¿Cómo le puedes fallar a un amigo? – Sebastián le increpa a
Antonio. Pero la amo, y yo la conocí a ella antes que él. Dime, ¿él es tu
amigo? Sí, Eduardo es mi mejor amigo. ¿Entonces?, es la primera vez en tu vida
que tienes un amigo, cuánto quisiste tener un amigo como Eduardo; él te defendió
con lo de los del cuarto, te apoyó con tus trabajos en casa, has comido cada
sábado con él, han bebido de la misma botella y se han contado de todo. Lo sé,
y lo peor es que al confesarle lo de Elena no voy a ganar nada ni con ella ni
con él, por el contrario los voy a perder a ambos.
Antonio tiene en la línea a Eduardo.
Antonio, amigo, voy a volver a Lima; quiero recuperar mi
familia. Es lo mejor Edu, debes regresar por tu hijo y esposa – Antonio siempre
le aconsejó que debería estar cerca de su familia -. ¿Tú crees que Elena me
perdone? Ya no hay nada que perdonar Edu, era lógico que pasara lo que pasó;
ella lo sabe y hemos conversado del tema y lo hemos razonado, ella te perdona.
Es la una de la mañana el señor Rivas – padre de Antonio- le
pide que corte su comunicación, que es muy tarde, Antonio apaga las luces y
sigue conversando con su amigo.
¿Y tu tía no dice nada? Está molesta, ya le dije que
regresaré a Lima, no me habla, hasta mis primas me han hecho la ley del hielo.
No importa, lo bueno de esto es que todo será como antes. Sí, quiero volver a
la iglesia, te prometo que seremos pareja misionera y vamos a tener muchos
interesados. No sé si seremos pareja misionera, pero lo que sí es que tienes
que ser un líder, tienes que dejar de ser un dejado. Ya, sí, ahora estoy orando
todos los días y el sábado he ido a la iglesia. Ya, ¿sabías que soy director de
JA? Sí, me lo dijo Elena. Sí, también estoy de maestro. Asu, encima con tu
trabajo y la universidad; no te sobrecargues. Es lo que puedo hacer hermano,
aprovechar a lo máximo la soltería, ya después, cuando tenga carga familiar, me
iré a Estados Unidos a buscar fortuna. No Toñito, puedes salir adelante allá en
Lima, además tú vas a ser profesional y tienes el apoyo de tu familia. No te
pongas así Edu, yo soy tu hermano ahora, y cuando necesites, lo que esté en mi
alcance yo te voy apoyar.
Pierdes a un amigo. Lo sé, pero no lo soporto, no soporto
este dolor que tengo en la espalda y cómo me retumba en la cabeza que debería tirar
todo a la borda; tengo la necesidad de decírselo a ambos, decirle a Elena que
la amo y a Eduardo que amo a su mujer. ¡Para qué!, ¡para que Eduardo te saque
la mierda!, ¡para que Elena se sienta defraudada! Pero tengo necesidad de hacer
catarsis. Será el peor error que vas a cometer y no te lo vas a perdonar.
Quiero acabar con esto, no soporto la amistad de Eduardo, no soporto que Elena
me trate como un hermano.
Eduardo, cuando llegues, voy a conversar de algo contigo.
¿Tienes problemas? Es un problema muy grande y no te lo he dicho porque no
quiero que te enojes conmigo. ¡Y por qué me voy a enojar contigo!, no te
preocupes Toñito, eres la única persona con quien no me puedo enojar. Hermano,
te vas a enojar mucho conmigo, pero sé que me vas a perdonar. No bromees
Antonio, ya te conozco, me quieres hacer como lo de la enfermedad o lo de la
pistola. No hermano, hablo en serio, pero quiero hablar contigo en persona esta
vez, no podría bromear con respecto a esto. Ya, seguro debe ser una tontería,
igual si me molesto te gomeo y luego nos perdonamos – Eduardo lo dice con
gracia -.
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