Son las 8:20, Sebastián mira el techo de su habitación, está blanco, siempre está blanco, será porque la pintura es blanca, se hace el tonto. Se quita las medias y el pijama, siente el contraste del calor de su cuerpo con el frío de sus pies, piensa en los pies de Azul: ¿Cómo estarán?, ¿fríos?, ¿tibios?, ¿o caliente?, si estuvieran fríos yo los calentaría, jejeje. Se emociona.
Azul,
aquí me tienes. Estoy full, pero para cuando tú me necesites, aquí me tienes. |
Suena la
puerta de la calle y corre a la ventana para ver quién es, ve salir a Rodrigo,
se le ve triste. Se apena por su amigo. Quisiera bajar para invitarle un jugo
de naranja, pero prefiere no incomodarle. Siente el frío y vuelve a la cama
para abrigarse. Suena su teléfono, es Andrea.
(-) Hola Andrea,
dime qué pasó con tu amigo Richard Swing.
(-) No sé
nada, seguro una cortina de humo para que la gente se olvide del coronavirus.
(-) Pero
parece que quieren vacar al presidente.
(-) Es una
tontería, los políticos haciendo sus cochinas y la gente aquí que no sabe qué
hacer. Aunque yo ya estoy pensando que hemos vencido al virus, lo que es yo me
siento una vencedora, quiero volver a las aulas en el mes de octubre.
(-) Yo no
creo que hayamos vencido el virus, más bien hemos perdido muchas vidas –
Sebastián se recuerda de los jóvenes que murieron.
(-) Sabes,
hoy día tenemos reunión a las 2, nos van a presentar al nuevo subdirector.
(-) ¿Cómo?,
si nosotros no tenemos subdirector.
(-) Sí
pues, justo ahora al ministerio se le ocurre mandarnos un subdirector, cuando
nos hacía falta no teníamos y ahora que no hace falta nos lo mandan. No sé qué
hará, me supongo que se encargará de primaria y ya la directora se encargará de
secundaria. Nosotros no hay que hacerle caso, hay que hacer como que lo
ignoramos. Por último, que sea jefe del personal de limpieza.
(-) Será.
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Sebastián se pone un short y sandalias, le da
pereza tomar una ducha. Prende su computador y pone música tranquila. Baja al
piso de sus padres, saluda a todos y se prepara un pan con queso, sale a la
tienda del costado y compra una gaseosa, sube a su habitación. Nuevamente su
celular suena, es Gustavo.
(-) ¿Qué
fue cholo?
(-) Mal
cholo, ayer terminé con mi flaca.
(-) ¿Y
quieres hablar del tema?
(-) Tú eres
mi amigo, a quién más le contaría.
(-) Bueno
cholo, como yo siempre te he sentido reservado con ese tema – Sebastián se
recuerda cómo Gustavo antes no quería tocar el tema de Alicia -, pero qué bueno
que confíes en mí. ¿Cómo así terminaron?
(-) Ya te
conté que estábamos pasando por un mal momento por lo de las conversaciones en
Whatsapp que le encontré con su ex enamorado, conversaciones que me daban a
suponer que ella sigue enamorada de él, sobre todo porque en su Facebook ella
no ha publicado nuestras fotos y encima tiene fotos con su ex hasta chapando.
Entonces le reclamé de eso y ella me dijo que no éramos nada, que yo me había
inventado la relación. Puedes creerlo, o sea yo me inventé los regalos que le
compré y también los que ella me compró, me inventé todas las noches que nos
hemos visto en el parque, me inventé las veces que fuimos al hotel e hicimos el
amor. No sé cholo, pero estoy jodido con esto.
(-) Cholo,
una pregunta un poco ridícula, pero es para mi libro, ¿cuánto cuesta el hotel
donde fueron? – Sebastián sabe que Gustavo no tiene mucho dinero.
(-)
Veinticinco soles.
(-) ¿Con
baño?
(-) Claro
con baño.
(-) Pero cómo
se puede conseguir un hotel decente con 25 soles, seguro no lavan las sábanas.
(-) Creo
que sí, pero de la cintura para abajo – Gustavo se ríe. Cholo, estoy triste,
qué bueno que me escuchas, sabes te voy a decir algo que creo que nunca he
dicho, pero yo la amo, yo verdaderamente amo a la flaca, pero es la que más me
está haciendo sufrir. ¿Tú cuándo me has visto presentando a una flaca a mis
amigos?
(-) Nunca –
Sebastián le escucha atento.
(-) Yo
nunca he tenido nada serio con alguien, ella para mí es algo serio cholo, pero
cada vez que le doy una oportunidad me sale defraudando. Nosotros nos separamos
el año pasado, pero ahora quería volver con ella y comenzamos a
salir, yo la buscaba después de su trabajo y ya con la pandemia estaba un poco
alejado, pero siempre le llamaba.
(-) Pero si
ya habían terminado – Sebastián recuerda el prejuicio de Rodrigo con respecto a
los peruanos cuando se enamoran, se aferran mucho.
(-) Cholo,
la amo, pero se terminó. Desde la semana pasada estábamos saliendo, antes la
llamaba pero ella ponía de pretexto el virus. Luego me aceptó, pero con lo del
virus ni un beso le podía dar. Tenía ganas de intimar con ella, pero el virus
lo jodía todo. Pero en realidad no era el virus, era que ella no me quiere, que
solo estaba conmigo para pasar tiempo porque ella sigue pensando en su ex.
(-) ¿Y cómo
así salía contigo?
(-) Quedábamos
en un parque cerca de su casa. Un día me emocionó porque ella vino a mi casa,
yo estaba yendo al mercado para comprar mi desayuno y de pronto me abrazó por
atrás y caminamos juntos, así como media cuadra y yo pensé me quiere, pero
parece que ese día ella había tenido una discusión con ex… O sea ella me tenía
como una relación paralela si es que no pasaba nada con su ex. ¿Cómo me enteré?
Unos colegas del juzgado me dijeron que la habían visto salir con su ex y yo le
llamé al pata, y él me dijo que sí, que había hecho el amor con ella. No le
dije nada, recién ayer tuve la oportunidad de reclamarle.
(-) ¿Dónde
estaban?
(-) En un
hotel.
(-) ¿De 25
soles?
(-) Sí –
Gustavo vuelve a reír -, pero no hicimos nada cholo, solo fue para conversar,
ella me dijo vamos a un hotel y yo acepté. Le pregunté que qué estaba pasando
con nosotros, le conté que sabía que estaba saliendo con su ex y que le llamé
al pata y que me había confesado que estaba con ella. En ese momento se puso a
llorar y me confirmó que se había acostado con él y que ella estaba sufriendo
por ese tipo. Luego de llorar, no sé cómo decirte esto, pero creo que es la
peor bajeza que me hizo, yo le pregunté que cómo íbamos hacer, que si íbamos a
retomar nuestra relación – Gustavo se sabe muy imbécil – o cortar de raíz, y
ella me dice abrázame y yo le digo para qué, y ella me responde que para
despedirnos como amigos. O sea me estaba proponiendo intimar para despedirnos
como amigos, puedes creer lo ruin que fue esa mujer conmigo, en ese momento que
iba pensar en eso, me dio asco cholo.
Ella se salió del hotel pidiéndome perdón, me retumba sus estúpidas
palabras: Perdóname por hacerte daño, espero que me puedas perdonar.
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