En la cima

Sebastián encontró el Facebook de Alejandra, le envía solicitud de amistad y ella acepta al minuto.

Hola Alejandra. Hola Sebastián, es un gusto tener un chico tan preguntón en clase. Jajaja, solo que me interesa. ¿Y entonces por qué no estudias contabilidad? No, solo me interesa como cultura general. Ah ya. ¿Dónde vives? En Zárate, ¿tú? En 13 de Enero. Eso está en el Tercer Mundo. Nada que ver, estoy en una zona civilizada. Jajaja, civilizada Zárate, pero ya más adentro de San Juan ya es el Tercer Mundo – Sebatián bromea con su nueva compañera.

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¿Crees que le voy a tener confianza a alguien que tiene nombre de resucitado? No sé, pero creo que soy el único quien te puede guiar a esa montaña – Lázaro le mira y sonríe -; a ver dime, ¿para qué quieres llegar allí?, ¿quieres ver la amplitud del bosque? No, no es cuestión de geografía. Ya te dije, primero pagas, son veinte soles. Está bien – Sebastián le da dos billetes de diez.

Lázaro le guía, dejan las cosas en el mirador y continúan su ascenso a la cumbre del cerro.

Tienes vértigo, ¿por qué haces esto? – Lázaro se preocupa por Sebastián, está temblando. Porque no tengo lo que quiero, porque no tengo nada y porque estoy solo. ¿Estás enamorado? Perdidamente. ¿Y por eso te estás comportando como un estúpido al querer subir a la cima a pesar que tienes miedo? El maldito amor hace que te comportes como un estúpido. Vamos, si el maldito amor del que hablas es verdadero llegarás a la cima.

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Sebastián pide cam a Alejandra y ésta acepta. Ella le muestra su gatito.

Eres zoofílica. Ay Sebastián cómo se te ocurre, es mi gata que jode demasiado, que me ponga en perrito es una cosa distinta a que quiera que me coja un perrito, me maleas la cabeza – a Sebastián le sorprende como habla Alejandra. Me supongo que no eres virgen. ¿Por qué ah?, ¿me quieres sacar de virgen? Ay, se me acalambró la pierna. Ay que pena, yo estaría allí y te daría masajes; oye tienes chivita; ¿qué estás haciendo Sebastián? Nada, por qué lo dices. Es que se mueve tu computadora. Es que estoy con mi laptop. Ay por favor Sebastián, ya estaba pensando mal de ti. ¿Y qué crees que yo pienso de ti de todo lo que me hablas? Jajajaja, ni que mi enamorado me escuche hablar así. ¿Tienes enamorado? Sí.

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Estás empapado, quítate el polo – Lázaro se quita el polo y Sebastián no le sigue porque piensa que se verá mal. Me puedes tomar una foto aquí – Sebastián se sienta en la roca. Ya, no se aprecia lo alto que estamos, pero se ve bien.

Llegaron a la cima, Sebastián se pone pensativo.

Ahora el problema es bajar. No quiero pensar eso ahora, esta vista es hermosa, cuánto me gustaría compartirlo con Alejandra. ¿Esa chica es de Lima? No, es de aquí. ¿Y cómo es que la conoces? Estudia conmigo en Lima, en la misma universidad; ¿tú a qué te dedicas? A la moto y nada más. Ya.

Sebastián saca el celular y llama a Alejandra. No contesta.

¿No te contesta? No. Quizás está con otro. Sí, está con su enamorado. 

Es una pendeja entonces, Lázaro se dice para sus adentros.