Monday, September 28, 2020

Mujeres

Sebastián y Azul caminan juntos hacia la avenida principal, ella sonríe y le contagia a su amigo la felicidad de un domingo de descanso.

(-) No veo muchas chicas con bicicleta, pero sería genial bicicletear contigo al centro, podríamos ir a comer allá.

(-) Déjame pensarlo, quizás la próxima salida.

(-) Claro, puede ser la próxima.

Sebastián se emociona al escuchar que Azul está pensando en una próxima salida; hace ademán de abrazarla por la espalda, pero Azul no se lo permite, le vuelve a sonreír, Sebastián no se siente mal por eso.  

(-) Haríamos un recorrido histórico, le puedo pedir a un amigo para que nos permita entrar a la “Quinta Heeren”, es un oasis en medio de la caótica capital. También quiero que conozcas la peña horadada; Azul, no conoces la ciudad, y para mí será un placer enseñártela, te va gustar.

(-) Suena divertido, esperemos que no haga mucho sol.

A ver cuándo vemos una película en mi cuarto.

(-) Entonces el próximo domingo salimos a bicicletear al centro.

(-) No lo des por hecho, siempre pueden salir cosas imprevistas.

(-) Pero Azul, solo tienes que decir sí y las cosas se dan. La vamos a pasar bien.

(-) No sé, no manejo bicicleta desde que estaba en el liceo. ¿Y si tenemos algún percance?

(-) Voy a darle mantenimiento a las dos bicicletas, no te preocupes, iremos despacio, el centro está cerca.

******* 

Sebastián sube a la habitación de Luisito, el venezolano está malhumorado porque le han descontado en su trabajo.

(-) Así pasan las cosas cholo.

(-) Estoy comenzando a odiar a esa señora, no sé qué tiene contra mí. ¿Será que no le gustan los venezolanos?

(-) Quizás es racista, o mejor dicho xenofóbica. O, ¿no será que le gustas?

(-) No sé cholo, pero para mí que esa mujer tiene algo contra mí. Fíjate que ahora me ha vuelto a cambiar de horario en la madrugada, que es cuando ella tiene más tiempo, cuando yo trabajo de día no la veo porque está que estudia, pero en la madrugada, está libre y parece que no duerme esa mujer.

(-) Como dice Rodrigo, las peruanas se aferran mucho, son tóxicas. Podría estar interesada en ti.

(-) Nada que ver, yo a mi mujer no la cambio por nadie.

(-) ¿Y tampoco por nada?

(-) No sé, eso sí no sé, ella es dueña de la fábrica, y se maneja un auto de lujo. Lo tengo que pensar.

(-) O sea serás un prostituto.

(-) Noooo mano, cómo voy hacer un prostituto… Más bien, cuéntame, ¿cómo te fue ayer con Azul?

(-) Solo salimos a comer como amigos.

(-) Ya te dije, Azul no es para ti pana, vas a perder tiempo con ella. Ella solo piensa hacer dinero y volverse para Venezuela, pero será tonta si quiere volverse para allá, ahora que el régimen tiene más poder. La pandemia lo fregó todo, ya casi casi estaba por caer, pero ahora los Estados Unidos se han desentendido de Venezuela. Me supongo que luego de las elecciones y que el virus sea controlado, quizás ya para ese tiempo se intervenga Venezuela, pero ahora lo dudo.

(-) Ya no me hago ilusiones cholo, me gusta salir con Azul, solo quiero que se lleve un buen recuerdo de mí.

(-) Si quieres que se lleve un buen recuerdo de ti, cáchala.

(-) ¿Qué?

(-) Sí, eso es lo que ella quiere, jajajajaja…

(-) Pero qué vulgar saliste, de dónde has sacado ese vocabulario coprolálico.

(-) Así no dicen todos los peruanos.

(-) Eso dirán los peruanos vulgares que conoces. Más respeto – Sebastián se pone serio, pero pasan dos segundos y comienza a reír, y Luisito se suelta más.

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