Keni piensa que será la mejor navidad que pasará, su padre
ha comprado el Play Station. Espera el momento de celebrar la navidad, esto es,
abrir los regalos.
Llegó las doce, Jhonson y Keni esperan abrir el súper regalo
que Gonzalo ha comprado para los dos. Jhonson coge la caja, lo pesa; está pesante,
el niño tonto no se equivocó, es un Play. Keni tiene la boca abierta de
preocupación, ¿será el Play?, ¿y si Gonzalo no cumplió su promesa? Jhonson
rompe la envoltura y Keni se da cuenta rápido que es el play.
Jhonson alza la caja en señal de victoria, Keni alza las
manos y se arrodilla como si estuviera adorando a Dios, pero se ha puesto en
esa posición torpe porque quiere agarrar esa preciosa caja que tiene el aparato
que le hará verdaderamente feliz.
Pasó el momento de euforia, sacan el equipo y lo arman en la
mesita que está cerca al televisor, viene el “Vivo” – la mascota de Jhonson – y
bota el Play. Jhonson persigue al “Vivo” y le da de patadas, haciéndole llorar.
Keni, deja el play y va a consolar al “Vivo”.
No te preocupes, no se hizo daño; ya tenemos nuestro Play –
Keni acaricia al perro. Ahora voy a ser muy feliz, no sabes cuán feliz voy a
ser. Era lo que más quería en esta vida, ya nada me puede hacer más feliz,
tengo mi Play; esta es la mejor navidad de mi vida. Mañana comeré chanchito y
te voy a dar carne, ¿ya?
El niño Keni está en pijama contándole al “Vivo” que es el
niño más feliz del mundo.
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