Has sido la persona más especial que conocí en estos últimos
años. Tienes muchos dones, con los cuales has absorbido mi atención y voluntad;
a tal punto que no me interesaba en mi progreso, sino en tu bienestar,
desestimando mi persona y encumbrándote en todo cuanto podía.
Pero también te he ofendido, porque mis celos al saber de
William, de tu trabajo y las otras cosas hicieron que te hiera con reproches que
no me correspondían. Perdóname por las ofensas, por los mensajes groseros;
perdóname, estaba y estoy enamorado.
Pretender que me des un beso, pretender que me ames como yo
a ti, pretensión absurda que te quedes conmigo y no vayas con tu madre; porque
cuando se está enamorado – quizás obsesionado según tú – no se mide los actos y
se cometen abusos que ahora me arrepiento.
Quiero agradecerte que te hayas ido de mi vida. Ha sido lo
mejor que has hecho por mí. El mejor regalo que me has dado. Porque yo te hago
daño, y porque me hago daño al querer tenerte a mi lado.
Quiero que te vaya bien en todo. También, no te apenes por
mí porque voy a trabajar y estudiar para mejorar mi situación y que si algún
día me veas – más adelante – puedas decir que tienes un amigo de bien que ha
aprovechado su vida.
Elizabeth, quizás ni pienses en mí como pienso que lo haces; pero ya está,
donde estés se feliz.
No comments:
Post a Comment