El amor a la madre es una fórmula que comienza con el
infante primitivo que al llamarla dice “ma”, aquel niño que abre – lo más
grande posible – su boca, arruga su tierno rostro, achina sus ojos y es feliz:
el niño Antonio en la foto de 1991; con un polo colorido, apoyado en unas
rejas, en el Parque de las Leyendas.
El amor a la madre se confunde con el complejo de Edipo,
cuando el niño Jhonnatan la cela con aquel hombre más grande que domina la
casa.
El amor a la madre se entiende cuando en retrospectiva ves a
la mamita que insiste que comas todo: la niña Elizabeth que no entiende que es
para su bien, le dice a la mamita, ¡qué vieja para más jodida!
El amor a la madre no se entiende cuando a los siete años el
niño Antonio es dejado en el jardín o, más tarde; ella le expone con pijama - que
tiene orejas de conejo -, le pinta la cara con unos bigotes largos y le impide
que se mueva para tomar una foto.
El amor a la madre no se entiende cuando el niño Jhonnatan
tiene que salir con una caja de tecnopor a vender chupetes, según ella, para
comprar los útiles.
El amor a la madre no se entiende cuando la mamita le dice al
señor de la casa que Elizabeth ha estado afuera hasta tarde, que se la debe
corregir porque no hace sus tareas.
El amor a la madre acepta la separación – aunque le duele –
con el fin de que el niño crezca, se convierta en un hombre de bien: No llores,
si lloras le vas a dar mala suerte; sonríe, él se está yendo para su bien.
Elena le aconseja a la madre de Antonio, cuando éste toma el bus rumbo a Lima.
El amor a la madre no desea nada para sí, en cambio el amor
de mujer es egoísta, engañoso y dañino: la madre de Jhonnatan cuando engaña al
hombre que no dominaba la casa.
El amor a la madre es complejo y simple a la vez en ese
papel transcendental del cuidado que la mamita tiene por la niña Elizabeth.
El amor a la madre hace que el joven Antonio se separe de
ella, porque es la forma que él crezca, a ella le duele, pero lo debe tolerar.
Ahora, él esta en la universidad y no tiene tiempo para su madre; por qué debería
decirle que esta enferma.
El amor a la madre desea y alienta la separación por el bien
del niño, siendo esto una tarea sumamente difícil; pero el amor de mujer,
perverso amor, ve al hijo como un estorbo y piensa sobre éste cuando encuentra
su cuarto sucio: Lo odio, porque representa lo peor de su padre.
El amor a la madre da miedo, cuando Elizabeth ve a su mamita
llena de arrugas, débil; pero con una facilidad para poder amar.
El amor a la madre duele cuando le llamaron a Antonio a
decirle que su madre tiene cáncer y tendrán que cortarle una pierna.
El amor a la madre duele, cuando Jhonnatan, en un día de la
madre, tiene que compartir en la casa de sus tíos con otras madres y sin la
suya.
El amor de una madre duele, cuando la mamita de Elizabeth duerme para
siempre.
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ReplyDeleteHombre, la verdad siempre tengo ideas para expresar algo, pero esta vez no se que decir. Yo no he sido muy cercano a mi madre en realidad, toda mi vida e vivido con mis abuelos, pero las pocas veces que la veo,creo que no le presto la debida atención que se merece. He leído esto y no se porque estoy temblando un poco. Solo puedo desearle lo mejor a su amigo y decirle que su madre siempre va a estar a su lado protegiéndolo, ya que eso es lo que hacen las madres.
ReplyDeleteinteresante,"UNa madre siempre es madre". En el duelo el vacío y la pena es muy grande, aunque sea de ésta forma natural porque era ya mayor, la muerte de los padres nos llena de dolor. Tu poema es precioso y así también lo creo. "No muere, solo cambia de lugar" Muy hermoso. :)
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