Sunday, December 21, 2014

Sonrisa tonta

Me siento, como me dice el profesor Rivas, una abanderada de la tolerancia. ¿Cómo te has podido fijar en ese tonto? – a Esperanza le sorprende que Joyce se haya fijado en Diego. Sí, es por lo que quería ser su amiga; es totalmente tonto y es consciente de ello; le tiene miedo a la muñeca de “El Conjuro”, y en realidad se ríe de los payasos; su sonrisa tonta me mata siempre. ¿Y en qué coinciden? En las películas; siempre pedimos el mismo menú; y siempre tiene buenas intenciones, incluso cuando está mintiendo.

***** 
Joyce está en su habitación frente a su computadora y busca el facebook de Diego, quien en su foto de perfil sale con su sonrisa tonta y con los ojos tapados por dos yoyos que coge con las manos. Le hace la invitación y en un minuto Diego acepta.

Joyce: Hola Diego, hoy te pasaste; me dio mucha risa cuando te caíste.
Diego: A mí no me causó tanta gracia.
Joyce: ¿En verdad te asusta la muñeca?
Diego: No se lo digas a nadie, pero sí me asusta mucho.
Joyce: Eres un cobarde.
Diego: Sí algo.
Joyce: Vi que tenías una herida en la mano. ¿Cómo te lo hiciste?
Diego: Me robaron mis zapatillas la semana pasada.
Joyce: ¿Cómo así?
Diego: Estaba en el parque esperando a mis amigos cuando de pronto se me acercaron dos tipos y sacaron un cuchillo y me dijeron que me quite las zapatillas; pero cuando uno de ellos las coge, decido darle un puñete y me corta la mano con el cuchillo.
Joyce: ¿Gritaste?
Diego: Tanto que mi madre lo escuchó, ella salió a buscarme, pero para eso ya estaba regresando a mi casa sin zapatillas y con la mano ensangrentada.
Joyce: Tienes que tener cuidado. No te les hubieses enfrentado. Hasta te pudieron hacer algo peor.

***** 
Conversaron tanto que se hizo las doce sin darse cuenta, hasta que sus respectivas madres le comenzaron a molestar para que se duerman.

En la cama Joyce, no hace más que pensar en su tonto amigo:

Pero es de quinto. Quizás se hace el tonto y me está viendo la cara de tonta a mí. ¿Será que es un vivo? ¿Qué van a decir mis padres? Mi madre me mata.

Diego junta sus manos y apoya su cabeza en ellas:

¿Le gustaré? Seguro que sí, le debo parecer simpático porque le hago reír. Ay Diosito, no quiero enamorarme, pero creo que ya me enamoré otra vez. ¿y si juega con mis sentimientos? Es que Diosito, tú sabes que todas han jugado con mis sentimientos, claro pero ella no puede ser mala, ella es una niña aún.


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