Sebastián mira el sistema, mueve la barra y lee:“sí”, ganó
el concurso. Cierra el sistema, sale de su habitación, cierra la puerta y
quiere volver a entrar pero dejó la llave en su cuarto. Le pide a la dueña
que le dé el duplicado para poder entrar a su habitación, la señora renegando
le lanza la llave por el tragaluz.
Entra nuevamente al sistema, mira el resultado, dice “sí”.
Llora, agacha la cabeza y pone la frente en su libro; llora y se siente feliz,
agradece a Dios, al Dios del que siempre duda.
Sale de su habitación, recarga su celular y muere por llamar
a Alexandra.
Será oportuno llamarla ahora, quizás piense mal; pero quiero
que lo sepa, quiero que sea la primera persona que sepa esto.
*******
Mario llama a Elizabeth.
Elizabeth, ¿dónde estás? En casa, estoy con mi madre – Mario
recuerda que la madre de Elizabeth está muy enferma. Eli, quiero contarte algo;
estoy muy alegre y estoy contándoselo a las personas que quiero. Dime Mario –
Elizabeth se sorprende que Mario le llame después de todo. Gané, gané el concurso.
¡Ves!, yo siempre te lo dije; pero tú eras negativo, yo sabía que tú ibas a ganar; tú te lo mereces. Gracias, muchas
gracias.
*******
Sebastián busca el último número de Elena, timbra. Suena,
suena, suena muchas veces, pero nadie contesta; contesta la grabadora.
Elena, quería contarte que gané el concurso; quiero que
donde estés te contentes por mí.
*******
Nella está en su habitación, Mario se acerca, se arrodilla y
la abraza.
Nellita, felicítame; gané el concurso. Sí hijito – se
acelera el corazón de la madre -, ahora te vas a quedar con nosotros. Sí Nellita,
ya no me iré, ¿dónde está mi papá? Se fue al mercado.
Entra el Sr. Rivas.
Papá, gané. Uy, esto está bien – el Sr. Rivas no sabe si
abrazar a su hijo, pero Sebastián se le acerca para animarlo.
*******
Sebastián se ubica en la ventana, timbra a Alexandra;
conversa con ella, le pregunta muchas cosas antes de contárselo; se sienta en
el suelo; se ríe, no escucha bien lo que dice Ale, pero igual le habla.
Quería contarle algo para que ella le admire. Siente que es
poco, pero ahora al menos tendrá más oportunidades para tener su aprecio, su admiración
y quizás, quién sabe, su amor.
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