Thursday, February 7, 2019

Ellos


(-) Pero estás que comes como si fueras una condenada.
(-) Es la ansiedad.

Elena piensa en el Caballero Blanco. Él saliendo de su oficina, se topa con ella y con una sonrisa despectiva le obvia el saludo.

*****  
Sebastián le pide su celular para poder ubicar su página web. Ella le alcanza la pantalla para que él escriba. Rozan sus manos, él la mira y ella responde con una sonrisa.  Le pide que lea el poema. Ella lo lee y él la mira. Ella se emociona, le dice lo bueno que le ha parecido y él le pide nuevamente para buscar otro poema. Ella sostiene el celular mientras él busca los poemas y aprovecha para rozar sus manos otra vez. Ella le mira y él sonríe. Ahora, él es que lee para ella y ella también se emociona. Buscará un tercer poema para ella.

(-) ¿Por qué ya no venías? – la joven acomoda sus rubios cabellos.
(-) No estoy llevando todos los cursos, y los que me inscribí eran de noche – Sebastián sonríe como no lo hace con nadie.
(-) Están muy bonitos tus poemas, son medio filosóficos, deberías publicarlos.
(-) Tengo un poemario publicado, aunque creo que no son tan buenos como quisiera. Muestran un tipo subvalorado y melancólico.
(-) Así, ¿has publicado?
(-) Sí, además tengo un canal de youtube – si ella me pide el libro se lo regalo, Sebastián piensa.
(-) Un canal de youtube, ¿puedo ver?, ¿cuál es?
(-) (…)

Sebastián la mira, es tan joven como Alejandra. Se la ve inteligente y noble. Le gusta su  piel blanca, le mira los tobillos, quisiera tocarle la piel, cómo sería darle un beso. Piensa atrevidamente, como no lo había hecho hace mucho.

Si me dice algo… algo que me haga pensar que puede ser; que no es simple simpatía por el cliente. Quizás me pueda sugerir algo distinto, a parte del menú.

*****
(-) Ha sido un grosero, no será machista.
(-) ¿Por qué dices eso?
(-) Mira para decir que puede hacer mejor de lo que tú haces en la oficina. Eso lo dijo porque eres mujer, es violencia de género – Camucha exagera.
(-) No creo que sea eso, solo está molesto porque lo despidieron y piensa que he tenido algo que ver con eso. Le puedo comprender, si lo despidieron es porque yo envié el documento.
(-) Pero qué chiquillo para más engreído. ¿Vas a comer eso? – Camucha se interesa por los trozos de pollo que Elena está dejando.
(-) No,… tómalos.

Elena sigue pensando en el Caballero Blanco, aunque se hace la desentendida con Camucha, sigue pensando en aquel chiquillo. El calor de la tarde está insoportable, el sol resplandeciente ya no anima, demanda a buscar aire libre.

(-) Vamos a la galería, quiero tomar unas raspadillas.
(-) ¿Estás invitando? – Camucha hace gesto de tonta.
(-) Sí, pero apresúrate que se nos va hacer tarde. Deja de comer, luego estás que te recriminas por los rollos.
(-) Ay no me digas eso, que me voy a poner triste.
(-) Disculpa, no te pongas triste, porque te pones triste y comes más. Vamos.




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