Monday, August 3, 2015

El primer puesto no sabe escribir

Fotografía tomada por el Príncipe de Cleves.
Pieza arqueológica de la Cultura Vicus
 expuesta en el Museo del
Banco Central de Reserva del Perú.

Enero de 2015

Sebastián y Luiz van en bicicleta hasta la universidad, esta vez está muy confiado en haber obtenido uno de los primeros puestos. Este último ciclo, Sebastián estudió bastante, realizó todas sus tareas y obtuvo buenas calificaciones.

Es la cuarta vez que hace este recorrido a manera de peregrinación, Luiz le acompaña, piensa que su amigo se merece tener el primer lugar, además que eso le ayudará con sus gastos.

Dejan las bicicletas, suben al tercer piso, se acercan al panel donde se exponen el cuadro de méritos, Sebastián lee y no encuentra su nombre.

No te apenes, será para la próxima. ¿Sabes qué me molesta?, que las personas que están allí a penas saben escribir y no tienen capacidad para argumentar y pueden obtener el beneficio económico. Sé que  no lo dices de puro envidioso, yo creo que debe ser porque ellos llevan sus clases en la mañana y tienen toda la noche para hacer sus trabajos y estudiar, es muy distinto contigo, tienes que trabajar y estudiar. Yo he llevado con todos ellos, no son nada sorprendentes, son jovencitos que lo único que hacen es sonreírles al profesor, estar de zalameros, y claro, como yo critico a mis docentes, porque se me ocurre preguntar; porque yo entrego algo que he escrito y no un copy and paste; y estos profesores que no leen mi trabajo que aunque poco es más válido porque es una síntesis de mis lecturas y no un ampuloso impreso de la web.

***** 
Agosto 2015 

Sebastián se va solo a la universidad, estuvo llamando a Luiz para ver si ambos podrían ir nuevamente con la bicicleta a ver el cuadro de méritos, pero esta vez Luiz no le puede acompañar por su trabajo.

Sebastián va con bus – le da miedo ir solo con bicicleta -, sube al pabellón “B”, donde “Registros” expone el cuadro. Estando a unos pasos para acercarse a la vitrina, respira pidiendo a “diosito” que esta vez su nombre se encuentre en esa lista.

¿Qué pasa? – Sebastián le pregunta a un joven mucho más alto que él. No es posible que esa chica me haya ganado, no es posible, yo soy muy bueno con mis argumentos, los profesores saben que soy el mejor y no entiendo que esa chica siempre obtenga el primer puesto si ni siquiera sabe escribir. Cálmate, ¿en qué puesto estás tú? En el tercero, ni siquiera estoy en el segundo, estoy en el tercero; soy uno de los mejores si no el mejor de mi salón, tengo conocimientos de la materia que estudio y una chiquilla que a penas está aprendiendo a leer tiene más calificación que yo. Peor yo, no estoy en cuadro de méritos – Sebastián está endeudado y pensaba que esta vez sí obtendría el descuento. Para colmo ni siquiera ha salido el puntaje, y no puedo saber cuánto me falta para superar a estos. Es raro, la anterior vez salió el cuadro con los puntajes y ahora no, es mejor preguntar a “Registros”. ¿Tú crees que  nos atiendan? Claro – Sebastián anima al joven -, vamos, hay que pedir esa información.

Ambos se acercan a “Registros”, la señorita que les atiende está muy atareada y quisiera despacharlos rápido.

Miren jóvenes, ahora ya no se publican las notas, solo los cinco primeros puestos. Pero cómo podría saber en qué puesto estoy o cuánto de puntos me faltó – pregunta Sebastián. Eso no se puede saber, ustedes en su campus pueden ver sus calificaciones. Yo tengo 17.2 de promedio – responde el joven de Ciencias de la Comunicación -, quiero saber cuánto tiene el primer puesto, porque no creo que esa señorita haya tenido más calificaciones que yo. Yo tengo 17.45 – Sebastián se siente bien al decir que tiene una calificación mayor al de su indignado compañero. Pues esa información no se la podemos facilitar, antes se daba, pero ahora no. ¿Quién es su jefe? – Pregunta Sebastián. El Sr. Peña, pero él no les puede atender.

¿Es usted el señor Peña? – Sebastián se acerca al escritorio de un joven que los miraba sorprendido. Sí, ¿cuál es el problema? Queremos saber cuánto es que obtuvieron los primeros puestos. No les podemos dar esa información. Pero entonces cómo saber si este cuadro es verdadero. Sí lo es, nosotros solo hacemos el cuadro según la información que nos facilitan las facultades. Sr. Peña, esto es el colmo, yo trabajo, pero solo trabajo medio tiempo para poder tener tiempo para estudiar, me esfuerzo mucho con el fin de alcanzar una ubicación en el cuadro de méritos y sé que es lo que logran mis compañeros y cuánto he logrado yo – el joven alto está muy alterado -, y no entiendo cómo es posible que una chica que ni siquiera sabe escribir, porque lo que le digo lo puedo comprobar porque yo le he escrito sus ensayos, cómo es posible que ella, esa chica sea la que se ubique en el primer puesto. Está bien, tú eres de ciencias de la comunicación, ¿verdad?, el primer puesto en esa facultad ha obtenido 18.2, el segundo 17.8; y tú, de derecho, a ver, el primero ha obtenido 19, el segundo 18.5; nosotros no tenemos que ver con los puntajes, nos los mandan, los ordenamos y los publicamos; si ustedes están en desacuerdo, eso tendrían que verlo en sus respectivas facultades. Gracias Sr. Peña, entiendo que usted no tiene más injerencia en esto, creo que lo mejor será preguntar en nuestras facultades – Sebastián ya está resignado.


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