Sunday, September 20, 2020

Mis amigos

 WhatsApp 1: Sebastián - Rodrigo

Cholo te vienes de frente, vamos a comprar hamburguesas (-)

(-) No, voy para Lurigancho.

Ok cholo, no te preocupes. Pero ya coordinamos para ir de compras mañana (-)

(-) Ok, mañana a las ocho.

(y) (-)

Rodrigo se encuentra con su flaca en el Metro y ella celosa le pregunta:

(-) ¿A quién le escribes?

(-) A Sebastián.

(-) ¿Qué quería?

(-) Ese idiota es un infeliz, no tiene a nadie y quería que le acompañe a comer.

(-) ¿No es tu amigo?

(-) Mi amigo – hace un sonido raro -, qué va ser mi amigo, me aburre, habla estupideces, solo habla de política y cosas que no me interesan.

____

Sebastián está estresado, tiene que hacer comida para los trabajadores de la casa, él no suele meterse en estas cosas, pero ahora que su padre está mal, es él quien se encarga. Pero su mayor estrés es la atención que no tiene de Azul. Mira la calle y piensa que Azul puede llegar en cualquier momento, se motiva porque ella le tendrá presente cuando vean las obras que están haciendo. Gustavo llama.

Azul, creo que eres una buena persona,
no te preocupes por la ficción;
solo estoy imaginando.

(-) Cholito, ¿cómo estás?

(-) Bien cholo, aquí ajetreado con la obra de la casa.

(-) Asu cholito, si no fuera por la cuarentena tú sabes que estaría allá para apoyarte en algo.

(-) No te preocupes, mañana es el techado. Si puedes pasas un rato.

(-) Cholito estoy full con mis resoluciones, pero igual yo paso para verte.

(-) Chevere, Keni también estará, así que será una oportunidad para que ustedes se vean.

(-) Ya, bacán. A ver si veo a la mancha venezolana que tienes allí en casa.

(-) Claro, allí también van estar los panas.

Sebastián escribe la sesión para los chicos de “cuarto” y lo linkea en el grupo de WhatsApp, observa que Azul está en línea. Lucha para no escribirle, pero lo hace, se dice que puede tener un gesto de amigo.

WhatsApp 2: Azul – Sebastián

Buenas noches Azul, ¿me aceptas unas hamburguesas? (-)

(-) Lo siento Sebastián, ando con malestar, voy directa a tomar un té y acostarme.

Ok, no problem (-)

Sebastián se preocupa por Azul: ¿no será que le agarró el covid? Estará pendiente hasta que llegue, para lo que se le ofrezca.

-------- 

Son las ocho, Elena llama.

(-) Hola Elena.

(-) Sebastián – Elena está emocionada-, ¿mínimo me invitarás el próximo almuerzo?

(-) Por supuesto, aunque no sé porqué tendríamos un almuerzo pronto.

(-) Porque tenemos que festejarlo, conseguiste el trabajo, mi jefe me llamó para decirme que te aceptaron.

(-) No sabes cuán emocionado me siento – Sebastián ironiza.

(-) Ay ya, no seas aguafiestas, ahora vas a conocer gente más interesante, te vas a codear con la movida cultural. Tú te lo mereces Sebastián, por favor haz tu mejor esfuerzo, quiero que vuelvas hacer el mismo de siempre.

(-) Ahora no tengo ánimos Elena, pero estoy luchando. No sabes cuánto, esto pasará, sé que pasará.

(-) Así se habla. ¿Y cómo vas con lo del techo?, si no fuera por lo del covid, me pongo mis jeans y voy a cocinar para los llenadores de techo. Estoy segura que se chuparían los dedos con mi especialidad gourmet. Aunque tu suegra – se refiere a su madre -, dice que los llenadores de techo son gente que no le interesa la calidad, que para ellos es determinante la cantidad. Ay qué horror, hablando de comer, la psicóloga me ha dicho que estás flaco, que estás recontra flaco y hasta se te nota cierta palidez por cam. Tú sabes que me gusta que estés flaco, pero no enfermo, ¿estás comiendo bien?

(-) No.

(-) ¿Pero por qué Sebastián? Déjate de cosas, por una chica que nunca te va valorar y no es que le tenga cólera ya, pero es que esa mujer solo es un ave de paso; ella no piensa en quedarse aquí, solo piensa hacer dinero e irse. Y para ser sincero, ¿tú que haces con alguien tan simple?, ¿no entiendo qué puedes conversar con ella?, ¿qué puede hacer contigo? La vida es más que hacer fiestas, esa gente con la que andas últimamente solo son eso, fiestas y ya. Aléjalos de tu vida y así te olvidas de la dichosa Azul.

(-) No hables así Elena, tú no los conoces, ellos son buenas personas.

(-) Bueno Sebastián, confiaré en ti, que tienes buen criterio. Yo creo que tus amigos son gente buena, pero no conozco a esta gente con que últimamente te has codeado y es por lo de la pandemia. Si no hubiese habido las cuarentenas, no hubieses conocido a Azul y ellos ni te hubieran interesado. Malditos chinos que nos trajeron este virus.

******

Suena la puerta de la calle, Sebastián mira para ver si es Azul. Es ella. Se pone los zapatos y lava la cara.

(-) Hola Azul, ¿cómo estás?

(-) Hola – Azul responde secamente.

(-) ¿Qué crees que te hizo daño?, ¿el jugo de naranja o limpiar el baño?

(-) Nada – Azul está pendiente de su celular, le responde con modorra.

(-) Bueno ya me voy, cualquier cosa me pasas la voz, si quieres te puedo comprar un analgésico. Sebastián nota el desprecio de Azul y decide irse.

(-) Chao – Azul no puede ser más despreciativa.

****** 

Rodrigo se siente comprometido con Sebastián, está enojado y su flaca lo nota.

(-) Pero si no tienes ganas de acompañarle, pues dile que no y ya.

(-) Sí, tienes razón, a la mierda, me aburro csm. Le diré que saldré mañana, le apoyaré con las compras y ya que él se las vea, no voy hacer su cocinero. Además, ya estuve encerrado tres semanas, yo lo que necesito es salir.

(-) Sí, ¿a dónde vamos?

(-) No sé, creo que voy a salir con mis amigos – Rodrigo le hace un gesto despectivo a su flaca y ríe.

******

WhatsApp 3: Rodrigo – Sebastián.

(-) Sebastián mañana te puedo apoyar, pero hasta las diez nomás, luego voy a salir con mi flaca.

Pero yo quería hacer el compartir para ustedes también (-)

(-) (Grabación de voz) – sonido no identificado – No puedo, ya quedé con mi flaca, pero en la mañana vamos hacer las compras.

Bueno, al menos me apoyas con las compras (-)

(-) Grabación de voz) Ya ya, en la mañana sí te puedo acompañar si quieres, eso de las ocho compramos te dejo todas las cosas listo y ya me voy.

(y) (-)

*****

Sebastián se echa a su cama, la angustia lo inunda y llora. Pensaba en hacer un compartir para Azul y sus amigos, pero ella le sale con malas ganas. Se para, limpia la cara y baja al piso de Nella para comer lo que están sirviendo.

(-) Tío puedes ayudarme con este proyecto – Darío le entrega las bases del proyecto.

(-) Dame tiempo para leerlo y lo conversamos mañana.

(-) Gracias tío.

(-) ¿Hoy no fuiste a trabajar?

(-) Es que quería comprarme ropa, y por eso le pedí permiso a mi tía.

Sebastián no termina todo y lleva su plato a la cocina. Norma le mira incómoda.

(-) ¿Por qué no estás comiendo bien?

(-) No es eso, me ha llamado Henry, para invitarme a comer afuera y no quiero negarme, él no viene así nomás.

(-) Pero ya es tarde, ya se viene el toque de queda.

(-) Solo vamos a bicicletear hasta Zárate, allí comemos unos shawarmas.

(-) No estés saliendo, mi mamá se preocupa por ti.

(-) Estoy con el tapaboca y cuando voy a ver a Nella guardo mi distancia – Sebastián siente como que Norma le recuerda que Nella no es su madre.

*****

Sebastián baja la bicicleta, saluda a Henry. Los dos andan juntos como cuando chiquillos, contándose la vida.

(-) ¿Por qué estás mal?

(-) Por Azul.

(-) ¿Te recuerdas cuando Elena te hacía sentir lo mismo?

(-) Sí, pero ella se quedó conmigo, aunque nunca me amó, ella se quedó conmigo, estuvo a mi lado. Hoy la tengo como mi mejor amiga, pero a Azul, ella se va, y se va despreciándome.

Henry avanza más rápido y cruza Puente Nuevo solo, Sebastián le sigue, pero le pierde; no sabe si se fue por Malecón o por la Chimú, igual piensa en ir por Malecón. No le encuentra sino hasta el en el puesto de Shawarma.

(-) Yo invito, ¿regular o gigante? – Henry es generoso.

(-) Acabo de cenar, una regular.

(-) Qué bueno, así no gasto. Pero veo que últimamente estás adelgazando.

(-) Es mi contextura.

(-) No, tú estás adelgazando, no te vaya dar anemia.

(-) Qué va.

Se van al parque, Sebastián compra dos coca-colas, colocan las bicicletas en el suelo y comen. Sebastián admira a Henry, ya son 19 años que le va conociendo, piensa que si bien no es un hombre con mucha riqueza, es alguien feliz.

(-) Henry, si el Perú estuviera mal como Venezuela, tú te irías del país para trabajar por los tuyos.

(-) Yo me fui a Estados Unidos por mi familia, para comprarles una casa y, compré una casa, pero terminé perdiendo mi familia. Si el Perú fuera como Venezuela yo no me iría, yo mataría a Maduro; por mis hijos, por mi familia, yo mataría a Maduro.

(-) ¿Y si no tuvieras hijos?

(-) Quizás no me importaría tanto y me iría, como tú dices, Latinoamérica es una patria más grande que Perú, y Perú como Venezuela integran esa gran patria, así que yo me iría a cualquier lugar que hablen español y haría mi vida allí. Solo quiero estar tranquilo, poder estar con mi familia, con mis amigos, con geste honesta consigo misma y con los demás.

(-) Sabes que admiro tu forma de ser, que a pesar que tienes poco eres un hombre con paz y feliz.

(-) Cuando era más joven y tenía planes de irme a Estados Unidos yo pensé que en Estados Unidos iba ser muy feliz, que iba a ganar mucho dinero y sería feliz así, cuando estuve allá me sentía infeliz, y no aguanté más y me vine aquí. Cuando estaba allá pensaba que regresando a Perú sería feliz, pero cuando llegué y el tiempo pasó me di cuenta que tampoco era feliz aquí. Ahora me doy cuenta que uno puede ser feliz donde quiere ser feliz, con la gente que quiere ser feliz. Aunque no lo notes, yo soy feliz acompañando hoy a mi amigo – se refiere a Sebastián -, pero también me siento un poco triste porque tú no estás bien, me gustaría que estuvieras bien como antes.

**** 

WhastApp 3: Sebastián – Luisito

(-) No te preocupes mi pana, yo mañana llego temprano y vamos a ver lo del menú.

¿De verdad?, ¿me acompañas cholo? (-)

(-) Clarissa, para esto estamos, eso sí te invitas el desayuno.

Ya sabía, ¿siempre tienes que ser convenido? (-)

(-) Mentira cholo, más bien yo invito el desayuno ahora. Unos tequeños en mi pana del mercado.

Hecho (-)


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