Está cansado, es su último día de clases en el instituto
Riva Agüero, quedó con unos compañeros visitar algunos museos, quería pedirle a
Alejandra que le acompañe, pero últimamente ella está más concentrada en sus
cosas y además no le gusta caminar.
Prende la computadora, ve que ya cargó el video, lo circula
en diferentes páginas y recomienda a sus amigos a que lo vean. Pone música a
alto volumen, esa francesa que no sabe el título. Se desnuda y mete a la ducha.
Recuerda el cuerpo de Alejandra.
Sale, escribe a Alejandra.
Ale, nos vemos a las seis como quedamos, todo estará
preparado.
Revisa las actualizaciones. Se viste. Se estresa pensando
que hace mucho esfuerzo para obtener nada.
*******
Qué les parece si el día viernes nos despedimos con un
almuerzo y vamos al museo después de la salida – Rebeca propone. Por mí de
acuerdo, qué dicen muchachos – Laura sonríe a Santiago. Yo normal, ¿tú puedes? –
Santiago pregunta a Sebastián. No, tengo que volver a casa, estoy trabajando.
Sebastián se pone triste que este año no pudo interactuar
con sus compañeros porque tenía que salir rápido para ver a Alejandra.
*******
Señora Hilda, le llamo para decirle que el viernes no podré
dictar clases, voy a tener una reunión en la noche. Está bien profesor, no se
preocupe; pero el sábado ¿puede venir? Sería en la mañana. Ya, voy a ver si
Marianita no tiene nada que hacer, le llamo luego. Está bien.
*******
Papá no podré ayudarte, el viernes estoy ocupado, ya bajo el
sábado. No te preocupes Sebastián – el Sr. Rivas nunca molesta a Sebastián.
*******
Sale, toma un jugo de naranja en la esquina. Compra pan con
camote en la otra esquina. Toma el carro en Malecón.
Llegó tarde como siempre, escucha a la profesora que habla
sobre la participación política de la mujer en la primera mitad del siglo XX,
intervine con preguntas incisivas a la profesora, logrando que algunas de sus
compañeras le discutan su postura.
La participación de la mujer no representó ningún movimiento
para alcanzar sus derechos, estas mujeres a quienes estudiamos son casos
aislados; el voto femenino solo se alcanzó porque era parte de aires de
modernidad que venían de Europa – participa Sebastián. Pero debemos tener en
claro que la lucha para alcanzar ese derecho en Europa y Estados Unidos fue de
mujeres – Responde la más hermosa, y probablemente la más inteligente, de las
chicas de la clase. Sí, pero yo me estoy refiriendo al Perú, estamos estudiando
la participación política del Perú.
Finalizado la ponencia, el director junto con la
historiadora Margarita Guerra – Sebastián se emociona al ver a la maestra – clausuran
el evento.
Se toman una fotografía. Los colegas conversan en grupo,
están preparando su salida; Sebastián quedó en verse en la noche con Alejandra
así que podría participar con los profesores, pero quiere ir a su cuarto para
acomodarlo, quiere comprar frutas para ofrecérselo a Alejandra, tomar un baño y
leer algo sobre el amor, esperándola. Se despide de los colegas con quien más
interactuó.
******
Llega a su cuarto, no almuerza, no tiene apetito.
Acomoda sus libros, limpia el frigobar, lava las vajillas y
trapea el piso. Piensa que puede que algo haga que Alejandra no llegue. Tiene
miedo a esa posibilidad, se ha puesto fuerte, está calmado, en todos estos días
se ha visto más sobrio para no enloquecer a causa de no tenerla como antes,
pero sus fuerzas le van abandonando, su estabilidad se carcome con el paso del
tiempo y los poquitos gestos de ella que ya no le alcanzan. Sufre, porque si
esto es en vacaciones, será peor cuando comience a trabajar, cuando su tiempo
para esperarla y estar pendiente se reduzca por sus quehaceres.
Se sirve yogurt, toma mirándose al espejo. Coge una
almohada, se desnuda y acuesta en el suelo – hace calor -, abraza la almohada
ligeramente como si fuera su acompañante y le habla.
Te amo – le da un beso suave
a Alejandra. Yo también te amo Sebastián. Tengo miedo que algún día me
dejes – Sebastián mira el techo. Eso no va pasar nunca – Alejandra se acuesta
en su pecho y Sebastián le coge de la cintura con delicadeza. Te amo, te amo,
te amo mucho – Sebastián le da muchos besos y se coloca sobre ella. Viejito –
Alejandra sonríe como nadie sabe hacer. Dime que soy tu marido – Sebastián siente
las piernas de Alejandra junto con las suyas, las acaricia, busca sus pies para
olerlos, se fascina de la perfección de la anatomía de su acompañante. Tú eres
mi marido – Alejandra se deja poseer.
*******
Sebastián se baña, la música francesa le da el aire triste a
su habitación.
¿Qué estás haciendo Alejandra? Busco pinzas. ¿Lo
encontraste? No. Mira, está en el escritorio, en donde pongo mis lapiceros al
costado hay un cesto, ¿lo viste? – A Sebastián le gusta que Alejandra tenga la
familiaridad y que use sus cosas como si fueran las de ella. Sí viejito.
Sebastián sale con la toalla, se acerca a Alejandra para ver
cómo se depila las cejas, le huele el cuello y se siente feliz porque ella
tiene su olor.
******
Las horas pasan, Sebastián está desnudo, sentado en su habitación. Tiene en su silla los pantalones azules, las medias oscuras y la
camisa blanca; pero pasa el tiempo y Alejandra no ha llamado ni ha escrito. No
dice nada, seguro no vendrá. Son las seis y ella no llama. Él quisiera llamar,
pero no puede hacerlo porque teme interrumpirla en un momento que debe atender
a su madre o padre.
******
Son las siete, Sebastián sigue en sentado en su cama, con la
pesadez de saber que ella no llegará, que todo lo que descarta ella no lo
valorará; que así como hoy no llega, un día se irá y no volverá nunca más.
******
Son las nueve, Alejandra se pone al Facebook e invita cam.
Hola Sebastián, me puedes pasar el Excel que estaba
trabajando en la casa – a ella no le importó nada su cita. Está bien, ¿por qué
no viniste? Sebastián, ¿crees que está bien si llevo los libros a Karol? –
Alejandra ya no quiere contarle sus cosas. Bueno, tienes que hacer lo que han
convenido, si ella se aprovecha es su asunto. Ay, no sé qué hacer. ¿Por qué no
viniste? Ay Sebastián – no le llama como le gusta -, voy a ir a comer, ya luego
te escribo. Ok.
******
Sebastián quisiera mandar todo a la mierda.
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