Eras una más de todos
Sin pena ni gloria
Sin nada interesante
De que ocuparme.
Te confieso
Que cuando te vi
No encontré belleza en ti
Y nada me hacía desearte.
Cómo importarme
Con surcos de miseria
Con poca fortuna
Alguien sin norte
Cómo fijarme
En una chiquilla tonta
orgullosa
De su generosidad de pobre.
Pero todo confabuló
Para aprender
Que no se debe
Escupir al cielo.
Mis ojos se aclararon
Y me di cuenta de tus pies
Tus blanquitos pies
Tus bellos pies.
Mi mirada se posó en la tuya
La luz de tus ojos
Me compartieron tus colores
Y mi alma cobró más vida.
Me enamoré de ti
Porque sonreías
Y brillaban tus ojos
Al verme llegar.
Me preocupé
Al pensar que buscabas interés
Mas trascurrieron los días
Y me enseñaste que no hay farsa en
ti.
Pero tampoco hay amor
Para el señor de la casa
Solo hay respeto
Distancia simpática que se le
guarda.
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