Si mi madre
supiera lo exhausta que estoy y que no es porque soy débil, no, el hecho es que
tengo dos vidas, tengo que limpiar su casa, pero también nuestra casa, tengo
que comer con ellos, pero también quiero compartir contigo un almuerzo.
Ayer mi madre
hizo arroz frito, tu preferido, quise traerte, pero se vería mal que me llevara
otro plato a mi habitación. Sabes Pablito, me preocupa que no crezcas, sé que
no es por falta de alimentos, porque si no ya te hubieras enfermado, ¿acaso
será que no crecerás? No puedo llevarte al hospital, pero pregunté al doctor de
por qué los niños no crecen y me explicó que puede ser un trastorno de
crecimiento o enanismo. Tengo dieciocho y tú debes tener la misma edad, pero
estás igual de chiquito que cuando teníamos cuatro, ahora te veo como un
duende, pero antes eras mi par, me preocupa, pero no puedo hacer nada, no
puedes salir de aquí o, mejor dicho, no quieres salir de aquí. Así que
esperemos que no sea algo muy malo lo que te impide crecer, y solo sea que eres
un enano.
Sal de allí por
favor, no te resientas, ven, acércate. Mira, estos son los libros que compré.
Te los voy a leer en la noche, vamos a viajar a otros mundos, ahora yo seré
quien te llevará por otros paisajes, iremos a otras tierras a través de la
lectura.
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