Wednesday, August 13, 2014

Registros Públicos

Y cuando te sueño, suceden cosas interesantes.

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Julio timbra, Sebastián no se da cuenta quién es y contesta, lo escucha y no dice nada, corta. Se apresura en cruzar la pista, lleva tres tubos de luz. Julio vuelve a timbrar, esta vez Sebastián corta al instante. Deja los tubos en el segundo piso y baja para dejarle el dinero a su madre.

Mamá aquí tienes 150, voy a salir, el maestro te va pedir en la tarde – Sebastián busca los cien soles y no los encuentra.

¡Mierda! Seguro los dejé caer al momento que me llamó ese imbécil, ¡pero qué mierda! – revisa una y muchas veces sus bolsillos.

Sube al segundo piso, recorre el trayecto de vuelta a la ferretería, no encuentra los cien soles. Vuelve a casa.

Mamá perdí mis cien soles. ¿Cómo? En el momento de contestar mi celular, creo que se me cayó. Pero cómo, claro como andas como loco, suerte para quien se encontró. Y mala suerte para mí.

Ahora sí va ver ese idiota, le voy a mandar a la mierda, por su culpa perdí mis cien soles – Sebastián timbra a Julio pero éste no le contesta -, encima no me quieres contestar; contesta mierda, solo me traes problemas, contesta – insiste con la llamada -; ya, seguro me has bloqueado, me has puesto en la lista negra -;  ¡joder! – dice joder desde que trabajó como teleoperador para España -, ¡joder!, ¡joder!, ¡joder!

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Oe loco ya me quito, mañana continuamos. Chino, no tengo los ciento cincuenta, he perdido cien soles. ¿Dónde? No sé Chino, creo que los dejé caer cuando atendía el celular. Qué huevon eres. Pero, espérame un toque, saco dinero aquí en Inkafarma.

Sebastián y Jhonnatan van juntos.

Aquí tienes, ¿a qué hora vienes mañana? A las ocho, temprano voy a estar. Ya pues, porque tengo planes de salir y no voy a poder irme hasta que termines. No te preocupes loquito, mañana terminamos el enchapado y fácil el miércoles lo estoy fraguando y te puedes ir con tu flaca. Ya, no me falles.

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Vuelve a la casa y encuentra a su padre.

¡Ya ves!, ese tu amigo nuevamente te ha dejado con el trabajo inconcluso. No, mañana viene. ¿Y por qué viene para hacer un hueco y luego irse? Es que le ha sucedido un imprevisto. No seas tonto, ese tu amigo no va venir, después de un mes va terminar algo que puede hacerlo en dos días. Y lo va hacer en dos días, el miércoles me entrega el cuarto.

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Al día siguiente.

Bueno, ha tener que ponerse el mismo jeans, igual voy a estar supervisando el trabajo de Jhonnatan – Sebastián, se siente incómodo porque tiene que ir a la casa de sus padres temprano y quizás se encuentre con su cuñado.

Suena el celular.

Loquito, se cayó un muro mal hecho y se atrasó mi trabajo, mañana me acerco a tu casa. Pero, Jhonnatan, mis viejos están incómodos, quieren que el cuarto salga ya. Sí, mañana trabajo hasta la noche y lo termino. Ya, pero no me falles Chino.

Sebastián decide no ir a la casa de sus padres. Se cambia de ropa, y va a la municipalidad para seguir con el trámite de rectificación de su  apellido materno. En el trayecto decide llamar a Julio para disculparse, pero no contesta.

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En Registros Públicos de Lima, encuentra que se están casando. Recuerda la triste situación que pasó Elena el día de su matrimonio y piensa que jamás le haría eso a una mujer. Se fija en la novia, es una gordita blanquiñosa que está muy feliz al igual que el novio. Pero el padre de la novia, que se le ve muy joven, esta incómodo. Está cerca de dos señoras chismosas.

Es que no es el padre hija. ¿No? No, es el padrastro, y por allí he escuchado que estaba enamorando a su hijastra. Pero qué sinvergüenza, con razón esa incomodidad. Ay, pero lo que es yo, a César le voy a tener avisado. Sí, que los chicos ni se les ocurra estar en esa casa, porque es casa de locos.

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La casa de locos de mis padres, felizmente que no son de sangre, ya estaría tan loco como ellos  - Sebastián está renegando, su padre le ha molestado porque Jhonnatan no fue a trabajar.

Entra a la oficina de rectificaciones.

Señor Rivas, ahora usted ya puede tramitar su DNI. ¿Sí? Así es, aquí – muestra la computadora – sale su rectificación, dice Zavaleta. Muchas gracias, ¿qué debo hacer ahora? Puede sacar una partida de nacimiento y hacer su trámite en la RENIEC – Sebastián quisiera corregirla diciendo EL RENIEC, pero no lo hace. Gracias, muchas gracias.

Baja, siguen los novios en el hall. Está muy feliz porque ahora se llama RIVAS ZAVALETA, y quisiera juntar su felicidad con la de los novios. Se les acerca y sin ningún miramiento les dice, se ven tan lindos que me ha dado ganas de casarme. Gracias, responde la novia; mientras que el novio frunce el seño, pensando que ha sido un atrevimiento.

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En caja.

Por favor una partida. Diecisiete soles señor. Aquí tiene. Muy bien.

Apenas imprime su boleta, de la otra ventanilla llaman, Señor Sebastián Rivas Zavaleta; le entregan su partida.

Y dicen que la municipalidad está atrasada, Villarán sí hace que esto funcione. 

Sale feliz y camina sacando pecho como graciosamente lo hace su amigo. La novia - que se está tomando fotos con sus invitados - le mira. 

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