Sunday, May 19, 2019

Piscina


Entra a la piscina y siente frío, mete su cabeza al agua para acostumbrarse, se pregunta si mojado se verá más su escasa cabellera. Mira a Martín, está en la ducha bañándose, lleva unos shorts muy largos, le grita que se apure.

(-) Este lugar está buenazo.
(-) ¿Siempre vienes aquí?
(-) Es mi casa en estas épocas, a lo mucho viene una pareja y eso – Martín mira el cielo como esperando una bendición.
(-) ¿Qué me cuentas del San Silvestre?
(-) Lo mismo pues hermano, la Chata que viene con sus innovaciones pedagógicas. La gente no la aguanta, ahora sale con que debemos tener cotutores, y no sabes quién quería meterse como cotutor del quinto… imagínate que la Chola estaba en conversaciones con los felones de los padres del quinto.
(-) Pero, ¿por qué deben tener cotutor?
(-) La Chata que quiere hacer trabajar a todos igual, pero no pasa nada pues; yo soy un profesional, no puedo estar con un cotutor al lado y menos voy a permitir que a mi lado esté la Chola. – Martín hace un gesto despectivo con sus labios.
(-) Pero si la directora lo manda tendrás que acatar nomás.
(-) No, porque ya somos tres los profesores que no hemos permitido eso. Hasta ahora, solo la Heidi tiene cotutora, pero tú sabes que ella lo necesita, porque la pobre ya ni recuerda sus años. Figúrate que ahora viene con mini, la pobre no se resigna a que el tren ya se le pasó, cree que todavía estamos en los ochentas.
(-)  Pobre Heidi, ya debería jubilarse.
(-) ¿Tú crees que la Chata la tuvo en planilla sus veinte años?
(-) No creo, si cuando salí, solo unos cuantos estaban en planilla y Heidi creo que había alcanzado ese privilegio recientemente.  
(-) Sí pues, la Heidi está hecha un “cage” – lo dice como se pronunciaría en inglés. – Martín nada al otro extremo de la piscina y le pide a Sebastián que nade – Nada Sebastián.
(-) No puedo. No sé nadar.
(-) No jodas hombre, cómo no vas a saber nadar, vamos, ¿qué pasó con tus clases de natación?
(-) Jalé… la verdad fui un mal estudiante – Sebastián se avergüenza.
(-) Jajajajaja, no jodas, no puede ser que hayas jalado un curso de natación – grita Martín y la señora que está limpiando la piscina le sonríe. Pero algo habrás aprendido hacer.
(-) Sí, pero voy al lado que no está hondo. – Sebastián camina hacia el lado menos hondo y se tira pataleando teniendo la cabeza abajo, parece que nada, pero luego se desespera y se para, voltea y solo avanzó un par de metros.
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(-) Mamá, ¿puedes poner en tu testamento que Florcita se queda conmigo?
(-) ¿Cómo así?, ¿cómo voy a testar algo así?.., ¿se puede? – Nella se preocupa.
(-) No mamá, pero quizás si tú en tu testamento pones así como que Florcita tendrá un cuarto si es que se queda con tu hijo, a su cuidado, claro con un pago mensual cómodo por mi parte, porque sabes mamá que como profesor no gano mucho y no podré pagarle mucho, pero tampoco pienso hacerla trabajar tiempo completo, solo para que limpie mi piso y me cuide, porque de mi ropa y mi comida me encargo yo. Quizás por consideración a ti, ella se sienta comprometida y no me abandone mamá.
(-) Tendría que hablar con ella, además es muy joven y tiene planes de estudio. Tendrás que buscar otra chica. – Nella piensa. Quizás puedas contratar a su  hermana, su hermana ya terminará el colegio para eso, ella puede ayudarte; además le he dicho que me gustaría que se quede con Norma, que me la cuide a mi hija.
(-) Ay mami, si Norma ya está vieja; ella solita se puede cuidar. Yo soy el menor, tú tienes que velar por mí; qué voy hacer cuando no estés, has conversado con mi padre sobre la herencia.
(-) Sí ya le dije, tú sabes que el tercer piso es tuyo, nadie de lo quita. Hablé con tu padre, figúrate que quería solo darte un cuarto; pero tú eres nuestro único hijo y no te puedo dejar en abandono.
(-) ¿Y aceptó? – Sebastián se hace el preocupado.
(-) Después de un llanto, me aceptó. Es que tu padre piensa que no te lo mereces porque te fuiste de la casa, por eso debes volver Sebastián, tu papá está resentido por eso.
(-) ¿Te has dado cuenta que estoy flaco? – Sebastián cambia de conversación, se para, oculta la panza y se da una vuelta para que le aprecie Nella.
(-) ¿Estás comiendo?

Nella comienza con su sermón sobre la alimentación, y Sebastián le cuenta que está siguiendo una dieta sana, de abundantes vegetales, y cero grasas. Se despide de su madre, ella le insiste en que se lleve algunas frutas de su mesa, él coge unos duraznos y se va.



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