Erase una vez una hermosa pareja de esposos con tres lindos
hijos, uno de ellos, la bella Elizabeth. Pero a esta familia le aconteció
desgracias, y Elena – la madre, que era una bruja – pretende sacrificar a
Elizabeth para recuperar el estatus de la familia. El padre al darse cuenta de
las pretensiones de su mujer, decide huir con su hija.
En el palacio, la Reyna ha caído en la cuenta que su hijo morirá
si no usa magia, está enfermo y los doctores no han podido darle cura, por eso
decide que lo atienda una bruja.
La bruja Elena atiende al príncipe y logra sanarlo. Desde entonces,
Sebastián estará al cuidado de la bruja, quien termina por enamorarse de él.
Pero el príncipe no haría caso a la maldita mujer. Es así, que la bruja decide
hechizar a Sebastián. para que sufra el desprecio que ella sufrió, convirtiéndole
en un monstruo, y que solo podrá librarse de tal aspecto una vez haya
encontrado el verdadero amor, pero que si éste amor lo rechaza, morirá.
Pasado un tiempo, Elizabeth, buscando ayuda para su anciano
padre, llega a la torre donde había sido recluido el monstruo. Al encontrar a
la bestia – que estaba cubierto -, Elizabeth le pide medicinas para salvar a su
progenitor, y el monstruo le da los medicamentos a cambio de que ella vuelva los
fines de semana para ser contemplada por éste. Ella acepta.
Es así que Elizabeth logra mantener con vida a su padre, y
la bestia puede contemplar a la bella señorita todos los fines de semana. Hasta
que llegó el día en que debía declarar su amor y así romper el hechizo.
Te amo, cásate conmigo y tendrás todo. No puedo mi señor, yo
no lo amo, solo lo quiero como es, un amigo, el más simpático de mis amigos.
La bestia entristeció, pero igual cumplió con su promesa de
seguir suministrando el medicamento para el padre de Elizabeth.
Permíteme amarte. Mi señor, mi respeto es para usted, no me
pida tal acto que no nace en mi corazón.
El príncipe moría de amor.
Ten la bondad de darme un beso, si no lo haces moriré. Mi
señor, mi vida es suya, tómela y haga con ella lo que le plazca, pero no tendrá mi amor y
despreciará mi respeto.
El príncipe está enamorado y ahora comprende a la bruja Elena.
El hechizo hace mella su salud y pronto morirá.
Elizabeth, ¿me quieres? Como el más lindo de mis hermanos –
el príncipe decide mostrar su horrendo rostro y ella no se inmuta-, lo sigo
queriendo como el más lindo de mis hermanos - ella ya había reparado en que el
príncipe ocultaba su fealdad.
Yo te amo y por lo mismo que te amo voy a desaparecer de tu
vida. ¿Por qué? Porque no me puedes dar lo que necesito de ti. En verdad lo
siento mucho, yo te quiero Sebastián, pero no podría amarte. Ya no hay razón de
que te disculpes, solo recuerda que algún día me tuviste y me dejaste.
Al siguiente fin de semana, Elizabeth no encontró al
príncipe, lo buscó por todo el castillo. Según cuentan, ha subido al monte para
morir.
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