Poemas improvisados

Lima está calurosa, Sebastián no sale de su habitación. Llama Kelly.

Hola Kelly. Sebastián, vamos a Ica, mi tío nos lleva, él tiene un minivan. Lo siento amiga, ahora estoy ahorrando. Pero me dijiste que te llame si salía, es una buena propuesta pasamos sábado y domingo. Gracias, pero no me siento bien. Qué falla contigo, bueno igual voy yo, adiós Sebastián. Sé feliz Kelly.

Sebastián toma una ducha, el calor es mucho, va por su segundo baño y recién son las diez.

Se seca, sin vestirse se pone a la computadora para ver si Alejandra posteó algo o escribió algún mensaje, nada. Ella no es de  escribir mucho en Internet, aunque su mundo es la nube, ella solo lo usa para comunicarse y enterarse del mundo de la moda, raras veces lee temas económicos.

Mira la fotografía en la que está junto a ella, se concentra en sus ojos, en sus labios. Alejandra tiene la boca abierta como simulando un gesto erótico inocente, ella es feliz. Sebastián imagina, imagina estando junto Alejandra, caminando en la montaña, jugando.

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Improvisado, todo lo que escribes me parece improvisado. No es improvisado, es espontáneo. Mira, esto no sirve, mejor dedícate a un negocio. No tiene que ser tan ofensivo tío. Sebastián, hijo, ya no eres un niñato – el tío policía le pone el brazo en el hombro -; estas huevadas no sirven, estás perdiendo el tiempo. Pero mucha gente me ha dicho que les gusta. Sebastián, ya pues hijo, esto solo son pajas mentales - el tío policía se va a la cocina para servirse agua. Pensé que me podría ayudar tío, pero ya veré como financiar mi proyecto. Cuando tengas un proyecto de negocio puede ser, lo discutimos y allí sí hijito. Lo tendré en cuenta tío. Ah y déjate de estar subiendo videos criticando a los políticos que quién sabe que un día necesites de ellos. Será el día que pierda mi moral.

Sebastián le da la mano a su tío y se despide.

Camina por las calles, el lugar es tranquilo y limpio, es un lugar idóneo para caminar, se quita las zapatillas y las medias y camina hasta la avenida principal.

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Llega a su habitación, se apresura en cliclear la solapa de Facebook para ver si Alejandra le escribió algo. Nada.

Le pone un poema de los antiguos en la caja de conversación. Ella responde y Sebastián se emociona.

Mensaje de Alejandra. Un poema improvisado, tienes que pulirlo Sebastián.

Sebastián elimina de forma permanente – Shirtf más suprimir – el poema, y recuerda que Vicent van Gogh destruía los cuadros que no servían.

Mensaje de Sebastián: Ese poema ya fue eliminado, haré algo que te sorprenda.

Mensaje de Alejandra: Ok Sebastián; me voy con Víctor, nos estamos comunicando.

Sebastián se siente mal, se desnuda y pone en la ducha, se baña por tercera vez, no se viste.

No desayunó ni almorzó – el tío policía no es de invitar -, come un pedazo de panetón integral que le regaló su madre, pone música triste de una artista francesa que no sabe su nombre. Siente frío, se le ha bajado la presión, se acuesta y envuelve con las sábanas como si fuera una momia.