Wednesday, January 27, 2016

Rotacismo

Se levanta temprano, pisa frío y se va a la ducha.

Piensa en Alejandra, piensa en lo feliz que se pondrá porque hay sol, porque es un día de vacaciones bonito. Seguro aún está durmiendo, ella es así, marmoteará de la pereza; luego irá a la ducha con su toalla grande y poco sexy, con una sonrisa de despreocupación por verse bonita, porque igual es bonita en todo.

Recuerda las veces que venía a su cuarto, siempre llamaba para pedir permiso por la visita y a Sebastián le sorprendía esa delicadeza, aunque le gustaría que un día tenga el detalle de arriesgar a venir sin avisar, de sorpresa.

Sigue en la ducha, repara en que está gastando agua y que hay gente que lo necesita como su amiga que vive en Jicamarca. Coge la toalla y se seca, se preocupa porque se le están cayendo los cabellos y se lamenta que antes molestaba al tío Lobo porque se quedó calvo.

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Kenicito apresúrate niño, ya vamos a ver a la doctora. No quiero mamá, no quiero – Keni hace berrinche zapateando. No hagas eso niño, te va doler el pie. ¡No! – Keni cruza sus brazos e infla sus cachetes de molesto. Keni, tenemos que ir a la doctora para que te ayude con tu lenguaje. ¡No! – Keni tiene los ojos rojos de querer llorar porque su mamá no le hace caso, él quería seguir durmiendo, pero su madre le levantó, bañó y acomodó su cabello para un costado. Vamos hijito, toma tu leche, ya se me hace tarde. ¡No! – el niño no tiene más argumentos, él piensa que con un NO es suficiente para que su madre entienda que no tiene ganas de salir, que aún está con ganas de dormir, que no quiere leche porque le da ganas de vomitar. Apresúrate, mira cómo Jhonson ya se fue a sus clases de piano y tú recién te levantas – la madre le acomoda su cabello -, ay pero qué bonito está mijito – la señora le engríe, pero el niño mantiene los cachetes inflados -, pero qué guapo se me ha puesto mi bebé. ¡No! – Keni repite su argumento infalible y lo apoya con un golpe de pie al suelo. Vamos – la madre se lo lleva jalando de la mano.

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Sebastián sale hacia la Chinchaysuyo, toma un carro que le deja a la altura de “Las Malvinas” de SJL – solo le cobran cincuenta céntimos – y camina hasta la estación del metro. En veinticinco minutos estará en la última estación, pero esos minutos son melancólicos. El metro está limpio y no hay mucha gente – en las mañanas el recorrido a SJL es así -, y ese ambiente clarito, limpio, acompañado de gente que no le dice nada y que él necesita de la compañía de alguien le pone a pensar más en Alejandra.

Baja por las escaleras – tiene miedo usar las escaleras eléctricas -, sale del metro y cruza la pista para tomar una cúster que dice que irá al “pueblo” de su amiga. En el trayecto revisa su celular, repasa la lista de amigos que tiene para ver si puede llamar a alguien, piensa en que quizás pueda llamarle a Keni, pero seguro estará en el hospital así que mejor no molestarlo, ya se reportará el muchacho.

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¿Qué es lo que tiene doctora? Tiene rotacismo. Y eso se puede arreglar – a Eduarda se le ha puesto los labios más separados de no saber qué es lo que dijo la doctora. El niño no tiene frenillo, esto se solucionará con terapia. Está bien, cuántos días, ¿usted hace la terapia? Mi colega es logopeda, ella le indicará los días que tiene que venir para su tratamiento.

Eduarda, ¿voy a venir siempre aquí? – Eduarda le enseñó a sus hijos a llamarla por su nombre. Los lunes, miércoles y viernes. Pero yo no quiero. Tienes que venir para que mejores tu forma de hablar, un niño de siete no puede hablar así. ¡No! – Keni vuelve atrincherarse con su monosílabo. Pero hijito, es para tu bien papito, cuando seas grande me lo vas a agradecer. ¡No!, ¡no!, he dicho ¡no! – zapatazo incluido y ganó. Está bien, pero convéncelo a tu padre - Keni abre más la boca de felicidad porque su argumento es invencible.

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Baja en el último paradero, no hay pista, sube un pronunciado del cerro y encuentra un jovencito que solo usa short.

Buenos días niño, ¿ésta es la casa de Susan? Sí joven, es mi mamá; pero ella ha salido. No hay problema, solo vengo a dejarle esto – Sebastián saca una caja de zapatos donde puso ocho vasos que le regaló su hermana. Gracias – el jovencito se da cuenta que es un obsequio -, ¿le va esperar a mi mamá? No, solo estaba de pasada y quería aprovechar en entregarle eso, le dice que vino el amigo de Luiz. Ya joven, gracias. Nos vemos.

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No fui, no fui a terapia. Qué bueno, porque a mí me gusta mucho cómo hablas, suenas musical – Yovana está sentada en la cama y Keni le toma una foto. ¿Musical? Sí – Yovana inclina su cabeza y hace mover sus cabellos sedosos y Keni aprovecha para tomar otra foto -; ay Keni, déjate de tomarme fotos – en verdad a Yovana le gusta que le tome las fotos. Mi bebita – Keni abraza a Yovana. ¿Quién es mi bebito? Yo soy tu bebito – Keni se abeba.

Keni se va a la ducha, Yovana mira las fotos y se da cuenta que Keni usa unas medias feas, pero no le dice nada; se quita la ropa y le acompaña.

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Sebastián llega a la estación de Pirámide del Sol, decide caminar hasta Chimú, si estuviera en Monterrico como ayer caminaría descalzo, pero aquí en SJL todo es sucio, reniega porque ve un basuralicio que tira un boleto. Su celular timbra.

Elena, ¿sigues molesta? Pensé que el que estaba molesto eras tú. Perdóname Elena, pero no me gusta que hables mal de Alejandra. No dije nada de ella, solo te aconsejé que la olvides. Ahora no puedo Elena, ya se me pasará. Sí, claro que se te pasará; pero sería mejor si ya no la volvieras a ver. Pero lo que más quiero es verla. Ay Sebastián, cuanto me gustaría que fueras feliz. Siento que lo soy, siento que mi tristeza también es felicidad. ¿Milk? – Elena sonríe. Es Stuart Mill – Sebastián sonríe -, pero no, no tiene nada que ver con la ética utilitarista. Sí, porque esa Alejandra me parece una inútil. Jajajaja – a Sebastián le gustó la entonación de Elena, como cuando se conocieron. No seas mala, Alejandra es muy inteligente, si la conocieras serían muy buenas amigas. Seguro, no te enamorarías de una persona escasa, eres tú el culpable de que la vea mal. Ya, algún día la conocerás y verás lo linda que es.  Ya vi sus fotos y me parece bonita, aunque algo exótica. Sí, es que se viste diferente. Es muy joven aún. 

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