Saturday, September 26, 2020

Luisito

Sebastián se levanta, mira los mensajes en el WhatsApp, Keni le escribió.

(-) Cholito espero que estés bien.

(Grabación de voz) Cholo, ten buen día, siento no haberte llamado, pero ando full con el nuevo trabajo y encima el domingo van a techar la casa. A ver si me acompañas a comprar materiales hoy, te doy para la gasolina (-)

Keni aún duerme, son las cinco de la mañana. Sebastián se quita el pijama y se pone un short, cuando escucha la puerta de la calle, corre para ver a Luisito, silva, su amigo voltea y levanta el brazo.

Ayer, Sebastián y Luisito estuvieron conversando en la tarde, mientras el venezolano hacía su almuerzo eso de las siete.

(-) Esto ya es mi cena/almuerzo mi pana – para Sebastián es curioso el acento del sucreño.

(-) Cholo – Sebastián le dice cholo a todos -, ¿es cierto lo que dijo Rodrigo?, ¿viene tu mujer a Perú?

(-) En eso estamos mi pana, tengo muchas dudas, ahora le mando dinero a mi mujer y le alcanza para mi hija y ella, pero dice que las cosas allá están peor, que no se encuentra los productos fácilmente. En cambio, acá ella estaría bien porque se encuentra todo para la bebe, pero con mi trabajo no podría mantener a mi familia. No sabemos qué hacer todavía.

(-) Entiendo, pero sabes que si tu mujer se viene no podrás estar en este cuarto, tendrías que al menos alquilar una habitación con baño. Si gustas le puedo decir a mi hermana que te alquile un cuarto en su casa.

(-) Gracias pana, pero si mi mujer se viene será todavía para diciembre.

Azul, lo vamos a dejar allí.

Luisito quiere servirle a Sebastián, pero él lo rechaza porque justo había comido una hamburguesa.

(-) Cholo, ¿te puedo traer una gaseosa?

(-) Clarissa, todo es bienvenido en este humilde hogar.

Sebastián baja, va a la tienda, compra unas tortillas picantes y dos gaseosas coca-cola. Sube a la habitación de Luisito, y comparten.

(-) Tú puedes creer que porque miro los culitos voy a traicionar a mi mujer, no Sebastián, para que yo deje a mi mujer tiene que ser alguien mejor que ella, y mira, no creo que vaya a encontrar alguien como ella – Luisito le enseña la foto de su mujer a su amigo.

(-) Sí, es una chica guapa y muy grande.

(-) Sí es alta, pero no más que yo. Parece más grande, mira aquí estamos ella y yo cuando nos casamos.

(-) Pero si eras flaco.

(-) Sí, yo agarré cuerpo cuando nació mi hija, antes era tan flaco como tú. A ti lo que te falta es familia mi pana. Y, por cierto, ¿qué broma con Azul?

(-) Nada, tu paisana es una chica difícil.

(-) La verdad mi pana, ella me parece media estúpida; se molesta de algo y ya pone chueco el hocico y no te habla. Ayer nomás conmigo se molestó de porque mojé el piso, yo siempre limpio el baño y por un día que se me pasó ya está. Se arrecha de cualquier cosa, no te conviene.

(-) No sé cholo, pero ya no la voy a molestar. A mí me parece una buena mujer, pero ya me di cuenta que no es para mí.

(-) Es buena, pero así con ese genio, se va quedar solterona.

(-) Mañana van a techar la casa, voy a pedirle a Rodrigo que me ayude haciendo parrilla.

(-) Fino mi pana, entonces mañana no me preocupo por el almuerzo.

(-) Jajajaja, si normal, subes para estar con la gente.

 

****** 

(-) ¿Y qué fue con Rodrigo?

(-) Ya había quedado con su enamorada, como es su primer domingo libre.

(-) No te preocupes mi pana, vamos a comprar la carne.

(-) Pero recién llegas de tu chamba – Sebastián mira que Luisito está ojeroso -, además estoy gastando mucho, mejor compraré un menú para cada uno y ya está. Vamos aquí nomás al mercado.

(-) Pero vamos a desayunar primero, aún no he desayunado.

(-) Igual yo. ¿Tequeños?

(-) Clarissa.

Sebastián y Luisito van a la esquina a comprar tequeños, también se sirven unos vasos de maracuyá.

(-) Sírvete otro mi pana yo estoy invitando.

(-) No cholo, suficiente con dos. Este maracuyá está buenazo – Sebastián termina el último sorbo.

(-) ¿Y va subir Azul?

(-) Creo que no, está enferma – Sebastián hace como que no le interesa.

(-) Eso de estar enferma es de delicaditas, felizmente no todas las venezolanas son así.

(-) No te preocupes, no me voy hacer problema ahora. La cosa es que estamos saliendo para adelante y estoy agradecido por mis amigos. Ayer mi pata Keni me ayudó para conseguir todos los materiales que me faltaban, y mi amiga Elena me apoyó con un préstamo y tú estás aquí, acompañándome para ver el menú de los llenadores de techo que es una tradición que cuando se llena un techo se le da la comida.

Sebastián conversa con la cocinera del mercado y pide diez menús, considera un menú para el señor Ríos y otro para Luisito. Luego van a comprar gaseosa y bizcochos para el desayuno de los trabajadores, como no había muchos bizcochos deciden llevarles tequeños.

(-) Subes y les sirves.

(-) Pero por qué cholo – Luisito también le llama cholo a Sebastián -, no quiero subir hasta la azotea, estoy cansado.

(-) Ve cholo, si quieres gaseosa tienes que llevarle la gaseosa primero a ellos.

Luisito sube solo por la gaseosa, luego mira a los trabajadores y saluda, se contenta que hay venezolanos entre ellos. Se sirve la gaseosa y luego se va a su cuarto a descansar.

******

Gustavo se apresura para llegar a la casa de Sebastián, su amigo le ha dicho que se apure porque está sirviendo el menú. Llega, Sebastián le tira la llave desde el cuarto piso.

(-) ¿Y qué fue?, ¿dónde está la susodicha? – Gustavo quiere conocer a Azul.

(-) Yo hasta ahora no la conozco, creo que es una creación literaria – Keni piensa que Azul no existe.

(-) Pero tanta tontería para una creación literaria –Gustavo ahora duda de la existencia de Azul.

(-) Azul está mal, está en su cuarto – Sebastián no sabe que decir.

(-) ¿Y la mancha venezolana?, ¿dónde está la gente del compartir? – Gustavo sigue interrogando.

(-) Cholo, ¿dónde está Rodrigo? – Keni pregunta.

(-) No sé, salió con su enamorada. Pero Luisito está abajo, está durmiendo, trabajó de madrugada; pero ya sale para almorzar. Más bien voy a bajar este menú para el señor Ríos, ustedes vayan sirviéndose, ahora voy a pasar la voz a Luisito para que suba.

******

Luisito lleva su bola y guante para mostrarlos a los peruanos. Hace ademán de tener en sus manos un bate, luego busca una escoba, le saca el palo y practica como golpeando una bola. Lo hace con la derecha, lo hace con la izquierda y el palo se va volando a la calle. Sebastián se preocupa de que no le haya caído a alguna vecina. Todos ríen.

(-) Este pata es más alegre que yo – Gustavo se admira de Luisito.

(-) Así son los venezolanos – Sebastián se siente orgulloso de tener a Luisito como amigo.

(-) Me cae bien – Gustavo prende su cigarro.

(-) Y qué estás leyendo, yo he estudiado contabilidad y he llevado algunos cursos de derecho, eso es derecho… (se queda pensando) – Luisito hace alarde de sus estudios en Venezuela.

(-) Es un libro de derecho de familia – Gustavo cogió el libro de la biblioteca de Sebastián.

(-) Es derecho Civil – Sebastián le da el alcance a Luisito, porque éste no encontraba el derecho en el cual se adscribe el derecho de familia. Ya vamos a romper el champán.

Sebastián pregunta a sus amigos quién puede romper el champán, Keni y Gustavo piden que sea Luisito quien lo rompa.

(-) Pero qué botella es esta – Luisito hace como si palpara la botella que ese encuentra en una bolsa colgada en el techo que se acaba de llenar -, esto es champán, ¡y vamos a romper esta mierda!

(-) Esa es la tradición peruana cuando hay un nuevo techo.

(-) No chico, cómo vamos a partir este champán, esto tenemos que bebérnoslo. En Venezuela se destapa, se bautiza dando gracias y luego nos la bebemos para celebrar el esfuerzo. Vamos a votación, cuántos venezolanos hay, cuántos peruanos hay, si hay más peruanos la partimos, si hay más venezolanos nos la bebemos… ¡qué voten los peruanos! – Lusito alza la voz graciosamente, dos llenadores alzan la mano, Sebastián, Gustavo y Keni cuentan cinco votos -, ahora, ¡venezolanos! – dos llenadores de techo son venezolanos y alzan la mano, Luisito cuenta también a dos inquilinos venezolanos que justo subían además cuenta el voto de Rodrigo que según él lo está haciendo vía WhatsApp -, bueno, ganaron los venezolanos, votación mayor.

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