Elizabeth, te voy a esperar. |
El celular timbra, es su mejor amiga.
Hola Cami, mañana hay un reencuentro con los compañeros,
aunque sé que me vas a decir que no, igual te paso la voz; para que luego no
justifiques lo dejada que estás, con que una no te pasa la voz. Vamos.
*****
En la fiesta.
Cami, estás tomando mucho – Alicia ríe. Una vez al año no hace
daño. A ver amiga, cuéntame qué te sucedió. Nada. No, no me vas a decir
que nada, algo tienes. Es Jhonnatan,
creo que nuevamente me está engañando. Yo que tú le pago con la misma moneda.
*****
En la casa.
¡Por qué llegas tarde y en ese estado! – Jhonnatan ha
llegado nuevamente borracho. Estuve con Mario, no lo veía hace un año y me
invitó un par de cervezas. Y con un par de cervezas han estado hasta estas
horas, estás gastando el dinero que nos falta, sabes que tenemos que pagar el
viernes y estás tomando. Mario me prestó el dinero para pagar.
Jhonnatan tiene hambre, se sirve un poco de sopa y le echa
montón de ají. Camila toma el recipiente del ají y lo vacía en el plato de su
esposo.
¡Estás loca!, ¿qué tienes ahora? Me estoy cansando de ti,
mira esto – Camilia le muestra su polo con una mancha de lápiz labial. Eso es
un juego de mis compañeros del trabajo, Henry me manchó con el pintalabio de
su mujer para molestarme. No te creo. Llámalo – Jhonnatan le da el celular.
Aló. Aló, ¿con quién hablo? Hola Henry, soy la mujer de
Jhonnatan, disculpa que te moleste a estas horas pero quería preguntarte algo.
¿Tú eres Camila?, dime. Sí, es que he encontrado en el polo de Jhonnatan una
mancha de lápiz labial. Ah – Henry se adelanta -; sí, fue una broma que le
hice a Jhonnatan. Me hablas enserio, él está viniendo últimamente los fines de
semana borracho. Sí, hemos estado tomando; estaba muy preocupado por esa
mancha, pero ha sido solo una broma Camila. Gracias.
Ya ves, solo fue una broma de ese cojudo. Me voy a dormir –
Camila se acuesta.
*****
En la chamba.
Henry hazme un favor. ¿Qué pasa Chino? Mi mujer te va a
llamar hoy seguro, le he dicho que ayer estuvimos tomando, pero me fui con la
flaca de las papayas. Chino, pero yo no quiero mentirle a tu mujer. Déjate de
vainas Negro, por favor, solo esta vez, te prometo que no te vuelvo a meter en
mis asuntos. Está bien.
******
Henry, discúlpame, no quiero molestarte; pero la verdad
estoy muy preocupada por el Chino, ayer llegó muy tarde. Sí Camila, el Chino
estuvo conmigo toda la noche, estuvimos tomando; perdóname, pero nos hemos
hecho muy patas y le cuento algunos de mis problemas. ¿Tú eres casado? Sí, pero
tengo problemas con mi mujer que es muy desconfiada – Henry se permite esta
confidencia. Creo que las mujeres somos un poco celosas. Solo un poco. Jajajaja.
*****
Hola Camila, ¿qué pasó con el Chino? Nada Henry, no te
llamo por él. ¿Entonces? Es que, es que… quería, no sé… quería salir de mi casa
estoy un poco estresada y no tengo con quién, y pensé… pensé que quizás
podríamos conocernos. Bueno, yo ya termino mi trabajo, si quieres conversar te
invito una gaseosa, estoy por Plaza Norte. Ya, voy de frente por Evitamiento y
llego en 45 minutos. Ya, te espero en la puerta principal.
*****
Henry ve a Camila de lejos, no le parece bella, pero sí
tiene un buen cuerpo.
Camila ve a Henry y se sorprende por lo bello que es. Tiene
cabello ensortijado, rostro juvenil y cuerpo bien formado.
Hola – Henry se adelanta en darle un beso en la mejilla.
Hola Henry, no pensé que serías tan guapo – Camila sonríe y se le ve
encantadora. No es verdad. Sí es verdad y tú sabes, ¿por qué te dicen Negro?
Por mi cabello crespo. Ah ya. Te invito una gaseosa. No, me podrías invitar una
cerveza. Está bien.
*****
Llegaron a un bar con una rocola, Jhonnatan le enseñó el
gusto por este tipo de bares.
¿Y qué haces cuando no trabajas? Estoy con mi hijita, aunque
este último año la he pasado solo. ¿Solo? Sí. ¿Es un castigo o un lujo raro
tuyo? Las dos cosas - Henry pide un par más de cervezas - ¿no te molesta si tomamos un par más? Adelante, pero yo también invito. No, yo voy a invitarte, cómo vas a comprar las cervezas tú.
Se acercan a la rocola y Henry pone dos canciones de Alejandro Fernández.
¿No terminaste la secundaria? No, es que me expulsaron de
dos colegios y mi papá se dio por vencido; entonces, me llevó a trabajar con él
y aprendí y ahora trabajo independientemente. Yo sí terminé y estaba estudiando
en un instituto, enfermería. ¿Y por qué lo dejaste? Porque quedé embarazada y
mi papá se molestó y me echó de su casa. Cuando uno es adolescente comete
muchos errores. Sí, fue un error lo que cometí.
Van por la sexta botella.
¿Tú no te mareas no? – Camila se siente mareada. Es que
estoy acostumbrado, mejor nos vamos. No, yo tampoco estoy mareada. Dime, ¿por
qué te dicen negro? – Camila insiste con esa pregunta. Porque soy crespo, ya te
dije.
Suena “Le bajé las estrellas” de Alejandro Fernández.
Hasta que por fin le tocó a mi canción. ¿A quién se la
dedicas? A una chica que conocí el anteaño pasado, es una jovencita que traté de ayudarle
en todo; le di todo lo que estaba a mi alcance; y no me quiso. ¿Y tu esposa?
Estamos por separarnos. ¿Le fuiste infiel? No, de esta chica que te cuento es
la primera vez que pienso en tener algo con alguien que no sea mi esposa; pero
es porque Elena y yo ya no hacemos vida de esposos; creo que nos absorbió mucho
los proyectos de Elena: tener una casa, el colegio privado para nuestra hijita, comprar
la refrigeradora, el plasma, los celulares; Elena es muy materialista y yo no
soy así.
*****
*****
Salen del bar, Henry para un taxi para embarcar a Camila.
Negro, no quiero ir a mi casa – Henry deja pasar el taxi.
¿Y dónde vas a ir? ¿Tú quieres ir a tu casa? Todavía es temprano – son las ocho
de la noche - si quieres caminamos. No, quiero ir a un hotel.
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