Mario está en la universidad, escucha a su profesor de
Teoría General del Proceso; le parece agradable el docente, puesto que se
parece - en gestos y ocurrencias- a un estudiante suyo.
Está muy cansado porque solo ha dormido tres horas. Ayer
estuvo buscando libros en la mañana con su amigo y luego en la tarde hacer los
documentos del colegio. Fue apoyar a una amiga y de allí le salió una cita con
alguien que no veía hace mucho y quiso darse la oportunidad. Llegó a su
habitación a las once de la noche; muy cansado porque el sábado también había
tenido mucho que hacer; pero igual tenía que continuar con los documentos.
No se siente bien porque quisiera tener el dinero suficiente
para que Elizabeth se quede, la locura que va hacer por ella tiene que ver con
eso. Ha descartado viajes y equipos para las vacaciones.
Ya tenía la suma, pero sucedió lo de su padre y lo más
sensato era apoyarlo; se quedó con poco y ahora no tiene ni para sus tasas
educativas. Pero solo está pensando en el monto que necesita Eliazabeth para
quedarse.
Se cansó de tener dos trabajos, pero igual sigue luchando. También
se ha prometido que si le acepta, él se iría; no tendría ningún problema de
irse por unos años hasta que el tiempo mejore las cosas. Lo importante es cumplir
de la promesa que le hizo a Elizabeth: Cuando me necesites, yo voy a estar
allí.
Pero Elizabeth ni siquiera le ha dado su número, ella no le
ha dedicado ningún mensaje y tampoco le ha respondido los suyos. Elizabeth es
indiferente. Y Mario quisiera tener el poder para olvidarla.
Elena le escribe al celular, ella le ha propuesto que deje Lima, tiene un contacto que le puede ofrecer un trabajo bien remunerado. Salir de la Lima que tanto le ha hecho sufrir; porque las veces que ha sido feliz, ha sido cuando ha estado fuera de Lima.
Mario: Sí, si Elizabeth se va, yo también me iré.
Porque Lima me será insoportable.
Elena: Mario, aquí tendrás las mismas comodidades
que tienes en Lima, no tendrás pesar.
Mario: Está bien, pero déjame intentar todavía
algo.
Elena: Olvídate de ella, nunca te quiso, solo le
interesabas porque le enseñabas y le hacías su tarea.
Mario: No hables así Elena, yo voy a despedirme
de ella. Como sea, así decida marcharse o quedarse yo ya no estaré más aquí;
quizás volveré después de unos años.
jajajaj ya la olvidaras......... pero se de una elizabeth que cuando te vea te va reclamar por la bloqueaste ........sabes leerte se ha vuelto compulsivo aunque casi nunca entiendo lo que dices ...........tas quemado cholito
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