Elena esta en la puerta de la iglesia, se queda mirando la
ventana de Mario, piensa que él estará estudiando o limpiando su cuarto como acostumbra
hacer cada sábado por la mañana. Se siente triste porque no pudo pasar junto a
él para su cumpleaños.
Le ve entrar junto a una chica más joven. Se molesta, reconoce
que es Elizabeth – Mario le había enseñado unas fotos de ella en el facebook -.
Es la primera vez que odia a una de las acompañantes de Mario, antes no le
había sucedido eso, puesto que antes él no se había dedicado tanto a ninguna
como ahora lo hace con Elizabeth.
La ve, y se hace la idea que Elizabeth es una niña
caprichosa, sangrona, piensa que debe ser una chica mimada – aunque Mario le ha
contado que su amiga no lo tiene todo fácil -, supone que Elizabeth es una
chiquilla frívola que solo le importa pasar el tiempo y reírse sin sentido. Se
ha puesto nerviosa, su rostro se ha desencajado, pero se da ánimos al saberse
más bella que su joven rival.
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Te traje estos kekitos. ¿Cuándo la viste? Ayer, me supongo que has
comprado esos libros con ella. ¿Y qué tal te pareció? Creo que es poco
agraciada; tiene cara de niña, pero no es linda, creo que Gabriela estaba
mejor. No hables así, no es tan bella como tú, pero se la ve bien. Porque es
joven. Sí, pero es lo de menos, a mí me gusta su personalidad. No me has dicho
que a veces miente. Sí, pero son tonterías. Sí te miente en cosas insignificantes,
en cosas importantes también lo hará.
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Quedé para estudiar con Elizabeth. ¿Estás seguro que es para estudiar?, no me mientas. Sabes que no te mentiría, y sí, es para estudiar; pero también para verla. Creo que pierdes tiempo con ella, tú ya eres un profesional, conoces mucho, ella es una niña que está comenzando. Yo también aprendo de ella, tiene muchas ganas de progresar, de salir adelante y eso me motiva. Mario, no pierdas el tiempo con ella.
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