Me llamo Mario. Ya lo sé, ¿cómo no saberlo si todos
preguntan tu nombre? – pienso que es un reproche -. ¿Te molesta eso? No, ¿qué
tal te pareció el profesor de Historia? – Elizabeth cambia de tema -. Malo, es
malazo, ¡no lo escuchaste!; prácticamente nos ha dicho que sus clases serán ver
videos, como hoy, y hacer resúmenes. Ya, hasta ahora no me gusta ningún
profesor salvo el de comunicación. A mí también me agrada el de comunicación,
¿vamos a comer algo? Sí, vamos a comer algo, hace mucho calor aquí.
Cuando salíamos del salón se acerca Jhonnatan y me pregunta sobre
un comentario que hice.
Mario, - Jhonnatan me llama de frente por mi nombre – me parece
que dijiste que el derecho griego y romano tenía como base la religión. Así es,
¿cuál es tu nombre? – Sé su nombre pero me incomoda porque interrumpe mi conversación con Elizabeth
y además no me agrada su aspecto -. Soy Jhonnatan, disculpa, un gusto; y, ¿cómo
te llamas amiga? – le pregunta a Elizabeth -. Elizabeth, un gusto – le saluda
así nomás y luego me pregunta por la duda de Jhonnatan -, sí Mario, ¿de dónde
sacaste eso? Estoy leyendo el libro de un francés llamado Fustel de Coulanges,
La Ciudad Antigua; y allí se demuestra que existió una religión muy antigua y
particular de las familias griegas y romanas más añejas y que ellas
determinaron las normas de trato al matrimonio y la propiedad privada. Pero
solo es un libro, y no por eso puedes estar diciendo que la religión doméstica
antigua es la base del derecho griego – Jhonnatan interviene -. Claro, pero
Coulanges cita muchos textos antiguos con los que demuestra su teoría; además
Toynbee, nos habla acerca de la importancia de la religión para el desarrollo
de las civilizaciones.
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