Jueves
Cristian está haciendo cola para ser atendido por
la asistenta social, son las 6 pm, ya tiene una hora parado.
A ver esa señora de rojo, por favor que se ubique en la cosa
– Cristian alza la voz al ver una señora que se está filtrando. Solo estoy
preguntando, cuál es el problema – la señora responde molesta. Yo también estoy
haciendo cola para informarme, no sea chistosa haga su cola – grita otra señora
que está atrás de Cristian.
Son las seis y media, Cristian está muy cansado, así que
decide volver el día siguiente. Apunta bien los requisitos para solicitar la
beca, pregunta al vigilante si no les piden otras cosas, se retira.
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Viernes
Cristian sale apresurado, apaga a la volada la PC y marca su
salida. Son las cuatro, ir hasta su universidad le demorará una hora, así que
decide tomar un colectivo – el cual le cobra 6 soles desde Abancay.
Llega a la esquina, corre, piensa que cualquiera que está
adelante le puede significar quince minutos más de espera.
Se pone en la cola, piensa que es afortunado porque no hay
mucha gente, pero después de media hora que no avanza se molesta y reclama
junto con los otros colistas.
Lo que pasa es que una de las asistentas se ha desmayado.
Claro, seguro escuchando tanto drama, no soportó – Cristian ironiza. Solo
atiende la jefa, ahora a qué hora saldremos. Lo más importante es si nos
atenderá o no. Como van las cosas creo que no – la jovencita de adelante se
interesa por el chico alto y blancón. Pero la señorita debe decir que solo va
atender los casos de becas, las categorizaciones los podrían hacer vía web. Sí
pues, hay casos más importantes – la chica mira a Cristian llamando su atención
-, ¿para qué has venido amigo? Quiero solicitar una beca, estoy muy molesto con
la universidad, yo me esfuerzo mucho, vengo cada ciclo esforzándome y le dan la
beca a unos chiquillos que son unos ceros a la izquierda. Pero si tienes buena
calificación te pueden dar la beca. Por eso estoy aquí, aunque la verdad que me
da una cólera, porque estar aquí es venir a rogar y es lo que menos quiero;
pero ahora necesito el descuento porque han subido la matrícula, al menos que
me den una media beca. Seguro te lo van a dar.
Son las siete y no avanzó la cola, Cristian y su admiradora
aún no han llegado a los asientos. El vigilante se acerca a decirles que ya no
habrá atención. La gente hace bulla, reclama.
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Sábado
Son las seis de la mañana, Cristian está realizando los últimos
informes para su jefe.
Son las siete, Cristian se apresura con la avena que su
madre le ha preparado, sale de la casa y olvida sus lentes – siempre se
quita los lentes para tomar sus alimentos.
Llega a las ocho a la universidad, hace su cola a pesar que
tiene un ticket que le dieron el día anterior, pero piensa que nadie hará caso
a ese papelito así que mejor hace su cola, igual tiene el día libre porque
pidió permiso a su jefe con la condición de que envíe los informes.
La asistente llega a las nueve y treinta y saluda a todos,
le informa que respetarán el ticket y la cola se desordena, a Cristian le
conviene lo de los ticket porque tiene un número más adelante (32), pero luego
la gente grita y dice que no tomen en cuenta el ticket porque hay mucha gente
que está desde las siete y no tiene ticket; a Cristian no le importa, no dice
nada, se mantiene en su cola, pero cuando la asistente decide que será por
cola, la gente se filtra por todos lados y Cristian - al igual que otros que
están atrás de él – comienzan a gritar para que respeten la cola y dejen de
estar “zampándose”.
Ves esa chica, esa chica hace rato está que pregunta allí y
ahora se va a colar – una joven madre de familia le hace el habla a Cristian.
Sí, ya la vi… a ver esa señorita por favor ¡ubíquese! – Cristian grita y el
resto le hace coro. A ver esa chica, ¡ubíquese! Jajajajaja… - la gente hace
chacota.
Cristian tiene el rostro estresado, hay una señorita muy
extraña que la mira y le dice – parece de pura compasión -, la vida hay que
tomarla con calma amigo, siempre hay momentos de alegría, sé que las cosas
pueden ser muy malas, pero hay que tratar de calmarnos. Sí, estoy calmado, solo
que me molesta que se estén colando. Sí, a mí también me estresa todo esto - la
señorita habla entonadita -, pero ya vamos a pasar todos, están atendiendo tres
personas. A mira, algo bueno por fin.
Son las doce, el vigilante les informa que no atenderán sino
hasta las dos – segundo turno. Felizmente Cristian está ya en los asientos. La
gente hace protestas y la asistente pide que pasen a su oficina todos los que
están sentados.
El lugar está hacinado, la jefa es una joven mujer de rasgos
agradables y sus asistentes una gordita simpática y una blancona que parece
presumida. Cristian ruega a Dios que le toque o la gordita o la jefa, pero le
toca con la blancona que está mascando goma.
A ver joven, para qué nos está visitando – pregunta entonada
Tifani. Señorita, yo tengo como promedio 17.2, estoy en el tercer puesto de mi
facultad y estoy solicitando una beca – Cristian habla en tono sereno. Lo
sentimos joven, pero las becas solo se dan a los primeros puestos, al primero y
al segundo, no al tercero. Pero yo me esfuerzo mucho para tener esta
calificación, yo estudio en el turno noche y los profesores son más exigentes
con sus calificaciones en ese turno que en el de la noche. Pues yo también he
estudiado en el turno noche y he sido el primer puesto, no he tenido ese
problema, nuestros profesores califican a todos por igual. Bueno - Cristian
duda que esa señorita que tiene ademanes superficiales pueda ser un primer
puesto -, sé que esa es su percepción y puede que tenemos diferentes
percepciones, pero yo ya he llevado cursos en la mañana y como puede observar
en mi boleta, los cursos que he llevado en la mañana tengo 19 en promedio y por
eso creo que en mi facultad los docentes de la mañana colocan esas notas. Igual
joven, no hay beca para el tercer puesto, en todo caso usted debe solicitar una
beca por situación económica. Sí, eso quiero solicitar, yo he traído todos mis
documentos. Pero eso no lo veo yo – la señorita hace sonar su goma de mascar -,
eso lo ve la señorita Madeley; póngase allí.
Cristian piensa que es bueno que sea la señorita Madeley –
la jefa – quien vea esos casos, ella fácil que le aceptará su solicitud de
beca, quizás no le de la beca completa, pero podría darle una media beca, ¿y si
hay muchos casos extremos?, quizás logre algún descuento; piensa mientras mira
a la jefa que escucha el caso de un joven que lleva zapatillas Carterpillar.
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Tifani atiende a un jovencito.
Le escucho joven. Lo que pasa señorita es que me han quitado
la categoría. ¿Cuál es su nombre? Franco Arias Quispe. Pero es que usted tiene
como promedio 11. Señorita, tengo que pagar mi pensión y quiero hacer uso del
descuento por pagar en una sola cuota, pero no me alcanza pagando normal. La
categoría B es para jóvenes que tienen calificaciones superiores a 13.5. A mí
me han dicho que puedo hacer un acta de compromiso que mejoraré mis notas. Sí
joven, pero usted ya viene haciendo acta de compromiso los dos ciclos
anteriores y está en el tercero. Señorita por favor. Ay – Tifani hace un gesto
de todopoderosa resignada -, te voy a pasar en esta ocasión, pero para la próxima no te
van aceptar ni yo ni nadie, así que tienes que mejorar tus notas. Muchas
gracias señorita.
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Dígame joven – la señorita Madeley es muy amable. Señorita,
no quisiera estar aquí, estoy entrando al sexto ciclo y nunca he pensado en
estar aquí, pero necesito tener una beca porque estoy con pocos recursos, soy
un buen estudiante, usted puede ver mis calificaciones, y mi objetivo es
obtener la beca a través de mis calificaciones, pero veo que es difícil que mis
profesores me califiquen con más puntaje que como lo hacen con los chicos de la
mañana. Eso no lo veo yo, eso lo debes ver en tu escuela. Pero he ido a mi
escuela y me dicen que ellos solo pueden considerar mi observación y conversar
con los profesores, mientras tanto estoy gastando todos mis recursos; encima
nos han subido la pensión. Pero usted ya tiene un beneficio, usted está en la
categoría B. Pero no me alcanza. ¿Tiene sus documentos? Sí – Cristian abre su
mochila y al levantar la mirada se da cuenta que todos le observan admirados -,
aquí los tiene, como ve mis calificaciones son altas, ésta es mi boleta de
pago, yo gano mil cien soles, vivo en la casa de mis padres, pero ellos no me
pueden ayudar. Pago el servicio de cable, internet y teléfono, pero solo uso el
internet porque no tengo televisor, no tengo televisor porque creo que no hay
necesidad; almuerzo fuera de casa, así que pago mi menú que en promedio me sale
seis soles diarios, tengo que pagar mis pasajes y pensiones; si usted me dice
que no tengo necesidad porque pago mis pensiones todos en un solo monto es
porque así puedo hacer uso del descuento, pero para eso siempre tengo que pedir
prestado; ahora mismo, para estar delante de usted he tenido que pagar la
matrícula y para ello he pedido prestado. Bueno joven, déjeme estos documentos,
vamos evaluarlo. ¿Y cuándo tendré una respuesta? Será todavía para el mes de
setiembre. Pero no podré estudiar, porque la universidad me exige que pague la
primera cuota y si usted no me da la beca yo tengo que pagar toda la cuota
porque sino no me voy a beneficiar del descuento. Pero tendrás que esperar, es
un proceso, además esto es para gente de pobreza extrema. ¡Cómo dice!, esto es
para gente de pobreza extrema – Cristian levanta la voz -, pero si yo fuera de
pobreza extrema no estaría aquí, si ellos fueran de pobreza extrema no estarían
aquí. No es así joven, la gente de pobreza extrema son aquellos que solo
solventan sus gastos básicos. Por eso mismo me admira lo que me dice, estar en
una universidad privada no es una necesidad básica; si usted me dice que esto
es para pobreza extrema, me está diciendo que no me va dar ninguna beca ni
beneficio. Es que el beneficio ya lo tiene. Pero le digo que me han subido la
pensión. No es eso, usted tiene la categoría B, usted paga menos que los demás.
Pero antes me descontaban el 10% si pagaba todo y ahora solo me descuentan 5%,
además que la matrícula ha aumentado en más del 15%. No puedo ayudarle, usted
ya tiene su beneficio, haré su evaluación, pero como le digo esto es para gente
necesitada. Bueno, no voy a seguir pidiéndole nada, me parece que esto es
injusto; o sea tengo que ser de extrema pobreza para venir aquí. Usted está
discriminando a la gente al decir eso. No señorita, quienes están discriminando
a la gente son ustedes al decirme que no me pueden dar el beneficio porque no
soy de extrema pobreza, cuando yo sé que hay estudiantes que tienen ese
beneficio a pesar de sus mejores condiciones. Lo siento joven, pero si usted no
me entiende ya nada puedo hacer.
Cristian se retira de la oficina, todos escucharon su
discusión con la asistenta.