Wednesday, June 25, 2014

Adelaida

Mario no soporta Lima, ha planeado viajar a Trujillo con sus amigos: Adelaida, Liliana, Máximo y Diego. Pero los tres últimos se echaron para atrás por motivos económicos, familiares y laborales no respectivamente.

En el celular:

Cambio de planes amiga, salgo la próxima semana, ¿igual te quedas hasta agosto verdad? Sí, no hay problema, pero qué te han dicho los chicos. Diego bien difícil que se anime; Máximo, ya sabes que es pisado; y Liliana, dice que en su trabajo no le dan permiso hasta la quincena y ya no coincidiría con mis vacaciones. Yo tampoco podría para la quincena. ¿Igual sigues animada?, ¿no te preocupa ir sola conmigo? No, para nada “querido”, yo sé defenderme bien. Jajajaja, ni que fuera qué; entonces voy para Trujillo.

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En el celular:

Estoy saliendo para allá. ¿Con qué bus?, ¿a qué hora llegas? Con Cruz del Sur, bus cama, me dice que llegaré a las seis, dime estarás para esa hora, por favor tienes que llegar a esa hora porque me dicen que esa ciudad es muy peligrosa y no quiero estar solo – Mario entona sus palabras con exageración. No te preocupes, yo estaré allí temprano. Por favor Adelaida, tienes que estar pendiente de mi llegada – Mario está nervioso, cuando está en un bus interprovincial se pone muy nervioso. Ya no seas exagerado. Es que me dicen que allá roban y hasta violan. ¿Estás hablando en serio? Sí, me han dicho que violan. Jajajaaja.

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En el trayecto, Mario se imagina que el bus puede caer en el Pasamayo, o que como es de noche el conductor ha de estar muy cansado y puede que se estrelle contra algo; no puede dormir y decide molestar a Adelaida.

En el celular:

¿Dónde estás?, ¿estás viajando para Trujillo? No, yo solo estoy a un par de horas, salgo en la madrugada. Ah ya, ¿pero vas a estar a las seis verdad? Sí, no pasa nada, me esperas en la agencia yo te recojo allí – Adelaida se sorprende de lo miedoso que resultó su amigo -, duerme. No puedo, no puedo dormir, yo creo que si me va acontecer la muerte es necesario que sea con los ojos abiertos.

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Mario solo ha dormido un par de horas. Llega al terminal, espera a su amiga por una hora. No se siente cómodo esperando y tiene hambre, decide ir al centro. Al salir de la agencia encuentra taxistas que le ofrecen llevar a la Plaza de Armas, pero piensa que alguno de esos señores puede ser algún secuestrador así que decide irse caminando, igual a él le gusta caminar. Entra a una tienda y llama:

¿Dónde estás?, ya son las seis y media y sigo solo, me he perdido. Ya estoy por llegar a la agencia. Yo ya no estoy allí, estoy camino a la Plaza. Pero habíamos quedado encontrarnos en la agencia, ya, no te estés moviendo más, espérame allí.

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Mario conversa con un guía municipal en la plaza:

¿Es cierto que aquí roban? – El guía se incomoda por esa pregunta, pero al verlo tan preocupado le confiesa. La verdad, sí, ahora las cosas aquí están un poco difíciles, pero mientras te encuentres en el centro todo es tranquilo, si sales más allá tienes que tener cuidado. ¿Eres de Lima? No, soy de Junín – Mario siempre dice que es de Junín para ver la reacción de la gente. Bueno, te doy aquí una guía para que visites nuestros atractivos. Gracias, voy a visitar algunos museos por la mañana y en la noche me embarco a Santiago de Chuco, quiero ir a conocer la casa de Vallejo, ¿sabe a cuánto tiempo está de aquí? A siete horas, todas las noches sale buses para allá.

Adelaida llega con un chullo de colores y una pequeña mochila.

Te pasas, pareces un niño. Es que no sabes todo lo que he pasado en este viaje, figúrate que me senté con un gordo que estaba mirando mi merienda y como no sabía qué valores no tiene, decidí regalarle mi comida para verme simpático. Jajajaja. Bueno ya estamos aquí, vamos a desayunar.

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Desayunaron, visitaron tres museos y almorzaron. Por la noche conocieron los famosos mercados donde se venden los calzados más baratos – en realidad no estaban muy baratos -, Adelaida se compró unos botines y Mario le prometió a una vendedora que volvería por unos zapatos.

Rumbo a Santiago de Chuco, Mario tendría nuevamente su crisis:

¿Tú crees que estos choferes descansarán sus ocho horas? ¿Por qué? Porque podrían dormirse en medio del trayecto. Ay no seas negativo, siempre eres negativo; mira ya es tarde y he estado caminando todo el día, voy a dormir y eso debes hacer, mañana nos espera más caminata. Ya está bien, solo preguntaba, ¿por qué te pones así?

Adelaida duerme, acomoda su cabeza en el hombro de Mario, él la acondiciona en su pecho y la abraza. Recuerda que impresión tuvo de ella al conocerla.

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¿Y quién es ella? Adelaida, es bien chévere; la podemos integrar al grupo – Liliana le pide a Mario. Claro, no habría problema, es bueno que haya mujeres y varones para así tener diversidad de ideas y perspectivas.

Mario ve a Adelaida y la ve especial, es bonita, se la imagina muy segura de sí misma – cosa que él no lo es aunque todos piensen que sí -, y sonríe.

Pareces colombiana. ¿Por qué dices eso? – Adelaida entona más su voz. Porque tu voz suena como si fueras colombiana, ¿de dónde eres? De Chiclayo – Mario se dice, con razón es bonita.

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