Prende la computadora, escribe a Magda que en media hora irá
para allá. Pone música. Se desnuda – está apurado -, se mete a la ducha, deja caer el agua para
pensar un minuto de miles de segundos en Alejandra, canta “Mi eterno amor
secreto”.
Piensa que el próximo año será mejor, quizás mejor en lo
profesional o en lo económico; pero nunca será mejor como las noches que pasó
con Alejandra, nadie le podrá hacer dormir como un viejito.
******
No deseas hacerlo por allí – Antonio mira lúbricamente el
trasero de Alejandra. Viejito mañoso, qué te pasa, te voy acusar con mi mamá – Alexandra parece a la “Popis”.
Ya pues Alejandra – Antonio la coge de los brazos, la echa en su cama y la
voltea.
Alejandra intenta safarse, pero no tiene mucha fuerza.
Antonio acerca su cabeza a la de ella y huele su perfume. El pecho de Sebastián
late fuerte, Alejandra se ve tan linda así en la cama, sometida a él. Antonio levanta la cabeza y se excita más al
verle la nuca despoblada de los alborotados cabellos, acaricia con su nariz,
a ella le gusta sentir la piel de su amante.
Antonio le hizo el amor, se acuesta a su lado y coge la mano
de Alejandra; ella se siente un poco avergonzada, pero le gustó, se hace la
dormida – es una linda mujer – y deja que Antonio la acaricie como él quiera.
******
Cruza la Chinchaysuyo, ve estacionado el carro de Keni y
decide escribir en la capa de polvo que lleva el auto: MAR-TAE.
Cuando lo vea, se recordará de mí. Piensa.
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