Sebastián se levanta a las cinco de la mañana,
se quita el pijama para acompañar a su tristeza con el frío de las primeras
horas del día. Mira su celular, tiene muchos saludos por su cumpleaños y
recuerda el poema Masa de Vallejo, todos esos saludos le dicen levántate, ten
ánimo, y él piensa en levantarse y seguir adelante.
Escucha el sonido de la puerta de la calle al
abrirse y cerrar, y corre hacia la ventana para ver al chico venezolano que se
va a su trabajo. Está descalzo, piensa que si él fuera ese joven tendría algo
más en común con Azul, envidia a ese joven. Se encoje de brazos y siente sus
costillas, piensa que está adelgazando mucho y que si ahora tendría el
coronavirus seguro que éste le mataría o al menos le llevaría a UCI.
Regresa a su escritorio, prende la PC y busca
la canción que tanto le hace pensar: Mystery of Love. Abre el perfil de Azul y
la mira, se queda mirando esas fotos antiguas donde ella está en sus Andes
Bajos, cocinando, riendo, compartiendo con todos esos seres humanos felices.
Maldice al dictador Maduro porque por culpa de ese gobierno una nación tiene
que sufrir tanto, pero sobre todo porque es el pueblo de Azul el que sufre. El
día que Maduro caiga y Venezuela sea libre pedirá permiso para hacer una gran
fiesta en la casa, ese día se tiene que celebrar la libertad de ese pueblo que
siempre sonríe, que se esfuerza en ser feliz; se dice.
Se quita el interior y lo pone en la cesta, entra
a la ducha y deja caer el agua fría en su nuca para que le alivie el dolor del
estrés. Se enjabona, llora para que sus lágrimas se vayan con el agua. Mira sus
pies y piensa que habrá la oportunidad de tocar los pies de Azul con los suyos.
Tiene miedo que no haya oportunidad ni de besarla, porque todo solo está en su
mente como ocurre con Elena.
Se cambia, pone la mascarilla y el protector
facial, lleva su mochila con los documentos de su madre y se va para el
hospital. Nella siempre fue muy fuerte, pero ahora está en una silla de ruedas,
pensó que tendría que lidiar con la vulnerabilidad de su padre, más no de
Nella. Esa mujer que la crío sin ser su madre, no se merece estar así. Pero
ahora, ahora Nella también le está ayudando, a pasar esta depresión de amor,
como cuando era un adolescente y vivía pensando en Elena.
En el paradero toma un jugo de naranja y espera
que llegue el bus que le llevará a la Clínica San Juan de Dios. Sube, y se pone
al fondo, busca su libro para leer, pero luego decide seguir pensando:
“Tengo conciencia de que existo, que poseo una
actividad propia y una personalidad. Sé que soy distinto a todos los demás
individuos. Creo en mi libre albedrío. Pero desde que te amo, me cuestiono si
existo, si no soy nada más que un aparato que te está grabando, acaso será que mi
actividad está determinada por alguien que presionó un botón para grabar tus
andanzas. Desde que te conocí me pierdo con los otros individuos, lo único
diferente que existe eres tú. No puedo elegir otra cosa que no sea pensarte,
cómo entonces podría decir que tengo libertad. Desde que te amo me siento
desgraciado. La realidad esencial es que te pienso y dejo de pensar en los
otros y también en mí”.
No comments:
Post a Comment