Señora discúlpeme porque no podré
pagarle el mes sino hasta el 23, allí me pagarán. Pero ya te pasaste una
semana. Es que tuve unos gastos adicionales. Mira joven si usted no puede pagar
creo que mejor sería que se vuelva a la casa de sus padres. Señora, disculpe,
pero eso es asunto mío; yo le estoy pidiendo que me espere por esta semana. Ya
le he esperado una semana… está bien, pero me has de pagar diez soles más por
la demora. Estoy de acuerdo.
Sebastián sale de su habitación con apuro al colegio,
llegará tarde otra vez.
*******
Pero no puedo, tengo clases. Pero
viejito, yo te voy a invitar, no te preocupes. No es eso Alexandra, solo que no
puedo – Sebastián no puede porque no le alcanza. Mejor te vienes a casa y vemos
una película aquí, así nos ahorramos el tiempo del viaje y hago mi tarea. Es
que no quiero, no quiero quedarme en tu casa o estar en la mía, quiero salir y
sabes, voy a salir, voy a salir con mis amigas, ¿no te molestas verdad? No, por
qué debería. Ya, entonces mañana te llamo saliendo de ver la película.
Es que es una niñata, por eso
mismo no quería salir con esta niñata; porque a ella le ponen todo sus padres,
ella se puede ir al cine, se puede ir al “Popeyes”, se puede comprar su ropa en
el Jockey, qué se cree esta niñata engreída – Sebastián se molesta.
******
¿Es usted el profesor Rivas? – el
señor García le mira de pies a cabeza. Sí, usted es el señor García. Así es
profesor, quería conversar con respecto a mi hijo. Qué bueno señor, justo le
escribí una anotación en el cuaderno de control de Juan. ¿Pero yo no he leído
nada? Pues para que sepa cómo es que se está comportando, su hijo no hace sus
tareas, además no quiere entrar a clases y ha estado molestando a los niños de
menores grados – el señor García ve tan chato y pobre al profesor Rivas.
Profesor, mi hijo me ha dicho que usted le está molestando, quiero pedirle que
no le diga nada, él le va cumplir con sus tareas, ya quedé con él así, si no
las cumple pues le agradecería que me llame le voy a dar mi número, usted solo
me timbra y yo le devuelvo la llamada. Pero señor, le estoy diciendo que su hijo
tiene un mal comportamiento. Escuche, del comportamiento de mi hijo me encargo
yo, creo que usted está para enseñarle historia, pues le voy a pedir que se
ciña a su trabajo, si mi hijo hace algo malo, le pido que usted me informe,
pero no le diga nada; si le molesta envíelo con su auxiliar, yo ya le he pedido
al auxiliar que me ayude en ese asunto – el señor García desprecia al pequeño
profesor. Así será señor, no le llamaré la atención a su hijo, y tampoco me
preocuparé sobre su estado, si usted quiere información, búsquela en la libreta
o el cuaderno de su hijo. Así haré profesor Rivas – el padre de familia se
despide sin darle la mano.
********
Pero mira dónde vive este
miserable – Keni entona su voz. Sí, esta zona sí que está monse, nada como mi
penthouse – David se alucina.
Keni cuadra y timbra a Sebastián.
¿Dónde estás? Recién saliendo del
colegio. Huevonazo, voy a recogerte. Ya, estoy en la Lanzón, cuádrate al frente
del colegio – Sebastián quiere que lo vean entrar en el auto de su amigo.
*******
Profesor Rivas. Sí señora.
Tenemos una reunión con su tutoría, es muy importante que usted esté presente.
Pero tengo que ir a la universidad, vienen a recogerme. Nos tiene que dar su
tiempo, estamos por terminar el trimestre y sus alumnos tienen serios
problemas.
Keni ya fue, regrésate nomás,
tengo reunión – Sebastián llama a su amigo. Te esperamos. No, vete nomás, igual
no voy a ir a la universidad. Perfecto huevonazo – a Sebastián no le gusta que
le llamen así, pero acepta las formas de su amigo -, igual nosotros tampoco
vamos a ir, vemos una película. Ya, espérame media hora.
*******
Pero qué mierda de lugar es éste,
mira esos chibolos parecen delincuentes – Sebastián sonríe y se dice que sus
alumnos también piensan así como Keni. No digas nada, esos chiquillos son otros
hijitos de papá. Pero hijitos de qué clase de papás. Ya Keni, déjalo allí.
Avanzan rumbo al cuarto de Sebastián.
Pero qué sitio, dime David, tú
vivirías en un lugar como éste. No sé, si tuviera mi casa normal – David es más
atinado. Yo sería un infeliz, mira todo el sacrificio que tengo que hacer para
visitar a este huevonazo; y esta avenida, puta qué fea es esta avenida. La Gran
Chimú es la principal avenida de San Juan de Lurigancho – Sebastián siente que
odia al niño tonto. Asu, entonces cómo será más adentro, ni me lo quiero
imaginar.
*******
Estoy muy cansado; me he molestado con Alexandra; he discutido
con un señor que es un racista, que me ha mirado con desprecio porque soy chato
y trigueño; he tenido que soportar a la directora con su reunión en que no se
ha dicho nada importante, y ahora tengo que escuchar a este idiota que se cree
la gran cosa. Soy pobre, sí… ¿y?, qué creía, que en la universidad donde está
se va encontrar con gente acomodada, ojalá y se vaya pues a “su mejorcito lugar”,
allí podrá tener amigos que vivan en La Molina o San Isidro, que al igual que
él, sus viejos le compren sus Calvin Klein.
*******
Me bajo. ¿Qué huevonazo? Lo siento, tengo que hacer. Ya,
vete. Adiós David – Sebastián se despide de mano de sus amigos -, adiós Keni.
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