Es sábado por la tarde, Elizabeth tuvo un mal día, pero igual va a la casa de
Sebastián para estudiar. Además es el único lugar que tiene dónde ir; no quiere
quedarse sola en su cuarto.
Mensaje de Elizabeth:
Cholito estoy llegando en media hora a tu casa.
Respuesta de Sebastián:
Te estoy esperando.
Elizabeth está en el carro
pensando en su madre, en su trabajo, en Flor, en su clase de diseño, piensa en
todo y en todas las personas con quienes tiene que lidiar y no consideran sus
tantos quehaceres. Baja en el Pte. Nuevo, toma un carro hasta la Av. Chimú,
baja y escribe un mensaje:
Estoy a una cuadra de tu cuarto - En verdad recién está en la 7 de Chimú, tiene que subir unas seis cuadras.
Sebastián desespera, terminó de
limpiar el cuarto, pero aún no se ha bañado. Se quita rápido la ropa y se ducha
en un par de minutos. Se pone la ropa con tranquilidad, él suele tirarle la
llave a Eli para que ella misma suba a su piso. Terminó de cambiarse y ella aún
no llega. Comienza a escribir:
1
2
3
4 - llega hasta 600 segundos.
Elizabeth le lanza una piedrita a la ventana.
Por fin llegas, ¿no que estabas a una cuadra? Todavía no
superas a Luis – Luis fue su primer enamorado. ¿Quieres que lo supere?
Elizabeth se hace la desentendida
porque se da cuenta que no tuvo que hacer ese comentario. Sube, entra a la
habitación y se sorprende:
¿Hiciste todo esto por mí? ¿Qué
cosa? Limpiaste todo el cuarto, echaste ambientador y compraste dulces. Sí –
Sebastián sonríe porque logró que ella notara su interés. Esto es lo más dulce
que nadie haya hecho en mi vida. ¿Limpiar su cuarto? No, pensaste en mí,
pensaste en lo que me gustaba. Eli no puedo dejar de pensar en ti.
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