WhatsApp 1: Sebastián - Rodrigo
Cholo te
vienes de frente, vamos a comprar hamburguesas (-)
(-) No, voy
para Lurigancho.
Ok cholo,
no te preocupes. Pero ya coordinamos para ir de compras mañana (-)
(-) Ok,
mañana a las ocho.
(y) (-)
Rodrigo se
encuentra con su flaca en el Metro y ella celosa le pregunta:
(-) ¿A
quién le escribes?
(-) A
Sebastián.
(-) ¿Qué
quería?
(-) Ese
idiota es un infeliz, no tiene a nadie y quería que le acompañe a comer.
(-) ¿No es
tu amigo?
(-) Mi
amigo – hace un sonido raro -, qué va ser mi amigo, me aburre, habla estupideces,
solo habla de política y cosas que no me interesan.
____
Sebastián está estresado, tiene que hacer comida para los trabajadores de la casa, él no suele meterse en estas cosas, pero ahora que su padre está mal, es él quien se encarga. Pero su mayor estrés es la atención que no tiene de Azul. Mira la calle y piensa que Azul puede llegar en cualquier momento, se motiva porque ella le tendrá presente cuando vean las obras que están haciendo. Gustavo llama.
Azul, creo que eres una buena persona, no te preocupes por la ficción; solo estoy imaginando. |
(-)
Cholito, ¿cómo estás?
(-) Bien
cholo, aquí ajetreado con la obra de la casa.
(-) Asu
cholito, si no fuera por la cuarentena tú sabes que estaría allá para apoyarte
en algo.
(-) No te
preocupes, mañana es el techado. Si puedes pasas un rato.
(-) Cholito
estoy full con mis resoluciones, pero igual yo paso para verte.
(-)
Chevere, Keni también estará, así que será una oportunidad para que ustedes se
vean.
(-) Ya,
bacán. A ver si veo a la mancha venezolana que tienes allí en casa.
(-) Claro,
allí también van estar los panas.
Sebastián
escribe la sesión para los chicos de “cuarto” y lo linkea en el grupo de
WhatsApp, observa que Azul está en línea. Lucha para no escribirle, pero lo
hace, se dice que puede tener un gesto de amigo.
WhatsApp 2:
Azul – Sebastián
Buenas
noches Azul, ¿me aceptas unas hamburguesas? (-)
(-) Lo
siento Sebastián, ando con malestar, voy directa a tomar un té y acostarme.
Ok, no problem
(-)
Sebastián
se preocupa por Azul: ¿no será que le agarró el covid? Estará pendiente hasta
que llegue, para lo que se le ofrezca.
--------
Son las ocho,
Elena llama.
(-) Hola
Elena.
(-) Sebastián
– Elena está emocionada-, ¿mínimo me invitarás el próximo almuerzo?
(-) Por
supuesto, aunque no sé porqué tendríamos un almuerzo pronto.
(-) Porque
tenemos que festejarlo, conseguiste el trabajo, mi jefe me llamó para decirme
que te aceptaron.
(-) No
sabes cuán emocionado me siento – Sebastián ironiza.
(-) Ay ya,
no seas aguafiestas, ahora vas a conocer gente más interesante, te vas a codear
con la movida cultural. Tú te lo mereces Sebastián, por favor haz tu mejor
esfuerzo, quiero que vuelvas hacer el mismo de siempre.
(-) Ahora
no tengo ánimos Elena, pero estoy luchando. No sabes cuánto, esto pasará, sé
que pasará.
(-) Así se
habla. ¿Y cómo vas con lo del techo?, si no fuera por lo del covid, me pongo mis
jeans y voy a cocinar para los llenadores de techo. Estoy segura que se
chuparían los dedos con mi especialidad gourmet. Aunque tu suegra – se refiere
a su madre -, dice que los llenadores de techo son gente que no le interesa la
calidad, que para ellos es determinante la cantidad. Ay qué horror, hablando de
comer, la psicóloga me ha dicho que estás flaco, que estás recontra flaco y
hasta se te nota cierta palidez por cam. Tú sabes que me gusta que estés flaco,
pero no enfermo, ¿estás comiendo bien?
(-) No.
(-) ¿Pero
por qué Sebastián? Déjate de cosas, por una chica que nunca te va valorar y no
es que le tenga cólera ya, pero es que esa mujer solo es un ave de paso; ella
no piensa en quedarse aquí, solo piensa hacer dinero e irse. Y para ser
sincero, ¿tú que haces con alguien tan simple?, ¿no entiendo qué puedes
conversar con ella?, ¿qué puede hacer contigo? La vida es más que hacer
fiestas, esa gente con la que andas últimamente solo son eso, fiestas y ya.
Aléjalos de tu vida y así te olvidas de la dichosa Azul.
(-) No
hables así Elena, tú no los conoces, ellos son buenas personas.
(-) Bueno
Sebastián, confiaré en ti, que tienes buen criterio. Yo creo que tus amigos son
gente buena, pero no conozco a esta gente con que últimamente te has codeado y
es por lo de la pandemia. Si no hubiese habido las cuarentenas, no hubieses
conocido a Azul y ellos ni te hubieran interesado. Malditos chinos que nos
trajeron este virus.
******
Suena la
puerta de la calle, Sebastián mira para ver si es Azul. Es ella. Se pone los zapatos
y lava la cara.
(-) Hola
Azul, ¿cómo estás?
(-) Hola –
Azul responde secamente.
(-) ¿Qué
crees que te hizo daño?, ¿el jugo de naranja o limpiar el baño?
(-) Nada –
Azul está pendiente de su celular, le responde con modorra.
(-) Bueno
ya me voy, cualquier cosa me pasas la voz, si quieres te puedo comprar un
analgésico. Sebastián nota el desprecio de Azul y decide irse.
(-) Chao –
Azul no puede ser más despreciativa.
******
Rodrigo se
siente comprometido con Sebastián, está enojado y su flaca lo nota.
(-) Pero si
no tienes ganas de acompañarle, pues dile que no y ya.
(-) Sí,
tienes razón, a la mierda, me aburro csm. Le diré que saldré mañana, le apoyaré
con las compras y ya que él se las vea, no voy hacer su cocinero. Además, ya
estuve encerrado tres semanas, yo lo que necesito es salir.
(-) Sí, ¿a
dónde vamos?
(-) No sé,
creo que voy a salir con mis amigos – Rodrigo le hace un gesto despectivo a su
flaca y ríe.
******
WhatsApp 3:
Rodrigo – Sebastián.
(-) Sebastián
mañana te puedo apoyar, pero hasta las diez nomás, luego voy a salir con mi
flaca.
Pero yo
quería hacer el compartir para ustedes también (-)
(-) (Grabación
de voz) – sonido no identificado – No puedo, ya quedé con mi flaca, pero en la
mañana vamos hacer las compras.
Bueno, al
menos me apoyas con las compras (-)
(-)
Grabación de voz) Ya ya, en la mañana sí te puedo acompañar si quieres, eso de
las ocho compramos te dejo todas las cosas listo y ya me voy.
(y) (-)
*****
Sebastián
se echa a su cama, la angustia lo inunda y llora. Pensaba en hacer un compartir
para Azul y sus amigos, pero ella le sale con malas ganas. Se para, limpia la
cara y baja al piso de Nella para comer lo que están sirviendo.
(-) Tío puedes
ayudarme con este proyecto – Darío le entrega las bases del proyecto.
(-) Dame tiempo
para leerlo y lo conversamos mañana.
(-) Gracias
tío.
(-) ¿Hoy no
fuiste a trabajar?
(-) Es que
quería comprarme ropa, y por eso le pedí permiso a mi tía.
Sebastián
no termina todo y lleva su plato a la cocina. Norma le mira incómoda.
(-) ¿Por
qué no estás comiendo bien?
(-) No es
eso, me ha llamado Henry, para invitarme a comer afuera y no quiero negarme, él
no viene así nomás.
(-) Pero ya
es tarde, ya se viene el toque de queda.
(-) Solo
vamos a bicicletear hasta Zárate, allí comemos unos shawarmas.
(-) No
estés saliendo, mi mamá se preocupa por ti.
(-) Estoy
con el tapaboca y cuando voy a ver a Nella guardo mi distancia – Sebastián siente
como que Norma le recuerda que Nella no es su madre.
*****
Sebastián
baja la bicicleta, saluda a Henry. Los dos andan juntos como cuando chiquillos,
contándose la vida.
(-) ¿Por
qué estás mal?
(-) Por
Azul.
(-) ¿Te
recuerdas cuando Elena te hacía sentir lo mismo?
(-) Sí,
pero ella se quedó conmigo, aunque nunca me amó, ella se quedó conmigo, estuvo
a mi lado. Hoy la tengo como mi mejor amiga, pero a Azul, ella se va, y se va
despreciándome.
Henry
avanza más rápido y cruza Puente Nuevo solo, Sebastián le sigue, pero le
pierde; no sabe si se fue por Malecón o por la Chimú, igual piensa en ir por
Malecón. No le encuentra sino hasta el en el puesto de Shawarma.
(-) Yo
invito, ¿regular o gigante? – Henry es generoso.
(-) Acabo
de cenar, una regular.
(-) Qué
bueno, así no gasto. Pero veo que últimamente estás adelgazando.
(-) Es mi
contextura.
(-) No, tú
estás adelgazando, no te vaya dar anemia.
(-) Qué va.
Se van al
parque, Sebastián compra dos coca-colas, colocan las bicicletas en el suelo y
comen. Sebastián admira a Henry, ya son 19 años que le va conociendo, piensa
que si bien no es un hombre con mucha riqueza, es alguien feliz.
(-) Henry,
si el Perú estuviera mal como Venezuela, tú te irías del país para trabajar por
los tuyos.
(-) Yo me
fui a Estados Unidos por mi familia, para comprarles una casa y, compré una
casa, pero terminé perdiendo mi familia. Si el Perú fuera como Venezuela yo no
me iría, yo mataría a Maduro; por mis hijos, por mi familia, yo mataría a
Maduro.
(-) ¿Y si
no tuvieras hijos?
(-) Quizás
no me importaría tanto y me iría, como tú dices, Latinoamérica es una patria
más grande que Perú, y Perú como Venezuela integran esa gran patria, así que yo
me iría a cualquier lugar que hablen español y haría mi vida allí. Solo quiero
estar tranquilo, poder estar con mi familia, con mis amigos, con geste honesta
consigo misma y con los demás.
(-) Sabes
que admiro tu forma de ser, que a pesar que tienes poco eres un hombre con paz
y feliz.
WhastApp 3:
Sebastián – Luisito
(-) No te
preocupes mi pana, yo mañana llego temprano y vamos a ver lo del menú.
¿De
verdad?, ¿me acompañas cholo? (-)
(-) Clarissa,
para esto estamos, eso sí te invitas el desayuno.
Ya sabía,
¿siempre tienes que ser convenido? (-)
(-) Mentira
cholo, más bien yo invito el desayuno ahora. Unos tequeños en mi pana del
mercado.
Hecho (-)
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