperando a que despiertes, hoy comienzas danzas y seré tu pareja. Por favor no demores, te estaré esperando.
(-) ¿Por qué dices eso?, ¿Por qué mejor no te quedas aquí conmigo?
(-) Te prometo que te gustará, además te ayudará con esa pancita.
(-) Jajajaja… creo que me ayudaría no estar comiendo de noche – Sebastián coge su abdomen.

Sebastián se para, prende la computadora y el Internet, pone música, le sale “Hasta que me olvides” de Luis Miguel. Se mete a la ducha y piensa en Elena, y se alucina que habrá una Elena esperándole en el curso de danza. Deja caer agua para desaparecer las lágrimas que tiene en la cara y terminar por bañarse.

Saca todas sus prendas de cada cajón para encontrar el buzo, separa las medias negras, la truza azul y el polo con mangas largas. Se pone la ropa. Va la biblioteca para leer el último capítulo de Yawar Fiesta, siempre recordando cuando Elena le resondró porque no había leído nada de José María Arguedas. Termina el libro leyendo la biografía del literato y se promete conseguir la obra “Agua”.

Ya son las ocho, su clase comenzará en una hora, se va al mercado para tomar su desayuno: fresas con leche – le recuerda el gusto de Alejandra -, dos panes con palta.

(-) ¿Y a dónde vas hoy? – le pregunta la dependiente.
(-) Tengo danza.
(-) ¿En la universidad?
(-) Me inscribí en este curso por insistencia de una amiga mía, hoy es mi primer día de clases – se apresura con sus alimentos.
(-) Llegas rápido si tomas arriba en el Pte. Nuevo, en el paradero que está a la altura del grifo, allí hay unos amarillos que te llevan por dos soles cincuenta, pero te lleva en menos de diez minutos.
(-) Qué bueno, estoy atrasado.

****** 
Sebastián paga medio – un sol con cincuenta céntimos. El bus está lleno, pero era cierto, va rápido y en ocho minutos se encuentra en Abancay con Puno, donde baja y camina hacia su clase. Hay mucha gente, y delante está Elena, ella le pide que se apresure, que ya es tarde.

(-) ¿Cuál es tu nombre?
(-) Alisson
(-) Muy bien Alisson, bailarás sola por ahora - el profesor empareja a los estudiantes y deja sola a la señorita de tímida sonrisa. 


Me alejé sin darme cuenta...

Sunday, January 13, 2019

Narcisismo


Elena voltea, tiembla. Es el caballero blanco. Él la mira pero no la saluda, hace como que no le interesa el restaurante, se retira. Elena aprovecha para verle, se sonríe porque le ve vestido con ropa de futbol. Piensa en lo gordito que se ha puesto, admira su piel de blanco alabastro, sus grandes e ingenuos ojos, sus piernas salpicados con puntos de barro, su barba de cinco días, su indiferencia o quizás su enojo para con ella. Elena es feliz por esa coincidencia, no le importa la malcriadez del jovencito.

Hace el pedido, un pollo y un cuarto. Se acerca a Camucha y ésta le pregunta por Rafael Sandoval.

(-) ¿Lo viste?
(-) Claro que lo vi, su sola presencia fue como que iluminó lo gris de este barrio. Pero qué chico para más bello.
(-) Sí, es lindo. Aunque no tanto.
(-) Ay por dios Elenita, aquí en estos lares la belleza escasea; y un hombre así, qué no diera por uno así, y lo mejor, que sea peruano.
(-) ¿Por qué lo dices? – Elena no cae en indirecta a los venezolanos.
(-) Es que si es bello, es venezolano, y si es venezolano, no tiene plata.
(-) Pero qué dices… Aunque estoy preocupada, porque mi sobrina está saliendo con un venezolano. No tengo ningún prejuicio ya, pero creo que este joven se está aprovechando de mi sobrina.
(-) A mí no me importaría invertir en un hombre. El único requisito es belleza.
(-) ¿Siempre tienes que ser tan superficial?
(-) Para ti es muy fácil decirlo, eres linda, pero yo, mira la desgracia que me ha tocado en suerte – Camucha recorre su cuerpo con sus manos.
(-) Eres linda, solo que estás un poco panzona, ¿por qué no vamos al gimnasio juntas?
(-) Lo he estado pensando seriamente, pero creo que no dará resultado, además me preocupa cómo iría a un lugar así; creo que primero debería bajar un poco de peso.

Camaucha recibe la bolsa que contiene las papas y disimulando coge algunas papas para ir picando. Elena mira nuevamente la entrada, para recordar la imagen del Caballero blanco.

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Rafael Sandoval busca otra pollería, ver a Elena le molestó mucho. No le gusta su presencia.

¿Pero quién se ha creído esa mujer?, ¿por qué me mira así esa señora?, ¿acaso pretende que me voy a interesar en una vieja? La detesto, cuánto la detesto.

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(-) Estos estados no corresponden, pídele al contador que los corrija, no ha considerado las últimas ventas del mes de octubre. Qué le está pasando al contador, esto ya está sucediendo dos veces, no puedo permitirme que las cosas estén así, por qué tiene que hacer dos balances, fácilmente me podría pasar el registro contable, yo lo puedo leer – reniega Elena.
(-) ¿Conoces al contador? – Elena pregunta a Arturo.
(-) Es el mismo de siempre, el error no es del contador, sino de su auxiliar.
(-) Pues creo que debería cambiar de auxiliar.
(-) Ya le dije al señor Rimachi, ese muchacho se quiere meter en la administración de la empresa, no sé qué le sucede; parece que es pariente de uno de los dueños. Arturo está celoso del nuevo del área contable.
(-) Bueno, le haré un documento, voy hacer una observación a esos estados, porque es mi deber y no me importa si el señor Rimachi se moleste y le tenga que llamar la atención a su auxiliar, quiero que me entreguen los estados como antes, no quiero otro balance.

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Rafael se levantó tarde, igual no le preocupa; está en la empresa del tío, y es el chico lindo a quien todos sonríen. Se pone a la ducha, se baña pensando en su anatomía, en la perfección de su piel, en lo atractivo de su sonrisa. Sale de la ducha y desnudo se pone delante del espejo, mira al vacío y se enamora de sí mismo.

Tienes la juventud, pero estás en crisis.





Thursday, January 10, 2019

Verano del profesor Rivas


Elena mira el celular, es Sebastián. No contestará.

Sebastián entra al supermercado, se sirve una causa, paga y se ubica en el comedor, mirando el parque, come. ¿Por qué no contestas?, ¿es tu trabajo?, ¿o ya no me quieres?

(-) ¿Dónde estás?
(-) Zárate
(-) Eso es el culo del mundo.
(-) Cuando se quiere uno puede ir hasta el infierno.
(-) Es que no sabes, me dormí recién a las seis de la mañana; estuve viendo una serie de Netflix. ¿Tú qué haces?
(-) Comiendo una causa.
(-) ¡Qué rico!
(-) ¿Y si te invito el almuerzo?
(-) No gracias, mejor nos vemos en la noche, pero en algún lugar más céntrico. ¿Qué te parece Risso?
(-) ¿En la Arequipa? No me parece cerca, pero puedo ir. ¿Está bien a las 7 pm?
(-) Ya, pero te llamo antes para confirmar.
(-) ¡Qué! ¿No está confirmado?
(-) Puede que me salga algo.
(-) Está bien, no te preocupes.
(-) Nos vemos viejito.

Sebastián busca el wasap, le pasa un video de AbogandoTV, donde explica las diferencias entre la moral y el derecho y se lo pasa a la chica con quien estuvo conversando, con un mensaje: “éste soy yo”.

***** 
Sebastián llega a su habitación, se quita los zapatos y los deja en la puerta. Aprendió de tantas películas, le parece que es un hábito noble. Escucha una cumbia, y baila pensando en Elena.

Revisa la comunicación, su socio le pasó un ensayo, lo revisa y le gusta el tema, pero la redacción tiene mil defectos; se molesta, pero se dice que no le llamará para recriminar nada. Busca su Código Penal para revisar el tipo que se comenta. Serán dos horas para rehacer el ensayo.

Tiene el Facebook en una solapa y se da cuenta que unos muchachos le han escrito, no quiere responder. Evita responder a los estudiantes por las redes sociales, piensa que todo puede prestarse para un mal entendido, está lleno de prejuicios de ser amistoso o tener contacto con los estudiantes que no sean de la distancia propia del año académico y el face to face del salón de clases. Pero quien le escribe es un muchacho que hizo promoción el 17, Sorel.

“Profesor Rivas, buena noche, día o tarde, ¿qué tal le va?, espero que se siga superando y sea ese buen profesor que necesitamos en las escuelas, lo que quise decir ese día que me despedí fue que gracias a usted hizo que me interesara por el curso de historia, nunca lo había tomado enserio, quizá como dice no es el mejor, y pues cómo lo sabríamos sin compararlo con otros pero no desmerezca su enseñanza porque muchas veces hizo que mis enfoques se vuelvan más críticos y claros, enserio agradezco que me tocase un buen profesor. Le deseo muchos éxitos, siga escribiendo poesía en esta sociedad de los poetas muertos. Y me preguntaba si me podría recomendar libros sobre Historia Universal y del Perú, me gustaría tomarlos en cuenta y los que usted crea que me convendrían, siendo eso lo expresado, buenos deseos”.

El mensaje le alienta, después de todo no es tan mal profesor. Sebastián se sirve un vaso de gelatina. Relee el mensaje y piensa: este muchacho se parece en algo a mí, a parte de la ansiedad, tiene algo que me recuerda a mí cuando salí del colegio, quería ser diferente pero no para otros, sobre todo  para mí. Le responderá.

Mientras escribe, Elena posa su mano en su hombro desnudo. Él voltea para verla, pero ella desaparece.