Antonio aún no termina con sus
tareas del colegio, tiene que revisar los registros y llenar un aplicativo de
recomendaciones de su tutoría. Se acerca a la directora para hacerle algunas
preguntas con respecto a las fechas.
Va a la oficina y encuentra a la
directora hablando por el celular, nota que le caen lágrimas. Antonio se
retira, decide hacer más rápido las cosas y no molestarla.
******
Esto de llenar notas podría
determinar el futuro de algunos estudiantes, aunque en un colegio particular es
raro que alguien repita; pero él es muy exigente, las calificaciones en su área
son bajas y tiene como diez jalados.
******
Se le acerca el alumno Junior.
Buen día profesor, quiero que me
ayude. Pero tú estás muy bien conmigo. Profesor, quiero pedirle algo, espero no lo tome a mal; pero
por favor escúcheme. Te escucho – Antonio tiene curiosidad. El primer trimestre
obtuve el cuarto puesto con 125, el primer puesto obtuvo 130; el segundo
trimestre obtuve el segundo puesto con 127 y el primer puesto obtuvo 130
también; ahora tengo sumando el promedio que me va a colocar 129 puntos, no
digo que no esté de acuerdo con su calificación, pero siempre he quedado atrás
porque he tenido menos nota con usted. Este trimestre tendrás 15. Quiero que
por favor me ayude, necesito tener dos puntos más para asegurar el primer
puesto; a mí nunca me ha interesado esto de las calificaciones ni los puestos,
usted lo sabe, yo me relajé en sus clases; pero acordé con mi padre para poder
ir a estudiar a una universidad importante y él me ha pedido que obtenga el
primer puesto; yo conozco a mi padre y si no lo logro no me ayudará. Podrías
mejorar esa calificación. ¿Cómo? Si ganas el concurso de despedida, yo te pongo
20.
*****
Antonio piensa en que debería
ayudar a Bryan, estuvo toda la mañana esperándolo afuera; solo necesita un
once. Recuerda las palabras de Keni.
Lo que necesita ese chico es una
motivación, qué es un puntillo. Pero es un vago. Yo también era un vago y ahora
soy tu amigo. Pero sigues siendo vago. Ya pues Antonio, piensa que ese chico
podría ser yo. Si tú hubieras sido mi alumno te jalaba y ahora ya no seríamos
amigos. Si yo hubiera sido tu alumno te mandaba a la mierda, yo en esa época
era un rechucha, no me importaba nada. Pero yo sí te hubiese hecho la vida
cuadritos, hubiese llamado a tu padre, te hubiese hecho informes y te jalaba y
si el director tendría planes de mejorarte la nota, lo denunciaba. Y si tú lo
denunciabas yo te mandaba la moto.
Antonio piensa que Bryan podría
ser el vago de Keni.
******
Quiero decirles una cosa, un profesor nunca jala, un profesor jamás podría jalarte – al menos que sea un maldito, ese ya no es profesor -, pero un profesor no puede jalar a un estudiante; si tú sales jalado es porque te lo mereces. Pero eso sí, un profesor te puede aprobar. Dirás, qué curioso, pero es así, se llama discrecionalidad; el profesor no te puede jalar, pero sí te puede aprobar. No te puede jalar porque el profesor te tiene que poner las notas que tienes, si al profesor le caes mal, si fuiste molestoso y el profesor no te quiere, el profesor te pondrá la nota que te corresponde, no te puede bajar puntos, ya ahora no hay el criterio subjetivo, eso de actitudinal ya fue, o mejor dicho, lo de actitudinal para jalar ya fue; si un profesor te jala por actitudinal está mal, lo denuncias y sale perdiendo. Todo lo contrario es cuando te pone un punto más, el profesor por criterio propio puede apoyarte con un punto; él puede discernir que te lo mereces por cuanto has ido in crescendo; él puede decirse, éste alumno ha ido mejorando, le falta un punto, yo le pongo ese punto porque me ha demostrado que ha cambiado.
Quiero decirles una cosa, un profesor nunca jala, un profesor jamás podría jalarte – al menos que sea un maldito, ese ya no es profesor -, pero un profesor no puede jalar a un estudiante; si tú sales jalado es porque te lo mereces. Pero eso sí, un profesor te puede aprobar. Dirás, qué curioso, pero es así, se llama discrecionalidad; el profesor no te puede jalar, pero sí te puede aprobar. No te puede jalar porque el profesor te tiene que poner las notas que tienes, si al profesor le caes mal, si fuiste molestoso y el profesor no te quiere, el profesor te pondrá la nota que te corresponde, no te puede bajar puntos, ya ahora no hay el criterio subjetivo, eso de actitudinal ya fue, o mejor dicho, lo de actitudinal para jalar ya fue; si un profesor te jala por actitudinal está mal, lo denuncias y sale perdiendo. Todo lo contrario es cuando te pone un punto más, el profesor por criterio propio puede apoyarte con un punto; él puede discernir que te lo mereces por cuanto has ido in crescendo; él puede decirse, éste alumno ha ido mejorando, le falta un punto, yo le pongo ese punto porque me ha demostrado que ha cambiado.
Ahora dirán, por qué les digo
esto; ya se acerca la navidad; y a mí como a cualquier persona, le nace el
espíritu navideño; crece en nuestro corazoncito – sus estudiantes le miran
sorprendidos al profesor Rivas – un no sé qué, que te impulsa a ser generoso,
hacer el bien, ser más noble; entonces a mí se me ennoblece el corazón y puedo
ponerte un punto más; pero eso depende de cómo te comportas, porque no le voy a
poner el punto aquel que me ha estado haciendo bulla, no le voy a poner el
punto aquel que en clase no hizo nada, se dedicó a la chacota, no trabajó.
******
Bryan se limpia la cara, está preparado
para el suplicatorio.
Es un puntillo profesor, solo uno
– Bryan agacha la cabeza, en señal de súplica. Bryan, te relajaste todo este
año, tú crees que te lo mereces. No profesor, pero quiero salir pronto; mi papá
me va ayudar para estudiar en un instituto. No creo que te pueda ayudar Bryan,
tú no solo no tienes buenas calificaciones, sino que también te has portado
mal. Por favor, ayúdeme; solo es un puntillo; deme la motivación para seguir
adelante – Bryan se hace el gracioso y el profesor Rivas recuerda a su amigo.
Presentarás una exposición en el día del logro y de eso depende.
******
Junior perdió el concurso, mira
al profesor Rivas y agacha la mirada.
Junior – el profesor Rivas le
pasa la voz y éste se le acerca. Profesor, perdí. No, lo hiciste bien, el chico
hizo trampa. Usted también lo vio. Sí, él siempre hace trampa. Profesor, ¿ya no
me apoyará? Junior, sabes a quién me recuerdas, me recuerdas a mí; no por el
deporte, yo he sido muy malo en deporte, sino por tu personalidad, eres serio,
inteligente, eres lógico, creo que te pareces a mí cuando era estudiante. ¡Guau!
– Junior se echa para atrás del asombro. Sí, te voy a poner veinte porque tú te
lo mereces, tú eres mejor que Hernández; él es memorista, él usa la mayor parte
de su tiempo para alcanzar esas calificaciones, en cambio tú utilizas menos tiempo,
estás en la academia y además eres un buen deportista; tú eres mejor que él.
******
Bryan se acerca al profesor
Rivas.
Profe – Bryan se acerca con
angustia. ¿Qué pasó Bryan? No pude hacerlo, no va encontrar mi nombre en la
lista, tuve que salir acompañar a mi mamá y por eso no vine para el día del
logro. Bueno, las oportunidades están para tomarlas o dejarlas. Pero profesor –
el profesor Rivas le corta. Bryan tengo que salir. ¿Entonces no era cierto lo del espíritu navideño? - Bryan lo dice despacio.
******
Antonio abre el sistema para los
quintos. Coloca el veinte a Junior; busca la casilla de Bryan y le retumba la
voz de Keni, es un puntillo, solo un puntillo. Pone once.
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