Mi amor secreto,
Alejandra, lucho por
dejarte. Lo voy hacer, voy hacer de cuenta que no existieron esos gestos tuyos
que me enamoraron, que nunca me dijiste como me gusta. Voy a pensar en mí, en
mi moral; voy hacer honrado conmigo mismo, no me engañaré, no viviré de
fantasías.
Hoy al ver tus fotos,
al verte feliz, es que me di cuenta que llegué demasiado tarde: edad y relación
engañosa. . Hoy estás feliz, yo no lo
estoy; haces contraste conmigo; no digo que tu felicidad provoca mi tristeza, en
este caso tu felicidad provoca mi tristeza, antes mi tristeza o alegría no
tenía nada que ver con tus experiencias.
Yo no te iba a dejar,
pero tampoco voy a seguir a tu lado cuando me desprecias. Me desprecias porque
eres gestual cuando quieres y no cuando lo necesito, me llamas como me gusta
cuando te lo pido y te debo rogar, te comunicas según tu disposición. Eso ya no
es para mí.
Esperé…, de verdad
esperé mucho, y no llegaste. Escribí harto para ti, y parece que no leíste. Todo
fue en balde, ya no puedo decirte las cosas más claritas de las que te dije. Te
amo, pero voy a desenamorarme.
Con tranquilidad,
Mario Arias.
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